Te vas y ahora lo noto. Me gustas, me gustas, tanto. Cuando dijiste que te marchabas, sentí frío. Nunca nada había congelado mi alma, calado mis huesos y despertado miedo en mí, como ese instante. ¿Qué cubría mis ojos que nunca lo noté? No sé cuando me perdí o cual fue el momento y hora exacta, pero caí, caí en lo que juré jamás volver a sentir.
Estoy segura que no fue tu sonrisa, porque siempre llevas esa sonrisa sarcástica pintada en tu rostro, esa que tanto enseñas con galantería para ver quien pica el anzuelo y termina en tus sábanas.
¿Tu cuerpo?, no. Tampoco fue eso, porque, aunque en un principio llamó mi atención, no es algo en lo que yo caería rendida.
Tampoco fueron las marcas de tinta impregnadas en tu piel, esas que tanto decoran tus brazos y son visibles cuando usas aquella camisa manga corta, en la que exhibes tus músculos enmarcados por esos retazos.
Tus ojos cafés, tal vez, y es que esos ojos decían tanto, no podías disimular nada con esos orbes y mucho menos cuando echabas un vistazo al rededor.
Ahora que lo pienso con más detalle, lo que me capturó fue tu cerebro, tu forma de pensar, tu forma de hablar, la manera en la que ríes socarronamente cuando sabes que has ganado una discusión y tus ojos brillan con malicia, como si escondieran el secreto más grande. Fueron tus actitudes desafiantes, tus convicciones y quizá el hecho de que eres imposible.
Siempre me gustaron los retos, lo inalcanzable y lo imposible.
Y es que estoy consciente que no soy el tipo de nadie, demasiado corriente, demasiado común como para ser tomada en cuenta, pero no pude evitarlo sabes, porque en el corazón no se manda y aquí voy de nuevo, tropezando con lo improbable.
Cayendo por una historia que jamás sucederá, porque nunca hubo un comienzo. Créeme, estoy segura que soy otra más en tu lista de chicas, que te han buscado y quizá han aceptado tu amistad con tal de recibir una mísera parte de tu atención.
Me pregunto ¿Cómo termine siendo tan patética? ¿Cómo acabe aquí, sentada en el sofá, escribiéndote, dándote mis pensamientos? Y la respuesta viene sola a mi mente. Siempre me dije que cuando sintiera algo nuevamente por alguien tenía que ser especial y sabes qué, lo eres; a tu muy particular forma y por ello no me arrepiento en lo absoluto de conocerte y confieso que haría todo de nuevo en otra vida con tal de encontrarte.
Merci pour la lecture!
Nous pouvons garder Inkspired gratuitement en affichant des annonces à nos visiteurs. S’il vous plaît, soutenez-nous en ajoutant ou en désactivant AdBlocker.
Après l’avoir fait, veuillez recharger le site Web pour continuer à utiliser Inkspired normalement.