giancarlo Giancarlo Arguedas

La aburrida vida de un joven estudiante dará un giro total por las decisiones que toma durante su vida cotidiana. Justo cuando esa persona ha tocado fondo, su camino se cruza con un misterioso ser que le dará la oportunidad de corregir sus errores del pasado, pero ¿Cuál es el costo que deberá pagar?


Horreur histoires de fantômes Déconseillé aux moins de 13 ans.

#fantasmas #horror #psicológico
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Las decisiones del indigno.

Ah, otro nuevo día ha llegado, aunque ¿Está bien que diga que es nuevo?, es decir, sin haber salido de la cama soy perfectamente capaz de adivinar lo que pasará hoy. Estoy seguro que a ti también te pasa porque así es la vida, es como un comediante de un solo chiste, te hace gracia la primera vez, pero es lo mismo una y otra y otra vez hasta que te termina aburriendo. La vida, tan predecible, tan monótona, tan ¿Vida...?, ¿es esto vivir? Yo me niego a aceptar un sí como respuesta, debe haber algo más, no puedo parar de pensar en que cuando termine mis estudios iré a trabajar como un esclavo legalizado. Ese es el papel que me toca interpretar en esta obra de teatro a la que conocemos como vida, y también a ti, sin que a ninguno de los dos se nos haya preguntado si es eso lo que realmente queremos, quizás estés como yo, quizás más adelantado, pero todos llegaremos al mismo punto tarde o temprano, al punto de pensar... qué mundo tan grande y tan aburrido.


Pero eso no pasará, no conmigo, soy optimista y dedico cada uno de mis días a buscar sucesos interesantes, tal vez lo que busco no es de nuestro mundo. Es por esta misma razón quiero intentar algo en particular, aunque suene ridículo, quiero jugar a la ouija, pero debo de admitir que en el fondo soy tan sumamente escéptico que si nada pasara simplemente suspiraría y diría: “¿Por qué pensé que pasaría algo?”. En fin, la sesión que organicé se realizará el viernes 13 dentro de dos días, ya saben lo que dicen sobre esta fecha tan particular, si puede afectar en algo a la sesión, espero que sea algo negativo.


Jugaré con unos amigos, la sesión se hará en mi casa puesto que ellos dicen tener miedo de que los espíritus se queden atrapados en sus casas, atormentándolos... ¡Cuánto pagaría por ver eso! De cierta manera los envidio, desearía poder decir una frase tan ingenua desde el fondo de mi ser, decirlo creyéndolo de verdad, pero no es el caso.


Sé que pienso demasiado las cosas, sé que todos a mi alrededor desearían tener problemas tan insignificantes como para darse el lujo de quejarse sobre lo aburrida que es su vida. No menosprecio a quienes se esfuerzan en su día a día, solo soy un joven que quiere sentir un poco de emoción. ¿Tiene esto algo de malo?


Una vez dicho esto, es momento de definir qué hacer hoy, repasemos las opciones: seguir la rutina o... seguir la rutina. Hmm, interesante, creo que esta vez para variar seguiré la rutina. Intentaré preservar las emociones para la noche de la sesión.


Es de mañana así que, por ahora, debo prepararme para ir al colegio, será aburrido, pero al menos creo que podré pasarla bien con mis amigos. Actualmente estoy cursando mi último año de secundaria, por lo que si todo sale bien el próximo año debería de ingresar a la universidad. Wow, qué emoción… solo bromeo.


Después de comer el sabroso desayuno que me preparó mi madre, un par de tostadas y un vaso de jugo de naranja, me visto con mi uniforme y salgo a la calle, dirigiéndome hacia la estación de autobús. El colegio al que asisto se encuentra a unos 30 minutos de distancia desde mi casa, tiempo suficiente para fantasear un poco sobre los posibles acontecimientos que podrían ocurrir durante la sesión de ouija.


Una vez que he llegado al colegio debo de enfrentarme a la primera clase: Historia, porque, como dice el profesor, quien no conoce la historia está condenado a repetirla. Suena muy filosófico y todo, pero si tan solo supiera lo poco que nos debe de importar a todos. Sin embargo, cuando la clase parecía progresar de manera habitual sucedió una novedad, repentinamente alguien irrumpió la clase llamando al profesor desde la puerta del salón, este último salió de la clase por un momento y a los pocos minutos regresó, pero no estaba solo, entró con una chica. Ella tenía el cabello largo y liso de color negro, sus ojos marrones brillaban con intensidad, de complexión delgada y estatura promedio, pero resultaba un poco difícil detallar de mejor manera sus rasgos faciales porque la chica tenía la cabeza agachada mirando directamente hacia el suelo, parecía ser bastante tímida. La chica murmuró suavemente:


—Mi nombre es... Eveline.


