Esto es demasiado estresante al grado de que mis manos sudan, las uñas que deberían existir en mis dedos, desaparecieron por la ansiedad y mis pies se mueven ansiosos por la urgencia de querer descubrir el mundo.
Durante las vacaciones de invierno, estuve muy nervioso, pensando mucho sobre lo que sería mi nueva vida. Esa, que solo he visto por los ojos de mis compañeros libertinos. No pretendo sonar muy pretencioso al hablar, pero deben entender que he vivido toda mi existencia en la casa de mis padres y no, por decisión propia debo decir, hacer énfasis y con letras mayúsculas para que me comprendan mejor.
Ser educado por padres sobreprotectores y religiosos, no es la mejor experiencia que deseo para lo que resta de mi vida. No me malentiendan, agradezco todo lo que me han dado, eso sí, no me quejo porque eso sería pecar ante Dios y yo, creo en él.
Sin embargo, estoy cansado de hacer siempre lo que ellos quieren, el cómo debo ser, el cómo debo vestir y cómo debo comportarme. He llegado a un punto de mi vida que simplemente ya no puedo lidiar con sus ideales, quiero una vida para mí, quiero salir al mundo y experimentar las cosas buenas que ella me ofrece, al igual que las cosas malas. Si me dejan sincerarme, en mis cortos veintitrés años no me he equivocado lo suficiente, no tengo errores porque mis padres no me permitían equivocarme. Siempre me recalcaban que debía hacer las cosas bien o mejor no hacerlas, pero siempre desde el inicio. ¿Me explico?
No tuve una vida social como mis demás compañeros porque según mi madre y cito ¿Cómo me vería ante la sociedad si me exhibía en la calle? Ante sus ojos, la gran mayoría, por no decir todos, salen solo a fornicar. Una mentalidad algo estúpida y antiguada, pero eran sus pensamientos y debía respetarlos.
Salir de su casa no fue una tarea fácil, convencerlos de que ya era un adulto responsable fue prácticamente demostrarles en un itinerario con desglose de gastos que ya podría mantenerme por cuenta propia. Y ustedes se cuestionarán ¿Cómo es eso posible? Bueno, al ser hijo único y sobreprotegido, no podía gastar mi dinero como lo haría una persona normal, así que todo eso se fue a un banco dónde con el paso de los años generaron ingresos y ahora me daban la facilidad de experimentar esa vida que tanto deseo. Aunque solo por un tiempo, por eso la necesidad de encontrar un trabajo lo más alejado de ellos y no me odien por quererlos a cien kilómetros lejos de mí, es solo que ya me tienen cansado con todos sus sermones.
>> Perdóname Dios por eso. Aunque pensándolo bien, si me vas a castigar, que sea con un buen hijo del pecado. ¿Qué estoy diciendo? Perdóname Dios mío. Perdóname.
¿Seré un mal hijo por haberme cansado de ellos?
Si tu respuesta es afirmativa, guárdatela, no requiero más peso sobre mis hombros. Es broma, no me odies, es que es difícil de explicar, siento culpa de algún modo, de hecho, me siento como un bebé en el mundo real, creo que en este momento de mi vida es como que ya debería estar corriendo y apenas voy a aprender a gatear.
Y el momento llegó, hoy es mi primer día de trabajo, me siento muy emocionado, quiero ponerme a prueba y hacer las cosas por mí mismo. Correr el riesgo de equivocarme y levantarme para volver a intentarlo. Sí, eso haré. No hay miedo.
>> Oh por dios… a quién le miento, es obvio que tengo miedo.
La ciudad de Seúl es enorme, es todo muy nuevo y futurista, algo que solo veía en los k-dramas donde la protagonista se enamora del jefe sexy y malhumorado, que la folla como los mismísimos ángeles llevándola al paraíso con cada orgasmo.
