67
3.5mille VUES
Terminé
temps de lecture
AA Partager

Capítulo único

Narrador omnisciente


-Aquí está la lista de drogas que debe ingerir, joven Jeon- Susurró su psiquiatra mientras le entregaba una receta con un total de cinco medicamentos escritos.


El menor, quién se ubicaba sentado frente al escritorio, lo tomó y leyó cada uno, a la vez que fruncía el ceño.


-No entiendo...- Susurró casi temblando por lo que acababa de leer.


El profesional suspiró- Son tres antipsicoticos y dos antidepresivos. Te ayudarán en tu problema- Indicó haciendo hincapié en la palabra "problema".


Frustrado por la situación, se levantó de la silla y salió de la oficina sin siquiera despedirse del mayor. No confiaba en él, y no sentía que lo estaba ayudando en nada por más que sea su trabajo. Al contrario, lo hacía sentir como si estuviese demente.


Una vez en el pasillo caminó hasta donde se encontraba la sala de espera y allí estaba él, Kim TaeHyung, leyendo un libro de Huidobro. Lucía tan precioso con su aura angelical, le transmitía a Jeon la paz que necesitaba.


TaeHyung era la única persona en el mundo que lo aceptaba tal cual era, nunca lo juzgaba ni si quiera por sus oscuros deseos, ni tampoco le recriminaba las malas decisiones que tuvo en su pasado, como por ejemplo cuando se autolesionaba.


Kim estuvo cuando decidió salir del closet frente a sus padres, aunque eso no salió como Jeon lo esperaba, pues recibió una fuerte paliza por parte de su progenitor y su madre le dijo que para ella él estaba muerto y que jamás había sentido tanta vergüenza ajena.


Y como siempre, TaeHyung lo reconfortó de la mejor manera, lo llevó a su habitación, lo envolvió en sus brazos, curó sus heridas y le cantó hasta que se quedara dormido.


Y ahora, luego de una hora de terapia, Jeon necesitaba nuevamente aquellos brazos sobre su cuerpo.


-TaeHyung...- llamó con la voz entrecortada y el rubio levantó la cabeza para terminar su lectura y observar al mayor.


Ambos pares de ojos se observaron y Kim se levantó para saltar hacía sus brazos y otorgarle la calidez que el chico necesitaba.


JungKook estalló en lágrimas -Tranquilo cariño, estoy aquí. Yo te cuido- Le murmuró Tae mientras le acariciaba el cabello.


Koo sollozó despacito y sorbió su nariz para poder hablar tranquilo- Tae, el doctor me dijo que-


-No lo escuches, es mentira- Interrumpió el rubio -No hay nada de malo en tí, te lo repetiré las veces que sean necesarias-


Jeon tragó duro y luego le enseñó el recetario que le otorgó su psiquiatra, Kim lo tomó y comenzó a leerlo.


Bufó y negó con la cabeza. Se separó del pelinegro y caminó hasta un basurero, que estaba cerca, para romper el papel en varios pedacitos y arrojarlo allí.


-Vamos, te acompaño a casa- Le dijo el rubio tomando la mano de Koo y luego arrastrarlo hasta la salida.


Tomaron el autobus para dirigirse hasta el hogar del mayor, en algunas ocasiones Kim le acariciaba el rostro con delicadeza y le repetía una y otra vez que es perfecto tal como era y que jamás se iría de su lado.


Y eran esos momentos juntos lo que mantenía con vida al pelinegro. Si Kim no se hubiese cruzado en su camino, JungKook se habría suicidado hace tiempo.


Cuando llegaron, Koo abrió despacito la puerta rogando no encontrarse con su padre, pues no sería para nada agradable que lo vuelva a golpear frente a la persona de la que está enamorado.


-¿Hola?- Saludó mientras ambos se quitaban sus zapatos y los dejaban en un costado de la puerta -Ya volví-


Nadie respondió pero podía escuchar desde la sala el sonido del televisor encendido así que se encaminaron hacía ese lugar encontrándose con la madre del pelinegro, recostada en uno de los sillones frente al aparato electrónico, rodeada de envases vacios de alcohol.


La mujer había bebido tanto que cayó desmayada.


Y para Jeon eso no era nada nuevo, desde que era un niño sucedía lo mismo y ya estaba completamente acostumbrado.


-Tae ve a mi cuarto, iré enseguida- Le pidió en voz bajita y el rubio asintió con la cabeza para salir de allí y subir las escaleras.


