Taehyung pestañeó varias veces intentando acostumbrarse a la oscuridad que les acompañaba dentro del auto, viendo hacia todos los lados para darse una idea de cómo sería el nuevo sitio donde estarían viviendo.
—Todo bien madre —respondió a los segundos, situando su mirada hacia un lado para después sonreír—, la que al parecer durmió excelente es Minji… —dijo mientras su hermana se despertaba con la mejilla embarrada de saliva.
La pelinegra restregó sus ojos una y otra vez, extrañada al escuchar como su familia se reía en conjunto —Siento que se están burlando de mí, ¿Qué pasó? —indicó viendo con recelo a su hermano; limpiaba los fluidos de su rostro con la manga del colorido suéter que vestía, por supuesto sin dejar de ver a Taehyung… juzgándole con la mirada mientras este no paraba de mostrarle su molesta sonrisa cuadrada.
—No es nada Minji-ssi, mira a tu alrededor ya se ven casas —aseguró Tae pasándole una mano por el cabello, restregando este suavemente a modo de caricia.
La mencionada hizo caso, acomodándose encima del mullido asiento de cuero para divisar por la ventana lo que su hermano le decía. La familia de cuatro se quedó en silencio por algunos segundos, pasando por el centro de la ciudad de dónde ahora serían parte.
—Sé que es un cambio difícil chicos, por eso pido su ayuda para hacer que nos podamos acoplar lo más rápido posible. Dios puso esta oportunidad en nuestro camino y su mamá y yo no pudimos desaprovecharla… —El señor Kim colocó la mano derecha en el muslo de su esposa, pidiéndole tácitamente a esta que siguiera hablando.
—Su padre tiene razón, debemos darle gracias a Dios por el nuevo trabajo que tiene, Seamos lo más comprensibles posibles ¿Si? —La ansiosa mujer se giró un poco, dejando ver su esperanzador semblante e intentando transmitir las emociones sentidas hacia sus hijos—. Oremos para que nos puedan recibir bien aquí en Louisiana, no olviden pedir por todos antes de dormir.
—Daremos lo mejor de nosotros mamá, no se preocupen… —Taehyung alcanzó una de las mejillas de su madre y acarició esta por unos segundos, siguió hablando para tratar de apaciguar sus preocupados corazones—. Aparte, por fin tendremos cuartos separados, dejaré de una vez por todas compartir espacio con la fea de Minji.
Recibió un golpe de la menor, el cuál fue secundado por otros más con menos fuerza usada en estos, obligándolo a hacerse pequeño en la esquina de su asiento hasta que la misma se cansó, riendo por la prevista reacción —La más feliz soy yo, dejaré de recoger tu sucia ropa tirada en el piso a cada momento. —Le sacó la lengua cuando se cansó, regresando la mirada hacia el nuevo paisaje que les recibía con tranquilidad.
El mudarse repentinamente era algo que tomó por sorpresa a la familia Kim, ninguno de ellos esperaba o hubiese querido hacerlo sino fuera obligado, que es precisamente como se dieron las cosas al momento.
Estaban ya muy bien acostumbrados a su vida en Colorado, la mayoría de la gente ahí les había aceptado siendo una pareja interracial e incluso los hermanos tenían buenos amigos que los querían.
El problema se dio cuando comenzaron a tener problemas económicos, el señor Kim ya no recibía trabajos debido al auge de arquitectos que salió a flote al inicio de los 50s, y aquellas súplicas religiosas que lanzaron al cielo cada noche por una propuesta de empleo al parecer rindió frutos; Le llamaron para realizar adecuaciones en la iglesia local de la parroquia y varias casas aledañas… el inconveniente era que la empresa contratista y el lugar donde se tenía que trabajar era un poco más al sur de lo que pensaban.
Ville Plate, en la parroquia Evangeline. Perteneciente al estado de Louisiana exactamente.
En un inicio se mostraron reacios a la idea, inclusive los adultos. Pero al ver que realmente era la única opción, no pudieron hacer más que aceptar la añorada propuesta que según ellos el señor les había enviado.
—Miren, el cine de aquí es más grande que el que teníamos allá en Colorado… de seguro hay espacio para mostrar más películas —habló Charlotte mostrándose optimista, seguiría a su esposo dónde sea que él vaya sin reclamar, así es como una buena mujer se hacer notar según ella—. ¡Oh, cierto! ¿Ya les conté que tendremos de vecinos a una familia coreana? Nos dijeron que tienen un hijo de tu edad Taehyung mi vida, espero puedas interactuar mucho con él.
—Yo también lo espero mamá, eso sería estupendo… —Taehyung dio una respuesta afirmativa para complacer el silencioso grito de ayuda que su madre emitía, en los diecisiete años de vida que el joven llevaba en este mundo; le hicieron un experto para poder descifrar por completo a sus dos padres.
Estaban nerviosos, aquello era más que evidente; de esa manera Taehyung creía que mentir un poco por el beneficio de saber que apaciguaba a sus preocupados padres estaba bien. Ya ellos han hecho demasiado por él y su hermana todos estos años, ¿Qué tan difícil podía hacer eso por ellos?
Arregló los rizos de su castaña cabellera divisando el inicio de un barrio, numerosas casas una apegada a la otra; sintió como Minji se movió acercándosele hasta que la cabeza de esta se posó sobre su hombro, la cuál acarició con una mano libre.
Poco a poco el auto comenzó a detenerse hasta parar en frente de una casa grande de dos pisos, la cuál se llevó toda la atención de la familia a excepción de Taehyung.
Sentado sobre el oscuro techo en la casa de al lado yacía sentado un muchacho de cabellera negra, la débil luz de luna que alcanzaba el vecindario no le permitía ver con total claridad; alegrándose segundos después cuando este se dio cuenta de su presencia y giró el rostro mostrándose a la vista de cualquiera.
Tae revisó por todos lados, no había señal alguna de gente al igual que cuando pasaron por el centro así que seguramente era bastante tarde, ¿Qué hacía un chico a esas horas de la noche? —Mamá mamá, ¿Qué hora es? —preguntó con insistencia mientras se bajaban todos del carro.
La mencionada se revisaba la muñeca para poder responderle a su hijo, respondiendo con alegría al percatarse que no era tan tarde como había pensado —Exactamente la media noche mi vida, por cierto no olviden sacar sus cosas de la cajuela. Abre la cajuela querido —le pidió a su marido.
El castaño se quedó estático cuando su mirada se encontró con la del particular muchacho, ojos grandes y brillosos, tan intensos que podía jurar sentir que este le trataba de hablar mediante ellos…
Movió la cabeza cuando vio que el contrario se levantó rápido pasándose el dorso de las manos por sus mejillas, caminando unos centímetros sobre el inclinado techo para luego abrir un tipo de puerta; y bajando poco a poco como si estuviera usando escaleras por el típico movimiento paulatino al descender.
Kim Taehyung vio por primera vez a Jeon Jeongguk en la madrugada, sin saber que los dos se volverían cosas recurrentes e importantes en su vida… las cuales sacudirán su mundo por completo.
“Permíteme permanecer en esta neblina de lavanda en la que te conviertes para mí”.
holis gente bella, le doy inicio a la trilogía inspirada en midnights de la tay
esperen mucho drama y angst de mi parte. Serán 1 fic, 1 OS largo y 1 mini fanfic. Las historias no están conectadas entre si pero en cierto punto habrán referencias ^^
Merci pour la lecture!
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