Nos preparamos para bombardear. Todo el puesto, todos en el puesto zumban al unísono. La gente prácticamente corre por los pasillos, los teléfonos suenan, las teclas, la radio; todo habla.
Entro en mi oficina y cierro la puerta, adentro ya está Hilda. Su uniforme es muy tallado, debe ser una talla completa muy pequeña para ella. Su culo, sus tetas, parece que va a estallar. Me acerco y le agarro las tetas con las manos, juego con ellas un poco, rara vez lleva ropa interior. No la beso.
Me desabrocho la faja y los pantalones mientras camino a mi silla. Me bajo los pantalones y me siento. Hilda, bajita y rubia ya sabe qué hacer. Se arrodilla delante de mis piernas abiertas y se sumerge entre ellas.
Su lengua me penetra dura. Yo levanto las caderas y es su señal para que empiece con los dedos. Primero me mete todo el índice derecho, sin dejar de chupar mi clítoris. Pero termina usando tres dedos. Siento la cara y las manos húmedas de Hilda moviéndose entre mis piernas y mis nalgas. Le agarro la cabezo y le empujo la cara contra mi mientras me vengo. Ella no se lo esperaba y se sacude un poco antes de continuar lamiéndome.
Afuera se empieza a oír el zumbido de las bombas, se las siente recorrer el aire, luego hacen la tierra temblar. Se activan sirenas y alarmas.
Cuando termino la suelto y se levanta apurada disimulando que está casi sin aire, sabe que me molesta. Me levanto y de la silla y con la mano le hago un gesto para que salga y me visto. Cuando el bombardeo acabe debemos avanzar.
Merci pour la lecture!
Nous pouvons garder Inkspired gratuitement en affichant des annonces à nos visiteurs. S’il vous plaît, soutenez-nous en ajoutant ou en désactivant AdBlocker.
Après l’avoir fait, veuillez recharger le site Web pour continuer à utiliser Inkspired normalement.