El bosque oculta la entrada Suivre l’histoire

Las tardes ya comenzaban a ser agradables, marcando de esta forma el fin del verano, pero aún lejos del inicio de otoño. La hora ideal, para que deportistas casuales salieran a realizar sus recorridos diarios es justo antes del anochecer, así pensó la protagonista de esta historia, que se aventuro a trotar dentro del bosque aledaño a su nueva ciudad, ella hacia poco se mudo al lugar y deseaba con ansias probar aire fresco y le serviría para conocer el nuevo entorno.

Saliendo de su casa, cruzo rápidamente por la avenida principal hasta llegar al fin del camino, el cual no quedaba muy lejos, adentrándose en el bosque, los senderos resultaron ser una ruta perfecta, de esta forma podría aventurarse un poco y recordar fácilmente el camino de vuelta, tenia pensado llegar al otro extremo del sendero. Aún con luz de sol, los árboles le proveían de la sombre suficiente, era un ambiente agradable, de no ser por los cantos de las aves que habitaban la zona y el batir de las hojas, el lugar estaría completamente silencioso, lo mejor fue que el ruido tumultuoso de la ciudad no llegaba a dicho lugar, lo cual alegro bastante a nuestra aventurera.

Debido al relajo con cual transitaba por los senderos, contemplando su alrededor a medida que avanzaba, no se percato del tiempo que transcurrió y cuan profundo en el bosque había entrado. Al avanzar por el sendero, al fin vio a lo lejos un claro, parece que había llegado al final, cuando entro en aquel circulo libre de arboles, se percato de una casa de madera, tipo cabaña, se detiene un momento para observar el lugar y memorizar si existían más caminos que llagarán a aquel claro, solo diviso un camino además del que ella utilizo para llegar ahí, Vio su reloj, marcando las 7:30 de la tarde, ella se propuso continuar por el nuevo sendero hasta las 8, hora que estimo prudente para regresar. Retomando el ritmo del trote, se pregunta ¿Quien viviría en aquella casa? de forma tan solitaria en un bosque.

Continuando por el sendero, la casa ya se perdió de vista, ella se encuentra abrupta mente con un grupo sospechoso de individuos, que se encontraban a la orilla del camino, los sujetos tenían una postura amenazante, ella inmediatamente trata de salir del paso, pero los tipos le cierran el paso, ante esto, previo a comenzar un intercambio de palabras, ella se pode en guardia para enfrentar un posible asalto, -pueden darme espacio para pasar- dijo firmemente, ellos la dejan pasar, sin realizar contacto visual, se apresura a dejarlos atrás, cuando estaba por cruzar uno de ellos toma su mano a la altura de la muñeca y grita -¡rápido entrega tu celular y toda la pasta!-, era un tanto lógico debido a que el móvil estaba a la vista en su brazo derecho dado que escuchaba música con el a través de los audífonos, en cuanto al dinero no llevaba peso encime, pero ellos no lo sabían. Mientras otros tres tipos la comenzaron a rodear para que no pudiera escapar, en ese instante ante aquella situación apremiante, se libera rápidamente de la pobre sujeción que ejercían en su mano -¡retrocedan!- advirtió, uno se abalanza sobre ella para atraparla pero lo esquiva velozmente, la reacción de ella provoca que el tipo pierda la concentración y trastabille cayendo al suelo, en acometida otro intenta capturarla, es demasiado lento, ella le propina un duro golpe en la cara dejándolo sangrando -¡La perra me ha roto la nariz!!- grito el asaltante algo aturdido, un golpe fuente en la nariz descoloca a cualquiera pensó ella. Cada vez más alerta demostró un gran dominio de autodefensa y ofensiva, sin embargo razono que no podía enfrentarse a cuatro sujetos, ya había recibido un golpe, propinado por el primer sujeto que la sujeto de la mano, no era fácil esquivar a todos y comenzaba a cansarse, conmocionada por otro golpe recibido, ella tiende a tambalearse pero se repone para no caer, de forma inmediata, con reflejos felinos, en respuesta al golpe recibido, lanza dos puñetazos al aire, acertando uno de ellos de lleno en un estomago, dejando un sujeto fuera de combate, sin aliento y tirado en el barro, por un tiempo al menos, ahora ya solo debía enfrentarse con 2, el de la nariz sangrante aun sigue quejándose. Los sujetos ya estaban hartados de no lograr su cometido, -¡me canse de esta mierda, ahora va enserio!- dijo irritado uno sacando un cuchillo oculto en uno de los bolsillos de su pantalón, este arremete contra ella, es diestro con el arma advierte ella, con cada estocada arremetía con un derecho y revés, era más difícil esquivar aquellos ataques, dado que ya no eran simples golpes y le resultaba más dificultoso actuar de forma ofensiva, agotada por el enfrentamiento y el ejercicio acumulado por el trayecto recorrido, con cada evasión los movimientos de ella pierden velocidad, sin pensarlo mucho elige su mejor acción a tomar, en la siguiente estocada esquivara y arremetería contra el otro tipo, que solo miraba como su amigo utilizaba el cuchillo, y de esta forma tener el camino libre para salir corriendo lo más rápido posible. El momento indicado para huir se hace presente justo cuando en una estocada el tipo resbala con uno de sus pies, aprovechando la desconcentración, ella esquiva la estocada mal realizada y dando un empujón al sujeto, lo saca de equilibrio y cae, logra llegar hasta el otro que miraba y lo golpea con todas sus fuerzas para botarlo, y consigue salir corriendo por el sendero, cuando logro aquello se dio cuenta que era realmente tarde porque ya había oscurecido, no fue gran problema seguir el camino porque la luna brillaba con mucha fuerza, ella pensó que el cielo estaba de su lado y podría lograr escapar, pero no contaba con que la fatiga de su cuerpo la traicionaría, esta consciente de su cansancio pero no esperaba que le rindiera cuentas tan pronto, ya no podía mantener el paso, sintiendo un calor raro se dio cuenta que sangraba, después de todo no salio ilesa del último enfrentamiento, el cuchillo había alcanzado su brazo izquierdo.

Los tipos se levantaron rápidamente y sintiéndose humillados corren a darle caza, no podían aceptar que alguien como ella los superara (honor de mierda que poseen los asaltantes), apresuradamente siguen los pasos de la chica, la ubican a lo lejos corriendo, saben que esta agotada le van a dar alcance. Ella se percata que ellos ya se encuentran a su espalda, -"¡mierda, me atraparan!"- pensó ella, cuando sentía sus manos encima, justo antes que la pillaran, de pronto desde las orillas del sendero saltan tres perros con actitud muy agresiva, ella se asusta y grita del susto, pero se percata que no van a por ella, los perros la esquivan y arremeten contra los dos tipos.