Y allí me encontraba."Caminaba con las manos atadas, arrastrándome a la sentencia que todos deseaban para mí". Iba rumbo a ser llevado a la muerte que con impaciencia todos estaban esperando, Por aquellas cosas que había descubierto. Y lo más curioso de todo, "La locura de poseer". E visto en carne propia que quienes han amado la ambición, la codicia, y el deseo de grandeza, siendo arrastrados por ella han visto al final de todo, su consecuencia. Todos los que han seguido fielmente este camino, han sido llevados a entregar hasta sus propias almas al mismo demonio a cambio de satisfacer sus deseos. Quien mejor que yo para contarles lo que pasó.
6 NOVIEMBRE.
Empezaba el mes de Noviembre. Era un día lunes si mal no recuerdo, trabajaba yo como secretario de uno de los departamentos de la Empresa A.C.D.I (Arquitectos y Constructores en el desarrollo de Infraestructuras). Tenía apenas 3 meses de haber calificado para el puesto, pero recién había llegado, me entere por otros compañeros que el secretario anterior había desaparecido sin dejar rastros, aparentemente nadie sabía lo que le había pasado; lo único que supe de él fue, que su nombre era John.
Había mucha armonía dentro de la empresa, todos parecían ser cordiales conmigo. "Por un momento me llegue a sentir cómodo". Mi jefe, Will Brown era el diseñador y constructor de numerosos edificios, un arquitecto reconocido en toda California. El, era el típico de jefe "buena onda" que le gustaba hacer fiestas en la empresa, repartir champan siempre que pudiera y tener uno que otro romance con las secretarias de los otros departamentos. El aparentaba ser una buena persona. Muy a menudo lo veía salir de la empresa con todo el grupo de arquitectos a reuniones secretas, nunca fui invitado a una, tampoco sabía que hacían, ni adonde iban. Solo sé que era nuevo y que para ellos, simplemente el secretario nuevo.
Aparte de archivar, mi trabajo era prácticamente el de ser un poco multifuncional, no siempre estaba en mi departamento, el teléfono sonaba constantemente para que subiera a atender a los arquitectos. En un día podía recorrer hasta 10 oficinas prestando mis servicios, desde hacer algún trabajo que les correspondía, hasta limpiar la oficina de alguno de ellos. Yo notaba que cada oficina era diferente, tenían cosas en particular, pero solo una de ellas llamaba mi atención. Era una especie de ojo en el centro de un triángulo en las puertas de los depósitos de cada una de las oficinas, cada vez que las miraba me causaban un poco de espanto.
-¿Qué haces?
-Nada. Respondí.
-Deja de observar esa puerta porque no se te es permitido ver detrás de ella, a menos que seas uno de ellos. ¡Vuelve a tu trabajo!
- salí enseguida.
Steve Bromson. Era el subgerente de la empresa, apenas tenía 2 años en ese puesto, aun no era uno de ellos. Pero si sabía exactamente lo que se escondía allí. Steve era un hombre codicioso, su avaricia y su amor al dinero lo llevaban a la locura del querer poseer. Además de que su comportamiento contrario y su actitud egocéntrica lo hacían ver como un hombre repulsivo. Por lo que juro que haría lo que fuera hasta vender su alma si fuese posible con tal de estar en el mismo lugar que ellos.
Continué con mi trabajo. Se acercaban los días para un nuevo ascenso de todo el personal. Cada vez que al jefe le tocaba viajar para participar en los congresos internacionales, con el fin de quedar electo como parte de los cuerpos ejecutivos, salía con la excusa de querer ascender a todo el personal; por si no llegase a estar, quedara uno en su lugar. No sé porque lo hacía, no era la primera vez que lo hacía.
Pasando para dejar unos documentos en los departamentos, raramente no sé porque, llegue a escuchar la preocupación de una de las secretarias mientras hablaba con otra.
- ¡No quiero ir!, sabes que no volveré más. Alargo el llanto.
Mientras seguía caminando, las conversaciones de los demás en los pasillos eran sobre ese viaje, y el éxito internacional que tendría el jefe luego de regresar.
-Ya lo verán esta vez no quedara fuera, el calificara.
- ¡Nadie sabe el secreto de nuestro arquitecto! ¡Claro que quedara!
Escuchar esas palabras Por un momento me habían empezado a preocupar, no sabía en lo absoluto lo que estaba pasando. Esos símbolos en las puertas, las palabras de Steve, el llanto de la secretaria venían a mi mente. Por un momento, mi curiosidad me llevó a querer indagar el por qué estaban tan confiados, y cual sería ese secreto de nuestro jefe el arquitecto.
27 OCTUBRE
Pasados los días llego el mes de octubre. Era viernes por la tarde, a todos les esperaba un fin de semana con el jefe. "Era mi oportunidad de saber que ocultaban". Ya faltando unos minutos para salir, Hice a subir a mi auto y encenderlo, vi a Steve subirse en el auto del jefe con la secretaria. Espere a que se fueran, y Habiéndose ya ido. Los seguí a la distancia. Sabía que algo andaba mal. No me podría imaginar lo que podía suceder en el lugar. Encendí mi auto y me fui.
Al llegar, todos los autos estaban estacionados, en un bosque. Me sentí extrañado, me baje y de pronto, comencé a escuchar "gritos". Rápidamente me adentre al bosque para saber que pasaba, y lo que vi me lleno de gran espanto. Un grupo de personas con túnicas negras estaban alrededor de un altar bebiendo la sangre de una mujer, "parecía ser la secretaria" su cuerpo yacía muerto entre ellos. También Pude presenciar con mis ojos como Steve, despojado de su ropa, era comido vivo por ellos. De pronto me lleno de terror entender que "ese era su secreto" para mantenerse en el poder, Cuando quise echar a correr, detrás de mí, estaba mi jefe Y dos arquitectos. Me tomaron de las manos y me ataron.
Ahora aquí me encuentro, como les venía diciendo en el principio, sin saber que será de mi después de esto...
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