paulina-chavez732 Lina Garvez

Sinopsis Una familia perfecta. Una vida perfecta. Una esposa perfecta. Todo perfecto. Pero si supieras que todo es una mentira y no hay manera de escapar ¿Qué harías? La perfección es algo que en toda la vida de Elaine la ha estado acompañando y eso no cambiara a pesar de los años. Elaine se pregunta si esto jamás terminará, pero todas las perspectivas de Elaine cambian con el encuentro de Caín y su interminable búsqueda. ¿Qué secretos guarda Caín?, ¿Qué le espera a Elaine con los constantes encuentros con Caín?, ¿Quién es Abigail y por qué Caín la cuida? sobre todo, ¿Quién es Ellie en la vida de Caín?


Récits de vie Déconseillé aux moins de 13 ans.

#engaño #romance-prohibido #traición
4
6.6mille VUES
En cours - Nouveau chapitre Tous les 30 jours
temps de lecture
AA Partager

Parte 1

Desconocido

Las gotas empezaron a caer una tras otra, tal chapoteo se volvió constante golpeando ruidosamente al descender al suelo, sin demora alguna las pequeñas gotas desaparecieron hasta convertirse en una ráfaga de agua, cayendo encima de un cuerpo en reposo, se llega a preciar a una joven sentada a la par de las escaleras en la entrada de aquel salón de eventos, con un intento en vano de resguardarse de la lluvia. La joven, luego de aquella amena plática con sus padres sin ningún arrepentimiento y descuido de estos la abandonaron en el lugar… con un padre bastante cabreado para no pedir explicación alguna de su propia hija.

Elaine, nombre que representa belleza y misterio, una joven con carácter y orgullo que no le gusta perder ante nadie. Con larga cabellera de color dorada, ojos azules, una esbelta figura con curvas donde deben, alta y una piel blanca de porcelana. Atributos insuperables, tal cual es coronada como la diosa de los Gordon, hija única de la prestigiosa familia.

- § -

Una figura misteriosa se acercó sigilosamente a una Elaine que se encontraba dormida recostada en una de las paredes del local con la espera a que la lluvia pasara, pero al tanto esperar cayo dormida, sin problema alguno, ni inconvenientes la tomó en brazos para dirigirse a la zona central de la ciudad, pasando por algunos comercios y demás puestos se podía observar un bello edificio de color marrón rojizo, algo viejo y degastado por los años, con enredaderas de hierbas y flores a cada lado de este y algunos rosales a un lado de la puerta, dentro de este se podía apreciar una larga escalera que no parecía tener fin, al llegar al tercer piso yacía una puerta de madera con un numero en la parte superior de un color dorado; aun cargándola con un estilo de princesa y sin percatarse de cualquier suceso Elaine aun dormitaba.

Continuó, subiendo hasta el último escalón del edificio y enfrente se encontraba una puerta idéntica a las anteriores con el número 5 en ella, tomó la perrilla para abrirla y entrar de una vez, en la habitación se podía observar un pequeño departamento desordenado, sin delicadeza alguna aventó a Elaine en la cama, para sentarse en el suelo a un lado de esta y recostarse en la pared de al lado.

La noche transcurrió sin problema alguno con dos figuras descansando en aquel viejo edificio departamental, siendo los únicos inquilinos restantes; una dormía tranquilamente, mientras que aquella figura vigilaba su sueño, al quedar en la deriva de la lluvia sin refugio podría ocasionar problemas más adelante, pero este término dormido por agotamiento. Un pequeño y silencioso gemido lo sacó del sueño que se encontraba, aun lo tenía presente aquellos días llenos de aventuras y problemas por su terquedad, pero inolvidables. Se levantó para observar a la joven tendida en su cama que se encontraba mojada por la lluvia, que tonto había sido como pudo olvidar aquel hecho tan evidente, ya nada podía remediar que la intentara secar ahora, primero debía de checar algún signo de fiebre y una alta temperatura, se acercó levemente a ella, tocando su frente con delicadeza para no levantarla, ni asustarla, bingo, la joven yacía tendida en su cama inconsciente tenia los primeros signos de fiebre y una alta temperatura. Primero debía quitarle la fiebre y que mejor manera que agua fresca, como pudo se las ingenió para tomar la en brazos y pasar al baño, la recostó en la tina con la cabeza colgando del lado contrario del grifo mientras que el resto del cuerpo yacía recostado en la bañera.

Abrió el grifo para que el agua empezará a caer en la joven, está estaba empezando a empaparla, su cuerpo yacía mojado completamente y su ropa se empezaba a pegársele como una segunda piel, aquel bello y elegante vestido de seda color vino, ahora era todo un desastre, un gran desperdicio como diría Amber. Sin importancia alguna continuó con su trabajo en un intento de bajarle la fiebre, con ayuda de algunos paños empezó a limpiar el sudor que la joven desprendía de todo su cuerpo, cuando vio que el cuerpo de Elaine ya se encontraba mejor que anteriormente la saco con sumo cuidado de la tina, tomó algunas toallas para secarla y nuevamente depositarla en la cama, aun inconsciente Elaine tiritaba por lo helado del agua y ocasionalmente gemía por las pesadillas que la atormentaban al ser abandonada por su familia resultado del simple despecho de su padre jamás se le cruzó por su mente, ella que siempre aceptaba todo lo que su familia le planeaban sin remordimientos, pero todo fue una ilusión…. una mentira.

