Llevo mucho tiempo encerrado aquí, en esta gruta oscura y húmeda.
Mi sustento en estos últimos meses han sido los escasos nutrientes que me proporciona mi reducido hábitat y la mayor parte del tiempo lo paso durmiendo. Y cuando estoy despierto, me siento intranquilo y me cuesta respirar.
No puedo parar de pensar en ella, en lo que estará sufriendo.
Por eso he decidido salir al exterior a toda costa. He estudiado las probabilidades de éxito y calculo que hoy es el día.
Ya he llegado a la boca de la caverna, pero está completamente sellada, aunque una tenue luz se asoma por una rendija de pocos centímetros.
Empujo con todas mis fuerzas la hendidura hasta que consigo escurrirme por ella con demasiado dolor.
Mis pulmones se llenan de aire y siento mucho frío, lloro.
Por fin estoy fuera.
La vida es un juego de azar y hay que apostar para ganar.
Llevo mucho tiempo atrapada aquí, en este zulo estrecho y lóbrego.
Pero realmente sufro por el bebé que llevo en mi interior desde hace cinco meses.
Hoy he tenido un parto prematuro. Mi bebé se encuentra a salvo, de momento, pero necesita cuidados médicos urgentemente.
Vamos a escaparnos de aquí, aunque sea lo último que haga.
Oigo el sonido metálico de las llaves introduciéndose en la cerradura.
Cuando él entra, le sorprendo atando rápidamente el cordón umbilical alrededor de su cuello.
Lo hemos conseguido.
Si la vida juega contigo, solo puedes sobrevivir arriesgándolo todo a una única carta.
Merci pour la lecture!
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