No me veas así. Si, ya sé, estoy desvariando, perdónenme, es que ¿Quién no querría ese tipo de historia en su vida? Bueno, al menos yo sí, quiero vivir tanto cómo descubrir el sexo también, porque solo verlo en internet no es tan lindo, aunque placentero si lo es, pero creo que sería mejor si lo practico con alguien más. ¿No lo crees? Espero me estés diciendo que sí y no solo sean mis estúpidos pensamientos hablando al aire como el pervertido más pervertido de todos los tiempos.
Creo que debo calmar mis locos pensamientos de una vez por todas porque la secretaria que está por recibirme me ve con cara de pocos amigos, quizá se levantó de malas porque su esposo no le cumplió por meterse con la otra, no la juzgo, estaría igual si no me complacen. ¿Tú no? Y no te atrevas a engañarme, porque puedo leer tus pensamientos maldita persona pecadora.
El enorme elevador me lleva al piso veintitrés, otra vez ese número, ¿Se nota que me persigue? Por cierto ¿Qué día es hoy? Ya recuerdo… veintitrés de enero.
>> ¡Oh por todos los músculos de Zeus! ¿Saben que estoy mirando justo ahora? Un hombre, pero madre mía, qué hombre. Si no tuviera puesto el barbijo estoy seguro que me vería con la boca abierta y babeando, mirándolo como si fuera el ultimo manjar de la cena de nochebuena.
—Buenos días.
¿Enserio me está hablando a mí? ¿Qué debo hacer? Devolver el saludo, obviamente porque la misma secretaria está que me quiere matar con la mirada.
—¿No tienes modales? —me recrimina de manera amenazadora. Dios, que miedo, esa mujer será un grano en el trasero, casi puedo asegurarlo. —El Señor Jeon te ha dado los buenos días. Contesta.
—Tranquila Sua-Lyn, no te preocupes.
—Señor, discúlpelo, es nuevo. —responde nerviosa, tan diferente a como me ha hablado a mí, es que, ¿acaso es bipolar? —Es su primer día.
Es lo único que dice la mujer para terminar de fulminarme con la mirada, mientras el hombre sonríe sutilmente sin dejar de observarme, acción que hace que mis anémicas piernas empiecen a sentirse como gelatina, en este momento deseo tanto haber tomado las vitaminas que mi madre insistía darme a la fuerza y que siempre rechazaba. Estoy seguro que mi corazón jamás había bombeado tanto como en este momento, ¿Y si me da un paro cardiaco? Genial, ya me imagino los titulares del periódico, “Joven se muere en su primer día de trabajo porque su jefe le sonríe” Eso sería lo más patético que podría pasarme, muerto y virgen, aunque virgen a medias, ya les contaré ¡Ay Dios! no, que decepción. Estoy seguro que mis padres me sacarían de la tumba para que no cometiera semejante vergüenza.
No puedo dejar de sentir la mirada de ese hombre en mí, ¿Es que acaso no tiene más espacio donde mirar? ¿Qué hago? Creo que me voy a hacer pipí encima. No se rían, maldición. Todo es muy nuevo y ustedes están acompañándome por primera vez. Quizá hasta vean como me despiden en mi primer día laboral. Si es así, se ríen cuando cierren la página, no antes.
De pronto, el ascensor se detiene y la mujer sale primero, por educación decido quedarme para salir al final, sin embargo, ese hombre me señala la puerta, aunque mis piernas siguen igual de flojas mis pies reaccionan por una milésima de segundo ya que puedo sentir como su mano se posa en mi cintura y un cortocircuito hace acto de presencia por todo mi cuerpo, ¿Que mierda es esa? ¿Voy a morir? Espero que no, soy muy joven y quiero que alguien me penetre lento, aunque si lo hacen duro y salvaje también, no me quejo.
—¿Estas bien?
>> ¿Lo estoy? Obviamente no.
—¿Eh?
—¿Qué, si estás bien?
—Sí, sí, de maravilla. —miento al ver no se aleja.
—¿Seguro?
Quiero responder que no, pero entonces su mano venosa y perfecta, rosa mi mejilla y yo estoy por morir.
