Algo de mi le buscaba
Un hombre que mata por ambición no conoce la compasión. Porque su tendencia es ser alguien infame. Y ese hecho resultaba mucho más cruel si venía de alguien en quien confiaba. Alguien a quien amaba con todo mi ser.
Así empezó. El arrepentimiento. Se abrió paso a arañazos. No le importó qué tan grande y denso fuera el dolor. Exigía atención, reclamaba protagonismo y empleó cada una de las herramientas de las que gozaba. Porque tenía acceso a todos los recuerdos. Ahora era su dueño.
Jungkook había muerto en mis manos. No tenía por qué haber sido un acto literal para que mi memoria recitara lo mismo, una y otra vez. No había sido capaz de salvarle ni suplicando. Y me odiaba por ello. Por no haber sabido parar a tiempo. Por no haber tenido control sobre mis sentimientos.
«Te amo lo suficiente como para esperar a que nos llegue el momento adecuado», debería haberle dicho. Pero ninguno de los dos creímos que las amenazas se convertirían en una realidad.
No tuvimos el valor a separarnos y lo habíamos pagado caro.
Solo que yo era el único que continuaba respirando.
Quizá era demasiado pronto para ese tipo de tortura. Aunque igual de irremediable. Porque su verdugo me sostenía con fuerza.
Namjoon gritaba mi nombre entre palabras que fui incapaz de atender.
No escuchaba nada, más que mi propia respiración derrumbándose por momentos. El Materazzi se movía con agonía por aquel pasillo blanco. Mi cuerpo laxo entre sus brazos, la cabeza inclinada. Los focos de luz blanca perforándome las pupilas. El resto del mundo se había convertido en sombras borrosas de colores incandescentes, mientras mis ojos se movían de un lado a otro bajo unos párpados pesados.
Algo de mí le buscaba.
«Jungkook».
Namjoon enseguida dio instrucciones de mi estado a los médicos que nos abordaron con premura. No había resultado herido, solo algunos moratones y rasguños. Sin embargo, me había perdido en algún punto entre la cordura más cruel y un estupor muy próximo al desvanecimiento.
Esa reacción fue quizá lo que más preocupó a la gente, que no fuera capaz de perder el conocimiento como era debido. Ignoraban que me importaba una mierda sus inquietudes, así como su empeño por estabilizarme.
Pese a ello, el arrepentimiento también se hizo con mi resistencia y, por más que quise enderezarme para alejarme de todos, me redujo en aquella cama sobre la que me tumbaron. Su objetivo estaba claro, cubrir de remordimientos hasta el último rincón de mi cuerpo y lo consiguió cuando una aguja atravesó mi brazo para verter su contenido en mis venas. Debía noquearme, bloquear la mente y nublarlo todo hasta arrastrarme a un sueño profundo.
Así sería, no tardaría.
Pero tuve miedo al letargo. Aquel terreno alimentaría mis terrores. Experimentaría todo de nuevo, sin límites.
Apreté los ojos con fuerza. Las lágrimas me humedecieron la sien, me abordaron los temblores. El corazón saltando de un lado a otro, abrasándome la piel.
Entonces, grité.
Proferí un grito tan inmenso que me rasgó la garganta y me hundió en la cama. Las enfermeras enseguida se lanzaron a contenerme.
Hasta que Namjoon atrapó mi rostro entre sus manos. Clavó sus ojos en los míos. Sus pupilas enrojecidas, suplicantes.
«Todo saldrá bien», creí oírle decir. Si estaba en lo cierto, era una buena forma de definir una mentira.
Para mi primera lectora Wstuodian 💜💚
Este es sin duda mi libro favorito, no estaba muy segura de seguir continuando con la adaptación pero aquí vamos poco a poco.
Sin más que decir les deseo una bonita tarde/noche/dia/madrugada
Les mando un enorme abrazo 💜💚
Gracias por apoyar la historia.
Merci pour la lecture!
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