Un sueño sin futuro, algo incierto.

Cuando supo que la fiebre había bajado, partió hacia la farmacia más cercana por algo de medicina, ya en la madrugada depositó en la mesa de noche que se encontraba a un lado de la cama un par de pastillas y un vaso de agua, junto con una nota que decía “tómalas, te harán bien; trata de descansar” con letra cursiva se podía apreciar, corta pero precisa, la nota llevaba lo esencial en esta. Saliendo del lugar aun estando oscuro, comenzó a caminar por la calzada perdiéndose en la oscuridad, hacia las afueras de la ciudad.

- § -

En la mañana, una joven bostezaba al despertar de aquel eterno sueño, estirando ambas manos hacia arriba, con el intento de levantarse de la cama, puso ambas piernas fuera de esta, pero de manera brusca se mareo cayendo de rodillas al suelo, con una de sus manos que posó en su frente, un fuerte dolor de cabeza le empezó a punzar, sin saber que hacer empezó a mirar más detalladamente la habitación que se encontraba, no era de ella; con sumo cuidado se levantó del suelo para depositar su cuerpo nuevamente en la cama, intentando recordar lo que había sucedido el día anterior, su mente era un total caos, recuerdos nublosos, imágenes borrosas, no sabía que pasaba a su alrededor, pero de algo estaba segura Elaine, nada bueno podría pasar con la apariencia de aquel lugar, todo era un caos en el pequeño departamento, libros y hojas por donde quieras que pises, ropa tirada, varios envases vacíos de comida rápida, además de las paredes ya algo viejas y agrietadas, acompañadas con un techo con goteros, y las ventanas cerradas con varios tablas de madera. Todo un caos, Elaine se preguntaba cómo fue a parar a ese lugar y que es lo que querían de ella, ni crean que se iba a dejar. No por ser la princesa de los Gordon, era delicada, si no, que contaba con años de práctica de defensa personal.

- § -

La joven ya más calmada y aun en la cama volteó hacia la mesita de noche encontrándose una nota, la caja de pastillas y el vaso de agua; tomo la nota, <<Bonita letra>> pensó Elaine, para luego tomar la caja de pastillas, al revisar su contenido estas se encontraban aún selladas con cinta transparente, sin más prosiguió en abrir la caja y agarrar un par de pastillas, depositarlas en su boca y luego tomar un gran trago de agua y así tragarlas, iugh, amargas, no era fanática de la comida amarga. Decidió que lo mejor era descansar un rato y esperar a que llegará su salvadora.

El tiempo transcurrió, Elaine aún se encontraba en cama dormida cuando la puerta principal sonó al abrirla, un muchacho de apariencia joven y apuesto apareció en la puerta dando anuncio a su llegada.

— ¡Disculpa, no quise asustarte! — entrando a la recamara era el dueño del pequeño departamento. Caín, un muchacho bastante atractivo, los ojos color aceituna, cabello plateado con mechones blancos algo peculiar, linda sonrisa, era alto y tenía el cuerpo trabajado.

— Veo que la fiebre ya ha bajado. Dime, ¿Cómo te sientes? — preguntó Caín al verla dudar, acercándose con mucho cuidado para no asustarla.

Elaine parecía sorprendida de que su salvadora sea en realidad un hombre joven y este no tenga intención alguna de lastimarla, sin embargo, Elaine no confiada de él, prefirió quedarse callada y evaluar la situación.

— Disculpa, se me olvida que aquí antes de hablar tienes que presentarte, me llamó Caín. — limpiando un poco el desorden del lugar.

Caín llevaba ya dos semanas ahí, pero no era una costumbre suya pasar mucho tiempo en aquel lugar, este solo le servía de hospedaje para dormir y nada más.

— Caín, solo Caín — habló Elaine, joven aristócrata sin medir sus palabras por fin había hablado, aunque sea por curiosidad.

— Si. Solo Caín — dijo este con algo de melancolía, no era que le molestara no tener apellido, pero tampoco le apetecía recordar tal pasado.

Sin saber que más decir Elaine volvió a quedarse callada o eso fue hasta que Caín se acercó lo suficiente para tocar con delicadeza su frente con su palma de la mano, tal acción hizo que Elaine se sonrojara no solo por su cercanía, sino también por su delicadeza; en cambio Caín tomo ese sonrojo como una recaída preocupándose por ella. Los minutos pasaban y ninguno de los dos se apartaban, ni decían nada, hasta que Elaine ya no pudo aguantar más el eterno silencio.

— Elaine — susurró la joven, apartándose al fin de Caín.

— ¿Qué pasa Elaine? — preguntó Caín, — te comió la lengua el gato — se burló causando una molestia en la joven.