JungKook se acercó esquivando algunas botellas y apagó la televisión. Luego se agachó frente a su madre y la miró con algo de asco.


Siempre recuerda lo mal que la pasó en su niñez, nunca tuvo amigos, muchas veces iba al colegio sin haber ingerido alimentos, su ropa era vieja y estaba rota y por aquello recibía constantes burlas, entre miles de otras situaciones. Por eso solía pedirle al cielo que le enviara un angel que pueda cuidarlo. Él necesitaba cariño maternal y nunca lo obtuvo mucho menos por parte de su padre.


-¿Por qué eres tan mala madre?- Le preguntó con la mandibula tensa, sabiendo que la mujer no le respondería.


A veces, y esto era algo que sólo TaeHyung sabía, deseaba acabar con la vida de sus padres.


JungKook creía que su propia vida mejoraría luego de aquello, pues ni si quiera podía mudarse para empezar de cero ya que apenas tenía dieciocho años y no terminó la escuela, mucho menos tenía un trabajo fijo.


Dejando que la bronca por el trauma de su niñez tome el control, llevó ambas manos lentamente hacía el cuello de su madre y cubrió la zona con ambas. Sólo debía apretar un poco y una parte de su martirio terminaría.


Lo intentó, pero no pudo. Se levantó bufando alto y corrió hasta las escaleras, de otra manera se arrepentiría y terminaría cumpliendo sus deseos empezando con su madre.


De todas formas no era la primera vez que lo intentaba.


Cuando llegó a su cuarto, se adentró precipitado y cerró con llaves apoyando su frente en la madera.


-¿Estás bien?- Cuestionó el rubio y JungKook saltó en su lugar, se giró y lo observó.


TaeHyung estaba sentado en la orilla de su cama, con sus piernas cruzadas, su espalda recta y sus manos descansando sobre su rodilla.


El pelinegro sabía que TaeHyung provenía de una familia adinerada, aunque no solían hablar sobre su vida. Pero siempre vestía elegante y con prendas de marcas muy costosas.


Ahora optó por usar una camisa violeta que era amplia en las muñecas, un pantalón de vestir tiro alto de color negro, amoldado a su figura y marcando su cinturita. En los pies unos zapatos con algo de platsforma haciendo juego con el resto.


Y JungKook jamás había visto a alguien tan precioso y angelical. El menor fue quién terminó con las dudas sobre su sexualidad, pues al conocerlo supo que indudablemente no podía estar con una mujer, no cuando existía Kim TaeHyung.


-Quise matarla- Declaró y Tae se levantó para caminar lento y de manera muy sensual hacía el mayor. Una vez estuvieron frente a frente, tomó la mano de Jeon y la llevó a su propia cintura, el pelinegro se tensó un poco y su respiración se agitó.


Siempre le pasaba, pues no se acostumbraba a darle caricias por más tenues que sean, mucho menos cuando estaban en su casa temiendo que su padre los encuentre y lastime a Kim.


-Ella es una maldita perra asquerosa- Escupió el menor -La odio, no debería vivir...-


Y koo cerró sus ojitos porque ahora el menor deslizó la caricia de la cintura hacía su propio trasero, obligando a que Jeon lo toque allí y es justamente lo que hizo apretando su nalga izquierda sintiendo el calor centrarse en su zona baja.


-¿Tú la odias, JungKookie?- Preguntó con una sonrisa ladina al no haber esuchado no una respuesta.


Jeon asintió con la cabeza, pero Kim quería palabras- Dímelo, dí que la odias- Rogó sin levantar la voz.


El nombrado abrió sus ojos y llevó su mano libre a la nalga derecha del rubio y lo atrajo hacía él.


-La odio, la voy a matar si me lo pides. A mi padre también-


TaeHyung sonrió y negó -Aún no, cariño- Habló con su boquita rozandola con la ajena y llevó sus manos al pecho trabajado del contrario dónde acarició lento hasta dirigirse al pene que ya se encontraba duro por completo.


JungKook gimió cuando Tae le dió un apretón sobre la tela -Mirá nada más, unas cuantas caricias y ya estás durito mi Kookie- Murmuró con algo de burla.


Y Jeon estaba como en piloto automático, pues no podía crecer que estaban pasando a segundo plano con TaeHyung. Ni si quiera se habían besado nunca anteriormente y ya se estaban manoseando como dos desesperados.


Momentáneamente perdió el miedo de estar haciendo aquello en su casa, pero de lo que ahora aseguraba es que no dejaría que nadie lastime a TaeHyung.


