rodrigo-caraballo1553910999 Rodrigo Caraballo

El protagonista es puesto en una situación extrema donde su personalidad sufrirá muchos cambios. Es puesto en la situación de ser la única esperanza para su amiga, ahora la pregunta es, ¿Podrá ser un valiente o sera un cobarde?


Thriller/Mystère Interdit aux moins de 18 ans.

#338 #reality
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Soy un cobarde

Puedo llamarme cobarde o valiente, puedo fingir ser macho y solo ser un niño. Al final lo que marca quien eres son tu acciones, los momentos vividos y lo que marca si eras un valiente con todas las letras, o simplemente un mal cobarde son aquellos momentos vividos de donde quizás no hubiera regresado. Creo ser y no dejar de ser un cobarde porque no logro enfrentar lo que me hace daño así como no querer revelar mi verdadera personalidad, mi verdadero deseo por ser quien no soy.
Era un día más quizás tan del montón que pedía a gritos algo diferente, 21:47 marco el reloj y en ese momento la música en mi casa de detuvo al ver ese mensaje… “Creo que me están siguiendo”, como algo tan simple como un mensaje de What’s App… Que solo demora una milésima de segundo en llegar a mi teléfono puede crear tanta tensión en mi mente, las consecuencias de un mundo moderno. Tome mi celular lo más rápido posible mucho más rápido de lo que usted lee esto, respire hondo mientras le escribía que no deje de mandar mensajes. Aunque aún recuerdo el último de esa noche… “Ayudameeee!” y luego de eso, llega su ubicación en tiempo real, sabia a donde iba, pero su ubicación marcaba otro lugar. Después de dos segundos de pánico, donde la parálisis se apodero de mí ser, reaccione rápido a subir a mi moto. Fue un viaje tan largo siguiendo la ubicación. Pensaba en ella, su inocencia de querer conocer a una persona, que la invita a tomar algo, y no llegar a ningún lugar nunca más. Pensaba en cuantas mujeres son privadas de su libertad, por un grupo de cerdos que se hacen llamar “machos” y buscan justificar sus acciones con la típica frase, “Me provoco”, condenando de culpa a la víctima que en muchos casos, ya no se puede defender. Pensaba en la cantidad de palabras que escuchan como “halagos” o “piropos” sembrando el miedo, tanto como para que ellas no puedan distinguir quien es simpático y quien te quiere destruir. Pensaba que en el mejor de los casos, y solo en el mejor, pueda aun encontrarla con vida. Solo fueron 5 minutos, en mi mente fueron años, pensando en cómo llegar a ella, en como estaría, en que pasaría. Hasta que llegue al lugar, una puerta roja, ahí fue donde su ubicación se detuvo. No sabía si estaba ahí o era una trampa. Pero tenía que intentar, dejo mi moto y comienzo a andar, me revisan para que no lleve nada malo. Entro y recuerdo cada detalle de ese lugar. Lo más parecido a un teatro pero lleno de tragedia, los consumidores sentados en butacas viendo pasar mujeres como si fueran artículos de uso cotidiano, el juego trataba de quien pagara más, pasaba una noche con una de las chicas. Pero ella no estaba en el lugar, no al menos en el escenario. Comienzo a caminar observando a los guardias, veo que está todo muy silencioso y que cualquier grito podía ser escuchado, me asombraba que si alguna de ellas gritara se la podría escuchar. Cuando las ideas comenzaban a terminarse, consulte nuevamente mi celular, vi que tenía un mensaje de voz, “Ya es tarde muchacho, es nuestra”. Frustrado, amargado, me tire en el suelo contra una puerta, sentía que moría junto a mi amiga. Pero luego de un momento de respiración profunda, escuche aún más el silencio y no se reconocer aun si mis instintos o dios me ilumino. Pero bajo ese silencio, reconocí la voz del audio, junto a la frase. “Es un bombón y la voy a probar” se pudo escuchar su siniestra risa, en ese momento su voz la reconocí, quedo guardada en mi mente. Seguí su voz hasta una puerta común, sus colores reflejaban el alma de esos bastardos, oscura y fría, no logro intimidarme y entre. Era un pasillo angosto y largo, callado y recuerdo escuchar a los grillos en mi cabeza. Fui mirando habitación por habitación en todas mujeres, desnudas, algunas dormidas… Hasta que di con ella, estaban ellos de espalda a mí, también desnudos, en un segundo pude ver su alma, tan putrefacta y despiadada como las marcas en su espalda. Tome lo primero que pude y golpee a uno, mientras el otro corrió en busca de su arma, uno inconsciente y el otro por matarme. Quizás aún no era mi momento pero su arma no disparo. Se trabo, con toda mi furia salte sobre él, no fue la mejor idea, saco un cuchillo largo como mi mano, me lo enterró en mi estómago, sentí todo mi cuerpo partirse en dos, aunque logre alejarme de él, fui quitando de mi cuerpo el cuchillo mientras sentía como el dolor tan claro, pasaba a un segundo lugar y un poder sobre humano mi daba fuerza. Dicen que los humanos tienen eso, en situaciones límites pueden actuar por encima de su capacidad, incluso soportar más dolor. Ahora era yo el portador del arma, fui directo a su cuello, cayó sin hacer nada, en ese momento volvió el silencio, mi amiga me observo, llorando, me abrazo… “No puedo verte porque me sedaron, pero se quién eres”. No había tiempo para nada, ni para emociones. La tome en mis manos, la ate sobre mi espalda, camine en silencio con la esperanza de llegar a salvo, tome su celular, marque al 911, pedí un patrullero cuanto antes, di la dirección, tome el arma del sádico, nunca había sostenido una, bajamos una escaleras que daban al patio del fondo, cuando creía que estaba a salvo, otro impacto cayó sobre mi cuerpo y junto con el estruendo del disparo, se escucha la frase, “Te dije que ya era nuestra”, Caí al suelo con ella, levanto la vista y me estaba apuntando, quizás en el relato se vea todo a cámara lenta, pero fue todo muy rápido. Ambos disparamos, ambos volvimos a caer, y en ese momento creí morir, vi salir los guardias, vi salir mi muerte. Pensé que me matarían, pero optaron por torturarme. Sentir dolor ya en ese momento era lo que menos me importa, aunque fuera en cenizas quería salir de ese lugar… Me ataron a una silla, mientras me golpeaban duramente, estaban a punto de violar a mi amiga, esa era mi tortura, cuando se escucha un golpe de una puerta, y otro silencio, se para el mundo ellos completamente desnudos. “Arriba las manos policía”, supe que tendría una segunda oportunidad, que tendríamos una segunda oportunidad.

