athanatos Αθά νατος

Preguntas sin respuesta que podrán ser respondidas, destinos confirmados y mucha alegría. La perfección del Paraíso permitió dejar atrás el dolor, mas no los recuerdos del pasado doloroso y lejano. Incluso en el Paraíso hay historias que se pueden contar. Incluso en el Paraíso hay anécdotas que contar. Todos sabemos que cada habitante del paraíso que es el universo es eternamente feliz, pero... ¿cómo eran las vidas de algunos de aquellos que ahora son tan felices antes de que el dolor y el sufrimiento dejaran de existir en su universo? Se recomienda leer primero Costumbre gemelar.


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Primer capítulo: En aquel paraíso

Notas de autor: Hasta ahora, LOMDR ha sido mi mejor historia, pero… debo superarme a mí mismo. Aclararé que, cuando algo está a años luz, nosotros no lo podemos ver en su estado actual, sino que vemos ese algo en el estado en el que estaba hace años. Si una estrella está a mil años luz de la Tierra, la veremos como estaba hace mil años, y no como está actualmente, pues los años luz son una medida de distancia, y no de tiempo. El hombre primigenio no vería esa estrella como estaba hace mil años si quisiera verla como está ahora, y es eso lo que hacen con todo las personas primigenias, pues es mejor ver algo como está actualmente que verlo como estaba hace mil años. Aclararé también dudas que han podido surgir a raíz de leer mis historias anteriores. Con respecto al asunto reproductivo, los primigenios completos lo único que hacen es poner una copia de todo el código genético que ellos tienen disponible de forma natural en las células encargadas de la fecundación. El varón decide cómo actuará un espermatozoide cuando entre en contacto con un óvulo justo antes de haberlo creado. Lo mismo sucede con los óvulos de las mujeres primigenias completas. Entre la información que dos primigenios completos de sexo opuesto pueden mandar se halla la relacionada con el género. Un primigenio completo debe decidir tanto el género de su descendencia como el número de células creadas para la fecundación que dará paso a la creación de una nueva vida. La información genética transmitida en las células formará un feto que se desarrollará de acuerdo a la probabilidad. El material genético que sea más probable que se manifieste en los talentos, en el físico y en la personalidad de un nuevo individuo será resultado de la probabilidad. Como toda la familia White que conocimos en la primera generación, es decir, la conformada por Sarah, Robert, Adam e Eve, tiene una probabilidad del setenta por ciento de poseer la “belleza” física que la mayoría del mundo consideraría la idónea, los gemelos White tendrían un setenta por ciento de probabilidades de transmitir su “belleza ideal” a toda su descendencia al crear espermatozoides y óvulos respectivamente a voluntad, pues su descendencia sería muy probablemente muy similar a ellos. Adam e Eve no deciden si sus hijos van a salir rubios o morenos poseyendo genes primigenios en su versión de primigenios completos. No hacen bebés a la carta. Sólo controlan los pocos detalles que es necesario controlar para poder usar de forma efectiva y sencilla su poder de creación de células de reproducción sexual. Cabe destacar que el varón sigue siendo el único que aporta el cromosoma Y, por lo que sigue siendo el que determina el género de la descendencia. Los primigenios completos no desbloquean hasta haber alcanzado la plenitud psicológica y biológica la perfección moral. Ellos obtienen la perfección como fruto de una mente perfecta en la que no cabe el error. Esa mente se obtiene al saber usar plenamente las capacidades infinitas de dicha mente, las cuales se usan plenamente a partir de los 21 años de edad. Antes de eso, los primigenios completos siguen pudiendo equivocarse, muy poco, pero siguen pudiendo equivocarse. Son cuidados y controlados por los primigenios completos que ya tienen 21 años de edad o más años de edad los que aún no han alcanzado la plenitud que otorgan los 21 años. El poder creador de los primigenios completos se va desbloqueando conforme van creciendo. Un niño pequeño que sea primigenio completo no podrá destruir el universo con un pensamiento ni aunque lo intente, pues nunca podría acceder a esa capacidad adquirida por medio del poder de hacer realidad cualquier pensamiento. Además, viniendo el mal de fuera, los moralmente imperfectos no pueden pensar en pecar, pues no poseen maldad en su interior y no hay nada que les susurre algo malo, puesto que, tanto si hay espíritus malignos como si no, que no los hay en el cosmos posterior al reinicio, no hay algo maligno que tenga acceso al mundo habitado por el hombre primigenio. Lo siguiente que debo explicar es que, después de encarnar, todas las sombras habían adquirido un cuerpo humano y el obsequio de llegar a convertirse en personas primigenias completas tras la resurrección de todos los hombres del planeta Tierra. El Caído es actualmente tan perfecto moralmente como lo son los portadores de los fragmentos del Invicto. Debo explicar que Athena y los otros miembros de la familia de Adam e Eve pasaban tiempo en otros países siendo los ejecutores de la voluntad de los rubios de ojos verdes que controlaban el mundo. Athena tuvo que asesinar a un presidente chino y a todos sus seguidores por hacer sufrir mucho a la población con demasiados impuestos y con jornadas de trabajo abusivas de hasta sesenta horas semanales, así como elegir al próximo gobernante y usarlo como si fuera una marioneta, pues era recomendable que los gobernantes falsos fueran personas que fueran conocidas en el país para que casi nadie sospechara que eran sólo marionetas. Hay que añadir que las religiones que habían estado metiéndose en la vida de las personas, quitándoles así su libertad, habían sido relegadas a ser parte del ámbito privado, pues estaba estrictamente prohibido predicar una religión con la intención de convertirla en una religión poderosa que influyera en la creación de las leyes de forma directa o de forma indirecta. Estaba penado cualquier intento de convertir la religión en un medio para revertir los cambios hechos en el país en cuestión o en un medio para controlar a las masas. Si se demostraba que alguien estaba practicando en su hogar una religión por ser obligado a hacerlo por otra persona, se tomaban las medidas necesarias para dar libertad y seguridad a la persona afectada negativamente, y lo mismo se aplicaba a cualquier ideología que se metiera en la vida de las personas. Por cierto, eso de que una espada hecha de un metal divino sea mucho más dañina que una espada hecha de un metal normal es sólo marketing. Me voy a explicar bien de inmediato. Tanto la madera como el diamante harían el mismo daño si compusieran una lanza de dos filos. La única diferencia sería que la lanza de diamante tendría mayor durabilidad que la lanza de madera. La de madera se podría llegar a astillar en alguna batalla, y eso causaría más daño que el que causaría una lanza de diamante, la cual no se rompería fácilmente y, por ende, no se astillaría. La resistencia del material y la menor necesidad de mantenimiento son las únicas ventajas ofrecidas por una lanza de diamante con respecto a una lanza de madera. Además, una lanza hecha de un solo material estaría muy desequilibrada. Cualquier arma debe estar hecha de diferentes materiales para poder estar equilibrada y así funcionar correctamente. Un cuchillo con empuñadura de diamante no estaría equilibrado. No se puede atravesar el cráneo de una persona con una flecha, pues nadie podría dispararla con la suficiente fuerza como para conseguir eso, y que la flecha fuera de titanio o de diamante no cambiaría el resultado ni lo más mínimo. Atravesarle el cráneo a alguien con un cuchillo es imposible también. Acuchillar a una persona en la cabeza sería perder el tiempo. Hay que añadir que un arma que use el plástico en lugar de la madera como material no serviría, pues el plástico es demasiado ligero. No puede servir para atravesar a alguien con un arma que se pueda lanzar porque esta necesita peso para poder atravesar al objetivo. Sin el peso suficiente, una lanza no podría atravesar a una persona. Tanto el plástico como el metal pueden cortar de una manera muy efectiva, pero ambos tienen propiedades muy diferentes. Las armas se hacen en la actualidad de los materiales que vemos que las componen por una buena razón. Las balas son de plomo porque el plomo es tóxico. Cuando se introduce en el cuerpo una bala, esta comienza a contaminar la sangre de la persona que la ha recibido. Dicha persona morirá al cabo de unas horas intoxicada por el plomo si no se le saca la bala, incluso si logró sobrevivir al disparo y no se ha desangrado hasta fallecer. A continuación, explicaré que el magnetismo sólo puede atraer o repeler aquello que posee masa magnética. Si algo carece de masa magnética, no habrá un campo magnético que pueda interactuar con el de aquello que esté emitiendo dicho magnetismo. Salvo lo relacionado con la familia de Adam e Eve y lo relacionado con el magnetismo y el asunto de las armas, todo lo demás es importante para la historia que voy a contarles a ustedes. El tema de las armas y el tema del magnetismo guardan relación con una posible historia posterior.

