francis_99 Francisco L. Marín

¿Qué pasaría si tú y tus amigos sois los únicos que sobrevivís en un accidente de avión? Nuestros jóvenes protagonistas tendrán la buena o la mala suerte de haber caído en una isla aparentemente desierta, pero el hambre y la sed los acabará forzando a descubrir que se oculta en las profundidades de ella. Nada es lo que parece.


Fantaisie Épique Déconseillé aux moins de 13 ans.
1
4.5mille VUES
En cours - Nouveau chapitre Tous les 15 jours
temps de lecture
AA Partager

Capítulo I

Solo habían sobrevivido ellos.


Llevaban ya la mayor parte del día explorando lo alrededores de aquel avión que les había llevado a la ruina. El aparato había quedado completamente destrozado. Las alas se encontraban separadas del cuerpo metálico y completamente destrozadas. En el interior apenas pudieron encontrar algunos paquetes de agua embotellada y pequeños snacks que ayudarían a aguantar el hambre como mucho un par de días.

—Yo creo que ya no hay nada más que nos sirva —dijo Zohan, uno de los supervivientes. De pelo corto y en punta y con un cuerpo trabajado por el gimnasio

—La mayoría de los pasajeros han acabado completamente destrozados. Te lo juro que aun no entiendo como hemos salido nosotros completamente ilesos —Dijo Frank, un chico de pelo corto y ojos almendrados. Seguía llevando la ropa con la que partió en el viaje: una camiseta corta roja y unos pantalones vaqueros de tamaño reducido.

Del cuerpo del avión surgieron dos figuras más, la de un chico de pelo lacio recogido en coleta junto con una chica rubia de pelo corto.

—Nada de nada—dijo Tom dando un suspiro. Él era otro de los que había sobrevivido y también amigo Frank y Zohan, de hecho, todos eran ya amigos de antes.

La chica que le seguía era la única que parecía estar entre ellos. Su pelo rubio estaba acompañado por una pequeña cara de rasgos suaves junto con unos ojos azules que recordaban al mismo océano que les rodeaba.

—deberíamos hacer algo con los que han fallecido —Dijo Dasha, la única chica que se encontraba en el grupo y que de hecho era la novia de Zohan. —he contado como unos veinticuatro muertos, pero seguro que debe haber alguno más.

—Vamos a ir recogiendo los cuerpos como podamos y los vamos apilando —dijo Frank—. y ya vemos cómo podemos enterrarlos.

Los otros tres supervivientes afirmaron con un gesto de cabeza. Fueron recogiendo los cuerpos que se encontraban alrededor de los escombros del avión. Algunos todavía se encontraban completos, pero otros ya no parecían ni cuerpos humanos, incluso había algún pequeño cuerpo de niño.

A las pocas horas ya estaban todos los cuerpos apilados en aquella orilla de la isla, donde se había producido el siniestro, de hecho, apenas se habían movido de ese perímetro, preferían intentar encontrar suministros dentro del avión que irse a explorar la isla que parecía tener un tamaño bastante considerable.

Frank se quedó durante unos instantes mirando la cantidad de cadáveres que ahora cubría la orilla. Estaba compuesta de una arena blanca y limpia que les recordaba a las islas paradisiacas que veía en la televisión, pero esto no tenía nada de paradisiaco. Se encontraban en una isla que no tenían ni idea de cuál era y además no sabían si era desierta o si había algún tipo de civilización viviendo en estas tierras, eran preguntas que inquietaban a todo el grupo, pero sobre todo a Frank que se sentía en parte culpable por lo ocurrido.

Dasha, Zohan y Tom abrieron algunas bolsas de snacks para poder comer algo, ya el sol estaba por caer y apenas habían comido nada por el shock de la situación.

—Frank no te rayes más y come un poco anda —le dijo Zohan apoyándole la mano en su hombro—. Seguro que ya habrán dado la alerta del accidente y mañana o pasado mañana como mucho vendrán a rescatarnos.

Frank le devolvió una sonrisa, pero realmente no creía que fueran a venir mañana o pasado, de hecho, no creía ni que fueran a venir a rescatarlos. Tenía esa sensación y en parte le hacía sentir incómodo y confundido. Él no quería quedarse viviendo en una isla el resto de su vida y menos sabiendo que ya no podría ver a su familia.

—¿Nos dará la comida para aguantar al menos dos días más? —le pregunto Frank.

—Yo diría que más o menos si, por suerte ninguno de nosotros tiene necesidad de consumir grandes cantidades de comida.

—bueno en eso tienes razón —dijo Frank sonriéndole.