-Tae ¿Tú me quieres?- Preguntó Jeon y sus ojitos se aguaron por las emociones del momento.


-Te quiero como nadie te querrá nunca, Jungkookie- Respondió para acto seguido unir sus labios en un apasionado beso el cual Jeon correspondió al instante y como pudo, pues era inexperto.


TaeHyung tomó el control en aquél tacto, chocando ferozmente su lengua con la contraria realizando sonidos algo vergonzosos.


Luego cortaron para poder respirar, se miraron y sonrieron a la misma vez.


-Tae, el doctor Choi dice que tú no - Comenzó Jeon recordando todo lo que le decía su psiquiatra sonbre TaeHyung, pero fue interrumpido.


-No me importa lo que él diga, mi amor- Habló alto y se alejó un paso para poder cruzar sus brazos sobre su pecho- Ya te dije que él no sabe nada, no debés creerle. Estoy aquí, soy tuyo...-


Y JungKook siempre le creyó todo a Kim, por eso odiaba escuchar a su doctor. Por más que a veces la mínima duda lo atormentaba, por eso necesitaba que Tae se lo aclare siempre.


-Y yo soy tuyo- informó JungKook y cortó la distancia para besarlo, pero no fue tan apasionado o duradero como el primer beso ya que Kim lo cortó para posicionarse de rodillas y mirar hacía arriba al rostro del pelinegro que estaba con sus ojos abiertos y grandes por aquella acción tan descarada por parte de un ángel tan puro como lo era Kim.


-Voy a mamar tu pene hasta que te vengas en mi garganta y me llenes de tu deliciosa esencia- exclamó con sus ojitos brillosos y una expresión hambrienta.


Pero Koo negó, aunque sintió la vibración en su pene y la excitación invadirlo en su totalidad.


-Mis padres- Titubeó pero no pudo terminar de hablar porque el rubio comenzó una hilera de besos sobre la extensión de su miembro, aunque todavía a través de la tela de su pantalón.


-Tu padre no está y tu madre sigue desmayada. No interrumpirá nadie, lo prometo-


Y no esperó una respuesta del pelinegro cuando de un rápido movimiento bajó el cierre y quitó los pantalones con la ropa interior.


TaeHyung relamió sus labios al ver tremenda imaginen:


El miembro erecto, goteando en el glande, las venas muy marcadas, los testículos llenos de semen, y una mata de vello púbico rodeando aquella zona.


-Mío- Exclamó y llevó su mano al tronco para acercar el otro extremo a su boca y delinearse los labios con el líquido preseminal.


JungKook gimió ronco y alto, tan alto que sus vecinos lo escucharían sin dudarlo. Volvió a repetir la acción cuando TaeHyung se adentró la erección en su boca y casi en su totalidad.


Jeon lo tomó de los cabellos y sin darle respiro comenzó un movimiento de caderas de adelante hacía atrás, claramente follandole la cavidad bucal.


Tae respiró por su nariz y le permitió llevar el control de la situación, deslizando su lengua por el pene al mismo tiempo de las estocadas.


-¡Oh, tan bueno!- Gimió Koo dejando caer su cabeza hacía atrás- Que delicia, mi amor. Si, muy rico..- Siguió casi perdido en el placer.


Se mantuvieron así por varios segundos, hasta que Jeon sintió en su vientre bajo un cosquilleo advirtiéndole que se vendría en muy poco tiempo, asi que se lo informó a Kim quién abrió más grande su boca, todo lo que pudo.


-TaeHyung- Jadeó el pelinegro y se dejó ir, llenando la boquita contraria.


El rubio gimió al sentir el líquido caliente y lo tragó realizando una mueca de placer.


Se dieron unos momentos en silencio, TaeHyung esperó hasta que Koo se recupere de su orgasmo.


-TaeHyung...¿Lo que hicimos está bien?- Preguntó Jeon. La razón principal por la que visitaba al doctor Choi era su homosexualidad. Pero se agravió cuando el pelinegro le contó a su terapeuta sobre Tae.


TaeHyung se levantó para quedar casi a su altura -Por supuesto que está bien, ambos lo deseábamos-


Koo no pudo evitar sonreír y volver a besarlo. Se sentía tan feliz por haber dado ese paso junto a TaeHyung que le parecía casi increíble.


Poco a poco fueron quitando la ropa del contrario y cuando ambos cuerpos quedaron desnudos, el mayor alzó a Kim y lo llevó hasta la cama para depositarlo allí de la manera más gentil y amable que pudo.


