La miró fijamente ¡qué luz tan hermosa! No le importo mucho, a pesar de estar impresionada ¿Cómo no sorprenderle un resplandor? No era nada nuevo, nada extraño. Todos eran así, y todos tenían cierta característica especial, pero eso nunca había impedido que lo hiciera, que se tragara meses, años de su vida, que la llenara de gris melancolía de la cual difícilmente se puede escapar, y así, sin pensarlo otra vez, como dulce serpiente abrió su boca y la envolvió en la noche...
Hanna camina, tomada de la mano de su hermana Leila. Dos chicas con el pelo rojo, largo, lacio y suelto. Hanna siente la mano de su hermana, es cálida, le da confianza. No podría sentirse más que segura. Es de noche y naturalmente tiene miedo.
Ojos siniestros desean envolverlas.
Por fin llegan a casa. Leila saca la llave de su fino abrigo color esmeralda. Su madre se lo había comprado hace unas cuantas semanas, esa racha de buen dinero se ha esfumado. Abre la cerradura oxidada de la puerta tan vieja como lo es la casa. Entran ¿a salvo? Miran a su alrededor, sí, a salvo. Leila sonríe y, corre a la cocina a ver qué hay de comer. Hanna se detiene en el camino y espera en la mesa, se concentra en mirarla con sus ojos marrones ¿Qué piensa? ¿Que pensara una niña recién desamparada de 15 años? Piensa en que debería limitarse a llorar, pero... ¿porque no lo hace? porque va a llegar más lejos, a la tristeza suave, a la nostalgia profunda.
La cubre de la fuerza necesaria para que su hermana no vea la desgracia que le ha causado su reciente ausencia, así que cuando Leila llega con dos platos de sopa ¡¡Desgracia!! Corre por la mente de la niña, pero le da entender a la otra que es de su agrado y que es feliz, aunque... la última parte no es mentira, solo que es diferente, ella es feliz estando con la muchachita pelirroja, estar con ella es lo que la hace más feliz que nada en el mundo, solo que no le hace gracia la comida. Hanna no ha comido hace varias horas ¿Cómo es posible que nadie se preocupara en dejarle algo más? ¿Algo mejor? ¿Por lo menos para hacer menos lamentable el primer día?
No hay silencio en las habitaciones de la casa, no hay nadie en ella más que ellas dos, es verdad, pero cruje la casa, gime de miedo, está envuelta por el viento suave que les miente diciendo que está "sereno" En realidad solo está aguardando. La casa sabe que el silbido que la cubre ha llegado con la muerte, con el hambre y la desconfianza...
Ya han acabado de comer cuando oyen el pestillo de la puerta, se miran, hay tensión en sus rostros ¿qué es? ¿Miedo? Sí. Es miedo. Olvidan los trastes, incluso la mayor parte de la sopa que comían a regañadientes, cada una corre por su lado, la puerta se abre, entra la inmundicia del aire, pasos silenciosos y lamentables caminan por la estancia, llegan a sus habitaciones, no hay tiempo para desearse las buenas noches, solo llegan a esconderse. Se acuestan en sus respectivas camas y creen tener una noche sin sueños...
Merci pour la lecture!
Nous pouvons garder Inkspired gratuitement en affichant des annonces à nos visiteurs. S’il vous plaît, soutenez-nous en ajoutant ou en désactivant AdBlocker.
Après l’avoir fait, veuillez recharger le site Web pour continuer à utiliser Inkspired normalement.