—Pareciera que vas a desmayarte.
¿Es que él no sabe entender que no necesito que se acerque? ¿Así son todos los hombres? Dios ¿En qué me he metido? Cuando quería explorar el mundo, jamás creí que tendría un compañero así de… de, de sexy y guapo y precioso.
—¿Terminaste de comerme con la mirada?
En ese momento siento que voy a hacer implosión, puedo darme cuenta que mis ojos están por salir de mis cuencas, al igual que mi corazón de mi pecho. Él me ha descubierto viéndolo de esa manera tan descarada y podría seguir comiéndomelo, hasta que la voz rasposa de esa mujer amargada llena mis oídos.
—Joven Taehyung, ¿Podría avanzar para que le enseñe su cubículo? No tengo toda la mañana.
—No lo espantes Sua-Lyn, es su primer día. Sé amable.
Es lo último que dice “Zeus” vamos a ponerle así porque no recuerdo su nombre.
Mientras se aleja puedo ver que entra en la única oficina que está en ese piso y me abandona por completo con la mujer cruzada de brazos y más neurótica que mi madre cuando tuvo su menopausia. Imagino que quizá deberíamos conseguirle un poco de diversión a ella también.
Para cuando me acerco a lo que será el espacio donde podré ser un mocoso en un mundo de adultos, la libertad vuelve a reinar en mí, oficialmente empezaré el primer día de mi vida como un hombre independiente.
—Por favor, mantenga todo en orden y cuide su espacio.
—Sí, señorita.
A la mujer no le queda más que solo darme una mirada de cuerpo completo para dejarme atrás sin despedirse, nunca pensé que en el mundo habría alguien más amargado que mi padre. Ahora lo único que puedo hacer es agradecer al cielo que estoy solo.
>> Un poco de soledad, al fin…
—¡Hola, tú!
>> O tal vez no. Siempre abres la boca antes de tiempo Taehyung.
Un risueño chico de labios pomposos y ojitos lunáticos, aparece delante del separador de cubículos haciendo que pegue un brinco.
—Perdón, no quería asustarte, bueno sí, bienvenido a empresas JJK, soy Park JiMin, tu compañero de trabajo, espero que seamos buenos amigos o si no, te haré la vida imposible.
Puedo darme cuenta que este chico habla hasta por los codos, alguien póngale un calcetín en la boca, por favor o terminaremos yéndonos a los golpes por que no pare de hacer ruido.
—Taehyung... — dubitativo estiro mi mano para saludarlo. —Kim… Taehyung.
—Bienvenido Kim Taehyung. Soy tu vecino.
—¿De verdad?
Suelto sin darme cuenta la acidez en mis palabras, algunas veces tiendo a ser así de despectivo, pero comprendan, no tener amigos y solo responderles a mis padres con hartazgo se hizo un hábito, supongo que ahora que estoy en el mundo exterior, debo aprender a modular mi habla.
—¿Cómo que de verdad?
—Me refiero a que me encanta que seamos vecinos de trabajo. —respondo con fingida alegría, esperando que crea en mis palabras.
—Tu cara no dice lo mismo.
>>Maldición Taehyung, no seas como tu madre.
En ese momento trato con toda mi determinación de que los músculos de mi rostro no estén tan tensos, pero ¿Cómo se hace eso? Estoy seguro que mi cara luce como si estuviera defecando.
—Es mentira. —de pronto responde. —Solo estoy tratando de crear confianza, romper el hielo, baby bear.
Su ceja derecha se levanta varias veces haciéndolo lucir demasiado travieso y yo puedo comenzar a respirar, ni sabía que había dejado de hacerlo hasta que mis pulmones exigieron el oxígeno.
—¿Estás ansioso de tu primer día?
—Eso creo.
—No es difícil si te adaptas bien, podrás ascender pronto. —responde con ironía. —Aquí apoyan mucho a los empleados.
—¿Eso es verdad?
—Obviamente no, ¿Crees que te van a dar todo en bandeja de plata? Debes esforzarte.
