Pobre niña ingenua
Manteniendo a flote ideas
Que solo surgían en su cabeza.
Ignorante de acciones del amado
Que fingiendo cariño
Se mantenía en su pose de callado.
Con doble cara desigual
Mostrando por un lado el rostro de bondad
Y ocultando en el otro la mentira desleal.
Con palabras que carecen de valor
Presumiendo una limpia conciencia
¡Quién te viera ahora! Si hasta el harapo tiene mayor presencia.
Pobre niño ingenuo
Que sigue fingiendo ser lo que no eres
Creyendo ser la imagen de lo que por mucho careces.
Entre tú y yo no sé quién es más ingenuo
Si yo al verte como inmaculado
O tú al creerte en ese estado.
Ahora, no quiero desvirtuar tu careta
Pero uno de los dos debe dejar de mentir
Tú, de santo, no pasas de la banqueta.
Merci pour la lecture!
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