Primer capítulo: En aquel paraíso.

Las estrellas resplandecían en aquel oscuro cielo de aquel mundo libre de toda maldad. No existía el dolor y todo el planeta estaba a una agradable temperatura de veinte grados Celsius. La luna llena iluminaba el oscuro cielo nocturno y los animales dormían tranquilos, estando incluidos los que, en el mundo imperfecto, habían sido animales nocturnos. Leves brisas recorrían el aire con gran delicadeza y sin afectar a la temperatura. El agua fresca, mas no fría, de los océanos, los lagos, los ríos, los arroyos y los pantanos contenía mucha vida, vida inofensiva que sólo hacía bien al resto de la vida. El silencio no reinaba en la noche porque hubiera silencio realmente, sino porque los poderes de creación de zonas espacio-temporales de las personas primigenias completas estaban logrando su propósito. Habían transcurrido seiscientos billones de años desde el reinicio del cosmos.

En la cima del monte Olimpo, en el centro de dicha cima, dos rubios, los lobos gemelos de fuego, se besaban los labios con amor y ternura infinitos y con pasión y locura crecientes mientras el mayor de ellos se disponía a salir del interior de la menor de ellos, lo cual hizo de inmediato, pues su poderoso miembro estaba satisfecho, al igual que la ardiente cavidad cavernosa de la rubia a la cual él adoraba con todo su ser primigenio. Eve sonreía felizmente con un sonrojo insuperable en los labios mientras todo el semen de su amado, que superaba los tres litros, salía de su vagina sin parar, manchando el suelo rocoso conforme iba haciéndolo. Los flujos vaginales salían también en cantidades exageradas, encharcando rápidamente el suelo que había bajo el cuerpo de la rubia menor, quien sólo abrazó la cintura de su amado esposo con mucha gentileza y con algo de fuerza mientras se disponía a besarlo en los labios con sus ojos clavados en los de él.

