Precaución, peligro
Espero no defraudarles una vez hayan concluido la lectura del artículo. Incurriendo en un insensato suicidio en forma de spoiler, se lo anticipo antes de que continúen, esa lista no existe.
Una vez recompuestos, si aún están interesados en continuar, acompáñenme, les llevaré por los tortuosos caminos de las clasificaciones, los ranking, los top ten y demás intentos de la industria musical para establecer un cierto orden en su universo y convencerse, a sí mismos y al restos de los mortales, de que sus estrellas, sus fichajes, los artistas por los que han apostado, son los mejores del firmamento.
Demasiado tarde para retroceder
Si consultan en internet, que para mal o para bien es nuestra base de conocimiento por referencia (relegando los libros a un segundo plano), comprobarán la variada información que les ofrece una u otra entrada. En ocasiones, ni se aproximan de modo razonable. Claro, todo depende de quién elabore los contenidos. Y esto, no lo he dejado caer maliciosamente. Ese dardo envenenado (en caso de haberlo lanzado) iría destinado a los intereses comerciales de los creadores de una lista determinada. No voy por ahí. Me refiero a los gustos que cada uno pueda tener, su cultura y bagaje musicales. De acuerdo, ustedes me dirán que ese registro debe de constar fehacientemente en algún lugar más o menos oficial y que algún organismo de solvencia lo podría ratificar. Y yo ni les doy la razón ni todo lo contrario.
Hace aproximadamente un par de décadas (en la era del soporte físico), el método era más sencillo de abordar, se reflejaba en las ventas de vinilos y CD’s. La actualidad digital lo complica mucho más. La música suena en internet y en los conciertos, las ventas han bajado hasta niveles anecdóticos y lo más escuchado varía de un mes a otro, lo mismo que el tiempo.
¿Qué podemos colegir de lo hasta ahora expuesto? ¿Estoy dando a entender que la lista de las canciones más escuchadas depende de las opiniones de unos y de otros? Algo de eso hay, pero no dramatizaré. Sigan leyendo.
Aún hay más
Sin temor a equivocarme, orientarme hacia terrenos anglosajones es lo acertado. Si dejara caer nombre tales como Elvis Presley, Chuck Berry, Rolling Stones, The Kinks, The Beatles, Lou Reed, The Doors, Pink Floyd, Bowie, Bob Dylan, Sex Pistols no haría más que nombrar a los híper conocidos clásicos. Quien diga que no ha escuchado (incluso oído), no uno, sino varios temas de alguno de ellos miente. Y fíjense lo antiguo que suenan esos nombres. Si avanzáramos un poco en el tiempo nos encontraríamos con Michael Jackson, U2, Whitney Houston, New Order, Madonna, Cyndi Lauper, The Clash, Queen y muchos otros. Y de este modo, podríamos recorrer década tras década. Sin embargo, no es mi intención mostrarme ni exhaustivo ni doctoral.
«Sí, pero cuáles son las diez canciones más escuchadas», insisten con tozudez. Tal y como les vaticiné, eso no lo sabe nadie. El escaso ramillete de artistas que he mencionado abarca ya de por sí un porcentaje alto (muy alto) de lo que usted y sus padres hayan escuchado (y tarareado) en toda su existencia.
Y si me aceptan un consejo, espero que sí, dejen de lado las estadísticas y disfruten de la vida.
Y si les sobra un poquito de tiempo, de la música.
FIN
Música sólo hay una, ¡esta! En esta sección trataremos la vertiente siempre seductora de las versiones, la aportación más que fundamental de las mujeres al desarrollo del pop y del rock, la armónica como instrumento protagonista, la geo localización de las bandas, el amor y el odio como armas arrojadizas del pentagrama, parecidos sospechosos e incluso temas que nos han hecho llorar. Simplemente confío en añadir un pequeño grano de arena a su felicidad. Espero conseguirlo. En savoir plus «Música».
Merci pour la lecture!
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