La noche pasa y el día llega, despertándome el sonido de la brisa . Abro los ojos y me levanto rápidamente de la cama para vestirme y bajar de la planta de arriba, donde está mi habitación al salón de la cocina , por las escaleras a camino lento pero seguro para no caerme por estas.
Entro por la puerta de la cocina y en ella está toda mi familia notándose en sus rostros el descontento por mi tardanza - Lo siento, papa. Estaba tan cansado y cómodo que descansé profundamente - trato de explicar con mi voz infantil a la vez que pongo una pequeña sonrisa en mi rostro.
- Buenos días, Hilliam. Veo que si has descansado bien - ríe complacido - Venga desayuna, llegamos tarde a la recolección de madera - se levanta de la silla y se coloca en la mesa un plato con revuelto y algo de carne - Come rápido, nos espera un largo día- sale de la cocina dejándonos a Elric, mi hermano, y a mí solos, que comemos en silencio ya que ambos nos acabamos de despertar casi al mismo tiempo.
Una vez que acabo de desayunar, me levanto de la mesa y aligero en dirección de la salida de nuestra casa para encontrarme ahí a Alfonso, mi padre, sentado en una silla junto a la puerta con las hachas en las manos- Casi me quedo dormido esperándote - bosteza estirando sus musculadas extremidades - Vamos yendo ya, vamos tarde - abre la puerta, entrando un rayo de luz directo a mi rostro cegándome por completo unos segundos, viéndome obligado a dar un par de pasos en el exterior cubriendo mi rostro con mi mano para tras esta tratar de abrir mis ojos y enfocar el paisaje. Después de unos segundos, el paisaje de hace completamente visible, apreciándose un ambiente perfecto, un día cálido y despejado, personas haciendo la colada, niños jugando y brisa gentil que mece el pasto donde los animales pasean y alimentan. Sigo a mi padre por un camino que nos lleva directamente al bosque donde en la entrada hay un grupo de diez hombres talando arboles para utilizar la madera, a lo que uno de los hombres se percata de nuestra llegada - ¡ Ya era hora, Alfonso ! Que seas quien nos dirige no te da derecho de trabajar menos que nosotros - deja su hacha clavada en un tronco y se acerca a nosotros con el ceño fruncido.
- Lo siento, chicos. La bella durmiente no quería despertar antes - me señala con el dedo.
- Ya tiene diez años, ya es todo un hombre. Que se levante al amanecer como todos nosotros - el hombre se acerca más aún a mi padre.
- Es un niño todavía, no tiene ni la mayoría de edad. Además, tu tienes un hijo de su edad ¿ verdad ? ¿ Por qué no lo traes contigo ? Posiblemente haga más que tu, que en dos semanas no llevas ni cien kilos de madera - se mofa papá de él, yéndose el señor del grupo enfadado, para adentrarse bosque a dentro.
- Bueno sigamos , que tenemos que estar en casa a la hora de comer- dice mi padre mientras comienza a talar algunos de los arboles.
Pasan las horas y el cansancio y rigidez de los troncos hacen que mis brazos comiencen a temblar aunque no haya talado un árbol si quiera, dándome por rendido a la vez que dejo caer el hacha en suelo y yo me desplomo sobre mis piernas cubierto en sudor. Pero de repente, escucho el eco de un grito en lo profundo del lugar. Intrigado decido seguir el sonido atravesando arboles y arbustos hasta llegar a un pequeño descampado en el que logro ver a la persona que se separó de nosotros siendo atacado por lobos, que ferozmente lo derriban al mismo tiempo que deja escapar gritos agonizantes de dolor mientras que trata de protegerse con sus brazos ensangrentados, siendo sus esfuerzos en vano ya que de una tajada feroz, abren su estomago arrancando, devorando y esparciendo sus entrañas reuniéndose todos la manada alrededor del cuerpo que lentamente dejó de tener fuerzas para gritar hasta que quedó todo en silencio escuchándose solamente el sonido de la carne húmeda por la sangre siendo devorada, no obstante, al girar un poco mi mirada inconscientemente, localizo uno de los lobos mirándome fijamente a los ojos a un par de metro de mí.
El pánico se apodera de mi, no puedo ni moverme. Cuando me doy cuenta el animal está a centímetros de mi cara pero en ese momento un palo golpea al animal en el costado haciendo que pase por mi lado solo rozándome un poco con sus garras el brazo . Miro en la dirección en la que proviene el palo y veo llegar rápidamente a mi padre con expresión de preocupación y ira que al alcanzarme me abraza con fuerza - ¡¿ Estás bien, hijo mio ?! - sus palabras me hacen recobrar el sentido notando mi entrepierna mojada y lagrimas brotando de mis ojos.
Al segundo de mi padre abrazarme, me suelta para acabar de un hachazo en la cabeza con el lobo que estaba apunto de atacar nuevamente. Sin dudarlo y con su expresión algo mas relajada, me agarra con su brazo mientras los demás combaten con sus hachas y palos contra las fieras, siendo dos los que recejen el cuerpo que apenas se mantiene con vida del herido. Empezamos a huir como podemos pero los lobos nos persiguen rápidamente sin embargo, cuando cruzamos la salida del bosque estos frenan y nos observan desde las sombras de los arboles.