—Adam, eres mi vida. ¿Has disfrutado esto tanto como yo? ¿Cuánto lo has disfrutado?—Dijo Eve inmensamente estremecida e inmensamente feliz estando a dos milímetros de los labios de su amado, quien estaba sobre ella con ambos apuntando hacia el norte, y no hacia el sur, con la cabeza.

—He disfrutado esto inmensamente. Has sido increíblemente linda e increíblemente ardiente. Has apretado con todo tu cariño, como si abrazaras mi pene no deseando que escapara, y has sido muy besucona. Eres tan linda siempre, mi bella hermana—Respondió Adam con calidez y ternura infinitas en la sonrisa y en la mirada mientras mostraba un estremecimiento que era cada vez mayor, a cada nanosegundo que transcurría mayor—¿Tú cuánto has disfrutado esto?

—Adam, yo… sentía tu deseo de permanecer en mí y tus besos, tus abrazos, tus caricias y tu ternura. Tu forma de llenarme de semen era tan tierna y tan intensa. No parabas de moverte como si quisieras hacerme tuya de una forma tierna y salvaje. Eras un romántico y cariñoso macho en celo. Disfrutabas decirme palabras lindas y muy románticas mientras usabas mi vagina como te placía, lo cual… ¡puedes hacer siempre que quieras! ¡Mi vagina, al igual que todo mi ser, te adora infinitamente mucho más que nunca hasta justo ahora y jamás de los jamases y nunca de los nuncas dejará de amarte como lo hace!—Respondió Eve muy estremecida, tanto como su gemelo, liberando ese estremecimiento justo después de la pausa—¿Qué más has disfrutado durante nuestro encuentro, mi lobo alfa?

Ambos hermanos estaban inmensamente sonrojados y esperaban y deseaban darse otro apasionado beso con lengua de los suyos.

—¡Pude disfrutar tanto tus besos, tus miradas, tu vagina apretada y cariñosa que sólo buscaba que la llenara de semen y tu cariñosa y sensible piel, my beloved and perfect Eve! También disfruté muchísimo tus caricias y tu sonrojo mientras gemías, chillabas y gritabas con tanto amor y con tanta pasión. En serio, mi bella Eve, debes controlarte o terminarás teniendo que obedecerme en todo por ser una mujer tan tentadora y tan dulce, y, si te preguntas si esa obediencia incluirá abrirte de piernas para que pueda llenarte mientras chillas y gritas como una condenada, ya te digo que la respuesta es “Sí”—Respondió Adam a su amada hermaesposa disponiéndose a besarla en los labios justo al final.

Nada más comenzar a besar los labios de su amado, este introdujo en su boca la lengua de forma repentina, causando que la rubia menor comenzara a enloquecer por causa del amor romántico y de la ternura que sentía por causa de su amado y que este le causaba con cada acción suya. La rubia menor comenzó a responder al cruel y despiadado ataque de la lengua de su amado esposo con su lengua, la cual era igual de cruel y despiadada. Una brutal y sanguinaria batalla de lenguas comenzó y ambos gemelos, completamente sonrojados y completamente perdidos en los ojos de la otra persona, fueron con estremecimiento creciente y ya muy intenso hacia el punto de no retorno cerrando sus ojos para quedarse en ese universo que sólo permitía que existieran ambos en él. La pasión, la ternura y la dulzura de las caricias mutuas sólo crecían más y más, así como las del beso que se daban ambos salvaje y tiernamente. Las caricias de Adam a la cintura y a las caderas de Eve aumentaban su intensidad cada vez más, causando en la rubia menor una locura sin límites que ella no podía controlar. Las caricias de Eve a la cintura, las caderas y la espalda de su amado tampoco se detenían y no dejaban de incrementar su intensidad a medida que seguían siendo dadas por la rubia menor al rubio mayor. Una hora después, estando ambos gemelos satisfechos, pusieron ambos al mismo tiempo fin a su beso, quedando sólo un hilo de saliva uniendo ambas lenguas, el cual se deshizo al cabo de unos pocos segundos. Adam e Eve abrieron los ojos con sus barbillas manchadas por la saliva que había formado un puente entre aquellas dos bocas tan enloquecidas y tan enamoradas.

Tanto la ardiente mirada de Adam como la ardiente mirada de Eve se buscaban todo el tiempo, pues se necesitaban más y más a cada nanosegundo que transcurría. Cada beso era mejor que cualquier beso del pasado porque no debía haber pausas, puesto que todo el oxígeno que los gemelos rubios de fuego necesitaban lo creaban en su interior de forma automática todo el tiempo.

—No sólo compartimos la matriz durante nueve meses. También salimos de la misma célula fecundada. Tú y yo estábamos hechos para estar siempre juntos. Tú y yo… fuimos hechos para amarnos hasta el final de nuestros días, my… fair… lady—Dijo Adam con calidez y ternura infinitas mostrando una sonrisa infinitamente cálida e infinitamente tierna y estando tan sonrojado como era posible estarlo.

