La cumbre del lobo - Yoonmin Suivre l’histoire

PARTE I

Todo es posible y verdadero.

CAPÍTULO 1

Reino de Spirea, Grand Meyer.

(No me ha permitido colocar todo el formato de la imagen del mapa que he creado, pero espero que sea suficiente y pueden visualizarlo)

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Abrió sus ojos sintiéndose cegado por los atisbos de luz solares. Estoy muerto, se dijo a sí mismo. Y tal vez no hubiese sido tan terrible si así hubiese sido. Finalmente había conseguido escapar y su cuerpo se sentía frío y empapado. Lágrimas descendieron por sus mejillas. La fragilidad de las cosas le hizo sentir miserable.

Estaba tumbado en el pastizal y podía escuchar el agua del río fluyendo a un lado. Entonces, se apoyó sobre sus codos y se irguió. No entendió cómo era que había salido del agua; no puedo evitar odiar a quien se había apiadado. Un par de bullicios intangibles se escucharon. La cabeza lo estaba matando, así que llevó una mano a su frente y gimió de dolor. No se escuchó nada más que los sonidos del bosque eclipsado por las voces de un par de chicos mantener una discusión.

Yoongi entrecerró sus ojos, girándose en dirección al pequeño revuelo detrás de un par de arbustos pequeños. Un chico pelirrojo se dirigió a él primero. Había una peculiaridad en los ojos de joya del desconocido. Uno era de un azul cobalto precioso, otro de un verde sumamente intenso. Tenía orejas de lobo encima de su cabeza, las cuales se movían son suma delicadeza y atención. Parecían tan extraordinarias como su simple presencia.

Era un licántropo. Una delicada y afelpada cola de lobo se asomaba a los pies de su capa plateada que ondeaba al caminar. Yoongi intentó retroceder cuando el lobuno apoyó sus rodillas en el suelo, hundiendo sus manos en el pastizal para ladear el rostro y verlo más de cerca. Lo olfateó e inevitablemente su cola se movió.

Nervioso, Yoongi retrocedió un poco. Todavía tenía sangre en la ropa. No era suya, claro. Temió que eso alarmara al chico y le acusara de asesino. No es como si no lo fuera. Una mariposa blanca pasó aleteando por encima de sus cabezas en medio de la tribulación.

— Estoy perdido — Yoongi dijo, en un hilo de voz casi perceptible. Los ojos del licántropo se iluminaron como pirotecnia.

— Pero yo te encontré — susurró el licántropo, con una media sonrisa en su delicado y pequeño rostro. Yoongi apretó los labios y tiritó abrazándose a sí mismo —. Estabas flotando en el río, ¿sabes? Pudiste haber muerto. Te salvé junto a mis amigos. Estás a salvo.

En los ojos repletos de Yoongi se acumuló un brillo esperanzador. Lloró en silencio a causa del alivio, sorbiendo su nariz y limpiando sus lágrimas. El licántropo le veía con suma curiosidad y detenimiento.

— ¿Y qué clase de lobo es? — La voz ronca de un chico capturó la atención del lobo y el vampiro. Era castaño, alto y con deslumbrantes ojos marrones con un dejo de amarillo —. Hum, veamos. No luce como un lobo. ¿Será un alfa? No tiene orejas. Seguro es un Alfa. Pero yo soy un Alfa, y no puedo olfatear nada.

— Oh, Jungkook, es de mala educación preguntarle a los demás qué clase de lobo son — reprendió el rubio a su lado. Contaba con unas majestuosas e impresionantes alas de ángel cerradas a su espalda. Eran blancas y las plumas lucían suaves bajo la luz del sol —. Pero en realidad... Yo también tengo curiosidad. Oye chico, ¿a qué manada perteneces?

— ¿Manada?

— Manada — repitió el ángel, curioso y viéndole con desconfianza.

— ¿Me dejas olerte el trasero? Tal vez así podría... — El ángel le proporcionó un golpe en la cabeza al Alfa, por tal atrevimiento —. Taehyung, ¿puedes dejar de golpearme?

