M
Marina Flor


Diana Ballesteros es la nueva secretaria de los hermanos Gavilán. En su primer día le va algo pésimo, y uno de los hermanos le trata algo extraño. Aunque parece ser que la confianza incrementa entre ellos cada vez que hablan. ¿Será que Diana termina enamorándose en la oficina?


Romance Contemporain Déconseillé aux moins de 13 ans.

#interactivo #romance-dulce #novela-rosa #amor #cariño #triángulo-amoroso
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Café para los jefes


Mandaba ovarios que mi primera labor propia fuese llevar café a los jefes. Por lo demás, estuve todo el caluroso día escuchando a la señora Marple diciéndome como se colocaban los papeles, quizás mi mayor problema era como hablaba de mí. Me trataba como a una tonta, diciendo que no me culpaba sino entendía como funciona el orden por apellidos.

Así que ya me encontraba furiosa cuando fui a la máquina de cafés con dos tazas y les serví el líquido.

—Con poca azúcar morena —había pedido Pavel.

Así que eso fue lo que hice, coloqué un poco de azúcar en ambas tazas y los mezclé. Ya entonces me fui alejando de la máquina. Volví a la oficina de secretaria y caminé hacia el pasillo posterior, que tenía en la punta final dos puestas inscritas con: Pavel Gavilán y Darick Gavilán. Entré a la primera y allí estaban ambos hombres, hablando y sonriendo.

—Buenas tardes, señorita Ballesteros —me saludó Pavel con una sonrisa.

—Igualmente, señores Gavilán —contesté bastante seria—. Aquí les traigo sus cafés.

—Gracias —dijo bastante frío el hermano menor.

—Siéntese, por favor —en eso me señaló una silla.

“¡¿Qué?!” me gritó mi mente. No había pensado en que eso pudiese suceder, igual me senté bastante tensa, no sin antes dejar los cafés frente a ellos.

—Este es para ti —habló Darick—. Yo no bebo café.

—Perdón, no sabía —dije levándome y agarrando la taza.

Los nervios caldeaban hondo en mi pecho, no sabía que hacer a continuación. Ambos hombres me miraban en silencio, con sus ojos claros puestos en mí. Hasta que por fin Pavel tomó un sorbo y abrió sus labios.

—¿Cómo te ha ido en el trabajo?

—Siendo honesta, me imaginaba algo distinto.

—¿Cómo distinto?

—¿Cómo en cincuenta sombras de Grey o algo por el estilo? —preguntó el menor de los Abbey.

—No nada de eso —respondí rápidamente—. Encontrar algo así sería extraño, cuanto menos. Digamos que tiene que ver con la señora Marple.

—Ay, no te preocupes —dijo Pavel con una sonrisa—. Ella se irá pronto, gracias a Dios —susurró eso último, pero yo logré leer sus labios—. Lo que a mi me interesaba saber era sobre lo demás.

—Con lo demás estoy bien —y sino era porque había elegido trabajo pensando que sería como en las series dónde todo era color de rosas.

—¿Qué opinas de nosotros? —volvió a preguntar Darick.

—Esta es la entrevista más extraña que he tenido en mi vida.

—Perdón, mi hermano es demasiado intenso.

“No lo dudo" dije en mi mente.

—Puedes marcharte ya, no hoy problema ninguno.

Gracias, dije levantándome del asiento y volteando a verlos. Ambos eran físicamente similares, con los ojos grises, el pelo castaño y los labios rosados y carnosos. Por lo menos eran agradables a la vista, debido a que tendría que encontrarme demasiado con ellos durante los próximos años.

—Marcharte a tu casa —continuó Darick mientras me encontraba en la puerta.

—¿Estoy despedida? —pregunté. El pecho se me oprimió y empecé a perder el aire—. Les juro que hago lo que sea por conservarlo.

—La propuesta me interesa —contestó el menor.

—No, no estas despedida. Son las cinco, tu turno ha acabado —dijo el mayor con una dulce sonrisa—. El tiempo pasa volando, nos vemos mañana.

Una sonrisa de satisfacción se dibujó en mi rostro, por fin ya me podía alejar de la señora Marple e ir a casa.

—Hasta mañana, señores —les dije antes de irme del despacho.

Solo Pavel se despidió de mí, por que el otro había dejado pasar mis palabras. Era demasiado extraño y no sabía si llegaría a llevarme bien con él, aunque esperaba que sí. No estaba tan segura de lo horrible que podía ser tener de enemigo al jefe de la empresa.

Así, seguí caminando con una sonrisa en el rostro a la taquilla. Agarré mi cartera y me marché, tras despedirme de la anterior secretaria. Luego de que ella se fuese no tendría que dejar mis pertenencias en la otra habitación y las podría tener en mi oficina.

Por lo que me resultaba demasiado beneficioso que ella se fuese, y esperaba que eso pasase en menos de una semana. Salí de la empresa y me dirigí a mi auto.

Había pensado que a Martha le podría interesar que le contase sobre mi nuevo trabajo o quizás podía ir a casa y comer con mi hermano. Ambas opciones me resultaban alegres. Aún así terminé por decidirme ir a…


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2 Juin 2022 18:27 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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