athanatos Αθά νατος

¿Qué es la sabiduría? ¿Qué es la libertad? ¿Cuáles son las consecuencias de la desobediencia? ¿Son todos aptos para poseer el poder supremo? Todas esas preguntas serán respondidas en esta historia. Se recomienda leer Celo antes de leer Hacia la eternidad.


Fantaisie Fantaisie urbaine Interdit aux moins de 21 ans. © Todos los derechos reservados

#romance #gemelos #twins #hope #esperanza #felicidad #happiness
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Prólogo

PRÓLOGO

Una mágica noche y un cielo despejado en la pradera del antiguo parque de Norteamérica que tantos acontecimientos había visto eran todo lo necesario para hacer que el momento fuera mucho más especial para los gemelos de cabello rubio y ojos verdosos. Sin embargo, algo hacía esa noche típica de un verano perfecto mucho más especial para ellos. Ese algo no eran los hermosos cantos de los pájaros y la brillante luz de la luna llena. Tampoco eran las refulgentes estrellas del firmamento. El hecho de poder sujetarse de la mano de forma romántica una de sus manos mientras contemplaban el hermoso cielo nocturno con una sonrisa de alegría y despreocupación perfectas en sus rostros tan femeninos era más que suficiente para ambos. Ellos eran uno solo y cada momento lo vivían como uno solo sumergidos en una felicidad perfecta. No había mayor felicidad que la de ser uno solo y estar juntos sin que el mundo fuera su adversario y sin que la muerte acechara como león fiero buscando tomar el alma de cada uno de ellos.

—My fair lady—Llamó Adam a su esposa con una sonrisa cálida y tierna en los labios repentinamente dedicándole una mirada cargada de amor infinito y ternura infinita.

Eve lo miró fijamente a los ojos de inmediato y comenzó a ruborizarse más y más a medida que él lo iba haciendo, aunque él le llevase pocos segundos de ventaja a su amada esposa. Al cabo de unos pocos segundos, ambos estaban más rojos que un tomate demasiado maduro fusionado con un morrón demasiado maduro y sonriendo como bobos que estaban enamorados hasta más no poder. El corazón único de ambos latía al mismo ritmo y parecía que podría explotar en cualquier momento. El verde de él y el verde de ella se mantenían conectados con una intensidad igual que la de la antigua conexión gemelar.

—¿Sí, my goodlooking gentleman?—Preguntó Eve sonriéndole aún como una boba enamorada hasta más no poder con un tono de voz cargado de amor infinito mientras mantenía aún su mano derecha agarrando la mano izquierda de él.

El estremecimiento se había notado en esa pregunta hecha por la omnipotente fémina de ojos verdes y cabellos del color del sol. A pesar de su infinito poder, estaba felizmente sometida por su amado gemelo, y esa sumisión le encantaba inmensamente. Lo mismo que le sucedía a Eve en aquel preciso instante le estaba sucediendo a su otra mitad también.

—Incluso en la más oscura de las noches, el sol resplandece con una fuerza inigualable por tu mera presencia. Tú eres el sol de este mundo y no hay sol sin ti. No hay calor ni luz que ilumine la noche sin tu resplandeciente existencia. La luna palidece ante el sol y el sol palidece ante tu inigualable y más que perfecta belleza infinita—Dijo con un estremecimiento y con una ternura crecientes Adam mirándola fijamente a los ojos aún y suspiró por su persona femenina en aquel preciso instante—El infierno de mis ojos arde por tu mera existencia y las llamas no se apagarán jamás, ni aunque hayan consumido todo el universo, pues tú las mantienes ardiendo y no necesitan quemar algo para crecer. Por ello son… tan infinitas como mi amor hacia ti, my... fair… lady.

—¡Oh, por Dios. I’m your fair lady. I’m your fair lady. Has dicho que yo soy más bella que el sol, más bella que el sol. Adam, eres tan romántico y tan perfecto. No sé lo que haría sin ti. Moriría sin ti, mi sol y mi luna, mis estrellas y mi universo, mi calor y mi paz interior, aunque sea inmortal! ¡Adam, my beloved Adam—Se echó sobre él sin medir ni un poco su fuerza de inmediato a toda velocidad y quedó con su vagina cerrada y apoyada sobre el miembro flácido y cálido de su amado esposo gemelo. Le rodeaba el cuello con sus brazos con una gentileza inmensa y con una fuerza menor a la vez mientras mantenía sus puños femeninos cerrados sin hacer fuerza—, soy de tu propiedad. Haz lo que quieras conmigo en esta noche que no es más hermosa que tú!—Exclamó Eve con un estremecimiento creciente y con una ternura creciente.

Ambos no estaban sentados ya como antes. Las piernas de cada uno de ellos ya no formaban un triángulo y ya no mantenían las rodillas juntas. La cavidad cavernosa de Eve se abrió repentinamente y el miembro de Adam, esa ardiente espada con la que siempre atravesaba a su gemela para derramar en el interior de la cavidad femenina de su alma gemela esencia de vida carente de la misma, se había comenzado a despertar con sed de sangre al mismo tiempo que la apertura se había comenzado a producir.

—Este parque… nos vio tener tantas “citas de hermanos” y darnos tantos besos cuando aún era un parque. Ahora… deseo… que, sobre este “banco”, el “banco en el que nuestro amor tanto sufrió”, seas mi esposa en celo en esta noche en la que la luz de la luna llena nos está iluminando, pues mía eres y mía serás, my… fair… lady, mi bella, dulce y perfecta Eve—Dijo con estremecimiento y ternura crecientes Adam mostrando tanto deseo sexual como su adorada esposa gemela y le sujetó gentil, fuerte y velozmente la cintura con sus brazos masculinos, los cuales pasaron de ser dos a ser ocho en menos de un nanosegundo, ocho brazos que rodeaban como los dos originales lo habían estado haciendo la cintura de la fémina rubia de ardientes esmeraldas—Tú… tienes que limitarte a disfrutar, ¡my… fair… lady!

Eve comenzó a sentir cómo algo caliente y húmedo comenzaba a lamer su cintura sin parar por ocho puntos completamente diferentes.

—A-Adam, tus manos no paran de llenarme de saliva. M-Me hacen sentir tan… ¡bien atendida!—Respondió Eve con una expresión de felicidad inmensa y sin poder contener alguna de sus reacciones con su corazón femenino palpitando a una velocidad y con una fuerza inmensas—¡Adam, estoy sintiéndome… tan… desesperada. My beloved Adam, lo que vayas a hacer… hazlo de una vez! ¡Adam, Adam, Adam, Ada…—Eve no pudo terminar de gritar como una loca, pues su amado, quien sólo había tenido que alterar la realidad para tener ocho brazos en lugar de dos, como si siempre hubiera tenido ocho con una boca cada uno, lo cual solía hacer haciendo salir seis más al mismo tiempo, y no de la forma en la que lo había hecho, la estaba besando ya con lengua en los labios de forma increíblemente salvaje e increíblemente tierna con sus esmeraldas de fuego más que infernal masculinas conectadas con las de ella de forma que ambos hermanos pudieran perderse completamente en ese universo en el que sólo ellos existían.

Ese cosmos interno había sido testigo de sentimientos tan fuertes como los de los gemelos White. Habían dudado en el pasado si estaban hechos para estar juntos, mas la respuesta era más que obvia ya desde hacía tanto tiempo que ningún mortal perecedero imaginaría cuántos años habían transcurrido desde el momento en el que el fruto prohibido se había vuelto el fruto permitido.

—(¡Ni siquiera puedo hablar. Él me ha besado. Me ha besado con tanta locura!)—Pensó Eve mientras ya estaba tan excitada sexualmente, tan estremecida y tan enternecida que sentía que su ser era un sol más ardiente que algún sol del cosmos—(¡Tanto quería besarme que me ha callado con un beso! ¡Adam es perfecto, perfecto. Moriría sin él, aun siendo inmortal! Debería darle un… regalo especial).

