Soy un animal de muy mala reputación porque la gente acostumbra a decir que soy invasora, dañina, maloliente y hasta en ocasiones casi una plaga.
A veces soy perseguida por los humanos, los gatos, los perros y hasta los conductores no les importa atropellarme.
Muchos desconocen que soy un mamífero marsupial emparentado con los Canguros y los koalas.
Soy un animal de hábitos nocturnos con gran habilidad para trepar los árboles gracias a mi cola larga y prensil.
Cuando se me aproxima un depredador me hago la muerta entrando en una especie de coma involuntario. Incluso desprendo mal olor, pongo una mueca de fatalidad, y mi cuerpo se queda rígido simulando estar muerta.
Una noche de tormenta eléctrica salí como de costumbre de una madriguera abandonada ubicada en una zona boscosa para hallar un sorprendente y apetitoso plato de entrada con lombrices, saltamontes, escarabajos y caracoles.
Después de haber cenado se me ocurrió la idea de ir de visita al gallinero de doña Juana para hacerles una encuesta sobre el animal que más le temen ellas y por el cual no logran dormir tranquilas.
— Buenas noches señoras gallinas. — dijo zarigüeya.
— Buenas noches respondieron en coro todas las gallinas de doña Juana.
— ¿Qué te trae por aquí? — preguntó una de las gallinas.
— Vengo hacer una encuesta sobre el animal que más produce temor para ustedes durante las horas de la noche. — dijo zarigüeya.
Repentinamente todas hablaron en coro: — el zorro rojo — la serpiente — el coyote —el lobo.
—Orden por favor orden, son ustedes muy cacareosas y no se les entiende nada. —dijo zarigüeya.
—Nuevamente voy a preguntar nombrando animal por animal y ustedes van levantado sus alas y posteriormente voy elaborado una tabla de datos y una gráfica de barras para organizar la información e identificar la moda. — ¿Dé acuerdo? —preguntó zarigüeya. —Ok respondieron las gallinas.
—Según mis datos, el animal que representa mayor peligro para ustedes es la serpiente —dijo zarigüeya.
Las gallinas horrorizadas respondieron que indudablemente es la serpiente la que les roba la tranquilidad en horas de la noche.
—¿Qué podemos hacer para ahuyentar a estos enemigos? — preguntó una de las gallinas.
—Lo mejor sería pensar en algo útil. — Respondió la zarigüeya.
—¡Sí, sí, sí, sí! Hay que matarlas. — dijeron algunas gallinas.
—¡NOOO! —Respondió la sabia zarigüeya.
—Las serpientes son controladores de plagas como las ratas que disfrutan alimentándose de pollitos, por lo que su presencia permite que el ecosistema sea sano y equilibrado. —Dijo la zarigüeya.
—¡Ho No, qué horror! Hay que cuidar nuestros polluelos de las ratas.
—¿Qué hacer entonces? —levantó el ala una de las gallinas haciendo la pregunta.
—Lo primero que hay que hacer; es entre todas es una jornada de aseo, no mantener troncos de madera en la granja, árboles caídos o ramas secas, pues son lugares aptos para que las serpientes se refugien, ya que les gustan los espacios secos y cálidos. —dijo la zarigüeya.
—Una segunda opción es sembrar plantas de alcanfor, ya que esta especie expele un olor que repele la presencia de esa clase de reptiles. —Explicó la zarigüeya a las gallinas como propuesta para que puedan dormir tranquilas durante la jornada de la noche.
Al día siguiente la zarigüeya y las gallinas empezaron un arduo trabajo de aseo y siembra de plantas de alcanfor.
Doña Juana la dueña del gallinero al ver desde la ventana de su casa un verdadero trabajo de cooperación entre sus gallinas y la zarigüeya, se sintió muy orgullosa y decidió cocinar una torta de insectos para que compartieran entre sí.
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