Seguido de eso, el profesor explicó que era una alumna recién ingresada y que a partir de ahora ella formaría parte de la clase. Todos nos pusimos en pie y de manera sincronizada le respondimos:


—Un gusto, espero que te sientas bienvenida.


Demonios, sí que nos han entrenado bien, o debería decir ¿Educado bien? Es una raya muy difusa como para saber de qué lado estamos. La chica nueva se fue a sentar junto a otras compañeras, quienes la recibieron alegremente. Conforme avanzaba la clase, de vez en cuando yo volteé y noté que la chica nueva me miraba, pero en cuanto me daba cuenta desviaba la mirada hacia cualquier otro lado, ¿Me ha estado observando todo este tiempo o solo es una mala broma que me está jugando la mente? No sería de sorprender que fuera la segunda opción.


Al finalizar la clase teníamos un receso de veinte minutos, por lo que decidí ir a un lugar un poco apartado, allí no solían ir los demás estudiantes y había una banca a la sombra de un árbol, era perfecto para sentir la tranquilidad que solo el silencio puede ofrecerte, pero en ese momento y para mi sorpresa, apareció la chica nueva.


—H-hola —dijo tímidamente.

—Hola —le respondí amablemente.

—Solo quería informarte que al finalizar la última clase habrá una reunión de bienvenida para que no te la pierdas.

—Oh, ya veo. Gracias por avisarme.

—Ah, también quería preguntarte ¿Si te molestaría hablar conmigo esta noche por una llamada online? —preguntó la chica mientras balanceaba su cuerpo levemente.

—¿Hablar? Claro... ¿Por qué no? —contesté, aunque me sorprendía que me buscará a mí específicamente.

—Genial, te llamaré entonces —dijo alegre después de intercambiar nuestra información.

—De acuerdo.


Justo cuando pensé que ya se iba, extrañamente la chica nueva se quedó de pie mirándome en silencio, parecía estar esperando algo... La situación era cuanto menos curiosa, pero al cabo de unos segundos solo se despidió y se marchó de forma apresurada. El resto del receso estuve pensando si acaso yo estaba haciendo algo mal ya que ese comportamiento me parecía raro o ¿Será que estoy pensando demasiado las cosas, como de costumbre, y en realidad yo soy el único raro?

Al finalizar la última clase me disponía a irme a casa, pero un amigo me detuvo.


—Oye, ¿No irás a la reunión? —preguntó seriamente.

—No. Ya sabes cómo son esas cosas: “oh, encantado de conocerte, espero que podamos ser buenos amigo, blablabla...”, prefiero aprovechar ese tiempo en intentar conseguir el tablero de ouija.

—¿Seguro que no quieres ir? Esa chica es nueva y creo que este tipo de asuntos son importantes para que se incorpore con comodidad a la clase.

—¿Piensas que la reunión será peor únicamente por mi ausencia? Para eso están el resto de los 26 estudiantes que conforman la clase, ni siquiera notará que no fui.

—Veo que no lograré convencerte, así que al menos espero que consigas ese tablero de ouija, la sesión será el viernes, no lo olvides.

—Vaya, vaya, yo pensé que te asustaba ir y en realidad pareces estar incluso emocionado.

—Oh, cállate, nunca dije que me asustaba.

—En fin, no quiero perder más tiempo así que por hoy me despido —finalicé mientras me marchaba.


Tras abandonar el colegio, me dispuse a intentar conseguir el tablero de ouija, pero no hubo suerte, pensé que sería más fácil... demonios. Al llegar a casa, subí a mi habitación y me recosté en la cama de espalda mirando directamente hacia el techo. En ese momento, mi madre entró y me preguntó si podría acompañarla esta noche a hacer las compras, la idea no me gustaba para nada, pero tampoco quería decirle que no de una manera tan descortés, por lo que se me ocurrió decirle que estaría bastante ocupado con un asunto del colegio, insistió varias veces, pero a fin de cuentas cedió a ir sola, menos mal.