—Suenas como mi madre.
—¡Vaya! — su alegría es palpable mientras me ayuda a quitarme mi abrigo. —Que halago.
—No era uno.
—Iuuu. —su cara se pinta de fingido asco y yo puedo sonreír por primera vez.
La sonrisa que me regala se siente cálida, él me da la pinta de ser alguien muy amigable y espontaneo. Quizá, si la oportunidad se presta, lleguemos a ser amigos.
Puedo admirar mi escritorio, es algo opaco, me gusta el gris, pero no vacío así que creo que debemos darle un poco de vida, quizá una plantita en una de las esquinas, algunas notas musicales, unos cuadritos de mi artista favorito y se convertirá en mi pequeño mundo. El espacio de Tae tae.
Mientras me acomodo y me familiarizo con las cosas a mi alrededor, puedo notar que JiMin no deja de mirar hacia la oficina en donde entró el Zeus del ascensor, ¿Será que ellos tienen algo? Si es así, debo cambiar mi rumbo porque no quiero pleitos en mi primer trabajo y menos por un hombre, aunque esté buenísimo.
De pronto ese chico se levanta tan rápido para ir a algún lugar, otro hombre diferente lo llama por su nombre y éste, entra a la oficina. Debo decir que es extraño ya que pensé que en esa oficina solo estaba el Zeus, pero ya puedo ver que no.
Cuando el medio día llega, una alarma suena y de repente todos se levantan de su asiento y no entiendo que sucede.
—¿Nos vamos?
La linda carita de mi vecino se asoma por la división de los cubículos.
—¿A dónde?
—A comer.
—Pero aún no termino.
—No importa, ya terminaras cuando volvamos. — me dice mientras me quita las hojas de las manos y toma mi gabardina para jalarme lejos de ahí. —Debes comer porque si te mueres de hambre, dejas mal parada a la empresa y eso no nos conviene.
—¿Entonces es por la empresa, no por mí?
—Si lo pones de esa manera… Se escucha muy mal. —responde con un dejo de burla. —Anda, vamos, cerca de aquí hay una cafetería muy buena y barata.
El chico me toma del brazo como si fuéramos amigos de toda la vida, mientras delante del ascensor ya están los dos hombres que estaban en la oficina, el Zeus y el otro que parece de mármol ¿Sera un vampiro? ¿Un Cullen?
>>Mucha novela de Stephany Meyer… deja de soñar.
La sonrisa en mi rostro no se llega a formar porque evito que mis pensamientos salgan de mi cabeza o sino, pensaran que estoy loco, aunque creo que, si lo estoy, pero es mejor que nadie lo sepa.
El ascensor por fin se abre y puedo salir de mis pensamientos.
—Adelante.
—Que amables, caballeros. —responde mi nuevo amigo, empujándome dentro. —Muchas gracias.
—¿Cómo ha sido su primer día, Kim?
De algún modo puedo entender que es a mí a quién le habla, pero mis palabras no salen de mi boca, están atascadas por la sorpresa de la naturalidad en su voz.
—Creo que ha sido muy malo. —se responde con un dejo de preocupación. —¿Nuestra empresa no le gusta?
—No, no es eso, señor.
—¿Entonces?
>> Es que usted me pone muy nervioso. ¡Cállate Taehyung!
—Creo que me gusta, mucho.
—Me alegra escuchar eso.
Es lo último que dice para bajar del ascensor con el otro hombre detrás, dejándome cohibido e intrigado. Mi vecino es un curioso porque no deja de mirarme y observarlo a él.
—Creo que le agradas al señor Jeon.
—¿Es algún tipo de CEO o algo, aquí?
Mientras caminamos, Jimin me aniquila con lujo de detalle, desde las raíces de mis cabellos hasta la punta de mis zapatos y no puedo entender que sucede, es que, si mis padres me hubieran dejado rodearme de civilización, esto no estaría pasando.
—¿No sabes quién es el señor Jeon?
