lypenaranda3 Ly Peñaranda

Mackenzie West es la famosa investigadora de la CCDP y socia de Barry Allen, su noviazgo no es una relación usual, pero después del Acelerador de partículas, algo ha cambiado en ellos, sus destinos estaban alineados en el mismo camino y ahora van juntos hasta el final. Eobard Thawne cambia la línea de tiempo al sentirse humillado y celoso, Moira y Barry, caen al vacío para comenzar de nuevo.


Fantaisie Épique Tout public.

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Prólogo

00.Bisturí


POR PRIMERA VEZ EN SIETE MESES en este oficio llego tarde a la escena del crimen, el capitán estará molesto por mi retraso, parqueo mi auto en la vuelta de la esquina del hotel, en estos lugares circulan demasiados vehículos, abrí la puerta del auto para luego salir y cerrarlo con llave.


Nerviosa comienzo a correr y en una distancia corta visualizo a la patrulla y un grupo de gente rodeando a unos metros la entrada del hotel. Llegué y los oficiales que me conocen me dejan ingresar, camino adentro del hotel y me encuentro con la detective Peper Pattinson.


—Hola Mack, llegas tres minutos tarde —dice revisando su reloj que lleva en su muñeca.


—Hola, lo sé, ¿llegó el Capitán Singh?


—Si y no está de buen humor —responde iniciando su caminata y me apresuro a caminar a la par.


—Nunca lo está —ruedo los ojos.


—No tenemos más tiempo. Vamos a la escena del crimen —palmea mi espalda y asiento como respuesta.


—Por fin se digna aparecer señorita West —frente a mi está el hombre mal humorado, con su porte y con el ceño fruncido tratando de intimidar.


—Lo lamento Capitán, no volverá a suceder.


—Por ser la primera vez, lo dejaré pasar. Pero no quiero que se vuelva un ámbito ¿entendido? —dice mirando un punto frente a él y respondo un "Si señor" para no tener problemas— De acuerdo. Vamos, el trabajo le espera.


—De acuerdo —me apresuro a entrar en el ascensor después del Capitán y la detective Pattinson.


Esperamos a que se detenga en el piso correspondiente, salimos y caminamos hasta la habitación 102.


—¿Se ha confirmado que la víctima se hospedaba aquí? —pregunto ingresando al cuarto y analizando el crimen desde la entrada.


—Es correcto. El nombre de la víctima es Marcos Thompson de 39 años —responde la detective— Fue profesor del departamento de psicología en la universidad de medicina de Starling City. Dos meses antes se especializó en lo clínico y se trasladó aquí en Central City en busca de nuevas oportunidades después de haber tenido problemas en Starling.


Asiento, dejo mi maletín en el suelo y me pongo los guantes, les pasé unos a los que vinieron conmigo, ya listo, examino la cerradura de la puerta.


—No muestra signos de que la entrada haya sido forzada.


—Nuestra deducción es que él conocía al individuo.


—¿Encontraron señales de que alguien haya tocado las cosas? —pregunta el Capitán.


—No hay signos de robo, Capitán —responde Pattinson.


Me acerco a el cuerpo que está acostado boca abajo, hay tantas salpicaduras de sangre, gotas de sangre y él está manchado con su propia sangre.


—Esta persona ha sangrado al menos un litro —me agacho viendo su espalda si hay alguna herida— Posiblemente un órgano interno o que la aorta principal del hombre podrían haber sido perforados —no encuentro algo y le digo a la detective— Ayúdame a darle la vuelta —la mayoría de la superficie del cadáver está manchada con sangre pero no puedo encontrar ninguna herida— Al parecer el arma homicida es muy especial, no encuentro una herida enorme como para que haya sangrado mucho. ¿Encontraron el arma homicida?


—Todavía ninguna —dice Peper mirando la escena—, Pero está claro que hubo alguna pelea pero no podemos encontrar la huella digital o huella de la mano de otras personas a excepción de la víctima.


—Es extraño, hay charco de sangre pero de hecho no vi ningún zapato manchado de sangre.


—El asesino no dejó ninguna evidencia obvia. Significa que tiene una capacidad de reconocimiento muy fuerte. ¿Tienes otros hallazgos? —me pregunta el Capitán.


