—Estás segura que ésta vez funcionará?
—Tae tiene miedo, Tae ha comenzado a creer en la magia, ahora sí funcionará.
—No quiero dañarlo a él!
—No le haré daño! Querías que se fijara en tu persona y eso haré, Tae se enamorará perdidamente de ti.
—Habrá otro muñeco?
—No, ésta vez habrá masas dulces.
Este pequeño fic es la continuación de TRAICIÓN.
Si estás interesada en leer cómo comienza ésta historia, puedes pasarte por ese fic o leer éste independientemente del otro.
Bienvenida a otra historia taekook, espero que si el fic te gusta puedas comentar, votar, compartir.
Ponte cómoda, abre tu mente, estás por ingresar en terreno peligroso… acaba de comenzar: MAGIA NEGRA
Luego de recibirse como periodista y trabajar para la editorial de Jimin durante 4 años, cambiarla era como recomenzar.
Había dejado curriculums en varios lugares, estaba de novio con un fotógrafo de nombre Jeon Jungkook y aunque sabía que a su novio no le gustaba el dueño de la nueva editorial que le ofreció el mejor contrato, no le quedó otra opción que aceptar.
El país estaba atravesando una crisis económica y nadie estaba exento a los tentáculos del capitalismo. Una mañana cuando se levantó y constató que no había ni siquiera café en su refrigerador y tampoco tenía el dinero suficiente como para desperdiciar en un latte en un bar, se decidió a aceptar la oferta de la editorial de Bogum.
Jeon puso el grito en el cielo, pero no había más opciones así que le tocó mirar hacia otro lado y aguantar los gritos. No podía vivir para dejar conformes a todos. Era imposible.
Hacía 6 meses Jungkook le había sido infiel con una periodista y la relación estaba cristalizada.
No podía negarse que lo amaba, pero a veces era difícil luchar con el día a día y también ser consciente que la relación con su amor era inestable.
Luchar por mantenerla a flote: estar sonriente para que Jungkook se sienta a gusto con él, no llevar el mal humor a las citas para que Jungkook no lo considere denso, no mirar a otros para que Jungkook no se ponga celoso, no preguntar por Hwasa para que Jungkook no creyera que aun no lo había perdonado y su castaño no se sintiera presionado.
Estaba exhausto.
Estaba exhausto y necesitaba mantener la mente ocupada, quedarse en el departamento era peor. Ya casi no salía a desayunar con Jimin y no solo por la situación económica sino porque Jungkook había descubierto que con su amigo de la adolescencia se saludaban con pequeños besos en los labios y eso ocasionó que su castaño limitara las salidas con él.
Lo entendía.
Si hubiese sido él, también habría armado un berrinche.
Era la primera semana trabajando en la nueva editorial y se sentía todavía un extraño en tierra desconocida, esa mañana había discutido con su novio así que ahora estaba en su escritorio, intentando poner toda su mente en la nueva nota y olvidar que cada vez que Jungkook se molestaba con él, sentía que su castaño iría a acostarse con otra persona.
Eso no era sano… vivir así no era sano!!
Golpeó la puerta de la oficina y Bogum dijo “Adelante” sin gritar pero lo suficientemente fuerte como para escucharlo.
El pelinegro entró y Bogum sonrió cuando lo vio aparecer con su traje gris y su postura de hombre serio y recio.
—Tae!! por favor, pasa! toma asiento. En que puedo ayudarte?
—Ya entregué la nota sobre las películas de terror que nacen de los best sellers. Quería pedir permiso para seguir escribiendo sobre una temática oscura. Hace poco se encontró el cuerpo de un adolescente en un cementerio, estaba decapitado y le habían sacado el corazón. Se cree que es otro asesinato de “El extraño sanguinario” y la sociedad habla sobre vampiros, creen que el asesino los está protegiendo de una plaga de monstruos. Me gustaría hacer una comparación con el personaje de Bram Stoker y como la histeria colectiva ayuda a que la gente crea que personajes ficticios puedan existir realmente.