Adam puso fin al beso que él mismo había iniciado con los ojos abiertos como platos por la sorpresa.

—H-Hay tanto fluido. No sólo es el fluido de tu dulce vagina el fluido que estoy sintiendo y no es saliva todo lo que siento en mi cuerpo. Eve, tú…—Dijo Adam cada vez más sorprendido y cada vez más excitado sexualmente con el hilo de saliva ya deshecho y con sus labios a sólo dos milímetros de los de su hermana menor.

—Así es la situación, mi adorado esposo. Tengo… siete vaginas. Una en mi entrepierna preparada para generar lo necesario en cantidades exageradas sólo para ti, tal y como esperabas de una hembra en celo… como yo, otras dos en donde estaban mis pezones hechas para producir la misma cantidad de fluido para ti, otra en mi axila derecha que hará lo mismo para el amor de mi vida, otra en mi axila izquierda que hará lo mismo sólo para complacerte, otra en donde estuvo mi ano en una vida pasada por si quieres lo mismo por la zona de mi trasero y otra en donde mi ombligo habría de estar que tiene la capacidad de generar fluido en la cantidad que tanto te provoca. Todas ellas se conectan a…—Explicó Eve con su propios labios mostrando tanto amor y tanto deseo sexual en su expresión de calidez y ternura infinitas con el propósito de provocar más a su adorado rubio de ojos ardientes, mas no pudo terminar la explicación.

—Tu útero, como la original. También… esas bocas en tus manos son para mí, ¿cierto? Tienes tres bocas para jugar más duro y más placenteramente conmigo, ¿cierto, my… fair… lady?—Explicó por ella haciendo un esfuerzo divino para contenerse el rubio mayor, terminando por ella la explicación de esa forma—Deseo que... no te quites en seis meses esas bocas y esas vaginas. Son… ¡tan perfectas como las originales! ¡Tú eres aún más perfecta y aún más dulce que todo tu cuerpo junto! ¡Eres tan bella y tan romántica. Eres mi vida eterna y entera y la luz de mis días, mi bella y dulce Eve!

—¡Mi amado Adam, te adoro tanto que moriría sin ti. Me hace tan feliz que te excite tanto mi cuerpo con tantas vaginas y tantas bocas. Eres perfecto, perfecto. Permanece con todos esos brazos y con todas esas bocas, mi amado Adam, por seis meses. Haremos el amor con estos cuerpos que tenemos justo ahora con la fisionomía con la que los tenemos justo ahora. Si me froto contra ti, mi adorado y más que perfecto esposo, cuatro de mis siete clítoris van a…—Nuevamente, la sonriente, estremecida y enternecida loba rubia no pudo seguir hablando, pues alguien deseaba tenerla callada y siendo besada con lengua.

El salvajismo de ese beso tan apasionado y tan tierno que ya era con lengua nuevamente se incrementó bastante más cuando Adam e Eve cerraron sus ojos por completo para dar rienda suelta a las caricias al cuerpo del otro. Eve saboreaba con sus lenguas de las manos la cintura y las caderas de su amado y este saboreaba incluso la espalda de la rubia desde arriba hacia abajo y desde abajo hacia arriba alternando entre esas tres zonas constantemente. Las mismas lenguas que habían saboreado el cuello de Adam por detrás nada más surgir ahora hacían lo mismo con sus caderas y su cintura masculinas.

—(¡Adam es tan tierno conmigo. Él sólo quiere hacerme feliz y hace por mí lo que sea. Él es tan tierno y tan dulce con una fémina como yo! ¡Te adoro, Adam! ¡Te adoro como y cuanto jamás de los jamases y nunca de los nuncas tendrás idea!)—Pensó Eve perdida completamente en la pasión, el amor y el deseo sexual crecientes e infinitos que su corazón femenino sentía en ese preciso instante y que sentía también el corazón de su amado Adam.

—(¡Eve, Eve, eres mía y sólo mía. Siempre eres mi compañera de vida y mi hembra, y yo siempre soy tu macho y tu compañero de vida. Además, eres mi bella, perfecta y tierna hembra en celo. Por seis meses, todos mis brazos y todas mis bocas serán los que disfrutas justo ahora!)—Pensaba al mismo tiempo que su adorada Eve sintiéndose exactamente igual que ella.

Eve ya tenía tanta saliva en su espalda, en su cintura y en sus caderas que estaba inmensamente sorprendida por ese hecho. Por otro lado, Adam no sólo tenía mucha saliva en sus caderas y en su cintura, sino que tenía también fluidos vaginales propios de la lubricación en sus pectorales, sus axilas, su vientre y su miembro erecto, tan erecto que le dolería de poderle doler ya por tanto deseo sexual contenido.

Estando una barrera espacio-temporal puesta en todo lo que ese parque de antaño había ocupado, no tenían de qué preocuparse. La pasión, la ternura, las miradas intensas y las palabras de amor, así como las caricias gentiles e intensas cuya intensidad era cada vez mayor, no se detendrían hasta pasadas doce horas.

Sobre las 10:30, ambos gemelos de cabellos del color del sol se encontraban tumbados sobre un césped en el que había un charco de un radio de un metro y medio, un charco de fluidos vaginales y semen mezclados de tal forma que era imposible separar sin usar algún poder sobrenatural ambos fluidos. La loba gemela de fuego se hallaba tumbada con la espalda sobre el centro del charco estando cubierta de mucha saliva, bastante semen y bastantes fluidos salidos de sus siete vaginas, siendo la principal la que más fluidos sexuales había expulsado. Su gemelo lupino apoyaba la cabeza sobre sus senos con el lado izquierdo del rostro apoyado sobre estos mientras le llegaba el aroma de la saliva propia y ajena mezclado con los aromas del semen propio, de los fluidos vaginales y del interior de la vagina ubicada en el seno derecho de su amada esposa, de la cual salía un rastro de semen mezclado con fluidos vaginales. Ambos fluidos habían salido en cantidades tan exageradas que tanto el lobo mayor como la loba menor estaban bañados en ellos. De hecho, el cabello rubio de ambos dioses se veía bastante sucio por los restos de los fluidos mezclados, aunque fuera el cabello de Eve el que tenía una cantidad mucho mayor de semen en todas partes. Adam disfrutaba inmensamente eyacular en el cabello de su pareja y masturbarse o ser masturbado con el cabello de esta, así como poseer dicho cabello como si fuera una vagina hasta eyacular en este, lo cual no era un secreto para su hermaesposa. Ella lo abrazaba por la cintura con su brazo izquierdo y él se mantenía tan pegado al cuerpo de ella como era posible hacerlo acariciando tierna y dulcemente su cintura femenina con los cuatro brazos intermedios mientras usaba los dos inferiores para poder acariciar sus muslos por la parte más cercana a los pliegues que había entre la vulva y los propios muslos con las manos teniendo la boca de cada mano cerrada, siendo la mano derecha la que acariciaba el muslo izquierdo y la mano izquierda la que acariciaba el muslo derecho. Las manos originales de Adam también tenían las bocas cerradas y acariciaban sin parar con la misma gentileza que las otras manos, como si un poco de fuerza pudiera romper algo de aquel cuerpo indestructible o dañar algo de dicho cuerpo, las mejillas de una sonriente, alegre y despreocupada Eve. La loba menor acariciaba la cabeza de Adam por la parte de la nuca y el centro alternando constantemente con la misma gentileza mostrada por él mientras sus bocas secundarias, al igual que las de su gemelo, estaban cerradas y sin salivar. Todas las vaginas de Eve seguían abiertas y de todas aún salía un poco de semen mezclado con fluidos vaginales.

