Se pudiera decir que en algún momento de nuestra lamentable existencia, la humanidad, el mundo e incluso el universo conspira en nuestra contra y nos hace perder la razón, esa cosa que desde tiempos remotos nos ha permitido convivir en armonía, pero nada es perfecto y nuestro mundo desde el propio comienzo de la creación fue corrompido por fuerzas superiores capaces de atormentar incluso a los más cuerdos y capaces.
En un momento la razón es eso, una fuerza que nos impide hacer cosas catastróficas y frenéticas.
En una ocasión un hombre perdió la razón, se adentró en lugares oscuros de su mente y fue así como se convirtió en otro ser uno capaz de transformar al mundo en el propio infierno con tal de encontrar sosiego para su alma, para según su nueva conciencia tratar de redimirse y de ser perdonado. Todo fue en vano, su razón lo había abandonado, ya no volvería a ser el mismo, ni el tiempo ni la muerte arreglaría toda la destrucción y el dolor que este causó solo por tratar de recobrar la razón.
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