Dasha y Tom se acercaron a ellos. Llevaban cada uno algunas mantas que al parecer habían podido rescatar del avión.

—Yo no sé si hará frio por la noche chicos, pero por lo menos tenemos para taparnos con estas mantas –les dijo Dasha, con carita de preocupación—. Tom y yo hemos pensado que sería mejor pasar la noche dentro del avión que, aunque este destrozado va a ser mejor que nada.

Tom afirmó con la cabeza.

—Yo he encontrado un par de móviles que todavía funcionaban, pero aquí no hay nada de cobertura –dijo Tom, sacando de una mochila un par de móviles.

—Pues nada… igual está bien que los conservemos que nunca se sabe—dijo Zohan—. Y lo de dormir dentro del avión me parece bien Dasha, no me hacía mucha ilusión tener que dormir en la arena —le esbozó una sonrisa.

Zohan en el fondo sabía que Dasha estaba ocultando sus verdaderos sentimientos. Ella siempre había sido una chica muy pesimista y estaba demostrando demasiado optimismo por su parte y aún no habían pasado siquiera una noche en la isla. Tampoco quería presionarla y preguntarle de verdad como se sentía. Todos estaban asustados en cierta medida, pero él seguía teniendo la esperanza de que tarde o temprano vendrían a rescatarlos. Las autoridades no iban a pasar por alto un accidente de avión o al menos eso quería creer.

Las estrellas se acabaron fundiendo con la negrura del cielo. Se veía con gran claridad la cantidad de estrellas que componían el cielo esa noche, inmensas y llenas de luz y a la vez dando sensación de soledad.

Los chicos fueron a lo que quedaba del avión y se acurrucaron como pudieron. Dasha se encontraba durmiendo encima de las piernas de Zohan y Tom y Frank se encontraban algo apartados de la butaca de los tortolitos.

Frank se asomó por la ventana para echar un vistazo al cielo y enseguida un torrente de pensamientos le inundaron la cabeza, ¿De verdad Zohan tenía razón en que los rescatarían? ¿Habría más gente viviendo en la isla? ¿Podrían ser hostiles?

Las preguntas se repitieron en bucle dentro de la cabeza de Frank que al final acabaron por inducirlo al sueño. Por otra parte, Tom se encontraba mirando uno de los móviles que todavía funcionaba, no tenía patrón de seguridad así que pudo ver a quien pertenecía. Las fotos eran de un hombre de unos treinta años y en algunas fotos aparecía con una pequeña niña que no llegaría ni a los siete años. En otras fotos también aparecía una mujer junto a ellos dos.

Tom, al ver esas fotos sintió una punzada en su corazón al pensar que ahora esa familia ya nunca volvería a estar completa, y como él otros tantos que habían fallecido y dejado a todas sus familias atrás.

Para toda la eternidad.

Los primeros rayos de sol ya comenzaban a colarse por cualquier grieta del avión y comenzaban a molestar en los ojos de Frank, decidió que ya era momento de levantarse y así hizo. Se dio cuenta de que ninguno de los demás de encontraban dentro del destartalado avión así que salió a ver dónde estaban.

Los tres se encontraban bañándose en la orilla de la playa: Zohan se encontraba jugando con Dasha a lanzarse salpicaduras de agua y Tom iba a su bola como siempre, se encontraba de espaldas flotando en el agua.

Frank al verlos así por un pequeño instante se le olvido el contexto de la situación, pero enseguida volvió a la realidad.

«Pasarán los años y seguiré sin entender como este tío puede ser tan optimista», pensó Frank.

Frank se fue a acercando a la orilla y se quedó allí mirándolos. Se había quitado los zapatos y calcetines que había llevado desde ayer, aunque realmente los llevaba desde antes de partir del viaje así que vio buena opción deshacerse un rato de ellos. El agua estaba tibia, pero Frank sentía una gran frescura cuando envolvía sus pies

—Vente con nosotros anda! —dijo Zohan, alzando las dos manos—. El agua está buena y así de paso nos limpiamos un poco, ¿verdad Tom?

Zohan se acercó a Tom e hizo que se zambullera por completo.

—Creo que me vendrá bien refrescarme un poco, —pensó Frank, decidido.

Se quitó la camiseta y fue introduciéndose en aquel mar, tan silencioso, tan misterioso.

—¿Cuándo habéis despertado? —preguntó Frank, con el mar cubriéndole hasta el pecho.

—Pues hace bastante Frank—le dijo Dasha, que se había separado de Zohan que ahora se encontraba lanzándole agua a Tom—. Hemos enterrado ya la mitad de los fallecidos.

