Mal mortal Suivre l’histoire

Es que eres tan extraño cuando la noche se asoma y mata aquello que toca, y siempre estas llamando mis instintos de mujer. Dame amor ese condimento que yo se que tienes y que has guardado para mi. Haceme ver cosas que desconozco y que ignoro, y llevame por continentes que aun no han sido descubiertos. Eres tan grande y mortal que tienes reservas y cosechas impensadas en las profundidades esperando para mi. Vuelvo a los abismos y siempre quiero mas, ahí en esos sitios donde pocos entran y estas vigilando. Sabes muy bien como me siento, y no necesitó que me bajes un poco de cielo para descansar y verte. Hubo un día que no percibí la coyuntura del tiempo y vi en unos segundos todo desarmado. Me equivoque tus coordenadas y las agujas me tildaron otro momento, porque estoy queriendo y es cuando uno pierde la noción de eso que se llama TIC tac, relativo, pretencioso y demoledor tiempo. Nuestro sueño funciono como pocima que se bebe y hechiza... En el reino de la noche eres salvaje y espiritual, mujer. El silencio que nos encanta, es un ángel que nos toca los labios para desdibujar la desesperación y el miedo; el mundo gira, mi corazón no para de hablar sincero. El hombre frío se eleva. Los sueños, territorios de lo impensado me hacen tener una visión y estoy tocando las profundidades de la vida. Alabada intuición, el secreto esta cruzando las puertas, las abre y se dejan ver. Oh Dios, has morir todo aquello que excede de mi, deja desvanecerlo. La próxima verja espera ser abierta y es hermoso, comienza a mostrarme sus frutos. Es el retorno de la mujer del mundo que se alimenta de la luz.