Pasaron los meses, logre volver a vivir, pero nunca en paz. En la noticias veo, el acusado de violaciones y tráfico de mujeres queda libre por “falta de pruebas”, algo tan típico que no debería haberme causado nada. Si no fuera por todo lo que pase, sé que no era la solución, pero decidí buscarlo, me quede solo durante meses, creían que había desaparecido, nunca me fui, solo me aislé, quizás estoy o estaba loco. Pero lo encontré, luego de seguir en su búsqueda, lo observe horas desde mi auto, buscaba otra víctima, nunca perdió sus malas intenciones, hasta que en un momento vi cómo se acercó a su víctima. La tomo por detrás, le puso una bolsa en su cabeza, la apretó, junto con otro tipo, la alzaron en sus brazos, la tiraron como una bolsa de papas dentro de una camioneta, estaba aislado de todo, sabia a donde iban, así que me les adelante, mientras no dejaba de pensar en la victima, y lo que vivió mi amiga, pensaba si esta chica también tuvo la suerte de escribirle a alguien, si ella también iba a poder vivir, si en algún momento esto iba a parar. Me escondí en las sombras de aquel patio donde lo vi por última vez, espere, y el salió a fumar, solo se arrimó a una pared. Vi mi oportunidad, lo tome por detrás, y le apunte con mi arma, le dije “Ahora tú eres mío”, y lo mate. Ahora yo escucho el silencio todos los días, el silencio de mi celda, porque yo si tuve las suficientes pruebas, porque yo si pude derrotarlos, y eso no les gusto, después de todo, estoy muriendo lentamente, pero más mujeres podrán vivir un poco más.

30 Mars 2019 02:10 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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La fin

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