El ángel se cruzó de brazos con molestia, desviando el rostro provocando que su caftán azul con bordes de oro se moviera en el acto.

— Silencio, lobo — Taehyung silenció. Volvió a fijar su mirada en Yoongi y el licántropo que aún yacían en el suelo, uno frente al otro —. Príncipe, deberíamos volver cuanto antes. Ni siquiera sabemos quién es este chico.

¿Príncipe? Yoongi pestañeó, abrumado. Miró al príncipe y se le retuvo el aliento. Era verdad, el pelirrojo contaba con la gracia y belleza de un mismo príncipe. Se preguntó si, debería olvidar el dolor de su propia vida misma, para hacer una reverencia. Por el contrario, el príncipe lució molesto ante el nombramiento de su supuesto título. Era claro que Taehyung lo había nombrado de esa manera nada más que para molestarle.

— Solo llámame Jimin — gruñó un poco, sentándose de cuclillas y con los brazos en el medio. El ángel dio un ligero asentimiento de cabeza como disculpa. Jimin volvió a fijar su sublime mirada a los ojos del pelinegro —. ¿Cuál es... tu nombre?

De pronto, todas las miradas estaban fijas en Yoongi. Yoongi abrió sus labios para decir algo, en esta ocasión sobresalieron sus colmillos lo suficiente para ser vistos. Taehyung soltó un chillido de horror, cubriéndose detrás del Alfa que lo protegió amenazando con convertirse en su forma lobuna.

— Jimin, aléjate de él — exigió Jungkook, en un estado de alerta inminente. Miraba con hastío al vampiro y lucía a la defensiva. Jimin no se inmutó, permaneció cerca del vampiro que cubrió sus dientes con temor —. Jimin...

— Está bien — dijo Jimin, sereno y firme. Se acercó al vampiro y le descubrió las manos de los labios. Volvió a olfatearlo y Taehyung pareció tan horrorizado como Jungkook. Yoongi sintió que era un demonio, el mismo que su padre le había dicho que era. Pero Jimin lo tranquilizó, la manera en que su cola y orejas de lobo se movían era fascinante —. Tú... hueles como... Una tormenta. Es como truenos y lluvia. El bosque durante la luna llena — finalizó con entusiasmo.

Yoongi no supo cómo responder a eso, permaneció en silencio. La realidad lo estaba golpeando lentamente. Estaba solo, lo sabía. Desesperadamente buscó el medallón y lo tomó en su mano. Por suerte, no se había perdido en el agua. Logró sobrevivir y finalmente escapar. Aquel medallón era lo único que le quedaba de su madre, misma que pereció hace ya bastante tiempo.

Jimin lo miró, la mano pálida que temblaba al aferrarse a lo único que le queda. Yoongi tenía los nudillos blancos y las venas marcadas a causa de la fuerza ejercida. La sangre era alarmante, pero no había ninguna herida. Yoongi se sintió incómodo al notar la tristeza y preocupación en el rostro de Jimin. ¿Por qué ese extraño parecía sufrir a su lado? Eso lo molestó un poco. Es decir, ¿por qué fingía preocuparse? No necesitaba lástima de nadie. Se irguió a como pudo, mareándose en el proceso. Jimin también se levantó, dispuesto a seguirlo.

— ¿A dónde vas? — Jimin cuestionó, interesado.

¿A dónde iría? Yoongi siquiera lo sabía. Probablemente buscaría la ciudadela cercana y se las arreglaría por su propia cuenta. Siempre se las había arreglado por sí mismo; podría hacerlo ahora. Lo único que importaba era mantenerse alejado de su padre. Huiría cuanto fuera posible para no volver a encontrarse con él jamás. La simple idea de reencontrarse con él, le aterraba.

