Taehyung
No puedo hacer esto, Taehyung. Quiero salirme. Salir de este mundo. Escapar de mi matrimonio arreglado. Tan solo salir.
Esas palabras pronunciadas por mi hermano Jimin lo comenzaron todo. Me llevaron a mi primera traición a Jungkook. No lo vi como una traición en aquel entonces. Solo quería ayudarlo, no traicionar a mi marido.
Aun así, cuando tomé la decisión de ayudarlo a escapar, supe que tendría que ir en contra de él.
Traición.
Los hombres de la mafia siempre eran rápidos para llamar traición a cualquier palabra de objeción. Se suponía que las mujeres y donceles debían aceptar como ley la palabra de su esposo, especialmente yo, que estaba casado con el Capo.
Pero proteger a mi familia, a mis hermanos, proteger a los que amaba contra las duras realidades de la vida de la mafia a veces hacía difícil el obedecer.
Pensé que Jungkook lo entendería, pensé que nuestro amor podría desafiar cualquier cosa.
Jungkook
Nuestro padre sádico nos enseñó a Yoongi y a mí muchas lecciones, todas ellas destinadas a hacernos fuertes y despiadados para las tareas que se esperaban de nosotros. Odiaba al hombre, lo había odiado toda mi vida, y odiaba que demostrara tener razón con la única lección sobre la que quería que estuviera equivocado.
El amor es una debilidad, Jungkook. Pone a los hombres más fuertes de rodillas. Las mujeres y donceles son débiles, y hacernos creer que podemos amarlos es su manera de manipularnos porque es la única forma en que ellos tengan poder. No dejes que una mujer tenga ese poder sobre ti. Serás Capo. Un Capo no puede permitirse ninguna debilidad.
Taehyung me hizo creer que esas palabras eran una mentira.
Con sus sonrisas amables, sus ojos inocentes y su belleza sin igual, me atrajo y caí en su trampa. Todavía recordaba ese maldito día.
—Eres bueno, Taehyung. Eres inocente. Te obligué a esto. —Taehyung había recibido una bala por mí, había arriesgado su vida para salvar la mía. Mi vida, que valía mucho menos que la de él.
Sus ojos azules sostuvieron los míos. Esos ojos, siempre llenos de tantas emociones que apenas podía entender.
—No lo hiciste, Jungkook. Nací en este mundo. Elegí quedarme en este mundo. Nacer en nuestro mundo significa nacer con sangre en nuestras manos. Con cada respiración que damos el pecado queda grabado aún más profundamente en nuestra piel.
Negué con la cabeza.
—No tienes elección. Ninguna manera de escapar de nuestro mundo. Tampoco tenías elección al casarte conmigo. Si hubieras dejado que esa bala me matara, al menos habrías escapado de nuestro matrimonio.
—Hay pocas cosas buenas en nuestro mundo, Jungkook, y si encuentras una, te aferras a ella con todas tus fuerzas. Eres una de esas cosas buenas de mi vida.
¿Cómo podía decir algo así? Maté a tantos, y lo disfruté. Si había un cielo y un infierno, no había duda de dónde terminaría.
—No soy bueno.
—No eres un buen hombre, no. Pero eres bueno para mí. Me siento seguro en tus brazos. No sé por qué, ni siquiera sé por qué te amo, pero lo hago, y eso no cambiará.
Cerré mis ojos ante el amor en su mirada. Taehyung me amaba. Me lo había dicho antes. No estaba seguro cómo podía después de todo lo que me había visto hacer, y ni siquiera era lo peor. Todavía estaba ocultándole eso.
—El amor es un riesgo en nuestro mundo y una debilidad que un Capo no puede permitirse —murmuré. Una verdad que creí durante toda mi vida. Una verdad por la que vivía. Una verdad que pensaba llevarme a la tumba conmigo.
—Lo sé —susurró, resignado.
¿No sabía lo que sentía? ¿No podía verlo? Incluso Yoongi lo sabía, aunque había intentado ocultárselo a él, a todos.
Lo miré fijamente, con el pecho apretado por las emociones que me asustaban terriblemente. Me asustaban, incluso aunque ya nada realmente me asustaba. Había sobrevivido a la tortura y al dolor insoportable, me había torturado e infligido dolor a mí mismo, había visto morir a tantos, había matado a muchos de ellos, y aquí estaba, asustado de mis propias emociones.
—Pero no me importa, porque amarte es la única cosa pura en mi vida.
Taehyung se congeló, con los ojos llenos de lágrimas. Llorar y rogar nunca me habían ablandado el corazón, pero con Taehyung siempre apelaban a una parte de mí que no sabía que existía.
—¿Me amas? —preguntó con los ojos llenos de esperanza e incredulidad.
—Sí, incluso si no debería. Si mis enemigos supieran cuánto significas para mí, harían cualquier cosa para ponerte las manos encima, lastimarme a través de ti, controlarme al amenazarte. La Bratva lo intentará de nuevo, y otros también lo harán. Cuando me convertí en un hombre de la mafia, juré poner a la Famiglia lo primero, y reforcé ese mismo juramento cuando me convertí en un Capo dei Capi, aunque sabía que estaba mintiendo. Mi primera elección siempre debería ser la Famiglia. Pero tú eres mi primera elección, Aria. Arrasaré el mundo si tengo que hacerlo. Mataré, mutilaré y chantajearé. Haré cualquier cosa por ti. Tal vez el amor es un riesgo, pero es un riesgo que estoy dispuesto a asumir y, como dijiste, no es una opción. Nunca pensé que lo haría, nunca pensé que podría amar a alguien así, pero me enamoré de ti. Luché contra eso. Y es la primera batalla que no me importó perder.
Y maldita sea, esas palabras habían sido la verdad. Había pensado que eran ciertas. Puse a Taehyung en primer lugar, lo protegí, le permití cosas que mi familia había desaprobado. Habría hecho cualquier cosa por él, y maldición, me había traicionado.
Traicionó mi amor y confianza.
Amor.
Una debilidad.
Una debilidad que ya no me permitiría.
°°°
Iniciamos con está segunda parte del amor de Jungkook y Taehyung, en lo personal, éste libro es el que más me gusta por el hecho de que hay más emociones, sentimientos y pensamientos de parte de los personajes (y me gusta ver el mundo arder) :)
꧁༒☬𝖛𝖑𝖗𝖝𝖐𝖗𝖝𝖘☬༒꧂
Merci pour la lecture!
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