—¡Soy your fair lady, your fair lady! ¡Your fair lady está muy feliz por haber podido casarse contigo y darte una hija. Your fair lady siempre te considerará la persona más importante de su vida y siempre estará a tu lado cuando lo necesites. Siempre lo vas a necesitar, así que siempre voy a estar a tu lado, my beloved Adam!—Exclamó Eve tan estremecida que no pudo evitar colocarse sobre Adam con un movimiento tan veloz como la luz misma—Ahora… your fair lady quiere decirte que tú la hiciste gozar tanto con todo tu ser y con todos tus actos que podría pedirte en cualquier momento que la “violaras” sin ninguna compasión. Yo nunca me opondría a ti, my beloved and perfect Adam, my goodlooking gentleman.

Eve acercó sus labios a los de Adam velozmente hasta quedar estos a un milímetro de los de ella. Si hablaba, acariciaría los labios de él, como a él tanto le gustaba.

—Juntos desde antes de nacer y juntos ahora, amado mío. Mi amado Adam, dime qué quieres hacer conmigo en este preciso instante. Dímelo como tú prefieras hacerlo. La luna nos ilumina con la luz prestada por el sol. Es una noche llena de luz y belleza, siendo tu belleza la mayor de todas, ¡mi amado Adam, mi apuesto caballero!—Las palabras de Eve contenían estremecimiento contenido y alegría, y ambos se hallaban en grandes cantidades dentro de la rubia menor—Yo soy la luna y tú eres el sol, y yo no sé qué haría sin tu luz y tu calor.

—¡Ni yo sé lo que haría sin tu luz, tu calor y tus besos! ¡El día que nacimos, nunca imaginé que llegarías a ser tan importante para mí, mi bella dama!—Exclamó Adam tan estremecido como su amada hermaesposa disponiéndose a besarla en los labios con lengua nuevamente con un salvajismo y una ternura descontrolados, pues un descontrol romántico escogido seguía siendo propio de una conducta perfecta.

Adam sacó seis brazos de repente y, teniendo ocho brazos en total, hizo que los ocho tuvieran en la palma de la mano bocas iguales a la de su dueño. Habiendo una boca por mano que no llegaba a ninguna parte pero sí funcionaba como su propia boca, el rubio mayor sabía que aquello iba a volverse muy salvaje y muy ardiente.

Adam alteró la realidad para quedar como antes de que Eve usara la velocidad de la luz para dejarlo debajo, pues la necesitaba debajo de su cuerpo e indefensa. Teniéndola a su merced, Adam le mostró todas las palmas de sus manos para que viera con todo lujo de detalles cómo todas y cada una de ellas se relamían los labios lentamente.

—A-Adam, me encanta que hagas eso. No me lo esperaba, pero… ahora que tienes ocho manos y nueve bocas, ¡hazme tuya como todo un macho alfa! Yo… soy tu loba, tu hembra, hazme tuya para satisfacer todos tus deseos carnales y románticos con todo mi… ¡ser!—Dijo Eve deseosa hasta más no poder y estremeciéndose más y más a cada nanosegundo que transcurría por estar debajo de su amado teniendo este tantas manos y tantas bocas.

—Yo deseo complacer a mi hembra, así que haré todo lo que ella desee—Dijo Adam con mucho estremecimiento contenido, tanto como el estremecimiento que Eve sentía en aquel preciso instante, mirando fijamente esos ojos que tanto adoraba románticamente y esos labios que tan adictivos eran para su persona.

—Pues tu hembra quiere obedecerte en todo, incluso si eso significa que la muerdas todo lo que quieras para que se mire en el agua y recuerde dónde la mordiste. Tienes nueve bocas. Usa todas para que gima para deleitar tus oídos y yo… sólo tendré la opción de obedecer, my beloved Adam. ¡Te adoro tanto, amado mío!—Respondió Eve deseando provocarlo más para que, cuando llegaran a las caricias, él hiciera con ella todo lo que su corazón deseara, incluso si babearla entera era uno de sus deseos.

—Eres hermosa y voy a hacerte gemir, chillar y gritar por provocadora. Te daré todo mi líquido caliente para que te sientas inmensamente feliz habiendo recibido lo que te merecías por haberme provocado tanto, my… fair… lady. Voy a hacerlo con gentileza y con ternura, pues sé que amas la ternura y disfrutas la gentileza. Te adoro tanto, mi bella Eve, hermanita mía. Eres mía y sólo mía, y yo soy tuyo y sólo tuyo. Vamos a hacer el amor seis horas más, así lo habremos hecho toda… la noche—Dijo Adam habiendo enloquecido hasta un punto en el que, si besaba a su amada, ya no habría vuelta atrás.

—¡También yo estoy en celo! ¡Hazme lo que quieras de una vez! ¡Bésame aunque sea! ¡Seré sumisa ante ti!—Exclamó Eve encharcando el suelo que había debajo de ella y de su hermano con mirada de amor romántico, ternura y deseo sexual mezclados.

—Como diga mi hembra juguetona y hermosa hasta más no poder—Dijo Adam conteniendo su estremecimiento y canalizándolo en el inicio de un salvaje beso justo al final de la palabra “Poder”.