—¿Debería?
Una mano golpea su rostro, y no hay que ser un sabio para entender que quiere darme un golpe por mis respuestas.
—Deberías si trabajas en su empresa.
—¿Es el dueño?
—Donde has vivido, ¿Debajo de una piedra?
—Técnicamente.
Las horas pasaron más rápido de lo que esperaba, quizá la emoción de no tener un horario para llegar a casa, ni nadie que me esperara para regañarme porque me pasé de lo establecido, estaban dando ese efecto. Aunque recordar que aun debo comprar un sofá para decorar y alguno que otro detalle para que mi departamento tenga más vida, me hace estremecer, debo gestionar mis tiempos de alguna manera para que todo me salga bien.
Durante lo que resta de la primera semana, los días se me pasan en adaptarme a mi nuevo trabajo, conocer las rutas más cercanas a mi departamento y a las tiendas de abastecimiento. Comprar lo que me hacía falta, encontrar una lavandería cercana y con la ayuda de JiMin, todo eso fue muy fácil. Debo decir que parece un chicle, no se me despega y no es que me moleste, es solo que es raro tener a alguien con quien compartir tonterías sin que te diga que estas mal o loco por pensar diferente.
Las noches son de películas, en ellas se nos pasa la mayor parte del tiempo hablando de nuestra patética vida como estudiantes y nuestra precaria vida sexual. Aunque, él sí ha tenido encuentros, menciona que solo uno lo ha hecho correrse como si fuera un rio. Y yo, intento con todas mis ganas no parecer curioso, pero mis hormonas superaron mi determinación, exponiéndome a la primera.
—¿Cómo es?
—Cómo es, ¿Qué?
Responde sátiro y glorioso de sentir que sabe algo que yo no.
—Que te follen…
—¿De verdad no sabes? — reniego. —¿Nada?
—Solo lo teórico, no lo práctico. —miento.
Esa noche, él intenta explicarme cómo se siente que alguien te penetre y te haga ver las estrellas mientras tu cuerpo se tensa, metiéndome infinidad de ideas que ahora no puedo dejar de pensar, pero que me obligo a hacerlo, ya que no vine a eso a la ciudad. ¿Cierto?
Mirar el techo de la habitación me hace pensar en todas esas aplicaciones que las personas de mi grado mencionaban cuando querían conseguir placer sin necesidad de dar explicaciones. Y me cuestiono, que sucedería si yo descargo alguna de esas aplicaciones. ¿Tan necesitado estoy para acudir a eso? Mis manos me responden que si porque ya tienen el teléfono buscando en Google Play aunque inmediatamente descarto la idea y cancelo la descarga.
>> Por Dios, soy virgen, ¿Por qué le daría eso a algún desconocido?
>> Aunque técnicamente no lo eres del todo, ¿Recuerdas que también experimentabas al ver esos videos de internet?
Ok, olviden mis pensamientos, ustedes no tendrían por qué saber eso. No leyeron nada de mis travesuras, así que quiten esa sonrisa de su cara. Obviamente no me metía cosas para auto explorar mi sexualidad. Por supuesto que no.
Merci pour la lecture!
EREs divertido, motiva a participar en lo que va aconteciendo con el personaje, en este caso, con Tae, mi bias. Existen muchos casos así, con padres sobreprotectores y fanaticos religiosos que quieren arrastrar a sus hijos a su manera de ser sin contar que "cada cabeza es un mundo" y que a los hijos hay que quererlos y encaminarlos, pero dejando que formen su propia personalidad.
Me encantó ame toda su narración desde el comienzo al fin te hace sentir lo que lees felicitaciones relatas hermoso y con mucho sentimiento la ame !!!
Nous pouvons garder Inkspired gratuitement en affichant des annonces à nos visiteurs. S’il vous plaît, soutenez-nous en ajoutant ou en désactivant AdBlocker.
Après l’avoir fait, veuillez recharger le site Web pour continuer à utiliser Inkspired normalement.