jose-cardoza1534875559 Jose Cardoza

La vida de un ladrón es muy triste, y mas cuando se tienen hijos a quienes alimentar.


Histoire courte Tout public.
Histoire courte
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El Ladrón Refinado

Buenas noches, distinguido caballero, hágase aquí por favor. Estoy esperando ansiosamente a mi próxima víctima. Tenemos todo fríamente calculado… lo hemos estudiado toda esta semana y sabemos que él diario pasa por aquí a esta hora de la noche. Viene de aquella casa, de ver a su novia. Sé que en un momento va a salir y si nos da las cosas de buena forma, posiblemente él salga con vida.

Vengo acompañado; puede usted ver que allá está mi compañero, que lo está saludando. Él me dará la señal.

¿Por qué soy un criminal?, pues porque tengo que sobrevivir. No sé hacer otra cosa más que robar y matar para conseguir algo de dinero y llevar el sustento a mi casa, donde tengo a mi hija, la Dolores. Mañana cumple 15 años y no quiero que caiga en esto mismo que yo. Quiero que aprenda a hacer otra cosa muy diferente a lo que yo hago. Estoy consciente que es malo lo que hago, pero tengo que sobrevivir.

Mi padre era alcohólico y mi mamá una prostituta. Ella vendía su cuerpo para llevar alimento a la casa. Lo poco que mi padre ganaba y lo que le quitaba a mi mamá, se lo gastaba en licor. Él le pegaba y me obligaba a llevarle comida a mi mamá cuando ella estaba trabajando en la noche, mientras él salía a asaltar.

Mi padre me llevaba a asaltar los días de pago para que yo aprendiera y le agarrara las mañas. Fue lo único que me enseñaron, a ser borracho, drogadicto, ladrón, asesino… aunque de vez en cuando me gustaba leer. Leí en una ocasión todo el nuevo testamento y creía en Dios… pero al final, siento que hasta el mismo Dios me dio la espalda. Todavía sigo creyendo un poco en él, pero ¿de qué me sirve?...

Mis padres nunca quisieron que yo estudiara aunque se los pedía. Ellos me decían que eso no servía, que mejor aprendiera un oficio, o dedicarme al negocio familiar; es decir, los asaltos. Pero, ¿qué oficio podría yo aprender si no me enseñaban más que matar, robar, beber y consumir drogas?... Yo quería estudiar leyes.

A mi me encantaba leer y escribir. Escribí algunos poemas a escondidas de mis padres, porque si me los encontraban, posiblemente me castigarían. Amaba leer libros, especialmente literatura. Me encantaba leer a García Márquez, Vargas Llosa, Benedetti, Isabel Allende, al doctor Clemente Guido, y otros… Hubiera querido leer más, pero no me dejaban.

Recuerdo bien la primera vez cuando mi padre mató a un comerciante que no quiso darle la cartera… Yo lo vi, y me lo puso de lección para que aprendiera “el negocio”.... "Si no te dan las cosas por las buenas, pues será por las malas", decía mi padre.

Al final, como a todos, a mis padres les llegó su hora. Él se equivocó y asaltó a una persona que andaba discretamente escoltado. Mi padre lo apuntó con su arma, pero no contó con que aquél adinerado sujeto al que pretendía asaltar, estaba fuertemente resguardado.

Mi madre también andaba ese día, por desgracia o por dicha. Ella sería quien saldría corriendo con la cartera. Antes de ser prostituta, ella era una de las mejores carteristas de la ciudad. Siempre sabía en qué cartera, sea de cuero, cuerina o de plástico, habían jugosos verdes.

Pero al final, el plan falló y los acribillaron. Nadie preguntó por ellos. Los cuerpos permanecieron tirados en la calle, hasta que días más tarde, por el hedor, se los llevaron de mala gana y algunos vecinos los enterraron en bolsas plásticas, porque nadie quería dar dinero para los ataúdes.

Para mí fue una liberación que ellos se hayan ido, aunque ya me habían dejado arruinado. Quedé solo, y no sabía otra cosa más que robar. Tenía que hacerlo para sobrevivir. Si es que Dios existe, espero que me comprenda y me perdone.

Luego, en mis andanzas y borracheras, embaracé a una mujer, de ojos verdes, que me sedujo un día en una fiesta y el resultado fue una niña. Esta mujer era alcohólica, y le quité a la niña sin mucho trabajo puesto que ella prefería amanecer en la calle borracha.

Dejé el mundo del alcohol, la droga y otros vicios negros, pero tenía que seguir robando para mantener a mi hija y a mí.

La niña está estudiando becada en un buen colegio, mientras yo le digo que trabajo en una importante empresa y que mi turno es de noche; tiempo que en realidad aprovecho para salir a asaltar. Siempre pagué para que la cuidaran.

No quiero que ella sea igual que yo. Es muy inteligente y estudiosa. A mí me hubiera encantado estudiar, pero no hubo nadie que me ayudara, solo por ser el hijo de dos malas fichas, todos me dieron la espalda.

Bueno… parece que ya viene la víctima… va a ser fácil. A éste tipo solo lo voy a golpear un poco…. Tengo que taparme la cara y esperar la señal de mi compañero…. Bueno, escóndase, amigo, no quiero que digan que usted es cómplice del robo.

¡Ay tá la señal!, ¡Aquí voy!...


10 Septembre 2018 21:32 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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La fin

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