No le creí cuando me dijo que él era la oscuridad, que lideraba a cientos de monstruos, y que atormentaba como una vil pesadilla a aquellos que se cruzaban por su camino. Tampoco le creí cuando me dijo que se convertiría en la mía, que me haría pedazos y que consumiría cada parte de mi hasta que no quedara nada.
No le creí…
Hasta que sucedió.
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