Se volvieron a besar primeramente lento, Koo movió sus caderas para rozar su pene semi erecto con el ajeno, el cual estaba duro desde que comenzó a darle una mamada.


Koo descendió por el cuello, besando y chupando con muchas ganas hasta llegar a los pezones, dónde llevó el derecho a su boca para morderlo sin llegar a dañar.


TaeHyung le rogaba que no pare, le murmuraba que lo hacía muy bien iniciándole a seguir.


Jeon lo estaba disfrutando de la misma manera.


-Mhg, cariño...por favor- Rogó el rubio al sentir las caricias del mayor sobre sus piernas y muslos- Ya estoy listo, cógeme ahora-


Koo se separó apenas para mirarlo con duda -Debo prepararte, no quiero que te duela-


Tae mordió su labio inferior y lo obligó a cambiar de posiciones, quedando ahora él a horcajadas del pelinegro.


-No hace falta prepararme, mi cuerpo está listo para recibirte- Informó con lascivia y tomó con su mano derecha el miembro ajeno, lo alineó en su entrada y empujó hacía abajo para ingresarlo lentamente.


JungKook gruñó, se tensó, cerró sus ojos mientras la respiración subía de nivel. El calor de las paredes anales de TaeHyung sofocaba su pene, envolviéndolo y llevándolo casi a la locura.


Jamás sintió tanto placer y esto apenas comenzaba.


-Yo.. Yo creo que me vendré enseguida- Dijo casi temblando.


TaeHyung jugó con su cordura y comenzó a moverse de arriba hacía abajo. El pene ingresaba deslizandose sin problema alguno, dando fijo en su punto.


-Tan grande mi Kookie, tan perfecto- Gruñó Tae masajeando sus pezones sin dejar de saltar y moverse como un maldito profesional.


Siguió así, escuchando los gemidos del pelinegro y el sonido del choque de sus cuerpos.


-Dime algo..- Pidió el rubio sintiendo su orgasmo en la cúspide.


-Te amo- Declaró Jeon sin dudarlo- Eres lo mejor de mi vida-


Y bueno, TaeHyung esperaba que le dijera algo caliente como "se siente tan delicioso como tu culo se traga mi pene" o "voy a cogerte en todas las posiciones hasta el cansancio y despues despertarás con mi verga en tu boca".


Algo parecido, cosas que había esucchado en otras ocasiones. Pero no iba a quejarse, quería que JungKook lo amara.


Y cuando por fin los azotó el orgasmo, uno seguido del otro, TaeHyung dejó su cuerpo caer sobre el pecho de Koo para declararse también.


-También te amo, mi Kookie-


Y el momento hubiese sido perfecto de no ser por una interrupción. La madre de JungKook golpeó fuerte la puerta del otro lado y comenzó a dar insultos.


-¡JungKook! Maldito marica, tu padre se enterará de esto- amenazó la mayor sin dejar de propinar golpes y maldiciones.


Jeon sintió el miedo recorrer su cuerpo, no quería que TaeHyung salga lastimado ni herido. Sólo le preocupaba la reacción del rubio, aunque el menor no parecía inmutarse, al contrario se acorrucó en su pecho con intenciones de dormirse.


-Espera cariño, iré a hablar con ella - Dijo quitándolo suavemente de encima suyo. Salió de la cama y colocó sus pantalones algo rápido, pues su madre no dejaba de gritar.


Cuando se encaminó a la puerta para enfrentarla, TaeHyung habló.


-Tengo una mejor idea-Koo se giró y vió a Tae acostado de lado, con una mano sosteniendo su cabeza y la restante con una filosa navaja en lo alto.


-¿Amor....?- el pelinegro se acercó y tomó el arma, no quería que su ángel se lastime.


-Mátala Kookie, hazlo por mi- Pidió bajito y luego soltó una risita cuando el pelinegro asintió.


-Lo que sea por tí..- Susurró y se dirigió a paso firme hasta la puerta, la abrió e instantáneamente recibió un golpe de palma abierta de parte de su progenitora, luego otra hasta que reaccionó.


JungKook empujó el cuerpo de la mujer y luego clavó la navaja en el cuello, repitió la acción escuchando los llantos y pedidos de auxilio de su madre. No paró hasta que la femenina cayó al suelo, con sus manos tratando de frenar en sangrado pero siendo totalmente inútil.


La respiración de la mujer era cada vez más lenta, sus pulsaciones arritmicas y casi nulas.