Sin darme cuenta caí dormido y para cuando abrí los ojos el reloj marcaba las 17:00, me levanté rápidamente y encendí la computadora porque hace una hora se debió de haber transmitido el nuevo capítulo de una serie online que estaba siguiendo, al cabo de un rato lo encontré. Para cuando terminé de ver la serie eran las 18:15, ya el sol había desaparecido del horizonte. Justo cuando estaba por apagar la computadora recibí una llamada online, era la chica nueva o, mejor dicho, era Eveline. Por poco lo olvido…


Cuando estaba por responder, mi madre tocó la puerta de mi habitación para avisarme de que se ya se iba de compras, me sentía mal, es decir, mi madre pasaba bastante ocupada durante el día con asuntos laborales y el único tiempo que tiene libre lo usa para las ocupaciones del hogar, normalmente la acompaño a realizar las compras, pero hoy y solo hoy prefiero quedarme en casa, de todas maneras en cierto sentido no mentía, también estaré ocupado, si es que hablar con una compañera recién llegada cuenta como asunto escolar.


—La próxima vez prometo acompañarte —le dije finalmente.


Cuando escuché la puerta principal de la casa abrir y cerrar respondí la llamada.


—Disculpa las molestias —dijo Eveline iniciando la conversación con un tono algo apenado.

—No te preocupes —le respondí tratando de reconfortarla.

—¿Fuiste a la reunión? No me pareció verte por ninguna parte.

—Ah, sí, por supuesto, lo que pasa es que me gusta mantenerme al margen, ya sabes, prefiero pasar desapercibido.


Mentí, sí, lo hice, pero prefiero eso antes que quedarle mal en el primer día de haberla conocido.


—Ya veo —respondió la chica alegre creyendo totalmente mi pequeña mentira.

—Y bien, ¿De qué querías hablarme? —pregunté para intentar cambiar de tema.


Al final pasó alrededor de una hora y media antes de acabar la llamada, primero me preguntó sobre el programa de estudios y el colegio, por lo que la puse al tanto de todo, después hablamos sobre todo menos el colegio, en realidad era una chica muy agradable y me sentía familiarmente cómodo hablando con ella. Tras finalizar la llamada y despedirme de Eveline, miré el reloj y este marcaba las 20:00, salí de mi habitación para buscar algo de comida, mientras paseaba por los pasillos había un gran silencio en la casa, un silencio terrible.


—¿Madre? —pregunté al aire.


Mi voz resonó e hizo eco por toda la casa, sin embargo, no hubo respuesta alguna. La busqué en su habitación, pero no había nada más que oscuridad dentro, seguidamente busqué en la cocina, nada, en el salón, nada. ¿Aún no ha regresado? Eso es extraño. Tenía una sensación incómoda que presionaba mi pecho, bajé por las escaleras al primer piso de la casa y me senté en uno de los sofás de la sala de estar para esperarla, pero antes de darme cuenta caí dormido. Un agudo sonido me despertó, al principio estaba confundido, pero al cabo de unos segundos y tras bostezar pude reconocer que en realidad era el sonido del teléfono, me levanté del sofá y me dirigí hacia él, respondí la llamada y al otro lado de la línea sonó la voz de un hombre.


—¿Es esta la residencia Adams? —dijo ese hombre con un tono de voz serio.

—Correcto, ¿Quién lo pregunta?

—Soy el médico Will, debo informarle que la señora Lisa Adams se encuentra actualmente internada debido a que fue atacada por un arma blanca, por lo qu-

—¡¿Que mi madre qué?! —reaccioné exaltado.


El médico me dio la dirección del hospital e inmediatamente salí corriendo lo más rápido posible, al llegar hablé con los médicos, me dijeron que la herida era bastante grave y no sabían cuando despertaría. Me sentí devastado, pero por alguna razón no fui capaz de llorar ni nada, los médicos me miraron extrañados por mi estado de calma, dijeron que yo estaba en estado de shock, pero yo sabía que no era así, era como si algo dentro de mí estuviera devorando cualquier emoción. Sin nada más que hacer regresé a casa, al abrir la puerta sentí un ambiente terriblemente pesado y el aire a mi alrededor era helado, tanto que me erizaban los vellos de la piel. Solo me quedaba esperar... Mañana será otro día.

Ya una vez había salido el sol, decidí ir al colegio de todas formas, ya que nada de lo que hiciera cambiaría la situación en la que estaba mi madre. Al llegar a la clase me senté en donde siempre solía hacerlo, mi cabeza dolía y mi mirada se nublaba.


—¿Estás bien? —me preguntó uno de mis amigos al notar mi claro malestar.

—¿Yo? Ah, bueno...