El beso de Adam comenzó a sacudir el interior de Eve sin necesidad alguna de usar la lengua el rubio mayor, mas, cuando la lengua del lobo de fuego mayor entró en la boca de la loba de fuego menor, ambos animales comenzaron a besarse en los labios con sus lenguas combatiendo con tanta locura y tanta pasión que era imposible detenerlos. Ellos cerraron los ojos y se dejaron llevar entre caricias cuya intensidad aumentaba a cada nanosegundo que transcurría más y más y que eran recíprocas. Eve estaba enloqueciendo hasta el punto de encharcar todo alrededor de su cuerpo y del de su hermano ya y su beso era tan salvaje que el propio Adam estaba muy sorprendido por ese motivo. Incrementando el rubio mayor su salvajismo hasta igualar el salvajismo de su esposa fue como toda la situación se volvió mucho más ardiente que todas las otras situaciones juntas.

Seis horas y treinta y cinco minutos después, un charco de fluidos mezclados de un metro y medio de largo y de ancho estaba alrededor de los gemelos White y debajo de estos. Adam estaba con la cabeza acurrucada por el lado izquierdo muy gentilmente sobre los senos de Eve, los cuales estaban babeados hasta más no poder, al igual que todo el cuerpo de la rubia, incluyendo su cabello, que tenía también varios restos de semen y de jugos vaginales, al igual que todo su cuerpo.

—Siempre eres tan cariñoso y tan gentil. No hay otro mejor para mí que tú, pues me entendías cuando nadie más podía hacerlo y me comprendes mejor que cualquier otra persona en la actualidad—Dijo Eve felizmente con una sonrisa alegre y despreocupada en sus labios.

—Para eso estoy yo, tu hermano mayor y tu esposo, para entenderte, cuidarte y amarte, my fair lady—Dijo Adam como respuesta sintiéndose exactamente igual que su esposa, la cual se estremeció en gran manera por las últimas tres palabras sobre todo.

—¡No sigas o me volveré tan loca que tendrás que devorarme a base de besos y caricias, mi amado Adam! ¡Teniendo tantas bocas y tantas manos, vas a volverme loca hasta más no poder!—Exclamó Eve muy feliz y llena de alegría, una alegría que su versión de 11 años jamás habría pensado que vendría dada por la persona con la que había crecido y junto a la que había nacido.

—¿Sabes que tus senos son la mejor almohada que existe para mí?—Dijo Adam tan feliz y tan tranquilo que la perfección se notaba en todo su ser, pues eran su felicidad y su calma perfectas.

—Úsalos como almohada todo... ¡lo que quieras, mi ardiente príncipe perfecto de ojos verdes y cabello rubio!—Respondió Eve más y más enloquecida que antes, haciendo sentir una locura causada por la ternura y el estremecimiento a su esposo.

Adam hizo desaparecer sus bocas extraordinarias y sus brazos extraordinarios en menos de un nanosegundo sin efectos de ningún tipo y siguió acariciando la cintura y las manos de Eve con sólo dos manos. La rubia menor no pudo evitar besar de nuevo los labios de su amado con pasión y ternura infinitas y el lobo de fuego mayor correspondió al beso con todo el amor de su ser entero, desatándose así un beso tan apasionado como los de siempre que era acompañado por caricias recíprocas y de intensidad variable que iba siempre en incremento.

Los gemelos de 1.800.000.000.000.000 de años de edad, pues 1.200.000.000.000.000 eran de la primera vida y 600.000.000.000.000 eran de la segunda vida, se pusieron de pie y se limpiaron completamente con un chasquido dos horas después. Estando ambos de pie, sonreían feliz y despreocupadamente.

—¿Deseas ir a alguno de los otros cinco planetas habitados o quieres ir a uno deshabitado, hermanito?—Preguntó Eve mirándolo fijamente a los ojos y cerró su vagina nada más decir la última palabra.

—Se hará lo que mi hermanita prefiera. ¿Prefieres ir a alguno de los cinco jardines del edén restantes o ir a un páramo baldío?—Respondió Adam comenzando a ruborizarse por la voz, la sonrisa, la mirada y el rubor de Eve.

Ambos se sonrojaron completamente pronto y sonrieron justo después como bobos enamorados hasta más no poder.

Una vez que comenzó un ardiente y tierno beso entre los dos gemelos de la cima del monte Olimpo, comenzaron las caricias recíprocas a la espalda, la cintura y las caderas. Acto seguido, Adam e Eve se volvieron a la velocidad de la luz fuego verde brillante y fuego púrpura respectivamente y se unieron en menos de un nanosegundo en una gran llama de fuego blanco puro. Ambos comenzaron a volar a la velocidad de la luz hacia donde Eve deseaba ir. Sería un viaje corto y sencillo.

Adam e Eve aterrizaron en un planeta lejano perteneciente a la galaxia de Andrómeda, en la parte sur de este, y resurgieron como carne, hueso y energía agarrados de la mano y sonriendo felizmente y sin preocupación alguna.

—¡Adam, Eve!—Exclamó sorprendido y muy alegre un sujeto de ojos púrpuras y cabello blanco como la pureza.