-Es mejor no ser madre, que ser una madre de mierda- Gruñó y luego pateó con mucha fuerza el cuerpo de la mujer hasta que terminó con su vida.


-Cariño, vuelve a la cama - Pidió Tae, aún desnudo, desde el umbral de la puerta.


JungKook calmó su respiración, peinó su cabello hacía atrás y sonrió para darle una linda impresión a su amante. No quería que lo vea enojado, su Tae se asustaría.


Volvió hacía el rubio y se besaron hasta llegar nuevamente a la cama. Allí colocó al rubio boca abajo, levantó su cadera y se deleitó con el precioso trasero que se cargaba Kim.


-Cómete mi culo- Le ordenó y Jeon lo hizo sin rechistar, separó las nalgas, enterró su rostro en el ano y empezó a chupar la entrada con mucho placer -¡Oh, mierda si!- Gimió el menor y llevó su mano derecha hacía las hebras oscuras de Jeon y lo obligó a ir más profundo. Koo ingresó su lengua y la deslizó por las paredes anales, limpiando toda la zona.


El sonido de la puerta de entrada abrirse se escuchó, pero ellos siguieron en lo suyo.


TaeHyung gritaba, gemía y rogaba por más, y los pasos en la escalera eran cada vez más cercanos.


Escucharon los sollozos del señor Jeon al descubrir el cuerpo de su esposa sin vida en el pasillo.


Pero JungKook no abandonó su tarea hasta que TaeHyung se vino en un potente orgasmo manchando las sábanas.


-¿Te gustó?- Preguntó Koo sonando genuinamente preocupado.


-Mucho mi amor, lo repetiremos luego- Informó agitado- Ahora encárgate de tu papi, no quiero seguir escuchándolo. Me estresa-


JungKook asintió, besó la espalda baja de su angelito y se dirigió hacía su closet dónde tenía un bate de béisbol que le perteneció una vez a su abuelo materno. Lo tomó con ambas manos y se dirigió al pasillo. Su padre estaba allí con el cuerpo de su madre entre los brazos llorando como si hubiese sido el marido perfecto, levantó la mirada y observó a su hijo con mucha furia.


-Voy a matarte, hijo de puta- Amenazó el mayor y cuando quiso acercarse a JungKook, éste dió el primer golpe en la cabeza.


Su padre, mareado, lo golpeó en la mejilla pero sin mucha fuerza. Koo pudo oler el aroma alcohol que soltaba su progenitor.


El menor se estabilizó rápido y lo volvió a golpear en la cabeza, dos veces más hasta que cayó al suelo.


-¡Bien, Kookie! Tú puedes- Escuchó al menor desde la habitación y eso lo alentó a seguir golpeando, la sangre salpicaba en su rostro pero no paró hasta que el cráneo quedó destrozado.


Cuando frenó sus acciones, tiró el bate y comenzó a reír como desquiciado, se sentía libre al fin y no se arrepentía ni un poquito.


-Mmh, se lo merecía- Habló Kim y lo sintió envolver su cuerpo desde atrás- Ese hijo de puta arderá en el infierno, es una promesa-


Koo ladeó su cabeza y Tae lo besó lento. Perdido, JungKook no notó en que momento o de donde TaeHyung había sacado un arma de alto calibre y la dejó en sus manos.


-Sigues tú, mi amor- Pidió el rubio y Jeon se tensó.


-¿Qué?- Respondió titubeando, girando para quedar frente a frente suponiendo que su angel sólo estaba bromeando.


Tae se rió, cubriendo con su manito su propia boca.


-¿Quieres que estemos juntos hasta la eternidad?- Koo asintió sin dudarlo - Entonces debés suicidarte, amor. Ya quiero volver a casa, pero no sin tí-


Y un sinfín de preguntas se formularon en la mente del pelinegro.


Recordó las oraciones de su psiquiatra:


"TaeHyung no es real, sólo está en tu imaginación"


"No debés permitir que tome control de tu vida"


"Sufres de esquizofrenia"


Y como si el menor hubiese leído su mente, lo hizo, Tae habló nuevamente.


-Cariño, sólo porque tú puedas verme no significa que no sea real- Acarició la mejilla de Koo y dejó un besito en la nariz - Lo que hicimos fue real, lo que siento por tí también es real. No estás enfermo ni sufres ningún trastorno. Confía en mí-


Y TaeHyung, el nombre que eligió para presentarse ante Jeon, estaba siendo totalmente sincero.


¿Quién dice que el príncipe del inframundo no puede enamorarse?


