Imaginen estar viajando a más de 250 Km por hora en tu auto deportivo, al lado de una de las playas más exclusivas que existen y luego despertar en una cuna, adentro de una casa de madera, realmente suena como una broma, si no fuera porque es lo que me está pasando.
Recapitulando lo que me paso, era claro que me estrelle al conducir, pero no puedo decir que me paso eso por accidente, al contrario, yo decidí conducir aun sabiendo que me estrellaría, pero mejor explico por qué me morí de esa manera para dejar en claro que no soy un suicida.
Nací en una familia bastante pobre siendo el menor de 4 hermanos, y como era de esperarse pase muchas necesidades, mis padres trabajaban todo el día y mis hermanos estaban ocupados ya sea en el colegio o trabajando, por lo que siempre estaba solo.
Siempre odie ser pobre, nunca tuve nada que podría considerar mío, debo decir que estar en esa situación me motivo para esforzarme lo más posible para salir de esto, así que cuando entre al colegio mi objetivo era las becas estudiantiles, debería decir que me costó obtenerlas pero la verdad no, el nivel de un colegio nacional no es para nada alto, además era bastante listo y muy estudioso así que esas becas eran prácticamente mías.
Mientras estaba en la secundaria tuve clases en una universidad particular por petición del director, creo que era debido a un convenio, bueno, sea como sea, gracias a ello y a mi alto rendimiento, a los catorce tuve pase directo a una universidad en el extranjero, graduándome a los dieciocho, debería decir que todo lo logre gracias a que era muy inteligente, pero sería más preciso decir que era por mi determinación a no perder la beca y volver a esa casa, no es que odie a mi familia, odiaba que me cayeran gotas en mi cara cuando llueve o pasar frio en invierno, simplemente odiaba vivir así.
A los dieciocho años termine graduándome en tres ingenierías, muchos me trataron como genio y las propuestas de trabajo nunca faltaron.
En los años siguientes me centre en varias investigaciones, dirigí proyectos de vanguardia en nanotecnología con aplicaciones en medicina, química, electrónica y demás áreas, ganando mucho dinero con las patentes, aunque con lo que más gané dinero fue con los cosméticos, que puedo decir, la vanidad es rentable.
Con todo esto mi futuro y el de mi familia ya estaba más que seguro, pero lo único seguro en la vida es que nada lo es.
Muchos años después, al salir de una reunión con mis compañeros de trabajo siento un terrible dolor en todo el cuerpo, tan fuerte como jamás había sentido, nublando todos mis sentidos y provoca que me desmaye al instante.
Ya despertando en el hospital el doctor trata de ser sutil conmigo al hablar, pero yo le digo que no hace falta, sabía que era algo malo y era mejor escucharlo sin rodeos.
El doctor que era un conocido mío sabía cómo soy, así que tomando una bocanada de aire responde que tengo cáncer generalizado y que solo me quedaba cuatro meses de vida.
La noticia como era de esperarse destroza prácticamente mi vida, pregunto rápidamente si es un error ya que nunca me sentí enfermo, de hecho estaba en mi mejor condición física, pero él me muestra los análisis y veo que no había error alguno.
Pregunto si es que hay alguna manera de curarme, yo sabía perfectamente todo de la enfermedad, desde como inicia hasta en que acaba, podría apostar a que sé mucho más que el doctor, pero la desesperación del momento me obligaba a escucharlo de él.
El menciona que estas cosas no te avisan hasta que ya sea demasiado tarde, que debí haberme hecho análisis antes, que hay una posibilidad con la quimioterapia pero que no me aseguraba nada, casi repitió las mismas palabras que pensé que diría.
No podía creer lo que me estaba pasando, era como una jodida broma, haber llegado tan lejos y que todo se acabe de esta manera.
Los siguientes días trato de aceptar el peor escenario posible, pensando porque me pasaba esto, ¿acaso fue un castigo o karma?, como cualquier persona en el mundo buscaba ganar mucho dinero, pero gran parte de mi trabajo estaba destinado a mejorar la vida de las personas, siempre donaba cada vez que la gente necesitaba y nunca le hice daño a otros… que no se lo merecieran, creo que quizás por lo último.
Con el tiempo en contra me dispuse a organizar mi vida, terminar algunos asuntos pendientes y tener optimismo en el tratamiento, aunque todo mi ser me decía que era una causa perdida, esperaba equivocarme al menos en esto.
Inicie mi tratamiento en un hospital cerca al mar para sentirme más relajado, recibía tratamiento cada semana y con cada uno desaparecía mis esperanzas, faltando un mes llegue al punto que ya no podía estar mucho tiempo en pie por lo débil que estaba.
Esa mañana esperaba al doctor para que me dijera como iba el avance de mi tratamiento, el doctor me dice que aún no se eliminaba el cáncer pero que esperaba que los siguientes tratamientos dieran resultado, le pregunto cuanto de este se había eliminado y me respondió que era mejor que no lo supiera y solo me concentrara en recuperarme, eso fue bastante claro.
Esa misma tarde llame a mi compañero de trabajo para que me trajera mi auto, le dije que en la cajuela hay unos papeles y una caja que necesitaba con urgencia.
No pasa más de una hora en que el me llama diciendo que llego al hospital pero que no podía sacar mi encargo, me rio un poco y le digo que suba al cuarto donde estoy ya que requería una llave especial para abrir la cajuela.
Mientras el sube me desconecto de las maquinas que me monitorean, me pongo mi ropa y me dirijo al ascensor de servicio, no sin antes ver que mientras se cerraba la puerta del ascensor, los doctores corrían a mi habitación.
Ya en el estacionamiento, me dirijo con mucho esfuerzo a mi auto, saco la llave que estaba en mi bolsillo y abro la cajuela para sacar la caja, no la recordaba tan pesada pero al menos puedo levantarla, y ya estando dentro del auto conduzco rápidamente fuera del hospital.
Pasado unos minutos me detengo en la entrada de la autopista que va al lado del mar, era mi lugar preferido para apreciar el paisaje, una hermosa vista del atardecer en el horizonte, la luz del sol reflejada en las nubes y el mar, el sonido de las olas y la suave brisa marina, era lo mejor que había sentido en mucho.
Sintiéndome más a gusto, abro la caja y saco su contenido, una botella de whisky, un vaso, un encendedor de oro, una guillotina pequeña y un habano, no suelo usarlos más que para situaciones especiales y hoy es una de ellas.
Con el Habano encendido me reclino en mi asiento y respiro hondo para relajarme, recordando cada cosa que hice en mi vida, y ya estando un poco más a gusto, tomo un trago de whisky, elijo una canción y arranco el auto.
Me dejo llevar por la música mientras el atardecer despeja mi mente de dudas y me centra en la carretera, mi cuerpo me duele pero ya no importa, ya he dejado todos mis asuntos en orden, lo único que deseo ahora es conducir lo más rápido que pueda, así que solo por ahora y por todo lo que dure, disfrutare del viaje.
-♫ Get up on the floor, Dancin’ all night long ♫
-♫ Get up on the floor, Dancin’ till the break of dawn♫ Get up on the floor, Dancin’ ♫
Conduzco por un buen rato a toda velocidad hasta que dejo de sentir mis brazos y empieza a nublarse mi vista, no tengo dudas con respecto a lo que me va a pasar, aunque debo admitir que no espere que acabara de esta manera.
Merci pour la lecture!
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