Tiene la misma altura que Adam y las mismas tallas que este. Su rostro posee casi todas las características que posee el rostro de Adam, salvo la forma, que es menos alargada que en el caso de la forma del rostro de Adam. Posee unas pestañas tan largas como las de todos los primigenios completos, las cuales no dependen del género, sino que son iguales para ambos géneros.

Tanto el White mayor como la White menor, cuyos nombres propios en el idioma primigenio eran únicos y diferentes de sus nombres propios en inglés de Estados Unidos, abrieron los ojos como platos justo antes de ponerse serios y mirar fijamente a los ojos al sujeto de cabello blanco.

—David—Dijeron al unísono Adam e Eve mientras el albino los miraba fijamente a los ojos con alternancia constante.

—¿Qué tal va tu vida de no Caído?—Preguntó Eve curiosa y seria.

—No ser el Caído más fue lo mejor que me pudo haber pasado. Yo y Lice tenemos una cita esta tarde. Nunca creí que yo, el Caído, me volvería el poseedor de un fragmento de algo nuevo y me enamoraría de la poseedora de otro fragmento de lo mismo. Mi hermanita Lice es tan maravillosa y tan perfecta—Dijo muy sonriente sin tanta ternura al inicio como al final y muy enternecido al final David Ryan Miles.

—David, todos se redimen si ponen de su parte. No importa tu pasado. Eres un hombre primigenio más, y tienes lo que merecías: Una vida en condiciones. Aquel día, te creíste mejor que nosotros porque no usábamos el poder como tú lo querías usar. Ahora nos das la razón. Nos alegramos por ti muchísimo en este preciso y justo instante, David—Dijo Adam serio y con calma perfecta.

—Lo cierto es que tuve que pasar por lo mismo que vosotros en New Jersey. Lice era mi fruto “prohibido”. Sin embargo, aprendí mucho de todo aquello. Ahora mismo… puedo aseguraros que soy un varón felizmente casado. Yo tenía cierta tendencia hacia el mal en mi personalidad. No era como vuestra tendencia hacia el mal. Creía que era un… demonio. Todavía poseía una personalidad conflictiva. Si no hubiera sido por Lice, no habría aprendido a controlarla y erradicarla. Sus lágrimas y sus sonrisas me impulsaban a ser una mejor persona—Explicó David Ryan Miles con una sonrisa cálida en los labios.

—Es genial que pudieras superar ese gran obstáculo hacia el camino del bien. Los espíritus malignos eran aquellos seres con una personalidad llena de defectos que no habían podido controlar. Defectos como esos los habían llevado al mal. Tú… fuiste quien traicionó al creador de este universo por esos mismos defectos. Te faltaba el amor de una persona que pudiera ayudarte a controlar todo eso. Si hubieras tenido una hermanita desde el principio, jamás te habrías vuelto el Caído. Considerando que tenías una tendencia al mal que superaba la nuestra por mucho, fue una hazaña para ti no caer en el lado oscuro nuevamente convirtiéndote en el Caído por segunda vez—Explicó feliz por su semejante Adam mientras lo miraba fijamente a los ojos.

Esos ojos púrpuras mostraron una luz que resplandecía con una fuerza obtenida por el esfuerzo realizado para poder alcanzar la redención. Una fuerza como esa valía mucho y no todos lograban obtenerla.

—Las hermanitas menores tienen mucho poder sobre los hermanos mayores. Pueden decidir si ellos son más o menos fáciles de corromper. Pueden guiarlos por el camino de la luz o llevarlos al camino del mal. Pueden protegerlos de la vil tentación del pecado o ser quienes los tienten para que pequen de formas terribles. Había quien subestimaba el poder de una hermanita, pero ese poder es incluso mayor que el de un hermano mayor. Los hermanos mayores ceden ante sus hermanitas menores. Por eso es que… una hermana menor es más poderosa cuando de influencia emocional se trata—Explicó Eve tan feliz por David Miles como su amado mirando al peliblanco ya mencionado fijamente a los ojos.

—A su vez, el hermano mayor puede influenciar de la misma manera a la hermana menor. Si eso sucede, el poder vuelve a estar desigualado. El hermano mayor ganará por poder físico, a menos que la hermana menor haya entrenado para poder igualarlo o superarlo. Si el hermano mayor tiene más inteligencia y más fuerza física, más le vale a la hermanita poder usar su poder de influencia sobre las emociones de este para evitar que, si se vuelve salvaje y peligroso, se vuelva contra ella y haga algo terrible en su contra. Si algo aprendimos sin necesidad del perfeccionamiento automático, fue todo lo relacionado con ser hermanos—Dijo Adam muy serio—Ahora… si nos disculpas… debemos irnos, Ascendido.

—¿Ascendido? ¿El Ascendido? Suena bien. Ya no me llamarán Caído nunca más. Seré el Ascendido en todo caso—Dijo David Ryan Miles con una expresión de sorpresa al inicio, de curiosidad luego y luego de agrado inmenso—¡Yo soy… el Ascendido!

David golpeó con sus puños alzados y cerrados el aire velozmente.

