wondercloud Wonder Cloud

Anne, una chica londinense, decide comprar un títere para su futuro teatro de marionetas que algún día acompañada de su madre estrenará en un pequeño pueblo llamado Greentown, aunque más conocido como Marionettville por su infinidad de fiestas y teatros de marionetas y títeres, solo que al alba de la noche un miércoles 4 de marzo, justo el día en el que se compra el títere, pasará algo tenebroso y horrible


Horreur histoires de fantômes Déconseillé aux moins de 13 ans.

#espiritual
0
3.7mille VUES
En cours - Nouveau chapitre Tous les 30 jours
temps de lecture
AA Partager

Una música en el pasillo

Yacía el alba en un pequeño pueblo de Londres con un nombre que ni le importaba a los pueblerinos, era miércoles 4 de marzo a las 7:35, casi de noche en aquel lugar y todos los miércoles a esa hora había un alegre mercadillo que vendía de todo, desde objetos totalmente inimaginables que parecían de otra galaxia hasta una simple cucharada de madera que rebosa de suciedad y moho. Anne, una niña de alegre carácter va acompañada de Charlotte, su madre, todos los miércoles a esa hora en busca de una cosa en total preferencia por parte de la niña, un títere. La mayoría de niñas que Anne ve todos los días prefieren las muñecas, sin embargo, ella no, su sueño es tener un teatro, pero no solo un simple teatro, el mejor teatro de marionetas de 1996 que sería el año exacto de su vigésimotercero cumpleaños. Lo que ocurría es que nunca había algún títere o marioneta que le gustase a ella, no era tanto pedir una marioneta perfecta para ella, simplemente era un trozo de madera tallado y pintado. Anne y su madre solían estar buscando hasta la hora de que cerraran el mercadillo, hasta las 9:00 la noche. Pero hoy, en un puestecito que soltaba una alegre canción que parecía salida de una caja de música, en ese puesto que nunca habían visto ni Anne ni Charlotte, vendían marionetas y cosas relacionadas con el teatro, así que decidieron echar un vistazo, nada más llegar al puesto Anne vio una marioneta de una chica con un vestido de encaje y pelo largo morados, estaba un poco vieja y sucia, mas tenia un ojo solo y el párpado estaba un poco caído, pero a Anne le gustó tanto que le dijo e insistió a su madre que lo comprara, al final Charlotte cedió la petición de la hija y le pidió al joven del puesto la dichosa marioneta. Anne no pudo controlarse y cuando la tuvo en su mano empezó a saltar de alegría y dijo:

-¡Estoy tan emocionada que podría volar¡ Jo, por fin tengo al definitivo en mis manos...Es increíble, ¿a qué si madre?

-Totalmente, pero mira a ver si no la rompes. Me a costado 35£-entre murmuros dijo- 35£ un títere...Hay que estar locos...

Cuando ya emprendieron el camino a casa, Anne iba dando vueltas de emoción. Pero su madre la enmendó diciéndole que se detuviera de inmediato o le devolvería la marioneta a aquel muchacho, no podía permitirse otra más, eran demasiado caros.

Pero, aún así, Anne era totalmente incapaz de parar así que decidió dar unos pocos de saltitos y tararear una alegre canción. Ya, después de casi media hora caminando llegaron a una casa vieja, grande y fea, muy fea. Parecía una casa rota con siglos de historia en la que abundaban guerras por el estado tan atroz en el que se encontraba, no tenía ni una sola reforma en todo el exterior, olía tanto a humedad que era asfixiante respirar en aquel lugar tan desagradable, las escaleras que daban paso al porche estaban recubiertas de suciedad, enredaderas secas y moho, demasiado moho. Algunos tablones del porche sobresalían del suelo, cosa que era un problema ya que se metían ratas u otros bichos ahí dentro y cuando allí se alojaban termitas era una pesadilla, ya que la casa era entera de madera. La puerta era estrecha y pequeña, e incluso a veces Charlotte tenía que agacharse para entrar dependiendo del calzado que tuviese puesto. Una vez dentro, se podía ver una casa muy antigüa, rústica y podrida. El papel de las paredes estaba mojado y despegado de su sitio correspondiente, encima el color del papel no combinaba nada con la casa, el color amarillo chillón era el menos indicado para esa casa. Tenía una cocina mugrienta y pequeña, no había ni siquiera una mesa de por medio, pero al menos si había una parrilla y un fregadero. Habían dos cuartos de baño; uno grande y otro pequeño. Pero era preferible el pequeño, el grande parecía una jungla, plantas por todas partes, moho y un abundante musgo, por no decir la de bichos que había allí, también habían dos habitaciones que parecían decentes, y por último, una sala de estar. La sala era grande e inquietante, carecía de muebles(tan sólo había 4 tristes muebles, un sillón, una rota y solitaria mesa, una cómoda y una vieja televisión encima de la cómoda)y echaba una peste a azufre.

Aquella casa era vomitiva de ver y repugnancia daba habitar allí, pero no había suficiente dinero para pagar otra en mejores condiciones. Estaba en un lugar apartado del pueblo, donde si pasaba algo nadie se enteraría. Ya eran las 8:09 de la noche, ya era muy tarde y Anne tenía que acostarse para mañana trabajar en el restaurante con su madre, Charlotte no podía pagar los estudios de su hija y aunque ella solo tenía 9 años, había que conformarse. Pero Anne no iba a dormir hasta jugar un ratito con su marioneta, necesitaba hacerlo, pues era el objeto que dentro de mucho le ayudaría a triunfar en su deseado teatro de marionetas.