—¿Estás durmiendo bien? te noto demacrado -le dijo suavemente y Tae se sintió perdido ante el cambio de tema.
—Qué?
—Perdón. Me parece extraordinario lo que propones. Puedes trabajar sobre eso… pero, ¿te sientes bien? ¿Estás descansando bien?
Tae no estaba durmiendo lo suficiente, Tae no descansaba bien, Tae no estaba en su mejor momento mental.
Asintió con la cabeza porque se le hizo un nudo en la garganta y Bogum se dio cuenta.
—¿Quieres que salgamos a tomar algo y hablamos de otra cosa que no sea el trabajo?
El pelinegro bajó el rostro y negó con la cabeza mientras se limpiaba las lágrimas disimuladamente.
—Tae, podemos ir a la cocina de la editorial y tomar una chocolatada. No es necesario ir a un bar del exterior, sé que tu novio es celoso y podrías tener problemas con él. Es solo la invitación de un amigo.
Tae abrió grande los ojos y lo miró: tan obvio era que tenía problemas con Jungkook?
—Necesitas aflojar esos hombros y la mente también. Desajustar esa corbata, ir para que te den un masaje -dijo riéndose. -hacerte un cambio de look! pensar en otra cosa que no sean los problemas cotidianos.
Tae se tocó el cabello. Se le había cruzado por la cabeza que estaba cansando de su pelo negro tan formal y serio. Quería hacer algo loco (no tanto como ese viaje a Jeju que había realizado con su empleador hacía casi un año, pero sí algo que lo descontracturara).
—Acepto la chocolatada. -le dijo sonriendo, mostrando rectangularidades alienígenas -podemos ir al Ronroneo del Tigre.
Y Bogum sonrió. Estimaba a ese hombre, ya se había rendido a tener algo con él, pero eso no quitaba que lo admirara y le había tomado mucho cariño, verlo cada día más apagado, le dolía.
*
Jungkook tropezó con la pata de su escritorio, giró y le pegó una patada que casi provoca que el mueble se diera vuelta.
—WOW -gritó Yoongi sobresaltado -Jungkook si andas estreñido ve al baño a cagar y no te desquites con la mesa!
El castaño lo miró con odio y la sonrisa se le esfumó a su amigo.
—A ver… otra vez problemas en el paraíso?
—Discutí con él.
—De nuevo?
Jungkook tiró su cuerpo sobre la silla y apoyó la cabeza en sus manos.
Si, “de nuevo” y debía admitir que tantas discusiones eran desgastantes.
Tener a “Tae el perfecto” como novio, era agobiante. La ropa ordenada, limpia, planchada. Las notas en el primer cajón o en el archivo de notas junto con las correspondientes fotografías, en sepia algunas, con colores tenues, nada dramático.
Se lavaba las manos mil veces y lo miraba mal si se sentaba a la mesa para desayunar sin haber realizado el ritual que hacía él. Vivir con Tae era una locura de perfección y encima sentía que no llegaba a satisfacer todo lo que se esperaba de él.
Para el colmo estaba el tema del “ganado de Tae”. El señor perfección había salido con más personas de las que le hubiese gustado y estaba trabajando para uno de ellos (y eso que le había prometido que buscaría empleo en todos lados antes de caer ahí).
Ser el novio de Tae a veces era un carga.
Le gustaría que de vez en cuando Tae se equivocara, o que llegara y se sonara la nariz con el mantel. Que hiciera algo que le constatara que era novio de un hombre de carne y hueso y no de una utopía.
—Ya ni sé porqué discutimos -le dijo, y Yoongi le pegó unas palmadas en la espalda.
—¿Salimos esta noche a tomar unas cervezas?
—Quedé en cenar con él.
—Déjalo descansar y descansa tu también. Tal vez necesitan estar un tiempo separados. Creo que te instalaste demasiado pronto en su casa.
Jungkook lo pensó seriamente… Si, tal vez la convivencia había sido demasiado apurada.
—Ok, le diré que no me espere esta noche -dijo suavemente, casi rendido, mientras sacaba el celular.
