Estoy harto, dijo dando un rotundo golpe a su escritorio.
"Ojalá desaparecerlos a todos".
Nunca lo había visto tan molesto, de hecho,
nunca antes lo vi demostrar alguna emoción...
Tal vez por eso llegué hasta él, fue la atracción cósmica
de dos entidades totalmente opuestas,
y a la vez, tan recíprocas e inexistentes.
La quinta ocasión que estuvimos juntos era un joven cerca de los
11 años de edad, escuálido, alto, y de una palidez inverosímil.
Cuando me acerqué se estaba mordiendo
y arrancando las uñas en un orden excepcionalmente nítido.
Llevaba la misma ropa de siempre, la torrencial lluvia,
el cielo nublado, y ese viento que congela hasta el alma
no parecían tener efecto en su mente.
Se hallaba inmerso, como de costumbre, en la desolada banca
donde asistía todas las tardes después de terminar las clases.
Jamás consiguió sentirse como una persona normal en la escuela.
El ambiente solía ser muy acogedor, no importa cuándo o dónde
nos encontráramos, pues no pertenecíamos a ningún sitio.
Y éstos días eran de sus favoritos:
Tu apariencia es de lo peor, le susurré.
-. ¿Enserio?. respondió algo alterado.
Claro. ¿Hace cuánto que no te has bañado?.
-. Eso no tiene relevancia en éstos momentos, ya que estoy
trabajando en un descubrimiento ¡sin pre ce den tes!.
Siempre con tus inventos Jean...
Ya es hora de que te concentres en tu futuro.
-. Mejor guarda silencio, como voy a enfocarme en algo tan insigni...
Interrumpido por dos chicos que cruzaron cerca de la banca guardó silencio.
" Mira, está sólo otra vez ".
" Siii, es muy rarito, ¿con quién crees que estará hablando? ".
" Con su madre muerta, supongo, aajajaja ".
" Pero si es huérfanooo ".
" Por esoo eres un ¡TONTO!. Mejor vamónos, que ya nos está mirando ".
Nunca imaginé lo que pasaría en ese momento,
no entendí cómo pero el tiempo se detuvo para ellos,
y yo me deformé tantas veces que olvidé qué o quién solía ser.
Antes de poder decir algo ya había desaparecido,
y lo último que ví...
fueron los cuerpos sin vida de ambos niños desparramados
por el suelo, mis manos cubiertas de sangre
y múltiples trozos de lo que antes eran sus órganos.
¿Qué ... hice?.
Jean no se había levantado, todavía estaba atrapado
en sus pensamientos.
De pronto, volvió en sí, me miró, y dijo sonriendo:
-. Eso es... Buen chico.
No supe que decir...
Los restos de esos chicos aún se movían entre espamos.
Si tan sólo me hubiera dado cuenta que esa sería la última
oportunidad que tendría de verlo, porque después
de ese incidente, fui consumido por algo más obscuro y etéreo
que yo.
Intenté acercarme a él mientras me desvanecía,
debido a la corporeidad transitoria que adquirí
pude rozar su rostro durante unos segundos.
Entonces oí un crujido que reconocí inmediatamente:
" Le fascinan los chocolates ". Pensé.
En aquel instante, como si nada, me dió la espalda diciendo:
-. Me tengo que ir a casa, adiós.
¿ Realmente... estará vivo ?.
+
Anémivko Jean Paul
