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Craig era su amor platónico y nunca imaginó poder hablar con él. Pero diversas circunstancias unieron sus caminos. Ahora Tweek ya no tendría que mirarlo de lejos. Créditos de la imagen: Kalatl


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#creek #southpark #tweek #Craig #Tweektweak #Craigtucker #sp #craig
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Capi 1

¿Qué tan raro es enamorarte de alguien con quien nunca has hablado? Peor aún, que nunca te ha visto, o que ni siquiera sabe de tu existencia.

Ese es el caso de Tweek, quién se enamoró del chico de la clase de al lado.

Craig Tucker, el mejor bateador del equipo de béisbol de la escuela, con buenas calificaciones y un aspecto resplandeciente. Para el rubio, él es perfecto.

Todas las mañanas se quedaba en la ventana de su salón, esperando que Craig entre al suyo. Sabía quienes eran sus amigos, donde vivía, sus comidas favoritas, mascotas que tenía, su promedio general y sus fetiches extraños. Todo gracias a la observación.


Y debido a lo mismo, se había dado cuenta de algo. Nunca lo había visto sonreír. Ni en reuniones sociales, ni de los chistes con sus amigos, comedias, caídas o cualquier evento divertido. ¿Raro? Él no pensaba eso, prefería decirle, interesante.


Por otro lado, Tweek seguía una estricta rutina diaria que consistía en ir a las gradas del campo de béisbol para ver a Craig practicar después de clases, después verlo marcharse en el auto de Token Black, dirigirse a su hogar y revisar las redes sociales del chico de sus sueños.


Esa tarde se encontraba bebiendo de su café en la grada más alta esperando que todos los integrantes del club llegaran para empezar a practicar. Ya no era extraño, a los miembros del club se les hacía normal que hayan personas ahí todo el tiempo; algunas estudiando, otras escuchando música o simplemente pasando el rato. Era una buena forma de pasar disimulado su acoso.

El entrenamiento comenzó al poco rato, todos empezaron a dar vueltas al campo, pero los ojos de Tweek buscaban a alguien en especifico. Sus ojos pasaron por cada uno de los que corrían, deteniéndose en un azabache de aspecto relajado; corría al lado de otro chico, un castaño de complexión robusta. Parecían amigos, muy amigos.


Clyde Donovan, miembro del equipo de béisbol y amigo de infancia de su amor platónico. Está cortejando a Barbara Stevens desde hace unos meses y no parece progresar. Sí, eso lo sabe porque también observa a sus amigos.

Tweek observó gustoso cada movimiento que hacía Craig que ni cuenta se dio que había empezado a oscurecer y las lamparas eran las que alumbraban el lugar. Pronto el entrenamiento acabó y todos los jóvenes empezaron a irse de la escuela, entre ellos, Tweek.

Recogió torpemente sus pocas pertenencias que tenía fuera y bajó apresurado las gradas para ver a Craig irse. Lo encontró con la vista y empezó a seguirlo con cierta distancia, sin dejar de mirarlo. Tenía que estirar su cuello y ponerse de puntillas si no quería perderle de vista debido a que era más bajo que los otros chicos. Avanzó sin fijarse que había alguien frente a él, parado usando su celular, y por andar de prisa, chocó contra su espalda y rebotó por la diferencia de estatura y peso.


—Ugh —Se quejó cayendo sentado mientras sus cosas se esparcían por los suelos.


—¡Hey!, ¿Estás bien? —Preguntó el chico mientras se giraba a verlo y le extendía la mano.


El rubio levantó la mirada y se encontró con el chico castaño, Clyde.

—¡Gah! E-estoy bien, solo... Es mi culpa. —Tweek ignoró el gesto del robusto para recoger sus cosas.


Sus mejillas empezaron a arder al percatarse de la situación en la que se encontraba. El mejor amigo de su amor platónico estaba hablando con él, ¡Estaba hablando con Tweek, el chico paranoico y adicto al café! Los ticś empezaron a inundarlo, y la risita del castaño sonó como respuesta.


—Siempre te veo en las gradas durante el entrenamiento. ¿Te gusta el béisbol?


—Ah, si. Algo así. —Pero más que el béisbol me gusta tu amigo Craig, pensó por inercia. Sus pensamientos tiñeron sus mejillas de rojo.


—¿Qué? —Preguntó Clyde con las cejas alzadas y estallando en risas. Tweek frunció el ceño sin entender de qué se reía.— Debí suponer que venías para ver a alguien.


—¡Ugh, ¿D-de qué estás hablando? —El rubio lo miró con desconfianza apretando sus cosas contra el pecho.


—Me llamo Clyde.


El castaño le sonrió divertido esperando una reacción de parte del menor. El pecoso suspiró con pesadez y giró a ver a Craig subiendo a una camioneta junto a dos chicos mas.


—Tweek Tweak —Soltó sin despegar su mirada del azabache que giró a ver a su dirección. En seguida desvió la mirada apenado.


—¡Clyde! —El grito de un tercero se hizo presente.— Apresurate, no tenemos todo el día para esperarte.


Los vellos de Tweek se erizaron cuando la gutural voz de Craig sonó. Levantó la mirada para verificar la reacción del castaño. Relajado, natural, acostumbrado a tratar con él.


—¡Voy en camino! —Clyde miró a Tweek con una sonrisa.— ¿Quieres venir, Tweek?


—¡Gah! N-no, no podría...


La mirada baja de Tweek no pasó desapercibida para Clyde, le gustaba hacer de cupido. Si no fuera porque estaba en el club de béisbol se hubiese unido al club de Yo Cupido. Lamentablemente ese chico Tweek no tenía pinta de ser atrevido, por lo que dejó pasar la situación.


—Deberias hablarle Tweekie, no es como si te fuera a comer por hacerlo.


—Me gustaría que lo hiciera —Soltó distraídamente, al reaccionar sus ojos se abrieron y su cara quedó roja de la vergüenza. Elevó ambas manos a la altura de su cara y las agitó apresurado— N-no a eso me refería, es decir, ojalá me invitará a comer, e-eso dije, no es como si deseara que me comiera a mí o algo por el estilo, ¡Agh! Por favor no le cuentes a nadie.


Clyde lanzó una carcajada golpeando su frente con la mano. Tweek solo se limitaba a mirar alrededor esperando que nadie hubiese escuchado lo que dijo, debía admitir que fue vergonzoso.


—Amigo, eres muy gracioso —Contestó eufórico intentando controlar su risa —Bien, tengo que irme. No le diré nada al Cómeme Craig, ¿De acuerdo?


—¡Gah! ¡Para!, ¡¿quieres?!


El contrario se alejó entre risas y se subió al auto en los asientos traseros junto a Craig. En seguida el auto entró en movimiento.


—Oye, ¿Quién era el chico tembloroso? ¿Nuevo amigo? —Cuestionó Token con diversión detrás del volante.


Jimmy y Craig giraron a verlo expectantes. Clyde solo soltó una risa.


—Oh, nadie. Solo un chico bastante interesante.


—¿En serio? —Clyde miró divertido al azabache a su lado.


—¡Por supuesto que sí!, ¿Cuándo me he equivocado con eso? —Craig solo giró los ojos para centrarse en su celular— Exacto. Nunca. Jaque mate, Comeme Craig.




26 Janvier 2020 22:19 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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