— Y A ti que, es una costumbre ser un caballero con brillante armadura — habló al fin Elaine con el intento de molestar, pero eso no sería posible, en la vida de Caín existe una persona que ve la manera de molestar como un arte y si es bastante buena en ello.

— No. — riendo por su intento, — no soy tal caballero, pero si una persona sensata de no permitir que una joven se quede debajo de la lluvia durante toda la noche. O será que querías permanecer ahí — dijo Caín, sabía que no era necesario reclamarle aquello, pero tampoco podía dejar las cosas así.

Sus palabras, una verdad en Elaine, si tal vez una parte de ella cree que hizo mal en no continuar con lo acordado durante la noche, pero otra parte lo ve imposible humillarse por alguien como él, un total sinvergüenza. Elaine sólo agacho la mirada al no saber que responder. Caín miraba atónico lo que presenciaba, como puede pensar en serio que estuvo mal rechazar tal oferta, como es posible que sus padres piensen que su vida solo es un trato, un convenio. Eso era algo imposible de creer para Caín.

— No pienses tonterías, solo estaba cabreado por lo sucedido — dijo Caín en un intento de consolar a la joven de mirada melancólica.

— ¡Tú! estabas ahí. En el hotel, pero ¿Por qué? ¿Cómo? — empezó a preguntarse en voz alta al no entender como un vagabundo pudo entrar a un hotel de tal prestigioso en la alta sociedad, que demonios hacía ahí en primer lugar.

— Pero tú, ¿Quién demonios eres? — preguntó Elaine casi gritando de manera exagerada, tal vez Caín sea un hombre apuesto y todo un caballero, pero aquello sobre pasaba los límites.

— De que hablas mujer — desesperado de la situación, primero se molesta, para luego deprimirse y termina gritando, pero que cambios de humor tan drásticos, — ya te dije, me llamo Caín — habló Caín cansado y malhumorado.

Hoy fue un día cansado para Caín y al llegar al departamento pensó que la joven en su sano juicio ya no se encontraría, todo esto es culpa de ella y su estúpida bondad hacia los demás, cht. Sin embargo, aquí me encontraba contestando las dudas de una cría malcriada que al parecer lo creía un vagabundo, bueno tal vez se vestía como uno y vivía como tal, pero aquello era innecesario para él, lo único que él necesitaba era encontrar el mandado de Grace, si no para que estaría ahí en primer lugar. Caín siempre ha creído que esa mujer abusa de su poder.

— Sabes que no hay manera que te hayan permitido el acceso al lugar, a no ser que trabajes allí — habló Elaine más para sí misma que para Caín.

— Yo no trabajo ahí — respondió Caín.

— Entonces — mirándolo incrédula por sus palabras.

Chasqueando la lengua sin saber que contestar no se podía arriesgar, no aún, — esto debe quedar entre tú y yo, — dijo Caín, aquellas palabras llamaron la atención de Elaine, — tengo contactos — concluyó.

— ¡Ah!... Eso. — dijo Elaine con resignación hasta que se acordó con quien hablaba en primer lugar, — espera, como que contactos — cuestionó al no creerle.

— Ya dije mucho, mocosa, ahora vete. Quien es su sano juicio se queda a esperar al dueño de la casa — reprochándole de su acción.

— Yo, pues claro. Soy una verdadera dama — dijo Elaine creyente de sus palabras.

Tales palabras que continuaron con un largo silencio. Hasta que Caín no aguanto más y se echó a reír, causando en Elaine que se le subieran los colores, pero no de vergüenza, sino de coraje. No era culpa de ella, jamás pensó que se encontraría con un joven en sus veintitantos con tales decoraciones en el cuarto y estancia, ahora Elaine creía que aquel joven de mirada aceitunada era bastante raro.

Luego de que Caín la echó del lugar esté caminó hasta su cama para recostarse en ella donde se encontraba, una Elaine estática por su acción al no inmutarse por verla ahí. Dándose cuenta que era un caso perdido y no sacaría nada, mejor decidió dejarlo por la paz y se retiro del lugar. En un susurro se despidió cerrando la puerta detrás de ella.

Durante el camino de regreso a casa, fue largo pero refrescante. Al llegar como siempre la recibieron con una sonrisa las doncellas de la casa y su fiel mayordomo, sin embargo, pudo notar la falta de existencia de sus padres sabiendo de antemano que no se preocuparían por ella. Sin decir palabra alguna y dedicándoles una sonrisa a la servidumbre para retirarse a su habitación, ya pensaría que hacer después, porque una cosa estaba segura no se permitiría humillar por aquellos traidores.




Editado 19 / 02/ 22

19 Février 2022 23:33 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
1
Lire le chapitre suivant Prólogo

Commentez quelque chose

Publier!
Il n’y a aucun commentaire pour le moment. Soyez le premier à donner votre avis!
~

Comment se passe votre lecture?

Il reste encore 4 chapitres restants de cette histoire.
Pour continuer votre lecture, veuillez vous connecter ou créer un compte. Gratuit!