Cuando ingreso al consultorio del doc. MERIZTE me recibe con una sonrisa y me regala un beso en la meguilla.
-cómo ha estado Señorita paulina tiempo sin verla ¿que la trae?
Lo miro con un destello y una felicidad que mis ojos se cubren de lágrimas. –señor MERIZTE esta ella de nuevo aquí y no me deja dormir, ni comer no soy yo.
-señorita Paulina nunca a sido usted; siéntese y cuente como ha pasado esto; ya la teníamos totalmente controlada; usted ha infringido los limites.
-no, respondo
Comienzo a estremecerme - ella está aquí, y no permitirá que usted la aleje de mí nunca más.
Señoritas las dos no deben de estar aquí; ahora cuénteme qué ha sucedido.
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