Anne jugaba con su marioneta felizmente, pero con mucho cuidado, ya que no quería que se rompiese de ninguna manera, estaba en suficiente mal estado como para estropearla más. Ella quería ponerle un nombre, pero no se decidía por más que le diese vueltas a su imaginativa cabeza, entonces decía así:

-Jo, ¿y qué nombre te pongo? Es que hay tantos para elegir...Quizás, ¿te gustaría llamarte Leonor? Sería un buen nombre, pero no te pega, no tienes cara de Leonor...¿Por qué es tan difícil poner nombres?-Anne, un poco pensativa, miró hacia uno de los brazos de la marioneta del cual salía un hilo negro con algunas manchas y marcas de desgaste porel paso del tiempo, ahí en ese momento, se le ocurrió un nombre ideal para la marioneta-¡Ah, ya sé! Te llamarás Threads(significa hilos en inglés). Sí, decidido así te llamarás.

La niña alegre se levantó del suelo de su habitación y colocó la marioneta en una mesa de estudio que estaba en el lado izquierdo de la cama, tan contenta estaba que empezó ha hablarle como si fuera un humano real, lo malo es que hacía demasiado ruido y Charlotte entró en la habitación de Anne para ver que ocurría, al ver que seguía despierta le echó una regañina:

-¡Pero bueno!, ¿Tú qué hacesdespierta a estas horas? Mañana hay trabajo que hacer.-Dijo totalmente enfadada.

-No es justo, tú te puedes acostar más tarde, ¿Por qué yo no?

-Porque eres más pequeña y luego no te levantas.-La furiosa madre localizó la marioneta y comprendió lo que pasaba-Ah no, eso si que no. Dámela, ahora.

-Pero madre...

-He dicho que me la des, no me obligues a cogerla.

-Jo...Toma...

-Bien, no te la daré hasta después de trabajar. Mañana es un día muy ajetreado. Charlotte salió de la habitación de la niña con la marioneta en la mano mientras refunfuñaba y sin más que decir cerró la puerta con un leve gesto de fuerza, que significaba defraude. Anne tuvo que irse a dormir sin ninguna pega.

Ya llevaban horas durmiendo, la noche se podía ver sin dificultad alguna, la luna iluminaba con sus ojos la habitación de Anne. Cada vez la luna de plata subía más arriba en el cielo oscuro, en la niña dormida se reflejaba la luz de la luna y entonces una nube tapó la luna, desde ese momento la casa quedó en una oscuridad inmensa...Anne podía escuchar el ruido de afuera aunque siguiese dormida. Ya hacían las 3:12, y entre la oscuridad inquietante se podían oír sonidos en la casa, parecían pasos. Se oía una música alegre que parecía sacada de una caja de música, pero un poco distorsionada y escuchar ese sonido no era agradable, sino que era escalofriante. Se acercaba a la habitación de Anne cada vez más, era lento pero incitaba pánico incontrolable del que Anne no pudo resistir y despertarse no fue difícil, ella estaba en la cama envuelta en sus mantas de lana, un ratito de silencio incómodo inundó la casa entera hasta que la puerta se abrió de un golpetazo grande, pero no había nadie, Anne se aguanto las ganas de gritar tapándose la boca con las dos manos. De repente, un brazo se posó de manera rápida en su cama buscando algo con lo que poder levantarse sin problemas, entonces una figura que parecía humana pero que no lo era, apareció de perfil a los pies de su cama, era gigante para la niña pues ella era muy bajita, la canción se escuchaba en la habitación y Anne no podía ver esa silueta, estaba demasiado oscuro para ver su cara, y quién o qué era eso. Una luz empezó ha entrar en la habitación que abusaba de oscuridad, la luna salía otra vez alumbrándolo todo y se podía ver claro a esa gran silueta, una mujer de pelo y vestido de encaje morados se encontraba allí encorvada a los pies de su cama, con la luna alumbrando allí la mujer se giró a la niña, la miraba, la mujer no tenía ojos se le veían perfectamente los orificios ensangrentados huecos de los ojos, una boca rota sin la madívula bien colocada, a la boca le salía un líquido negro que parecía ser muy espeso, y entonces la luna se fue de nuevo, la mujer repetía una palabra todo el rato de un manera que no se la entendía por su boca en mal estado, pero se podía llegar a entender y decía así mientras se acercaba más a la niña escalando por su cama:

-...Eaaads...Thrrr...aaaads...Threaaaads...

Anne estaba tan asustada que por más que quisiera no se podía mover, pronto esa música cesó y la mujer se quedó encima de Anne, un suspiro se escuchó en la habitación y un grito de agonía, dolor y amargura se escucharon, pero enseguida se perdieron en la bruma espesa de la oscuridad solitaria que quedó en aquel lugar...


16 Février 2019 00:02 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
0
À suivre… Nouveau chapitre Tous les 30 jours.

A propos de l’auteur

Commentez quelque chose

Publier!
Il n’y a aucun commentaire pour le moment. Soyez le premier à donner votre avis!
~