Sentada en el medio de un amplio claro veo a una hermosa gatita jugar con el pasto. Inhalo el aire fresco, sintiendo como todo a mí alrededor vibra en armonía, exhalo mirando el hermoso arco iris que se asoma en el cielo.
Jamás imaginé que mi vida se desarrollaría de esta manera, intentando vivir incluso si mi cuerpo quiere todo lo contrario.
- Es hora. – Dice una voz detrás de mí
No tengo que voltear para saber quién es, he estado aquí muchísimas veces y siempre ha estado conmigo, incluso cuando no sabía lo que era en realidad.
- ¿Volveré a verte?
Aunque no pueda verla o no tenga un cuerpo físico, sé que está sonriendo.
- No, creo que ya no.
Asiento.
Con algo de tristeza me levanto intentando retener las lágrimas que quieren bajar por mi rostro.
La gatita que antes jugaba felizmente, ahora se encuentra a mi lado, intentando consolarme.
- Gracias por todo lo que has hecho por mí.
Cierro los ojos cuando noto que el momento se acerca. Siento un gran mareo y antes de caer en la inconsciencia total, escucho esa voz hablarme.
- Fue un placer.
Merci pour la lecture!
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