A veces es conocido como
«Racha de mala suerte»
«Karma»
«Bloqueo de energías»
y qué más sé yo de lenguajes coloquiales.
No importa mucho el nombre que lleve
cuando sus efectos directos
y colaterales afectan al mismo ser.
Allí de pie con los ojos abiertos,
casi a punto de llorar.
No importa cuántas veces
intente sumar aquellos dolores
que arreciaron en mi pequeño mar;
que no importa si 1+1 da 3
si en mi interior se sentirá como 10.
Uno tras otro y otro más
heridas de espadas, martillos y cañón
solo logran ampliar más ese incurable,
irreparable dolor.
Aquel que incluso puede apagar la luz
de un corazón, como por muerte natural.
Un sufrimiento en etapa terminal.
Merci pour la lecture!
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