—Eyaculaste mucho más que de costumbre, my beloved Adam. ¿Tanto disfrutaste meterlo por todas esas partes?—Preguntó contemplando el cielo del mediodía Eve con una sonrisa alegre y despreocupada en sus labios.

—Lo disfruté tanto como no te imaginarás ni sospecharás nunca de los nuncas y jamás de los jamases, a menos que uses algún truco especial para averiguarlo por ti misma. Fue la primera vez que penetré todos esos lugares en toda mi existencia, my fair lady, hermanita—Respondió Adam sonriendo con alegría y despreocupación inmensas y perfectas.

—¡Soy your fair lady y te hice sentir mejor que nunca. Soy your fair lady y te hice sentir mejor que nunca. Quería que te sintieras increíblemente bien y te has sentido mucho mejor de lo que yo esperaba! ¡Te adoro tanto, my beloved Adam!—Exclamó Eve no deseando soltar a su amado y cerrando todas sus vaginas al mismo tiempo justo al final.

—¡I’m your beloved Adam, your beloved Adam! Yo sólo deseaba que tú te sintieras increíblemente bien, my fair lady. ¿Lo hice exactamente como deseaba que fuera para ti o… me superé a mí mismo?—Preguntó con un gran estremecimiento y una gran ternura crecientes Adam comenzando a mirar fijamente los ojos de su hermanita con los suyos.

Ambos se sonrojaron en cuestión de unos pocos segundos por la sonrisa, el rostro y la mirada del otro hasta más no poder y sonrieron como bobos enamorados hasta más no poder de inmediato.

—Te daré la respuesta, mi amado…—Sonrió Eve con calidez y ternura infinitas—y romántico esposo. Lo cierto es que… no había disfrutado tanto en toda mi existencia. Por cierto, eres mi vida, mi luz y hasta el dueño de todo mi ser. Mi corazón no podría vivir sin ti. Mi ser moriría en vida sin ti. ¡Eres tan increíble y tan perfecto. Eres tan dulce! Eres mi… ¡droga, hermanito!

—¡Soy tu amado Adam, tu amado Adam! ¡Además de eso, logré superarme a mí mismo. Logré superarme y darte más placer y más ternura de los que deseaba causarte! ¡La vida contigo es maravillosa, my fair… lady! ¡Tú eres tan detallista y tan dulce conmigo!—Dijo Adam como respuesta tan estremecido como su amada esposa.

Ambos aún se acariciaban y mantenían tan juntos como antes de comenzar a hablar. Un nuevo beso apasionado y tierno con lengua y con los ojos cerrados comenzó entre ambos y las caricias de siempre no se hicieron esperar. El beso duró diez minutos y medio y, nada más terminar este, ambos gemelos separaron sus lenguas y sus labios y se deshizo enseguida un hilo de saliva que unía sus lenguas. Fue entonces cuando, estando Adam sobre Eve sin dejar de darle a esta caricias muy gentiles en la cintura y en las caderas alternamente sin parar con dulzura y ternura inmensas y estando Eve haciendo lo mismo con la espalda, la cintura y las caderas del rubio mayor, ambos se dispusieron a decir algo que acababa de ocurrírseles.

—Yo he sabido desde pequeño que la vida era un regalo, pero lo que tardé en descubrir el regalo del amor romántico fue mucho más, mi bella y perfecta Eve—Dijo todo en inglés de Estados Unidos Adam, como era su costumbre cuando se comunicaba con Eve.

—My beloved Adam, el amor romántico da vida, pero tú das vida eterna. ¡Eres tan… increíble!—Contestó Eve con una ternura y con un estremecimiento crecientes mientras sonreía con calidez y ternura infinitas a su amado.

—¡Eres increíble, mi bella y dulce Eve! ¡Tú me das vida eterna y te adoro infinitamente, infinitamente!—Exclamó Adam tan estremecido y tan enternecido como su amada gemela de ojos verdes claros.

En aquel preciso instante, ambos se calmaron repentinamente y se pusieron pensativos al mismo tiempo. Unos dos segundos después, se dispusieron a contarse lo que sus mentes infinitamente poderosas habían pensado mirándose con un sonrojo en su rostro que menguaba cada vez más. Ellos estaban muy serios en aquel preciso instante y su calma era perfecta en aquel momento.

—Los primigenios tenemos la vida soñada por aquellos del mundo del pasado. Esta vida es perfecta sin duda alguna, pero… no se nos ha ocurrido compartirla con alguien que no fuera de nuestra misma especie, planta o de otra especie animal hasta ahora. Lo cierto es que sólo hemos vivido una vida perfecta sin pensar en obsequiar la oportunidad de vivirla a otros seres. Si diéramos a otros la vida soñada e ideal tras haberlos creado, esos otros…—Sonrió con calidez y ternura infinitas Adam—gozarían con el regalo que les dimos y serían tan felices como nosotros.

—Tienes razón, mi amado Adam, pero… no sería muy sabio regalarles la condición de primigenios a unos seres conscientes que no sean merecedores de ella. Deben ganarse la condición de primigenios antes de acceder a todo lo maravilloso de la vida perfecta, la vida soñada—Ella ya estaba tan roja como su enamorado y le sonreía con ternura y con una calidez infinitas a este sin que ninguno detuviera sus caricias a la otra persona—Debemos crear seres inferiores y obsequiarles una versión limitada de la vida perfecta. Si superan una sencilla y simple prueba, les otorgaremos a ellos y a sus descendientes la versión completa de la vida perfecta, pero…—Eve se puso muy seria y se mostró muy preocupada de repente.

Su amado Adam la imitó de inmediato, pero la preocupación de Adam iba enfocada a su amada Eve sobre todo. Acto seguido, sonrió cálida y tiernamente a su amada de nuevo.

—No van a fallar, mi bella Eve. Si los guiamos sabiamente como un padre sabio y amoroso guía a sus hijos, ellos no podrán fallar. No tendremos que permitirles condenarse a ellos mismos y a toda la descendencia suya a una existencia de pecado y peligro, pues ellos no fallarán. Serán sabios y conocerán el bien y el mal. No caerán en la trampa de la curiosidad. No cederán ante los pecados capitales. Nosotros los cuidaremos y guiaremos y elegirán el camino correcto. Ellos serán primigenios si superan la prueba más sencilla que puede ser puesta a un ser inferior—Dijo Adam muy preocupado por Eve y muy sonriente sin dejar de darle caricias con sus ocho manos y sin dejar de recibirlas por parte de esta.

—Tienes razón, mi amado Adam. Ellos superarán la prueba. Los engendraremos y los criaremos. Serán criados con mucho amor por nosotros y serán personas de bien. Si tienen la fuerza de voluntad necesaria, la cual tendrán, vencerán el mal y serán vencedores por medio de su propia fuerza interior—Explicó Eve sintiéndose animada por Adam por completo desde poco antes de decir aquello que acababa de decir.

—Así es el asunto, my fair lady. Crearemos a dos gemelos con nuestro código genético ligeramente alterado desde la concepción y les daremos un código genético añadido que les permita transmitir todo lo que nuestro ADN no puede transmitir debido a la consanguinidad. Acto seguido, los criaremos en ese mundo que será su hogar durante la prueba y después de esta si ellos así lo desean y los mantendremos lejos del secreto del origen del poder que poseemos. No deberán saber que ese poder no puede obtenerse por medio de métodos convencionales hasta que la prueba de obediencia haya sido superada con éxito, lo cual con una perfecta educación y mucha fuerza de voluntad es imposible que no suceda—Continuó Adam, quien no había interrumpido a Eve en ningún momento desde que habían empezado a tratar el asunto de compartir la vida perfecta.

