Ya ni siquiera recuerdo aquel día,
llovía y con fuerza las hojas también crujían
las ramas golpeaban la ventana, intentando darme una pista
pero como siempre yo perdía la vista, inmersa en tonterías.
Cerré los ojos y aspiré la brisa, era fría, y me envolvió de prisa.
Un instinto extraño me inundó,
haciéndome perder la razón, y por primera vez en mi vida
conocí una libertad que jamás pensé podría ser mía.
Ese fue el inicio, mi despertar,
cuando el bosque me abrió sus puertas sin dudar.
Más ya ha pasado tiempo de aquel primer encuentro.
Un recuerdo nebuloso, que ojalá fuera un poco más extenso.
Ahora debo seguir esperando.
Merci pour la lecture!
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