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El antifaz se resbalaba de su rostro como agua de una cascada, sus ojos grises, como un día nublado, se tornaron más intensos, su mirada era fija, fuerte, firme; sus labios se entreabrían, dejando ver una O color tinto... ese labial le sentaba bastante bien. Sus delgadas y pequeñas manos se aferraban con fuerza a la dureza de los brazos de él, los músculos de ambos se tensaban con intensidad, cada vez un poco más. Ojos Grises echó la cabeza hacia atrás, dejando detrás de sí un sonido particular que le indicaba a él que podía seguir, el cuello de la chica era hermoso, inmaculado, seductor y tentador. Todo en ella era perfecto en aquel momento, aquel momento que era suyo y solo suyo.

La lluvia caía sobre aquel techo provocando un sonido casi como una canción, una canción en armonía con el acto. Las gotas se resbalaban lentamente en la única ventana de la pequeña habitación, el gris de los ojos de ella eran tan parecidos al gris de la tormenta que le confirmaron a él que estaba en un torbellino de emociones, emociones que nunca lo habían tocado y que iban más allá de la unión de los cuerpos.

En el que no sabia si deseaba estar. Entonces su entorno se hizo borroso al llegar al éxtasis, y, después, ambos se desplomaron.Y todo siguió perfecto por unos instantes más. Solo unos instantes más.

***

La mañana de un día lluvioso era lo mismo que una con el día soleado.

Él la seguía viendo en sus sueños, cada vez que parpadeaba se encontraba una mirada gris con la suya, su mente le jugaba bromas de mal gusto en todo momento; él la extrañaba. Si, la extrañaba, hacía varias semanas que lo había aceptado, la extrañaba y la necesitaba. Aquella chica se había vuelto su mundo en cuestión de meses, solo bastaron un par de horas diarias para aferrarla a su alma y hacer imposible arrancarla de ahí. La extrañaba y la quería de vuelta. La necesitaba de vuelta. Pero ¿cómo hacerla regresar?, ¿cómo traerla de vuelta a su lado? No estaba muy seguro de como hacerlo, no estaba muy seguro sobre si podría hacerlo, no estaba muy seguro de nada que tuviera que ver con ella, solo de que la quería con él de nuevo.

Aun existía aquello que los separaba. El juego de él.

Ojos Grises era hermosa, preciosa, como un diamante, pero al igual que éste, también era fuerte, firme y brillante. Físicamente era una mujer de ensueño; llena de todo aquello que un hombre desea en una mujer; pero no era una mujer fácil. Al conocerla se había dado cuenta de la joya que tenia presente, pero la influencia de sus amistades lograron retorcerlo, corromperlo, y así cometer un gran error.

El dinero era una de esas cosas ausentes en su vida, antes de ella, solo necesitaba vivir el día a día, con el dinero y las mujeres, y éste era en parte culpable por lo que había hecho. El maldito dinero. Solo por dinero lastimó a una mujer de las que ya no hay... una mujer que él había deseado, que él había tocado y disfrutado, y que anhelaba tener consigo el resto de sus días, pero el perdón también era otra cosa ausente en su existencia y tampoco sabía como obtenerlo.

22 Novembre 2017 02:15 1 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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Mary Luna Mary Luna
Esta muy interesante
June 08, 2018, 18:40
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