En ese momento, entró Eveline a la clase tan feliz como cuando nos despedimos ayer por la noche, con esa actitud tan despreocupada que sin darme cuenta me había empezado a molestar profundamente.


—Tú... —dije mientras me levantaba de mi asiento.


Todo esto es tu culpa, ¿Por qué tenías que aparecer en mi clase?, ¿por qué tenías que hablarme a mí?, ¿por qué acepté? Sin darme cuenta estaba frente a ella, estaba fuera de mí mismo, le estaba gritando, pero no podía escuchar mi propia voz, solo podía ver como sus ojos se llenaban de lágrimas hasta que salió corriendo fuera de la clase, en ese momento mis amigos me arrastraron a un rincón del salón.


—¡¿Qué demonios te pasa?! —preguntó uno de mis amigos enfadado.

—Yo... es solo que no me siento bien —dije débilmente mientras reposaba mi cabeza en la palma de mi mano.

—¿Eso que tiene que ver? Eres un idiota, ¿Qué te ha hecho ella? No has ido a su reunión y ahora esto...


Desvié la mirada avergonzado.


—Me iré a casa, por favor discúlpate con ella de mi parte.

—¿Crees que eso servirá de algo? —dijo mi amigo mientras me daba la espalda y se alejaba.


Mientras regreso a casa me doy cuenta de lo idiota que fui y de lo sumamente vulnerable que estoy, fue un golpe de vuelta a la realidad. Cuando llegué a casa le envié un mensaje a Eveline para disculparme, tenía su número porque ella me lo había dado la noche anterior.


Ya ha anochecido y Eveline no me ha respondido, no me sorprende para nada. ¿Cómo podré verla mañana a la cara? No quiero dejar las cosas así... Mañana será otro día.


La alarma empezó a sonar, la noche pasó en un abrir y cerrar de ojos, no fui capaz de dormir en lo absoluto pensando en qué le diría o cómo actuaría frente a ella, lo mejor será simplemente dejarme llevar y ser completamente honesto con lo ocurrido. Ya era hora de irme, podía tomar el autobús, pero preferí ir caminando para sentir que el tiempo pasaba más lentamente. Estaba a las puertas del colegio, temblaba sin darme cuenta, cuando entré a la clase todos me miraron con repudio, traté de evitar esas miradas y busqué a Eveline, pero no estaba por ninguna parte. Sé que lo que hice está mal, pero ¿En verdad fue tan malo? No soy capaz de recordar lo que dije. Tal vez yo no lo recuerde, pero todos lo demás sí, le pregunté a mi amigo y me dijo:


—“Quisiera ver a tu madre morir para saber si seguirías tan alegre”. Eso es lo que dijiste, idiota.


Seguido de eso me explicó que Eveline era huérfana, sus padres habían muerto hace menos de un mes, sus padres que eran todo lo que le quedaba.


—¿Por qué no lo sabía y tú sí? —pregunté confundido.

—Ella lo dijo en la reunión de bienvenida, la cual ignoraste por ir a conseguir el estúpido tablero de ouija para la supuesta sesión de hoy, ¿Recuerdas?


Me sentí tan impotente, todo esto sucedió porque no pude aceptar que yo era el único responsable de la situación en la que estaba. Fui incapaz de sentir tristeza por el accidente que sufrió mi madre porque mi remordimiento solo me indicaba que fue mi propio egoísmo quien la puso en esa situación. Me fui angustiado del colegio en ese momento, ignorando las demás clases.


De vuelta en casa seguía sin recibir noticias de mi madre y tampoco tenía una respuesta de Eveline. ¿Cómo en tres días pude arruinar tanto mi vida?, ¿qué clase de persona soy? Si alguien escuchara mi situación seguro que pensaría que se trata de una historia que contarías en un campamento frente a una hoguera, no los culpo, aún espero despertarme y darme cuenta de que solo se trata de una pesadilla, pero no, no cuento con esa suerte. Mañana será sábado, un fin de semana me vendrá bien para intentar procesar todo esto... Mañana será otro día.

6 Mars 2022 01:01 1 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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À suivre… Nouveau chapitre Toutes les semaines.

A propos de l’auteur

Giancarlo Arguedas Escritor novato fanático de la fantasía. Espero que disfrutes de mis historias cargadas de acción y drama. Contacto: [email protected]

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Fantasma Escritor Fantasma Escritor
Me gustó el cuento de terror, aquí la lección es: No sabes lo que tienes, hasta que lo pierdes felicidades.
March 06, 2022, 03:13
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