—Sí, y necesitaremos que los gemelos sean varón y mujer para que continúen la especie una vez que sean mayores de edad y tengan la edad adecuada para la reproducción. Nuestros pequeños… harán muy bien lo de superar su prueba, pero… el mundo primero. Necesitamos crear un mundo—Dijo Eve sonriendo a su amado con calidez y ternura infinitas.

—¿A qué esperamos, my… fair… lady?—Preguntó Adam con todo su amor en su mirada, en su voz y en su sonrisa masculinas.

—Adam, hermano, tú…—Dijo Eve con un estremecimiento creciente en su ser femenino e inmortal, al igual que era creciente su ternura—¡eres increíble y perfecto hasta más no poder! ¡Siempre estás ahí para mí y eres tan romántico siempre conmigo! ¡Me hace tan feliz tu apoyo, mi amado hermaesposo!

Eve comenzó a devorar los labios de Adam de forma ardiente y salvaje con ternura infinita y este no dudó en corresponder al beso de su amada introduciendo la lengua en la boca de ella para saborear dicha boca al mismo tiempo con todo su amor y con toda su intensidad mientras ambos terminaban de perderse en los ojos del otro, los cuales eran las ventanas que llevaban a ese cosmos en el que sólo ambos existían. Eve correspondió de inmediato a ese beso que era una batalla violenta y sanguinaria por el control entre ambas lenguas de fuego más que infernal y ambos rubios cerraron los ojos velozmente justo después para dejarse llevar por el amor y la locura que sentían en ese preciso y justo instante. Las caricias que se estaban dando aún comenzaron a intensificarse a un ritmo alarmante mientras ambos hermaesposos hacían desaparecer con un pensamiento creador que habían tenido hacía un segundo al mismo tiempo en menos de un nanosegundo al mismo tiempo todo rastro de saliva, semen y fluidos vaginales. No habían devuelto a la normalidad la producción de fluidos sexuales porque iban a necesitar tenerla tan incrementada para llevar a cabo su proceso de creación divina.

La zona dentro de la barrera espacio-temporal fue limpiada de todo rastro de lo que allí habían hecho los gemelos White en menos de un nanosegundo un nanosegundo después de lo anterior y la barrera espacio-temporal, la cual había estado puesta desde hacía seis horas antes de que el lobo rubio y su gemela se sentaran a contemplar juntos la luna y las estrellas, desapareció en menos de un nanosegundo un nanosegundo después de eso debido a un tercer pensamiento creador por parte de ambos dioses.

Media hora después, los gemelos de cabellos del color del sol se encontraban de pie sobre la parte en la que se había hallado en el pasado el banco en el que se habían sentado en sus dos vidas imperfectas. Ambos estaban mirando decididos, calmados y serios hacia el cielo mientras iban de la mano de forma romántica y sin hacer fuerza alguna con la mano libre cerrada en un puño sin hacer fuerza. En el caso de Adam, se trataba de la mano derecha superior, puesto que sus otras siete manos estaban libres también, por lo que mantenía los puños cerrados en siete de sus ocho manos.

—Vamos, mi bella Eve. La vida nueva nos espera—Dijo Adam mirando con una sonrisa, una mirada y una voz cargadas de calidez y ternura infinitas fijamente los ojos de su esposa—Es hora de ser como Dios.

—Sí. Creemos algo nuevo—Respondió Eve reaccionando con un intenso sonrojo creciente a la voz, la sonrisa y la mirada de su amado esposo, así como al sonrojo de este, y sonriendo con calidez y ternura infinitas en su mirada y en su sonrisa.

Un nuevo beso ardiente y tierno con lengua seguido de un abrazo por la cintura con caricias mutuas en la espalda, las caderas y la cintura fue lo que dio paso a que los lobos gemelos de fuego se comenzasen a convertir a una velocidad imposible de igualar por el sonido en llamas de fuego de diferentes colores, siendo de color verde brillante en el caso de Adam y de color púrpura en el caso de Eve, que, una vez convertidas en tornados de puro fuego del tamaño de ambos gemelos, se fusionaron en un tornado del doble del tamaño de cada uno de los anteriores de color blanco puro en menos de un nanosegundo. Ese tornado desapareció en menos de un nanosegundo también y apareció en menos de un nanosegundo en una galaxia vacía frente a las ardientes llamas de un sol cuya temperatura no podía igualar la de aquellas llamas blancas ni aproximarse a dicha temperatura, pues dichas llamas eran un billón de veces más ardientes que las llamas del propio Infierno, aunque no quemasen nada. El tornado se dividió en menos de un nanosegundo en dos tornados de fuego. El verde brillante se transformó al mismo tiempo que el púrpura en la persona que había sido al principio, habiendo quedado dos personas en lugar de aquellos tornados ígneos. A la derecha, estaba Adam y, a la izquierda, estaba Eve. Ambos seguían yendo de la mano de forma romántica y miraban fijamente el sol de cerca sin ningún problema mientras permanecían de pie y perfectamente erguidos. Se desplazaron a la velocidad de la luz mientras levitaban sin parar y se detuvieron a diez metros de la ubicación en la que el tornado blanco puro había aparecido. Estaban serios y calmados mirando fijamente la nada en la que hacía falta un planeta.

—Por lo visto, hay un sol—Dijo Adam serio y calmado.

—Sin embargo, falta un planeta. Esta galaxia no tiene vida nativa de sí misma aún y todos los planetas que había ya no están. Parecen haber sido reducidos a cenizas y absorbidos por algo. El sol de esta galaxia es doce veces más grande que el de la Vía Láctea y terminó devorando todos los planetas que había alrededor de su órbita. Por eso...—Dijo Eve tan seria y tan calmada como su hermano mayor mirando aún hacia donde no había un planeta, pero se detuvo, pues sabía que su amado Adam terminaría la oración.

—Debemos estabilizar el sol para que ya no sea peligroso sin perder su tamaño. También...—Continuó Adam serio y calmado mirando fijamente aún hacia donde no había un mundo.

—Necesitamos un satélite que pueda iluminar el mundo de noche con la luz dada por un sol que debió de tragarse varias lunas en algún momento y que sirva para controlar todo lo relacionado con las mareas y los ciclos lunares relacionados con la naturaleza vegetal y animal. Justo después, crearemos un mundo capaz de girar alrededor de sí mismo y de un sol tan grande sin terminar siendo afectado para mal—Continuó Eve con la misma actitud que su amado, poniendo así punto y final a la explicación sobre el proceso que ambos sabían a la perfección que debía ser llevado a cabo.

Adam e Eve hicieron con un solo pensamiento, siendo un pensamiento la razón por la que no podía atraerlos hacia su campo gravitatorio aquella estrella tan enorme, pues habían adquirido inmunidad a la atracción gravitacional de otros cuerpos que no fueran alguna de las seis Tierras automáticamente nada más volverse tornados de fuego, que una barrera de energía espiritual surgiera en menos de un nanosegundo alrededor de aquel inmenso sol sin mover un solo dedo. A sólo cinco centímetros de las llamas de fuego de aquel sol, había una barrera que estaba bloqueando el paso a la mayor parte de la fuerza de gravedad de dicha estrella, reduciendo así esta de forma constante y automática para limitarla con el objetivo de que alcanzara el nivel de la fuerza de gravedad del sol de cada una de las seis Tierras. Acto seguido, otro pensamiento creador hizo aparecer una luna doce veces mayor que cada una de las lunas de las seis Tierras y dicha luna adquirió automáticamente una barrera de energía espiritual como la del sol que estaba a la misma distancia de la superficie lunar que la primera barrera creada de dicho sol. De esa forma, una luna más grande no perturbaría el orden casi perfecto del nuevo mundo. Sin mover un dedo, puesto que los lobos gemelos de fuego no moverían ni un dedo para crear su mundo y la vida animal y vegetal de este, los cónyuges gemelos hicieron aparecer con el siguiente pensamiento creador un gran mundo que estaba ya a la misma distancia que cada una de las seis Tierras de su propio sol. En menos de un nanosegundo, como sucedía con todo lo que creaban de la nada los gemelos White, un gigantesco mundo doce veces más grande que la Tierra había aparecido en donde antes no había habido nada.

