-Maria el desayuno -dice una de mis hermanas.
-Maria plancha mi ropa -me ordena la otra.
-Maria...
Van ha volverme loca, me decía preparando el desayuno a una de ellas, mientras con la otra mano acababa de planchar esos pantalones.
Mientras...
-Maria, tienes que peinarme.
-Maria, maquillame.
-Una cosa detras de otra. Mientras una desayuna, yo maquillare a la otra y luego peinare a la que a acabado desayunar y viceversa.
-Lo queremos ya -me respondieron las dos.
Era para volverse locos, obedecía o me quedaba sin comer, todos los días igual hasta que una mañana...
...Mis ojos vieron un angel y ese angel no dejaba de observarme.
No era linda y no vestía bien, llevaba mis humildes harapos, zurdidos mas de 100 veces, no poseía joyas como mis hermanas, yo no poseía nada, que miraba aquel joven en mi, me entretuve mirándolo y ese fue mi castigo por llegar tarde.
Mi madastra me pegó hasta dejarme inconsciente y creyéndome muerta con ayuda de mis hermanas me lanzo por la ventana. Mi cuerpo golpeo varias veces la pared hasta estrellarse en el suelo.
Solo escuche unos gritos, unas risas y una voz que me susurro.
-Ya eres libre mi niña, pronto volverás a tu hogar y no como una criada sino como la señora qué eres.
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