—Sí, Ascendido. Ahora… vuelve con tu hermanita y cuéntale todo, como hacen los buenos hermanos mayores. Eso de lo que te burlabas es lo que exhibirás con orgullo. El vínculo fraterno-romántico, un vínculo sagrado y poderoso como ningún otro—Dijo Adam serio y con gran confianza hacia él.

—Sí. Ese vínculo del que me burlaba me salvó de la oscuridad en la que había estado sumido en mi primera vida. Como humano, tengo sólo un poco más de seiscientos billones de años, mas, como ser vivo, tengo más de mil ochocientos billones y un años. Soy mucho mayor que mi hermana, pero, como sólo cuentan los años del espíritu encarnado para determinar si dos tienen permitido ser pareja o no, no tuve problemas en ese aspecto. Fuisteis comprensivos con respecto a eso—Dijo el Ascendido con una gran sonrisa en los labios de oreja a oreja.

—Si ibais a ser seres encarnados, necesitabais tener pareja igualmente para poder hallar el amor romántico, y no era posible crearla con la misma edad porque, igualmente, sería recién nacida esa pareja, aunque se viera como si fuera adulta. Ibais a ser introducidos en cuerpos físicos para tener vidas de hombre. Era lo mismo que renacer, así que… no importaba eso de ser mucho mayores en términos espirituales que vuestras parejas—Explicó Adam muy cómodo con David.

—Nos vemos, gemelitos cariñositos. ¡Nos vemos!—Dijo David Miles justo antes de disponerse a desaparecer.

—¡Alto ahí, David!—Exclamó muy cálidamente una voz femenina que se acercaba cada vez más al albino de ojos púrpuras.

Se trataba de Lice, quien se tiró sobre su amado por detrás, tirándolo al suelo en el proceso.



Tiene la misma altura que Eve y casi las mismas tallas que esta, pues, si usara una copa, usaría la copa M. Su rostro posee casi todas las características que posee el rostro de Eve, salvo la forma, que es menos alargada que en el caso de la forma del rostro de Eve.

—Lice, siempre tirándote encima—Dijo sonriendo enternecido y feliz David Miles.

Acto seguido, apareció sobre ella y ella estaba debajo de él, como si nunca lo hubiera tirado al suelo. La albina de ojos azules estaba tumbada con la espalda apoyada en el suelo y miraba fijamente los ojos de su hermano mayor.

—Tienes la costumbre de andar siempre usando mil trucos—Preguntó Lice Claire Miles muy alegre y muy enternecida con un leve sonrojo en el rostro que sólo aumentó el que ya tenía su amado en su rostro.

—Porque soy alguien de trucos. Nunca fui de simpleza. Siempre usé muchos trucos para conseguir lo que quería, hermanita. Actuar así está en mi naturaleza—Respondió David sujetando gentil y velozmente sin hacer fuerza las manos de Lice mientras se sonrojaba más y más.

—Entonces, enséñame un truco ahora mismo. En privado y el que quieras me puedes enseñar. No importa el truco—Dijo muy avergonzada e inmensamente feliz Lice Miles susurrando a su oído izquierdo aquellas palabras.

David Miles se sonrojó tanto como era posible y le siguió Lice Miles.

—Siempre fui un “demonio”. Te amo muchísimo más de lo que imaginas y voy a ser tu demonio justo ahora, Lice—Respondió susurrando a su oído izquierdo aquellas palabras el Miles mayor con un tono muy seductor y muy cálido.

—Soy de mi demonio y lo amo tanto que moriría sin él, aunque sea un ser inmortal—Susurró Lice sin hacerlo al oído de David Miles—Estoy abierta ya. Entra aquí mismo si quieres.

La sonrisa traviesa y tierna de Lice fue contemplada por su hermano mayor justo después y, acto seguido, una zona espacio-temporal surgió en menos de un nanosegundo y cubrió un radio de diez metros a la redonda.

—Con esto, nadie nos molestará, mi querida víctima—Dijo David Ryan Miles con su sonrisa seductora y cálida mientras acercaba su rostro completamente sonrojado al de Lice rápidamente—Voy a… torturarte sin piedad.

Estaba a sólo un milímetro de besarla en los labios sin usar su lengua y los gemelos White veían desde fuera que no había nadie y que no sucedía nada, aunque fuera falso ese hecho. El Miles con un año más que el otro, pues Lice tenía un año menos que David, ya hacía de las suyas con su hermanita, aunque sólo fueran un beso y muchas caricias.

—Parece que el Caído ya no es un ser infeliz e incompleto—Dijo sonriendo cálida y tiernamente a su hermano gemelo Eve mientras lo miraba fijamente a los ojos con todo su amor romántico.

Eve abrazó la cintura de Adam velozmente y con mucha gentileza y algo de fuerza y se pegó a él tanto como era posible hacerlo velozmente de inmediato.

—¿Quién podría serlo con una persona maravillosa a su lado? El Ascendido es lo que el Caído siempre debió ser. Su futuro era tan brillante que él era incapaz de verlo sumido en la más absoluta oscuridad. Mi futuro imperfecto podría haber sido el suyo, pero tuve a alguien que me salvó de eso—Respondió Adam sonriendo con calidez y ternura infinitas y mirando fijamente los ojos de Eve con los suyos cargados de amor romántico infinito.