Era un mundo con un solo supercontinente rodeado por una gran masa de agua salada que cubría el resto de la superficie planetaria completamente. No había islas y no había volcanes. No había muertos, mas tampoco vivos. Todo era roca sólida y estéril y agua salada carente de vida.

—Como somos uno solo, es hora de crear juntos la vida—Le dijo Adam a Eve sin soltarle aún la mano derecha, la cual aún sujetaba muy gentilmente con su mano izquierda superior, y sonriéndole cálida y tiernamente mientras la miraba fijamente a los ojos.

Ella sabía tan bien como él que no era un buen momento para los besos y la locura, así que se limitó a sonrojarse tanto como él y a devolverle la sonrisa cálida y tierna que él le había dado a ella.

—Tienes razón, my beloved Adam. Dios estaba solo en ese sentido. Nosotros no lo estamos. Seremos los creadores de todo lo viviente... juntos—Respondió Eve con la misma actitud que su amado hermaesposo gemelo y asintió con la cabeza justo después a un ritmo medio.

Adam asintió justo después con la cabeza de la misma manera y al mismo ritmo y ambos miraron acto seguido con una expresión muy seria y perfectamente calmada al frente al mismo tiempo y muy velozmente.

Lo siguiente que sucedió fue que todo el mundo empezó a llenarse de vida vegetal marina y terrestre, pues el oxígeno sería producido por las plantas, desde la izquierda de dicho mundo hacia la derecha de dicho mundo. En cuestión de menos de un nanosegundo, una gran cantidad de plantas submarinas y terrestres comenzaron a enviar oxígeno a la velocidad de la luz hacia lo que se volvió de inmediato la zona de la atmósfera. Una vez hecho eso, la fotosíntesis de las plantas se volvió mucho más lenta y alcanzó así la velocidad a la que las plantas de las seis Tierras hacían la fotosíntesis. Aquella atmósfera era exactamente igual que la de cada una de las seis Tierras. Los gases que no eran el oxígeno o el dióxido de carbono habían sido puestos ahí por las plantas de forma sobrenatural. Acto seguido, surgieron desde la izquierda del planeta hacia la derecha de este en sólo menos de un nanosegundo todas las especies animales de las seis Tierras, excepto el hombre, en su versión no primigenia y algunas variantes de las especies no primigenias surgidas con anterioridad.

—Hagamos que haya paz en el mundo por siempre—Dijo Adam muy serio y con calma perfecta mirando el nuevo mundo fijamente.

—(Esos animales obtendrán la vida eterna en su mejor versión si el mundo asciende al nivel de mundo primigenio. Debemos darles algo a esos seres vivos para evitar que se empiecen a matar entre ellos sin que dependan del bloqueo genético de agresividad e instinto asesino con el que fueron creados)—Pensó Eve muy seria y perfectamente calmada.

—(El árbol del centro. ¡Eso debemos usar!)—Pensó Adam con calma perfecta y muy serio aún.

Adam abrió su puño derecho superior y extendió su brazo derecho superior al mismo tiempo que Eve hacía lo mismo con el brazo izquierdo y el puño izquierdo. Ambos apuntaron con la palma de la mano completamente abierta de inmediato y a una gran velocidad al manzano gigante que había en el centro de un gran jardín situado en el supercontinente del nuevo mundo.

Un gran manzano repleto de manzanas rojas muy grandes, completamente maduras y en perfecto estado que eran increíblemente hermosas e increíblemente dulces, las cuales eran del mismo tamaño que las manzanas de las seis Tierras, estaba en el centro de un hermoso y verde jardín lleno de árboles frutales, flores de varios colores y tamaños y césped en su máximo nivel de verdor que tenía algunos arroyos de aguas cristalinas y libres de microorganismos nocivos, pues estos no existían en aquel mundo nuevo. El manzano gigantesco no era como los manzanos de la primera Tierra imperfecta, pues, aunque fuera caducifolio, estaba "destinado" a ser perenne.

—Hacen falta lo masculino...—Comenzó a decir Adam generando a dos milímetros de los labios cerrados de su palma derecha superior una gran esfera de energía a la velocidad de la luz.

—Y lo femenino para lograr...—Continuó Eve, quien había estado haciendo lo mismo que su gemelo mientras este decía las primeras palabras.

—El equilibrio—Dijeron ambos rubios al unísono terminando de generar cada uno una esfera perfecta de energía espiritual del color que más utilizaba cada uno cuyo tamaño era el de un meteorito mediano en ambos casos.

Habiéndose terminado de generar al mismo tiempo ambas esferas de energía, tanto la verde brillante como la púrpura, comenzaron ambas a unirse en una sola a la velocidad de la luz, lo cual hicieron pronto, volviéndose la esfera del mismo tamaño que cada una de las dos anteriores de color blanco puro en menos de un nanosegundo. Lo siguiente que sucedió con dicha esfera fue que se volvió del tamaño de la bola de cristal de una pitonisa en menos de un nanosegundo. Acto seguido, dicha esfera fue lanzada por los lobos gemelos de fuego más que infernal a la velocidad de la luz hacia el manzano gigantesco del centro del jardín sin cambiar de posición y, justo después, ambos hermanos volvieron a su postura anterior al hecho de haber lanzado la esfera de energía espiritual.

Nada más entrar en contacto con el centro de la copa del gran manzano por la parte superior, la esfera de energía espiritual se mantuvo visible en lugar de hacerse invisible, como habían hecho las barreras del sol y la luna nada más surgir para que la estrella y el satélite no tuvieran problemas para llevar a cabo sus funciones. A diferencia de la energía de las barreras del sol y la luna, la energía de aquella esfera sí era visible para todos los seres capaces de ver, ya fueran seres puramente espirituales, seres puramente físicos o seres físicos y espirituales.

A continuación, la energía de la esfera en cuestión se comenzó a introducir en el gran árbol desde la copa hacia las raíces como si de energía térmica distribuyéndose por todas las partes de un objeto se tratase. Al cabo de unos diez segundos, la copa del manzano y sus frutos se habían llenado de energía hasta más no poder. La energía continuó descendiendo velozmente por todas las direcciones para llenar el tronco por completo, lo cual sucedió pronto. Siguieron las raíces y, de ahí en adelante, la energía espiritual de los lobos gemelos se comenzó a propagar por todo el supercontinente y por los cuerpos de los seres vivos de este a la misma velocidad. Siguió el océano y todo ser vivo de este comenzó a recibir la energía blanca pura con gran sorpresa, pues ningún animal que no fuera el hombre primigenio podía comprender lo que estaba sucediendo en aquel planeta. Una vez transmitida toda la energía al océano, el mundo se volvió en menos de un nanosegundo inmune a las consecuencias de la ausencia de hielo, de la ausencia de frío, de la constante temperatura de veinte grados centígrados de la superficie y del cielo y de todo aquello que no permitiera en condiciones normales la vida ideal en aquel nuevo paraíso. El manzano gigante se había vuelto un árbol de hoja perenne. Para terminar, la energía blanca pura se volvió invisible hasta para el hombre primigenio completo, pues sólo sería visible si era extraída de algo en lo que estuviera o si salía de ese algo por sí misma.

—Deberíamos empezar a pensar en un nombre para este mundo, amado mío—Dijo Eve sonriéndole con calidez y ternura infinitas mientras lo miraba fijamente a los ojos con calidez y ternura infinitas también.

Adam pasó a sonreírle de la misma manera y ambos comenzaron a sonrojarse más y más hasta no poder sonrojarse más.