—Joder, pues podrías haberme despertado que yo os hubiera ayudado.

—Parecías un gatito mientras dormías, ahí todo acurrucado—interrumpió Zohan—. Me daba cosa despertarte ja,ja,ja.

—Pues sí la verdad, de todas formas, luego cuando haga menos calor terminaremos de enterrar los que faltan.

—¿por cierto, donde los habéis enterrado? —pregunto Frank—. Dudo que los hayáis enterrado en la arena…

—Pasada lo que es la playa comienza la tierra firme—le explicó Dasha—, por la mañana temprano fuimos y encontramos unos huecos grandes en el suelo.

—Servirá entonces para que puedan descansar esas pobres personas…

Zohan y Tom se acercaron a ellos.

—¿No os flipa la montaña tan grande que hay en la isla? —dijo Zohan, señalando con su dedo—. Me da la sensación de que la isla sigue una vez pasada esa montaña.

—Podría ser que la gente de aquí haya hecho túneles en la cordillera para comunicar las zonas—dijo Tom, con la mano en la barbilla, arrugada por el agua.

—A saber…—dijo Frank, en susurro.

—Bueno, ¿Vamos a comer ya? —Dijo Zohan—. Que a mí me ha entrado un hambre de estar aquí en el agua…

—A mí también—Dijo Dasha, inquieta—. Pero tenéis que saber que solo nos va a dar la comida hasta la noche…

Cuando Dasha dijo aquello, todos durante un momento se pararon a pensar en la situación: se estaban quedando sin comida y la posibilidad de que vinieran a rescatarlos mañana daba la sensación de ser algo casi improbable.

—Bueno a lo mejor mañana ya nos despertamos por las alarmas de la guardia costera—dijo Zohan, tratando de tranquilizar a sus amigos, aunque está vez también iba para sí mismo.

Después de ese momento incómodo, fueron saliendo del mar para secarse con los rayos que apretaban todavía aun habiendo ya pasado el mediodía. Hacía algo de brisa, pero llegaba tan caliente que se hacía a insoportable. Frank y Tom se quedaron en la orilla de la playa, sentados en la orilla conversando mientras que Zohan y Dasha se acercaron a los restos del avión

—Nos quedan seis barritas de chocolate Zohan—le dijo Dasha, preocupada—. Vamos a comernos una cada uno y ya a la noche si tenemos mucha hambre nos comemos las que quedan, pero yo diría de guardar para mañana.

—Lo que tu veas cariño, si tienes hambre te puedes comer la mía que me queda.

—no digas tonterías, sabes que muy probablemente mañana no llegue ningún rescate, ¿Qué vamos a hacer cuando ya no haya nada? El cuerpo puede aguantar bastantes días sin comer y solo con agua, pero…

—Si mañana no viene ningún rescate ya te puede hacer una idea de lo que va a tocar hacer

—Me da mucho miedo esta isla Zohan—dijo Dasha, preocupada—, que todavía no hayamos visto a nadie no me da nada de confianza. A Dasha le provocaba ansiedad el pensar que algún tipo de tribu con rituales extraños los acabara encontrando. La posibilidad de que de alguna manera pudieran ser torturados la aterraba.

—A mí tampoco me hace gracia explorar una isla que no sabemos siquiera donde se ubica, pero tampoco es que haya más posibilidades que barajar Dasha.

—si lo sé, pero no me gusta nada la idea, me entra ansiedad solo de pensarlo.

—Tú tranquila que sea quien sea que haya en la isla no te va a tocar ni un solo pelo te lo aseguro —las palabras de Zohan sonaban firmes.

Las siguientes horas de la mañana transcurrieron tranquilas, aunque poco a poco el sol iba perdiendo fuerza y ya se podía aguantar mucho mejor el calor. El mar seguía tranquilo, con pequeñas olas que iban acompasadas. Se podían ver algunas grandes aves que debían ser águilas, pasaban a una velocidad increíble por la superficie del agua para buscar una presa a la que cazar.

—Ya está bajando el sol—dijo Dasha, que se encontraba tumbada en la orilla junto a los demás—. En un rato podremos coger los últimos cuerpos.

—Esta vez sí que voy a ayudar—dijo Frank, con una pequeña sonrisa.