Llevamos el herido a la casa del medico de inmediato, pero cuando nos dimos cuenta estaba ya muerto , se había desangrado por el camino. A lo que mi padre me lleva a casa entre sus brazos - Dile a tu hermano que se cure eso, ¿vale, pequeñín? - me da un beso en la frente y me pone en el suelo para irse con los demás hombres. Yo entro en casa y llamo a mi hermano - ¡Elric! - aparece este al momento en las escaleras preocupado al verme.
- ¿ Qué te ha ocurrido ? - baja las escaleras casi saltándolas de un solo brinco.
- Un hombre ha muerto - recuerdo el terror que pasé y comienzo a llorar abrazado a su pecho hasta quedar completamente dormido entre sus piernas.
Ante mi se presenta una visión; me encuentro en un bosque de noche, completamente solo. Hay ruidos por todos lados, ramas quebrarse al pisarse, el balanceo de las ramas de los arboles, el aullido de los lobos... pero de repente todo queda en calma apareciendo ante mí una escultura de una persona esbozada por completo con el brazo extendido donde un cuervo se encuentra apoyado. El cuervo parece buscar algo con su mirada hasta que repentinamente sitúa su mirada en mí y sus ojos rojos carmesí comienzan a brillar, aunque al instante de verme alza sus alas y aletea marchándose del lugar. Al segundo de quedar todo en sumido en la oscuridad, una voz me despierta - Despierta, Hilliam - aprecio la voz de Alfonso.
Abro los ojos lentamente y murmurando pregunto - ¿ Qué ocurre, Padre ? -
Sin decirme nada él comienza a ponerme mis zapatos y a meter algunas cosas en una bolsa, a lo que me percato de que aún siendo de noche, una luz anaranjada procedente de la ventana ilumina la habitación. Extrañado miro por la ventana para lograr ver desde arriba como toda la aldea está ardiendo incontrolablemente. a duras penas veo como la gente huye siendo perseguida por personas que portan espada. Pero mi padre me coge por detrás en sus brazos y baja rápidamente hasta la salida donde se encuentra mi hermano Elric junto a un par de hombres armados.
Con prisa nos dirigimos hacia la entrada del bosque, lugar en el que cargan carretas con bolsas de tela, con jóvenes, mujeres y personas mayores, escoltados por un par de soldados por carro.
-Hilliam , ve con estas personas , te llevaran a un sitio seguro , has caso como un buen chico de todo lo que digan ¿vale?-.Dice mientras me besa la frente y me abraza y me deja en unas de las carretas.
-¿tu no vienes papa?-
-No , yo tengo que hacer unas cosas aquí ¿ vale, hijo mio? . Nos veremos pronto .- Mi padre se acerca a unos de los guardias - ¡ Cuida de mi hijo ! ¿ Entendido ? - le da la mano seguido de un abrazo.
- ¡ Si señor ! - Responde firmemente.
No entiendo que pasa, pero observo a mi padre correr junto a mi hermano junto con los demás hombres con sus espadas en las manos en dirección del fuego en el momento que nuestra carreta se pone en marcha. Echo un vistazo a la gente que va junto a mí, todos ellos parecen estar aterrados ya que se abrazan lo unos a los otros mientras piden protección a dios.
- He perdido todo - dice la señora que está a mi lado - Por culpa de esos bandidos he perdido la taberna - comienza a llorar desconsolada.
La situación parece grave a lo que me coloco apoyado contra una de las paredes del vehículo y me tapo un poco con uno de los sacos que se encuentra tirado. Después de unos minutos de estar pasando por el bosque uno de los caballos recibe unos flechazos en el cuello, cayendo este al suelo seguido por la carroza y de las voces de terror de los pasajeros.
Los soldados se ponen en guardia buscando a los asaltantes, pero sin embargo uno de ellos recibe una flecha en el pecho cayendo de espaldas para al segundo ver como lobos saltan sobre los demás soldados. Sin saber que hacer veo como las personas comienzan a bajarse de los vehículos y huyen entre los arboles a lo que los empiezo a seguir a duras penas como puedo ay que al ser de noche y al haber muchas ramas, trato de no tropezar como muchos de los otros. Antes de darme cuenta me he quedado solo en medio de la nada, sintiendo como las miradas de los depredadores me vigilan esperando una oportunidad para atacar.
Trato de huir con todas mis fuerzas, sin embargo tropiezo con una raíz, golpeando mi cabeza directamente el suelo, aprovechando esta oportunidad los lobos para saltar sobre mí y devorar las extremidades con las que trato de protegerme. No obstante, los lobos se detienen por un segundo, pudiéndose escuchar entre mis alaridos de dolor el aleteo de cientos de aves que al momento emprenderían un ataque masivo contra los caninos. En un instante me parece ver una joven chica vestida de negro con el cabello blanco y unos ojos rojos carmesí que aparece de entre la oscuridad a la vez que alza su mano y un rayo de luz cae del cielo en mi dirección. La perdida de sangre me debilita constantemente hasta que con mis ultimas fuerzas me apoyo contra un tronco y veo descender un par de plumas doradas que aterrizan sobre mi palma, en ese preciso instante, todo se apaga.
Merci pour la lecture!
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