Yoongi sonrió… Soobin se levantó del bóxer que ocupaba a unos 3 detrás del castaño y salió complacido.
Llamó por teléfono a una mujer y le dijo “Están con su primera crisis”
“Es el momento” le contestó ella.
*
—El jefe está aquí -dijo Yoongi bajando la voz y Jungkook giró para verlo.
Jimin estaba sentado en una mesa del bar y leía un libro. El castaño miró a su amigo: a Yoongi se le habían iluminado los ojos.
—No entiendo esa relación que tienen, no entiendo a la gente que no coge en la primera cita.
—Vamos lento. -contestó Yoongi tomando su cerveza y sin dejar de mirar a Jimin.
Yoongi sonreía.
Sonreía sin darse cuenta que sonreía mientras observaba al rubio.
Jungkook sintió un poco de envidia, ¿a él aun le brillaban los ojos cuando miraba a Taehyung?
—Y ese? -preguntó de pronto Yoongi bajando la cerveza y arrugando el entrecejo, Jungkook volteó nuevamente.
Un pelirrojo había llegado y se abrazaba con Jimin. Jimin sonreía a lo loco, a Jimin le desaparecían los ojitos ante la felicidad de ver al extraño.
Yoongi arrugó aun más el entrecejo.
—PICO -pidió Jimin y ambos hombres se besaron la punta de los dedos e hicieron contacto en el aire, como si fuese un beso indirecto.
Yoongi no pudo hacer otra cosa que sonreír ante el acto y cuando Jungkook escuchó la risa del recién llegado, automáticamente inclinó el cuerpo para verlo bien, la gente lo tapaba.
Jimin le tocó el cabello al extraño y le dijo que se lo veía aun más hermoso.
Luego se sentaron y al hacerlo, el extraño que les daba la espalda, quedó de costado.
—Ese color te queda preciosooo!!! qué te hizo hacer un cambio tan drástico? tu no eres de los que de un día para el otro aparecen pelirrojos!!
—Necesitaba un cambio en mi vida, Jimin. Estoy estancado en un pozo, siento que no avanzo, siento que me hundo y decidí que tal vez los cambios podían comenzar por pequeñas cosas, como el cabello -contestó orgulloso Taehyung.
Yoongi miró de reojo a Jungkook.
—Parece que los dos se sienten igual -sugirió despacito Yoongi y el castaño no respondió.
Dolía ver como la relación zozobraba a la deriva.
Todas las relaciones pasaban por crisis, pero la de ellos que ya de por si era frágil… podría sobrevivir a la tempestad?
Jungkook sacó del bolsillo un caramelo y se lo metió en la boca.
—¿Sigues comiéndote esas porquerías que aparecen en tu escritorio? ¿no tienes miedo que estén envenenados?
—Son dulces, Yoongi! A parte creo que los deja la chiquilla de la limpieza, me mira mucho. -aclaró con una sonrisa triste, sin querer mirar como Jimin seguía tocando el cabello de su hombre.
—Ni siquiera sabes si es de ella, aparecen en tu escritorio y tu te los comes nada más… eres un suicida.
—Me parece un gesto tierno. Es alguien que sabe que me gustan los dulces, Tae solía regalarme dulces, hace mucho que no lo hace. -agregó y movió la silla para darle la espalda a la pareja de amigos que conversaban animadamente.
Tae reía. Tae estaba feliz. Tae parecía radiante.
Eso dolía.
Con él, Tae solo tenía el ceño fruncido o los ojos llorosos.
BIENVENIDAS A… MAGIA NEGRA.
Merci pour la lecture!
La trama es inquietante, la historia es fascinante. La autora se sabe, y queda claro que ama escribir terror tanto como le gusta leer este género en particular. Traición y Magia negra es una bilogia que deja que las emociones surjan, y se perpetuen en el lector. Que te envuelve y atrapa en esa lucha contra los egos y obsesiones. Dónde la magia del amor verdadero se pone a prueba. Amé volver a leer estás grandes historias.
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