—Tienes razón, my fair lady—Contestó Adam con la misma actitud que su amada esposa—Este mundo será un paraíso eterno, así que su nombre debe ser adecuado.

—Muy cierto, mi amado Adam. Aeterbórea es un nombre que podría representar bien el paraíso eterno—Respondió Eve sonriente y sonrojada aún sin quitarles la mirada de encima a los ojos de su amado gemelo.

—Ese nombre es genial, pero...—Dijo Adam sonriendo cálida y tiernamente aún y con bastante satisfacción por el nombre y se mostró muy entusiasmado justo después—se me ocurre uno que podría agradarte más. Podríamos llamar al mundo... ¡Aeternia!

—¡Me encanta ese nombre!—Respondió completamente satisfecha Eve sonriendo muy cálida y muy tiernamente mirando fijamente los ojos de su amado con los suyos mientras este le sonreía a ella—¡Iremos probando nombres hasta dar con el más indicado para cada lugar! En cuanto a los nombres de nuestros futuros pequeños..., podemos elegir uno cada uno. Tú eliges el de la gemela y yo elijo el del gemelo. ¿Qué te parece mi idea sobre los nombres de nuestros hijos?

—Es la mejor idea que has tenido, mi bella Eve. ¡Eres tan tierna, tan bella y tan dulce cuando te entusiasmas y cuando me tienes en cuenta! ¡Eres perfecta, perfecta, my... fair... lady!

—¡Me consideras bella, dulce y perfecta! ¡Me consideras bella, dulce y perfecta! Tú quieres matarme de amor, ¿no? ¡Si es así, lo vas a conseguir, aunque yo sea inmortal! ¡Eres tan dulce y tan tierno conmigo. Nunca me he sentido un simple pedazo de carne, aunque te diera mucho placer carnal con mi cuerpo, porque siempre has sido increíblemente atento e increíblemente dulce conmigo!—Eve se lanzó acto seguido a devorar los labios de su amado esposo gemelo con los suyos sin usar la lengua y este respondió a todas esas palabras de amor romántico correspondiendo al beso dulce, tierno y salvaje de su amada esposa gemela de inmediato, lo cual hacía cuando no respondía con palabras a lo romántico que ella le decía.

Adam le estaba diciendo a Eve sin hablar lo siguiente: "Mi bella Eve, tú eres bella, dulce y perfecta, y toda una princesa. ¡Eres perfecta hasta más no poder y moriría sin ti, aun siendo inmortal! Nunca serás sólo un pedazo de carne para mí, y eso lo sabes perfectamente. Tú eres tan importante para mí que mereces más amor que el que podré darte durante toda la eternidad. ¡Eres mía y... sólo mía, my... fair... lady, mi ardiente princesa de ojos verdes y cabello rubio!".

El beso de los amantes más que infernales se tornó diferente de un beso francés habitual, pues las bocas de las manos principales de cada uno de los gemelos rubios de esmeraldas ardientes se habían unido al apasionado y tierno beso gemelar hacía un par de segundos. La boca de la mano derecha de Adam besaba con lengua muy salvaje y muy tiernamente la boca de la mano izquierda de Eve y la boca de la mano derecha de Eve era besada muy salvaje y muy ardientemente por la boca de la mano izquierda del rubio mayor. Las sensaciones transmitidas por las dos bocas de Adam que este tenía en uso a su paladar y a su lengua eran tan embriagadoras al unirse a las sensaciones de la boca principal de dicho rubio claro, pues la boca principal percibía lo que percibían las otras, y no sólo lo que percibiría dicha boca de no haber más de una, que este se sentía más perdido que nunca en su deseo de devorar las bocas de su amada hasta quedar satisfecho. Lo mismo sentía Eve en aquel preciso instante.

El triple beso francés con caricias carentes de saliva a la espalda, la cintura y las caderas de la loba menor se tornó tan ardiente y tan tierno en un determinado instante en el que ya habían transcurrido cinco minutos y medio que el lobo mayor no dudó en abrir sus seis bocas restantes de macho en celo, y, nada más abrirse las seis bocas del rubio mayor, la rubia menor no dudó ni un segundo en abrir sus siete vaginas, las cuales estaban un poco mojadas ya debido a los fluidos sexuales que salían de ellas. Acto seguido, las seis manos restantes del lobo rubio claro dejaron de realizar su labor sin perder ni un segundo y cada una se dirigió a una de las seis vaginas más accesibles de la loba rubia, lo cual sirvió para excluir la vagina que había en el trasero de la dueña de dicho trasero. Con Eve preparándose para gemir, gritar y chillar como una hembra en celo en medio del espacio exterior debido al placer sexual inmenso y creciente, la situación se tornó más ardiente aún para ambos gemelos lupinos. El miembro tan duro como un diamante de Adam, el cual estaba tan pegado como era posible al clítoris de la rubia menor de esmeraldas ígneas, no ayudaba a que la situación se enfriara un poco aunque fuera.

Doce horas después, las dos mitades del reflejo del espejo se encontraban tumbadas y abrazadas entre caricias de amor y ternura infinitos como unas horas atrás, pero había una gran diferencia: Ambos estaban levitando en el frío espacio con el semen y los fluidos vaginales flotando y yendo a la deriva por la falta de gravedad mientras sus dueños se mantenían en el mismo lugar gracias al pensamiento creador que habían utilizado para convertirse en tornados de fuego, el mismo pensamiento creador que les permitiría moverse con total libertad en un mundo cuya fuerza de gravedad era muy superior a la terrestre sin ser de dicho mundo.

—Parece que mis pechos-vagina son un lindo almohadón para ti, mi ardiente príncipe de ojos verdes y cabello rubio—Comentó alegre y despreocupada Eve sin dejar de acariciar la cabeza de su amado con la boca de la palma de la mano izquierda cerrada y sin salivar.

—Tus pechos-vagina son mullidos, y también son hermosos en gran medida, hermosos hasta un punto inimaginable. Además, el aroma que tienen por sí solos es muy intenso y muy adictivo. Se me acaba de ocurrir que podríamos hacer el amor en cada parte de Aeternia. Después de hacer el amor en una parte del planeta, daremos nombre a dicha parte juntos y nos iremos a la siguiente, y así consecutivamente. Cuando hayamos dado nombre a todas las demás zonas..., concluiremos haciendo el amor en la más grande de las dos playas y... le daremos juntos un nombre apropiado a dicha playa. Será en esa en la que... crearemos dos gemelos sesquizigóticos de la nueva especie. Ellos harán aquello para lo que nacieron, pues cumplirán la misión que les dimos desde antes de ser concebidos siquiera—Dijo Adam sonriendo con alegría y despreocupación mientras daba caricias a las mejillas de su hermanita menor con las bocas de las manos derecha e izquierda originales cerradas y sin salivar de forma inmensamente gentil y constantemente.

—¡Mi amado Adam, esa idea es tan romántica y tan maravillosa. Siempre tienes ideas tan maravillosas. No se me había ocurrido a mí eso. Sin embargo, eres tan maravilloso y tan perfecto, y tan romántico, que acepto tu idea. Como dije en aquel día, aceptaré lo que me des. Todo lo que quieras darme yo lo aceptaré. Te adoro infinitamente, little brother, mi amado Adam!—Respondió Eve estremeciéndose y enterneciéndose cada vez más y disponiéndose a darle otro triple beso francés a su amado Adam.

Seis minutos después, dos rubios de ojos verdes se hallaban en la misma posición que durante la parte del proceso anterior a la creación de la esfera de energía lanzada al manzano gigante. Ambos gemelos tenían las bocas secundarias cerradas y sin salivar y ambos gemelos estaban impolutos nuevamente. Todas las vaginas de Eve estaban cerradas. Las manos que Adam no le daba a Eve estaban cerradas sin hacer fuerza y la mano izquierda superior del rubio mayor estaba sujetando de forma muy romántica y muy tierna la mano derecha de la rubia menor, la cual sujetaba a su vez la mano izquierda superior del rubio ya mencionado de una forma igual de tierna e igual de romántica. Ambos gemelos se hallaban serios y calmados y se miraron fijamente a los ojos con todo el amor de su ser entero al mismo tiempo.

