Los personajes Suivre l’histoire

Personaje de contables blancas canas y lengua pergamino, cerca de quien me senté, tenía un bastón de hierro como el vigor en sus ojos.

Azules, tal cual el reflejo del cielo en el mar.

El viejo personaje, amable con todas las respuestas otorgadas después de escucharme recitar un poema sobre el amor y su comprensión verdadera, me reveló de su vida las llaves capaces de abrir las cerraduras que encierran pena.

Y lo escuché.

Grato de conocer los misterios revelados en su documento antiguo,

Sobre los años que unían su mujer consigo : 49.

Sobre los 4 hijos concebidos y los nietos descendidos : la satisfacción de su rostro.

Su suave voz reclamaba lo difícil que es la vida, vibrando las cuerdas vocales en recuerdos de perdida mirada, como si los viviera todavía aquellas escenas donde sus hijos corregía, donde trabajaba de noche y de día y sin embargo los paseaba a comer helado a la orilla de la playa.

El viejo personaje era lleno de detalles, comparable a las variables lineas con formas geométricas en ese pañuelo ocho veces doblado con el cual se secaba las lágrimas de los ojos sin llorar, espejos de nubes carmesí alrededor de las corneas celestes.

Listo para cerrar sus pupilas a la muerte, pero guerrero hasta el final mientras se les añadían atardeceres.

Los grandes consejos extraídos de su experiencia cotidiana incluían destreza con la cual lo mal hecho castigaba, formando equipo con su mujer quien en la casa los hijos criaba.

Fallé en la misión de resistirme preguntarle lo necesario para una familia con éxito, palabra que decidí traducir como unida, y su respuesta empezó con humildad, seguida por el verbo orar y los adjetivos que indicaban la cantidad de muchas veces, dejando a Dios el rol de capitán al timón para llegar a la deriva que es desprenderse a fin de conocerse el uno al otro y amarse inmerecidamente.

Al viejo personaje, que no pasa de moda, le bastó tan solo una hora para enseñarme que la vida es dolorosa pero hay que vivirla para que se torne hermosa.