—No, tenemos que esperar a después de la autopsia, Capitán.


—Bien, haré que te entreguen el cadáver lo antes posible.


Asiento y el capitán Sing se retira. Peper me sonríe de lado y yo ruedo los ojos con fastidio, nunca conocí una mujer tan molesta, me retracto, si hay una antes de ella.


—Bien hecho, Mack —se quita los guantes— Te salvaste por esta vez del mal humorado de nuestro jefe —me dice mientras yo también me quito los míos y salimos de la habitación.


—Creo que por ser una mujer no me habla tan fuerte como lo hace con los demás.


—Bueno en parte es cierto. Pero no siempre es así, más bien es para no perder el debido respeto de los empleados que están en su cargo, ya sabes es el Capitán.


—No digo que esté mal.


—¿Eres tímida? Lo digo por que no hablas mucho.


—Si no es por trabajo —me detengo antes de subir en el ascensor y la miró con seriedad— No, no suelo hablar de más.


—Ay pero que intensa —dice siendo sarcástica soltando una risa pero de ninguna manera me contagia y ella vuelve a ponerse sería— Lo lamento.


Ingresamos apenas se abrieron las puertas y como supuse su silencio no sería para siempre.


—Te enteraste que tendremos a un nuevo forense.


—¿Otro? —arqueo una ceja.


—No debes espantarlo como lo hiciste con los dos anteriores que se fueron o el capitán se molestará contigo.


—Todos deben pasar mis pruebas, no es mi culpa que sean unos incompetentes, no sé como pueden llamarse Científico Forense si no pueden hacer un buen trabajo.


—Todos tenemos nuestras fallas, Mack, nadie es perfecto —me detiene antes de salir—. Se amable con el nuevo, por favor.


—Haré lo que pueda —salí disparada, no quiero que me persiga, escuché su carcajada detrás de mi.


Voy hacia mi auto y conduzco dirigiéndome a la estación de policía. Me estaciono y salgo con mi maletín en la mano y mi bolso donde guardo algunas hojas del crimen que la cuelgo en mi hombro.

—Señorita West —saluda en coro algunos oficiales cuando me ven salir del ascensor.


—Oficiales —devuelvo el saludo con serenidad y asiento con la cabeza.


—¿No tienen nada mejor que hacer? —se escucha una voz masculina— Hola nena ¿cómo te fue?


—Bien, como siempre —sigo caminando hacia las escaleras, a veces no lo soporto pero no puedo ser mala educada— Detective ya no soy una niña.


—Siempre lo serás para mi —sostiene mi brazo antes que yo ponga un pie en el escalón— Espera Mack.


—¿Qué necesita? —pregunto dando la vuelta para mirarlo a la cara.


Él agarra una pequeña caja de su saco y yo bajo la mirada avergonzada, lo había olvidado.


—Feliz cumpleaños Mack —me extiende la cajita envuelta con papel de regalo de color celeste, con dibujos de caramelos y el listón rojo.


Me siento incómoda por la situación, él solo quería darme un regalo y desearme un feliz cumpleaños, le traté con frialdad y ahora me arrepiento. Agarro el regalo y sin pensarlo mucho lo abrazo desprevenido.


—Muchas gracias papá —susurro. Me separo sonriendo a medias y tambien lo veo a él sonreír pero sus ojos se ven húmedos. Él realmente está feliz por mi.


—Espero que te guste.


—Me gustará, estoy segura.


Subo las escaleras, dejando caer una lágrima por mi mejilla que rápido y disimuladamente la quito con la palma de mi mano.


Llego a mi laboratorio suspirando ruidosamente cuando veo un montón de regalos sobre mi escritorio, dejo mis cosas en el asiento y con cuidado de no romper algún obsequio los dejo en mi otro escritorio que está desocupado.


Con una llave que guardo dentro de una caja de lapiceros sobre mi escritorio principal, abro el último cajón sacando unos papeles, son los reportes originales de los casos de hace unos días y tengo que entregar lo antes posible, estoy tan ocupada en mi trabajo, sin embargo, eso no quita que detecte a alguien viéndome, alzo la mirada y veo a un chico en la puerta.


—¿Necesita algo joven?