Adam e Eve comenzaron a ruborizarse por la expresión y la mirada de la otra persona hasta que sus rostros se pusieron rojos hasta más no poder. Fue entonces cuando sonrieron como bobos enamorados y, acto seguido, sonrieron simultáneamente con calidez y ternura infinitas, las mismas que había en la mirada verdosa de cada uno de ellos.

—Mi amado Adam, eres mi vida, mi luz y mi todo. Eres tan bello que las flores, el sol y la luna te envidian y desean tu muerte. Tu belleza no tiene límites y tu dulzura y tu caballerosidad son inigualables e insuperables, pues nadie es como tú, ¡my goodlooking… gentleman!—Dijo Eve con tanto amor en su ser que ella misma se sorprendió, pues ella amaba a su amado esposo románticamente inmensamente mucho más de lo que su persona femenina sabía que lo amaba.

—Mi bella… dama, tú… eres tan bella y tan dulce que yo… moriría sin ti. Aun siendo inmortal, no podría vivir sin tu aroma, tu voz, tu presencia, tus besos y tus sonrisas. ¡Haces que me sienta tan inmensamente feliz de tenerte en mi vida y tan lleno de paz interior por tenerte a mi lado que yo… no sé lo que haría sin ti en mis días y en mis semanas! ¡Eres tan romántica y tan perfecta y eres alguien tan dulce y tan maravilloso que no hay comparación contigo! ¡Te adoro, mi bella Eve, my fair lady, little sister! Tú eres mi musa, la reina de mis fantasías y la dueña de mis sueños. Tú eres… ¡my… fair… lady!—Respondió Adam sintiéndose cada vez más estremecido y más feliz a cada nanosegundo que transcurría debido a cada palabra y a cada acción de su amada esposa rubia.

—¡Cállate y bésame, mi amado Adam. Soy tu bella dama y tu hermanita y no podrías vivir sin mí. I’m your fair lady and your little sister and you would not be able to live without me! ¡Shut up, Adam! ¡Shut up and kiss me! ¡Sólo cállate y bésame los labios con todo tu amor. Yo no soy todo lo que dices de mí, pero tú eres todo eso que dices que yo soy y mucho más incluso! ¡Te adoro infinitamente mucho más que nunca hasta justo ahora y eres mi luz y mi todo en esta vida y en cualquier otra!—Dijo Eve como respuesta enloqueciendo de amor, de ternura y de estremecimiento, al igual que su amado lo estaba haciendo en aquel preciso instante por la situación en la que se encontraba con su amada esposa gemela.

—Como… tú… quieras, mi linda hermana. Haré todo lo que tu corazón desee, my beautiful sister—Respondió Adam rodeando su cintura con sus ocho brazos con toda su gentileza y con todas sus fuerzas y se pegó justo después a su amada gemela tanto como era posible hacerlo muy velozmente. El rostro de Adam quedó a dos centímetros del rostro de su mitad femenina—Soy tu hermano mayor, y un hermano mayor… debe hacer feliz a su hermanita menor en todo momento.

—¡Soy tu linda herm…—Eve no pudo terminar de gritar con toda su pasión, toda su ternura y todo su estremecimiento, pues su gemelo la había comenzado a besar apasionada y tiernamente sin lengua.

Justo después, el beso de ambos gemelos se volvió un beso francés entre dos lenguas solamente cuyo salvajismo y cuya ternura aumentaron más y más a una gran velocidad. Ambos rubios cerraron los ojos a la vez y a una gran velocidad para poderse quedar en ese cosmos en el que solamente existían él y ella y se comenzaron a acariciar las caderas, la cintura y la espalda mutuamente con una ternura y una intensidad crecientes que se incrementaban a una gran velocidad. En ese preciso instante, estando cada vez más enloquecidos de amor, los gemelos White comenzaron a tener electricidad recorriendo todo su cuerpo con una potencia de doce amperios como si una corriente eléctrica estuviera pasando constantemente por cada uno de sus cuerpos. La electricidad de Adam era de color verde brillante y la electricidad de Eve era de color púrpura, aunque ambas se estuvieran moviendo a la velocidad de la electricidad amarilla. Justo después, los lobos gemelos de fuego se desvanecieron en menos de un nanosegundo con electricidad de dos colores diferentes cuyo movimiento era constante cubriendo sus cuerpos.

Lo siguiente fue aparecer con unas pocas chispas eléctricas de dos colores diferentes que desaparecieron de inmediato y de pie justo sobre el suelo del centro de la cima rocosa de la montaña más alta de Aeternia, el primer lugar en el que se unirían física y espiritualmente en un solo ser una vez más, como habían hecho billones de veces antes a lo largo de su existencia como seres vivos, ya fuera siendo casi perfectos o siendo muy imperfectos.

Pasaron seis días desde la aparición de los lobos gemelos de fuego en la cima del monte que ambos habían decidido al mismo tiempo llamar Megallio. Los gemelos lupinos y más que infernales se encontraban en la playa más grande de Aeternia. El resto de las zonas habitadas del mundo habían sido visitadas por los gemelos divinos y sólo quedaba lo más importante del plan de Adam White e Eve White. Eve se encontraba bastante limpia de nuevo, al igual que Adam, mas las vaginas empapadas de Eve y las bocas que salivaban sin parar de ella y de su hermano mayor estaban abiertas. Doce horas más. Sólo faltaban doce horas más de actos sexuales de diversos tipos para que fuera logrado el objetivo de los gemelos White. Eve estaba tumbada con la espalda apoyada sobre la cálida arena de la playa y se encontraba abierta de piernas con las siete vaginas lubricando sin cesar, lo cual encharcaba el suelo arenoso cada vez más y más, mientras sus brazos femeninos tenían la cintura de her beloved Adam rodeada con toda la gentileza posible y con bastante fuerza de la rubia en cuestión. El rubio mayor, en cambio, se encontraba completamente pegado a su esposa y gemela y tenía rodeado su cuello con los dos brazos superiores de forma muy gentil y con mucha fuerza, como Eve hacía con la cintura de su amado esposo, y usaba sus otros seis brazos para acariciarle la cintura, las caderas y la espalda a la rubia que tanto adoraba sin usar las lenguas y sin poder evitar untarle la saliva que ya había escapado de cada una de las seis bocas con cada caricia gentil e intensa. Adam estaba sentado sobre las caderas de su adorada esposa y su erección presionaba fuertemente la vulva de la rubia menor, la cual miraba fijamente con amor infinito y deseo sexual creciente e inmenso los ojos de su amado esposo, el cual le sonreía como siempre estando completamente sonrojado. Eve sonreía a su amado de la misma manera y estaba tan sonrojada como este. Ambos se miraban de la misma manera y sus corazones eran uno solo, un solo corazón que latía a cada nanosegundo más rápido y con más fuerza.

—Mi amado Adam, desde que te conocí en la matriz, donde ya interactuábamos, siempre has sido muy bueno conmigo. Cuando eras mi guardián y mi hermano mayor solamente…, sentía que no tenía nada que temer. Si mi príncipe era como tú o más lindo conmigo que tú, nada temería. Ya sabes todo lo que te he dicho. Te lo he dicho porque… deseaba que lo escucharas de mis labios una vez más, como tanto te encanta hacer con todas mis palabras hermosas, aunque no tenga una sola palabra hermosa para ti realmente. Todo eso necesitaba decírtelo para decirte que…—Eve sonaba como alguien que estaba conteniendo su estremecimiento, pero parecía haber llegado al límite de la contención—¡estoy inmensamente feliz de que mi amado príncipe, hermano mayor y guardián me quiera dar dos hijos más!

