En la ciudad de Paquito no había biblioteca. El ayuntamiento no tenía fondos para seguir pagando los gastos y tomó la triste decisión de cerrarla. Ahora, es complicado entender cómo una ciudad de casi cien mil habitantes, cien mil cabezas que necesitan beber de la sabiduría de los libros, pueda no tener suficiente dinero para sustentar una biblioteca. Osea, es una biblioteca. Tampoco hay muchos gastos. Bueno, ya no es tan complicado de entender si situamos la ciudad en un entorno de corrupción, criminalidad organizada y mala política. Allí donde los que gobiernan cobran un sobresueldo y hay más coches de lujo que bicicletas, ya no hay dinero para que la gente común y corriente tenga cultura. Paquito era un lector sediento y cuando se quedó sin la biblioteca, al no poder permitirse comprar todos los libros que consumía habitualmente, con el tiempo tuvo que dejar de leer. La ciudad nunca volvió a tener biblioteca y el porcentaje de gente sabia disminuyó vertiginosamente. Por otro lado, siguieron proliferando los corruptos, los ignorantes y los coches caros.
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