Capitulo 1. (El despertar)
-¡Levántate Joseph, necesito tu ayuda!- Zumbaba una voz en la cabeza de Joseph.
-¡Por aquí rápido, acabo de encontrar a alguien!- Escuchaba Joseph, no sabía si provenía desde su cabeza o en el exterior. –No tiene ninguna mordida, hay que llevárnoslo.
-¿A dónde lo llevaremos?- Escucho un susurró.
-¡No lo sé, pero hazlo ahora!- Grito en el odio de Joseph.
Pasaron unos grandes minutos donde Joseph solo sentía como era cargado, sentía pisadas, escuchaba gritos y sentía la fuerte respiración del que lo cargaba. Hasta un punto en el que Joseph no sentía nada más.
-Ugh, mi cabeza…- Dijo Joseph levantándose de una cama.- ¿Dónde demonios estoy?
Joseph miro a su alrededor, estaba en un cuarto; pintado de blanco donde solo había una cama de 2 almohadas y una sábana roja. Joseph, confundido por el caso, apoya los pies en el suelo levantándose, el piso estaba frío pero no tan frío como el cuarto en el que se encontraba.
Joseph se dirige hasta la puerta de madera con detalles frondosos, jalo la manija pero al parecer la puerta estaba bloqueada. Joseph retrocede la mirada y se va en reversa hasta la cama sobre se retumba de nuevo y todo lo que paso mientras el parecía estaba dormido:
-“Apenas le inyectemos la inyección el paciente tendrá tiempo para despertar, pero con todos esos bichos de allá afuera quizás no pueda sobrevivir”- Retumbó una voz en su cabeza. Que por supuesto era la de un doctor.
Joseph aún sigue confundido, a duras penas alcanza a recordar pocos momentos antes de que escuchara por primera vez la voz del doctor.
Hasta que, Joseph siente unos pasos en el pasillo; alguien estaba haciendo algo en la manija hasta abrirla y encuentra a un chico de cabello rubio, ojo verde y muy amigable.
-Oh, ya te has levantado, te he traído un vaso de agua.- Dice el chico.
-Gracias…- Dice Joseph bebiendo un poco.
-Me llamo Wilson, un gusto. ¿Tú cómo te llamas?- Dice el Wilson.
-Me llamo Joseph, el gusto es mío.- Responde Joseph.
-Pues, ya que eres nuevo aquí te daré la bienvenida a “El Santuario”.- Dice Wilson con confianza.
-¿”El Santuario”?- Replica confundido Joseph.
-Si lo has escuchado bien, ¿Qué acaso no sabes lo que está pasando?- Pregunta Wilson.
-La verdad, no.- Dice haciendo un gesto de negatividad Joseph.
-Te lo explicaré, en la mañana una luz de color naranja invadió el cielo hasta reventarse, desatando un líquido verde con una pequeña bola de agua de sangre; lo que hacía eso era que cuando impactaba en una persona, la persona convulsionaba hasta que se levantaba diferente, atacaba personas y cuando las mordía unas horas más tarde se hacían como ellos.- Explicó Wilson.
-¿Es una clase de cataclismo?- Dice confuso Joseph.
-Algo así.- Replica Wilson.
-Oh…Vaya.- Dice sorprendido Joseph.
-Bueno, ya que te has levantado es hora de que te enseñé el lugar, sígueme.- Dice abismado Wilson.
Joseph siguió hasta la salida del edificio a Wilson, el lugar era grande, tenía una granja, un parque, una cabaña médica, una cocina especial y dos grandes edificios que eran hoteles.
-Y bien…- Dice Wilson.
-Este…Lugar…Es…¡Impresionante!- Grita Joseph.
-Hey, shhh… Aquí no debes gritar si no quieres alertar a esos bichos.- Dice callándolo Wilson.
-Vale, vale.- Dice aún impresionado Joseph.- ¿Y las demás personas?
-Deben andar por ahí, incluso tú deberías hacerlo para que conozcas más el lugar y las posibles salidas de emergencia.- Dice entusiasmado Wilson.
-Okey, iré a dar una vuelta, gracias Wilson.-Dice Joseph.
-No hay de que.- Dice Wilson como si ya lo hubiera dicho muchas veces.
El lugar era extremadamente grande era una parte de la ciudad encerrada en grandes muros, pero la pregunta era ¿Cómo fue que esos muros se construyeron tan rápido?
Joseph, anda preguntándose varías cosas hasta que…
Continuara
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