—¡Eres tan bella y tan perfecta, mi bella y dulce Eve. Tan bella y tan perfecta! Yo… sé que tú—Se dispuso a hacer énfasis en la palabra siguiente—nunca—Se dispuso a no hacer más énfasis en alguna palabra—me negarías un hijo. Tampoco yo te negaría un hijo, mi delicada y gentil princesa de corazón puro. Podrás parecer indestructible, pero yo veo tu debilidad. Mientras estés a mi lado, protegeré a tu ser. Al igual que sucede conmigo, tu corazón… es tan delicado. Tu cuerpo y tu espíritu serán indestructibles, pero no lo es tu corazón, pues sé que…, sin amor…, no puedes vivir. Por eso te daré todo mi amor, porque sigo siendo tu guardián, incluso en esta vida en la que somos supuestamente indestructibles. ¡Tú eres perfecta, perfecta, y yo moriría por ti, aunque sea inmortal!—Respondió Adam con todo el amor de su corazón inmortal y enamorado, un amor infinito y más que infinito.

—Los hermanos mayores hacen felices a sus hermanitas menores y las hermanitas menores hacen felices a sus hermanos mayores—Dijo Eve conteniendo su estremecimiento creciente e inmenso aquellas palabras heredadas de su padre y su madre—Estamos en celo, así que… ¡hagámonos felices el uno al otro con nuestros corazones y nuestros cuerpos! ¡Hagamos bebés. Yo soy tu hembra fértil y tú eres mi macho fértil! ¡My beloved Adam, compórtate como mi macho salvaje y dominante! ¡Acepto ser sumisa a ti! ¡Dame a tus bebés! ¡Te adoro tanto, my Adam, my beloved Adam!

—Por… supuesto…, my beautiful and beloved Eve, my… fair… lady. Hagamos a los gemelos a nuestra imagen y…—Comenzó Adam a decir aquellas palabras cargadas de estremecimiento contenido y de deseo sexual, el cual estaba también en su hermana y esposa.

—-¡Conforme a nuestra semejanza!—Dijo Eve con ternura y estremecimiento crecientes y ya inconmensurables.

Acto seguido, un pensamiento creador de ambos gemelos tenido al mismo tiempo causó que sus hijos no pudieran ser concebidos como primigenios y que el código genético usado para crearlos contuviera genes que se activarían en la siguiente generación, garantizando así que no toda la especie fuera rubia, caucásica y de ojos verdes claros, y genes que se activarían una vez contenidos dos espíritus en un óvulo fecundado por dos espermatozoides, garantizando así personalidades diferentes a las de los progenitores en la descendencia de los gemelos divinos y rasgos no pertenecientes a dichos gemelos, evitando a su vez la presencia de más de una boca por gemelo y la presencia de más de una vagina en el caso de la gemela, garantizando también la presencia de rasgos no presentes en el hombre no primigenio. Ese pensamiento creador también había garantizado la invulnerabilidad temporal de los gemelos no primigenios para que no murieran debido al hecho de ser el resultado de tres pares de cromosomas y debido a algo que pudiera dañarlos a ellos mientras estuvieran en el útero de su progenitora.

Un salvaje y tierno beso en los labios sin lengua comenzó de inmediato entre ambos gemelos sesquizigóticos. De inmediato, la lengua de cada uno comenzó a atacar la del otro de forma ardiente y con un amor romántico y un deseo sexual crecientes. Los corazones de ambos gemelos rubios latían ya tan rápido y con tanta fuerza que parecía que se les iban a salir del pecho. Ambos cerraron los ojos y se dejaron llevar por lo que sentían sus corazones. No saldrían de ese cosmos en el que solamente existían ellos.

Doce horas después, los gemelos de cabellos del color del sol estaban tumbados juntos justo al lado de la parte central de la orilla de la playa y se daban caricias mientras sonreían con alegría y despreocupación en sus miradas y en sus labios principales. Todas las bocas de ambos estaban abiertas y todas las vaginas de Eve estaban abiertas también. Adam tenía la cabeza acurrucada sobre el seno izquierdo de su hermaesposa mientras esta le acariciaba la cabeza con la mano izquierda muy gentil y muy dulcemente.

—¿Has disfrutado la última sesión tanto como yo, my beloved Adam?—Preguntó Eve sin dejar de mirar la luna llena del cielo nocturno de Aeternia fijamente con sus esmeraldas de fuego.

—Yo la he disfrutado tanto que repetiría todo cuanto hemos hecho en ella si tuviera ganas, my beloved Eve. ¿Y tú, my beloved Eve, my… fair… lady, cuánto la has disfrutado?—Respondió conteniendo su estremecimiento Adam White.

—¡Tanto que repetiría lo hecho en esa última sesión, mi ardiente príncipe de ojos verdes y cabello rubio, my goodlooking gentleman!—Respondió Eve liberando su estremecimiento y su ternura crecientes e inconmensurables.

—¡Eres perfecta, perfecta, my beloved Eve, mi bella y perfecta Eve. Eres mi otra mitad, mi luz y mi todo. Eres mi amada y mi fuerza, y no podría vivir sin ti, mi ardiente princesa de ojos verdes y cabello rubio!—Exclamó Adam con tanto estremecimiento y tanta ternura como su hermana gemela y esposa disponiéndose a chasquear los dedos de su mano derecha, la cual había estado acariciando la mejilla izquierda de su alma gemela—Soy inmensamente feliz siendo tu… ¡amante, y mucho más que eso, tu esposo!

Adam chasqueó los dedos y tanto él como su gemela quedaron completamente limpios y completamente secos en las partes que debían estar secas.

Era la primera vez en un mes que era el gemelo mayor el que limpiaba y secaba a ambos, ya que solían limpiarse y secarse cada uno a sí mismo.

—¡Mi amado Adam, eres todo un caballero y alguien tan maravilloso. Eres perfecto, perfecto!—Exclamó Eve haciendo que sus bocas secundarias dejaran de salivar y se cerraran acto seguido sus siete vaginas.

Lo siguiente que Eve cerró fueron sus bocas secundarias de inmediato. Adam la imitó de inmediato y, en un movimiento muy veloz y muy certero, rodeó el cuello de su amada gemela con sus brazos originales al mismo tiempo muy gentilmente y con bastante fuerza, su cintura con sus cuatro brazos secundarios con la misma gentileza y la misma fuerza y sus caderas con los últimos brazos secundarios con la misma gentileza y con la misma fuerza.

—Tú sí que eres perfecta, mi perfecta hermana, mi perfecta esposa y mi perfecta reina. Eres… ¡mi perfecta amante!—Respondió Adam mientras Eve le rodeaba la cintura con sus únicos brazos con la misma fuerza y con la misma gentileza empleadas por su otra mitad para abrazarla a ella.

—¡No, mi ardiente príncipe de ojos verdes y cabello rubio. Tú eres… mi perfecto amante!—Respondió Eve tan estremecida y tan enternecida como su amado esposo y gemelo disponiéndose a devorarle los labios salvaje y tiernamente sin usar su lengua femenina.

En aquel preciso instante, una idea llegó a la velocidad del rayo a la mente de los lobos gemelos de fuego simultáneamente.

—Ese es el nombre adecuado. Esta es nuestra playa. ¡Es la Playa de los Amantes!—Dijeron al unísono Adam e Eve estando sus labios a unos cinco milímetros de distancia.

Acto seguido, de inmediato, sonrieron cálida y tiernamente los dos hermaesposos mirándose fijamente de nuevo a los ojos y se dispusieron al mismo tiempo a darse un tierno y apasionado beso lleno de amor romántico infinito e inmenso salvajismo.

27 Décembre 2022 06:50 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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