Nadie, ni si quiera un demonio mayor era incapaz de sentir.


Siempre y cuando esa persona sepa deslumbrarte y eso es justamente lo que JungKook provocó en Lucifer.


En un principio, iba a devorar su infeliz alma. El pelinegro en su tristeza llamaba la atención de todos los demonios, cualquiera hubiese deseado alimentarse de él, pero el príncipe no permitió aquello y lo marcó como suyo.


TaeHyung ni si quiera tuvo que intentarlo, Koo tuvo confianza en él de manera instantánea. Como dos almas destinadas, aunque fuera increíble.


-Tú, eres el diablo disfrazado- No era una pregunta, JungKook lo estaba afirmando. Tal vez siempre lo supo, pues sucedían cosas por parte del rubio que eran inexplicables.


Ahora todas sus dudas tenían una respuesta concreta.


Kim asintió- Aunque prefiero que me digas angelito- acercó sus labios y volvieron a fundirse en un tierno beso.


Koo miró el arma en sus manos -Si me muero...-


-Me llevaré tu alma, estaremos juntos por toda la eternidad. Te haré feliz cada maldito día de mi vida y nunca nadie volverá a lastimarte- Terminó el demonio.


Y Jeon confío plenamente como siempre lo hizo, llevó su arma a la zona de su sien, quitó el seguro sin dejar de mirar al precioso ser que le sonreía y apretó el gatillo.


[...]


El pelinegro se despertó precipitado y observó sobre dónde se encontraba.


Una desconocida, pero cómoda cama con suaves sábanas de seda color negro.


Acarició con sus manos la tela y luego notó que estaba desnudo.


-¿TaeHyung? - Preguntó con cierto temor, las escenas de lo sucedido anteriormente llegando a su mente mientras trataba de asimilar todo.


Observó su alrededor y notó la tenue iluminación por parte de unas velas color rojo que se encontraban en el suelo.


¿Dónde demonios estaba?


Se levantó precipitadamente de la cama y en ese instante la enorme puerta de madera de caoba se abrió, llevó su mirada hacía allí y sonrió al ver a TaeHyung en el umbral con una bata semitransparente de color azul que llegaba hasta sus rodillas.


-Por fin despiertas- Dijo Tae con sus ojitos brillosos, había deseado volver a "casa" junto al humano hace tiempo y por fin se pudo concretar su deseo. Podría haberlo hecho sin siquiera pedir permiso, pero quería que la decisión sea por completo de Jeon. De todas formas lo hubiese esperado una eternidad...


El pelinegro corrió hacía él-¿Estás aquí? ¿Eres real?- Susurró deslizando sus manos por los brazos, para luego envolver al rubio.


Tae rió bajito -Soy real amor, estoy aquí. No te dejaré por nada en el mundo- acarició los cabellos azabache con mucho amor.


Koo se separó apenas -¿Mis padres...?-


-Ardiendo en las llamas del infierno, tal como te prometí cariñito-


JungKook le sonrió- Gracias por elegirme. Te amo tanto, estoy muy feliz- Exclamó eufórico y contagió de aquello al príncipe de ojos rojos, cabellos rubios y cara de ángel.


-Gracias por aceptarme-


JungKook negó y besó corto en los labios. Jamás podría cansarse de aquello.


-Luces como un ángel, caminas y hasta hablas como uno. No importa que seas el diablo, te amo con todo y tus demonios-Dijo lo último con cierta gracia para aliviar la tensión del momento. Ambos rieron a la par.


-¿Por toda la eternidad?- Preguntó el rubio.


El pelinegro lo tomó de los muslos y TaeHyung le envolvió su cadera con sus piernas.


El chico lo estampó contra la pared para besarlo como un desesperado, transmitiendole todo lo que sentía.


Cuando tuvieron que respirar, Jeon respondió- Por toda la eternidad-


Fin ✨


Espero que lo hayan disfrutado, tanto como yo disfruté escribirlo.


16 Juin 2022 14:26:42 3 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
55
La fin

A propos de l’auteur

Lis Kiddo Liskiddo ☘️

Commentez quelque chose

Publier!
Gricel Calero Gricel Calero
🥰🥰🥰🥰👍🏻👍🏻👍🏻👍🏻💜💜💜💜💜
October 25, 2022, 11:05
Yell~• Ol Yell~• Ol
ME ENCANTÓ 💞
August 05, 2022, 14:22
AL Ada Luz Cuba Cespedes
Amo todo lo que escribes😘
June 16, 2022, 14:30
~