Es un joven de ojos verde muy hermosos, su pelo castaño que se ve suave y sedoso, sus mejillas levemente sonrojadas que dan ganas de acariciarlos, sus labios entreabiertos me recuerda al azucar, su postura es alta y delgada, lleva un maletín, su camiseta a cuadros es gris y rayas un poco azules, pantalones y zapatos negros. Sus ojos que me hechizaron al instante, olvido lo que iba a decir y es cuando él habla.


—No, solo me detuve a pensar... —su voz es suave como si estuviera nervioso y sus manos las pone dentro de los bolsillos de su pantalón.


—Puede hacerlo fuera de mi entorno, está prohibido que personas que no trabajan en mi especialización esté husmeando dentro de mi laboratorio,le agradecería mucho que se retire y me deje trabajar.


—Bueno... —apunta con su pulgar la parte de atrás, sin duda estaba nervioso—. El capitán Singh dijo que usted podría ayudarme a orientarme en el trabajo, acabo de entrar a trabajar como científico forense, mi nombre es Bartholomew Henry Allen, pero todos me dicen Barry.


—Allen, mi sucesor —susurro.


Este capitán Singh creía que era tonta, claro que no perdería la oportunidad de quitarme el puesto por ser mujer, que machista.


—¿Disculpe?


—Nada, y lamento el desorden —me levanto para agarrar los regalos y ponerlos encima de una silla.


—¿Hoy es su cumpleaños? —pregunta levantando una ceja.


—No le incumbe mi vida personal señor Allen.


—Claro, lo siento.


Miro las carpetas que tenía que pasar toda la información en el sistema y desvio la mirada hacia el chico, no tenía de otra más que aceptar la ayuda de mi nuevo asistente.


—Comencemos con el trabajo compañero.


Le hice la autopsia al hombre del hotel y nos llevamos la sorpresa que había sido asesinado usando como arma una bisturí que cortó una esquina de su corazón. El resultado fue unos ajustes de cuentas por que el hombre se había acostado con una mujer casada.


He trabajado con Allen durante seis meses, este chico no era tonto, definitivamente no cuando se trataba de trabajo, pero si era un imbecil cuando se trataba de chicas.


Durante este tiempo me he encariñado poco a poco de este chico y no puedo evitar en acercarme a él, pero él parece temerme y en cada oportunidad que tiene se aleja rápidamente.


Que capullo tan complicado, ¿Barry Allen cuando será el día que dejes de huir de mí? No sabes cuándo me he resistido por no tirarme encima de ti y darte los mejores besos de tu vida.


—No le has quitado los ojos encima al bombo de tu asistente, Mack —dice Peper rodeandome con su brazo.


—Qué te importa, Peper —le quito el brazo de mis hombros y camino hacia el vehículo de mi padre.


—Te encanta, lo sé, pero el ni te pela, ¿será gay? Puede ser, eh.


¿Gay? No, no podría ser cierto, ¿me gusta un chico gay? Claro que no, me hubiera dado cuenta, Peper está loca.


—Solo piénsalo, pasa más tiempo con ese tonto de Merlín y van juntos a Jitter. Tú que eres su compañera no te ha invitado ni una sola vez a tomar un café.


—Eso es porque no acostumbro a tomar café, sabes que no puedo.


—Pero ¿y las malteadas? En eso no tienes excusas... O también puede ser que...


—¿Ahora qué?


—Puede ser que tú no le gustas y por eso es que no ha querido tener un acercamiento contigo.


¿Peper tenía razón, no le gustó a Barry? Pues la respuesta es simple al ver como el forense coquetea con mi hermana Iris.


—No me importa saber si me teme o si es gay o simplemente porque le gusta a alguien más —volteo y sigo mi camino sin darme cuenta que Barry me había mirado cuando me estaba yendo mientras Iris le estaba hablando.


—Mack, espera —Peper dice en un tono de arrepentimiento, seguro es porque cree que me ha lastimado con sus palabras.


¡Vamos, soy Mackenzie West! Alguien que nunca se ha dejado pisotear por nadie y mucho menos por amor.


Pero era tan ciega para no darme cuenta que Barry no se acercaba porque sentía atracción hacia a mí y no quería salir lastimado por pensar que lo rechazaría.


13|12|21


18 Juillet 2022 18:52 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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