Los minutos transcurrían más rápido de lo normal. Me sentía tan inseguro!!.
Tenía mucho miedo de que ella no viniese. Y si, acaso. ¿ ella leyó el mensaje?
Que por primera vez olvide borrar en mi teléfono la noche anterior.
O quizá escucho mi conversación detrás de la puerta, cuando me encerré en el baño.
Quizá ella lo sabe todo, y no dijo nada, para hacerme pasar este ridículo tan grande.
Mi frente estaba perlada por el sudor, mis manos frías y húmedas las secaba con disimulo tocando mi traje.
Ya no quería mirar otra vez el reloj.
Que estúpido he sido!!
Ella no merece un tipo como yo.
Soy victima de mi propio invento. ¿Y ahora que hago?
Sentí una punzada en la nuca, y por inercia mire para atrás. Y allí la vi .
Venía caminando lentamente, sonriente del brazo de su padre. Parecía disfrutar del corto recorrido que la traía a mi lado.
La alarma sonó. Y súbito me senté en la cama, mi respiración era agitada.
Todo fue más claro. Vi a mi lado que mi novia dormía. Y ya nada volvió a ser como antes
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