—Por la cuenta que te trae Frank—Dasha le devolvió la sonrisa

Tras un rato, el sol ya había bajado la intensidad a comparación con las primeras horas del día por lo que pudieron ponerse en marcha. Los cuerpos eran llevados cada dos, ahora que Frank ya podía ayudarlos. Zohan y Dasha llevaban el cuerpo de un hombre de mediana edad que había quedado con los brazos quebrados. Era una imagen que se hacía difícil de ver, pero sin duda que el cuerpo que más difícil sea hacia ver era el que llevaban Frank y Tom. Era el cuerpo de un joven que no superaría siquiera los veinte años, se notaba el fuerte golpe que se había propinado en la cabeza y como este le habría provocado un traumatismo craneoencefálico severo.

Frank, que todavía no había visto el lugar de enterramientos, pudo ver aquellos agujeros que había por esa zona, eran de diversos tamaños, pero dos de ellos estaban ya cubiertos de tierra, hojas y ramas.

—Chicos, id dejando el cuerpo dentro del agujero con cuidado, los cuerpos ya han sido lastimados lo suficiente—dijo Dasha, señalando uno de los agujeros que tenía un tamaño suficiente para enterrar varios de los cuerpos—. Los vamos a ir dejando de dos en dos hasta que ya haya que tapar el agujero.

Los chicos fueron colocando a la víctima, que bien podría haber sido cualquiera de ellos. Tras varios cuerpos más comenzaron a cerrar el agujero como pudieron: utilizaban algunas aglomeraciones de tierra que se encontraban bajos los troncos de algunas de las palmeras, fragmentos de ramas y algunas hojas de palmera que eran bastante útiles para el taponamiento de aquella estancia eterna para todas las víctimas.

Frank se percató de como al fondo del lugar en el que se encontraban enterrando a las víctimas se empezaban a entremezclar tanto de palmeras como de grandes árboles, dando la sensación del nacimiento de un bosque.

—Yo creo que ya están todos—dijo Dasha, dando un suspiro. Se encontraban enfrente de aquellos agujeros, mirando y, aunque ninguno de ellos era extremadamente religioso, decidieron que sería una muestra de respeto el dejar un minuto de silencio en honor a todas las víctimas.

Las horas fueron pasando y ya enseguida cayó la noche. los chicos ya se encontraban devuelta en la orilla, lugar de origen de la catástrofe.

—esta será ya la segunda noche que pasemos aquí…—Dijo Dasha, se encontraba triste. Ella no quería tener que llegar a la situación de tener que explorar este gran trozo de tierra que ni siquiera sabían a donde pertenecía. La simple idea le provocaba un malestar recurrente.

—Mañana por la mañana iremos a explorar—Dijo Zohan, más serio de lo normal—. Nos llevaremos cada uno una de las barritas de chocolate para reponer fuerzas porque la vamos a necesitar.

—Pero por la mañana nos vamos a abrasar Zohan—Dijo Tom. Él no era precisamente fan de las largas caminatas. Era capaz de quedarse sentado en la silla del pc más de doce horas sin siquiera ir al baño.

—Saldremos antes del amanecer, pon la alarma a alguno de los móviles que encontraste, así evitaremos perder tiempo.

—Y dije yo que no iba a venir nadie—dijo Dasha, los ojos húmedos—. Vamos a tener una peor muerte que incluso las victimas del avión…

—No digas tonterías Dasha, por favor—La voz de Zohan era firme. Él daba la sensación de estar tranquilo pero la tensión de la situación era demasiado alta como para que pudiera suplirla por completo—.Es cierto que pensé que quizá podrían llegar los servicios de rescate rápidamente y también es cierto que tenía la sensación de que realmente nos salvarían, pero tenemos que ser realistas y apegarnos a la realidad Dasha, si no hacemos algo nosotros acabaremos muriendo de hambre y eso tú lo sabes perfectamente así que la única opción es echarle huevos y ver qué es lo que hay en esta isla.

Se encontraban sentados en la orilla. Dasha giro su mirada y se quedó mirando el horizonte azul. Por otro lado, Frank no quiso decir nada, el ya desde el primer momento sabía que acabaría tocando explorar y ver si hay gente o al menos algún tipo de alimento proveniente de plantas o árboles que los pudiera seguir manteniendo con vida.

Al cabo de un rato, se levantaron para dirigirse al lugar en el que habían pasado la última noche, los restos del avión que, al menos seguía conservando algunas butacas que le dejaba dormir cómodamente dentro de todo lo malo.

Dasha esa noche decidió dormir separada de Zohan. No es que ella estuviera enfadada con él ni con ninguno de los demás, es que simplemente no quería imaginar que se podrían encontrar en las profundidades de la isla. La sola idea de que pudiera picarle algún insecto venenoso a alguno de ellos la aterraba, no tanto el imaginarse que le ocurriera a ella.