Ahora que había conseguido escapar de las manos de cazadores y su padre, podría seguir adelante tal como siempre lo hizo. Estas eran cosas que a esos tres chicos no les importaba. Yoongi no tenía que perder tiempo explicándoles toda su lamentable vida. No era como si ellos quisieran escucharlo. Pero luego estaba ese chico con orejas y cola de lobo rojas, que le observaba con demasiado brillo en sus ojos deseando que le diera una respuesta.

— A la ciudadela — Yoongi se limitó a decir. Se alejó, yendo al río para rociarse agua en el rostro y beber un poco. Al girar, Jimin estaba ahí, tan cerca que le sorprendió y lo obligó a retroceder. Yoongi hizo mala cara y Jimin ladeó el rostro —. ¿Qué es lo que quieres, lobo?

— La ciudadela queda a unos... cuarenta minutos de aquí. Pero podrías perderte si vas solo. El bosque puede resultar todo un laberinto para aquellos que no lo conocen.

— Me las arreglaré.

Se alejó, comenzando a caminar sin rumbo fijo. Jimin corrió en su dirección hasta colocarse a su lado. Yoongi frunció el entrecejo, mirando de soslayo las orejas de Jimin. La diferencia de estatura era evidente, pero no demasiada. Era compensada con las orejas picudas. Yoongi escuchó los quejidos de Jungkook y Taehyung caminando a sus espaldas. Decían que no querían seguir caminando, bien, entonces deberían dejarlo en paz. ¿Por qué tenían que seguirlo?

— No tienes que seguirme — Yoongi dijo con voz fría, caminando por un sendero del bosque. Las ramas se agitaban con la brisa veraniega, y los cálidos rayos de sol se filtraban por hojas de los árboles.

— Podrías perderte — Jimin comentó, alzando la mirada para verle atentamente.

— Y ese no sería tu problema.

— Tampoco era mi problema sacarte del agua, pero aun así lo hice.

— No debiste hacerlo — respondió secamente.

— De no hacerlo, habrías muerto.

Ambos se detuvieron en seco. Al mirarse, Jimin vio un vacío en los ojos del vampiro. Él... no había preferido morir ¿cierto? Se le removió el estómago al preguntarse por cuánto había pasado. Los ojos del vampiro tenían la clase de mirada que tiene una persona rota. Le resultó enigmático.

— ¿Por qué no vienes conmigo y mi manada? — Jimin propuso, deseando que su respuesta fuera sí. Por favor que sea sí, por favor, repitió en su mente. Su cola estaba rígida y sus orejas en alerta. Yoongi elevó una ceja.

— ¿Por qué debería hacer algo como eso?

— Sí, ¿por qué debería venir con nosotros? — Jungkook rechistó entre dientes, ganándose una fulminante mirada por parte de Jimin. El ángel se mantuvo en silencio, con la mirada clavada en Yoongi.

— Bueno... — La voz de Jimin titubeó un poco —. Es decir, si vas solo podrías perderte. Y no luces muy bien — señaló —. Necesitas nuevas ropas y descansar. Te podrías dar una ducha caliente y comer lo que quieras. ¿No quieres eso?

Eso no sonaba mal. Yoongi sería un idiota si rechazara algo como eso. Se mostró interesado.

— ¿Y después me llevarás a la ciudadela?

— Por supuesto — Jimin exclamó, pegando un pequeño salto —. Lo haré. ¿Eso quiere decir que aceptas?

Taehyung estaba estupefacto, no podía creer que Jimin en verdad estuviese invitando a alguien a la manada. Jungkook notó la estupefacción en el rostro de Taehyung y le colocó una mano encima del hombro. El ángel y el Alfa se miraron sin poder creerlo, pero aceptándolo. Si Jimin se sentía seguro, eso era lo suficiente para ellos.

— Acepto — Yoongi cedió, y la cola de lobo de Jimin se meneó en respuesta.

“Mundo de la vigilia, mayormente conocido como “la tierra” o “el mundo mortal”. Hay diversos portales en Smeraldo que conectan con este mundo”

- Libro del mundo de la vigilia, por Ann Vermintong.