Mientras estaba acurrucada en la butaca con una manta encima comenzó a acordarse de su vida pasada y como lo que iba a ser el viaje de sus vidas había acabado por convertirse en una terrible desgracia. Ella también pensaba constantemente en cómo podía ser la gente del lugar. Pensó en algún tipo de tribu que tuviera miedo de los extranjeros y que los atacara sin darles oportunidad.

«moriríamos incluso peor que las victimas del avión», pensó amargamente, casi llorando.

Tom ya había dejado la alarma preparada para que sonara a las 5:00 A.M. Mientras se encontraba en la butaca intentando dormir le venían a la mente imágenes de sus padres. Él realmente nunca había sido una persona muy apegada a su familia, pero la ausencia de ellos le hacía sentir realmente mal, aunque a igual parte también le hacía sentir mal el no poder jugar a videojuegos por absurdo que pudiera ser.

La noche transcurrió como la anteriores, sin apenas sonidos externos más que el crujir de las pequeñas olas que llegaban a la orilla. Durante algunos momentos puntuales se pudieron escuchar sonidos similares a lo que hacían las aves, aunque no se podía estar seguro de ello. Zohan se des desveló al menos dos veces, en su cabeza solo resonaba una palabra

«Protégela»

«Protégelos», pensó Zohan intentando volver a dormir. Tenía que ir lo suficientemente descansado para aguantar la caminata que se les venía encima.

Pipipiiií, pii, piiii… Pipipiiií, pii, piiii

Pipipiiií, pii, piiii… Pipipiiií, pii, piiii

Tom con los ojos entrecerrados agarró el móvil que no paraba de sonar y desactivo aquel sonido tan molesto. Se intentó limpiar con la manta que usaba para dormir los ojos legañosos y enseguida se dio cuenta de que ya había alguien despierto.

—Los vas a despertar tú? —dijo Tom, aún somnoliento.

—Sí—afirmó Zohan—. Coge una de las mochilas que hay y mete todo lo que veas que pueda ser útil y necesario.

Tom afirmó con la cabeza dándole la sensación a Zohan de que no se había enterado de nada. Se dirigió al fondo donde se encontraba Dasha durmiendo, en una de las butacas cerca de la de Frank.

—Cari, despierta que ahora mismo saldremos—Le dijo Zohan, acariciándole la mejilla.

Los ojos entrecerrados, Dasha se quedó mirando a la figura que tenía enfrente.

—Zohan…—Dijo, junto con un bostezo.

Enseguida Dasha fue consciente de lo que ocurría a comparación de Tom, así que enseguida entro en contexto. Frank, fue el último al que despertó Zohan, después de que prácticamente tuvieran todas las cosas preparadas. Zohan era el que llevaba la mochila, insistió en solo cargar con una, aunque Dasha también quería portar una.

En la mochila se encontraban las barras de chocolate que le quedaban a cada uno, unas cuatro botellas pequeñas de agua que ya eran las últimas que quedaban, un par de mantas por si les tocaba dormir en la intemperie, uno de los móviles encontrados por Tom y un “arma” fabricada por Zohan que básicamente consistía en un palo astillado con clavos alrededor de él.

Ya marcaba las 5:40 A.M. en el móvil así que ya era momento de partir antes de que salieran los primeros rayos del sol. Zohan, Dasha, Frank y Tom ya estaban preparados para salir a la exploración. Realmente se encontraban mucho más tranquilos que el día anterior sobretodo Dasha, quizá porque ya se había hecho verdaderamente consciente de la situación en la que se encontraban.

Los cuatro juntos fueron alejándose poco a poco del avión, sin siquiera hacerse una idea de lo que les iba a deparar el interior de la isla.

7 Septembre 2019 14:00 2 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
2
Lire le chapitre suivant Capítulo II

Commentez quelque chose

Publier!
Galo A. Vargas Galo A. Vargas
Hola Francisco, Somos del equipo de verificación de Inkspired. Quisiéramos verificar tu historia, per para eso necesitamos que por favor corrijas ciertas faltas de puntuación y ortografía; especialmente la falta de puntos seguidos, en donde en lugar de ellos utilizas "comas" cuando se está hablando de una idea diferente. Tan pronto hayas hecho la corrección en todos los capítulos por favor responde este mensaje. Gracias.
September 09, 2019, 12:45

  • Francisco L. Marín Francisco L. Marín
    Ya he realizado la revisión de puntuación de los capítulos publicados. September 24, 2019, 06:38
~

Comment se passe votre lecture?

Il reste encore 14 chapitres restants de cette histoire.
Pour continuer votre lecture, veuillez vous connecter ou créer un compte. Gratuit!