El estremecimiento comenzó a crecer en el corazón de cada uno de los gemelos White, portadores del fuego del amor y encarnaciones de las llamas del amor de todos los amantes.

—Vas a hacer que quiera… ¡devorarte a besos, amado mío! ¡Te adoro tanto que ni en un billón de años podrías imaginarte o saber cuánto te adoro!—Respondió Eve tan sonrojada como era posible estarlo con un estremecimiento creciente que amenazaba con apoderarse completamente de ella—¡Eres perfecto, Adam, perfecto, perfecto hasta más no poder! ¡Te adoro y eres tan perfecto que podría morir sin ti en mis días, incluso siendo inmortal!

—¡La perfecta eres tú, my fair lady. Tú eres tan… increíble y tan dulce! ¡Nacer junto a ti fue una gran bendición y nunca podré negar que fue una bendición tan grande y tan maravillosa!—Exclamó Adam tan estremecido y tan enternecido y feliz como su hermana y esposa procediendo a besarla tierna y salvajemente justo al final.

Eve no lo dudó y correspondió al beso de su amado esposo con la misma pasión, la misma ternura y la misma dulzura perdiéndose cada vez más en ese cosmos en el que sólo existían ambos hermanos y al que se accedía a través de la mirada de la otra persona. Habiéndose perdido ambos en la mirada del otro, de su ser amado de forma tan única y tan especial, cerraron los ojos e iniciaron un beso salvaje y tierno con lengua en el que combatían ambas lenguas despiadada y brutalmente por el control sin importar cuánta sangre se derramara. El fuego que salía de Adam e Eve era tan intenso que consumía todo dentro de ellos sin dejar nada.

—(¡Adam, Adam, Adam, eres increíble y único. Te adoro tanto y me vuelves tan demente! ¡Te adoro, te adoro, te adoro!)—Pensó Eve en aquel preciso instante tan enloquecida, tan enternecida, tan enamorada, tan estremecida y tan feliz que nada podía sacarla de aquel estado tan ardiente y tan maravilloso.

—(¡Eve, Eve, Eve, eres especial hasta más no poder y eres única. No me creo que existas y seas tan perfecta. Me vuelves tan demente que de mis manos no te irás jamás! ¡Te adoro, te adoro, te adoro!)—Pensaba Adam al mismo tiempo que Eve sintiéndose exactamente igual que ella.

Las caricias a la espalda, las caderas y la cintura que eran recíprocas no se detenían por nada ni por nadie. Ambos hermanos eran poderosos seres enamorados a los que nada más les importaba. Un par de horas después, el beso llegó a su fin y sólo un fino hilo de saliva permaneció por unos pocos segundos, habiendo mantenido sus bocas unidas mientras lo hacía y habiendo dejado de hacerlo nada más desaparecer.

—Eres bellísima y te ves tan adorable y tan comestible, my… fair… lady—Dijo Adam felizmente y sonrojado hasta más no poder con una sonrisa y una mirada cargadas de amor infinito e incondicional hacia su hermana—¡Te… adoro!

—¡Tú te ves increíblemente apuesto y tan adorable y dulce que no sé lo que haría sin ti. Deseo tanto comerte de muchas maneras diferentes y eres tan increíblemente bello, amor mío! ¡Te… adoro también, y cuanto y como no podrías imaginar o saber jamás de los jamases y nunca de los nuncas!—Exclamó Eve como respuesta más feliz, más estremecida y más enamorada que nunca y su hermano mayor, que sentía lo mismo que ella en cuanto a lo demás, alcanzó de inmediato el mismo nivel de estremecimiento que su amada esposa—¡Vamos a disfrutar en este mundo, Adam!

Eve soltó a Adam y lo tomó de la mano izquierda sin fuerza y con mucha ternura para comenzar a moverse a la velocidad de la luz de inmediato, lo cual hizo. Adam usó su perfección para reaccionar a tiempo usando la velocidad de la luz como medio para moverse a la misma velocidad que su amada esposa.

Ambos corrían hacia una zona en particular en la que estarían, pues lo habían hablado por telepatía de camino hacia aquel planeta, al igual que el asunto del planeta al que irían, durante su viaje en forma de fuego blanco. Adam puso una zona espacio-temporal alterna que saldría afectada e impediría que el mundo fuera afectado pasara lo que pasara con un solo pensamiento en menos de un nanosegundo.

Adam e Eve se detuvieron frente a un claro despejado en el que, aparentemente, no había nadie ni nada que estuviera vivo y pensara. El claro estaba a medio metro de distancia de ellos.

—Convirtámonos en lobos y juguemos como tales, mi amado Adam—Dijo Eve mirando fijamente los ojos de su amado con los suyos muy alegre.

—Sí—Asintió Adam con la cabeza una vez a un ritmo medio y, acto seguido, soltó la mano derecha de Eve con su mano izquierda. Justo después, se transformó con un aura verde emanando de su cuerpo en un lobo albino de ojos verdes brillantes que era macho.

Acto seguido y de inmediato, miró cálida y tiernamente a Eve fijamente a los ojos y ella le sonrió como cuando era un hombre, pues, para ella, seguía siendo el mismo, a pesar de su apariencia actual. Adam se tiró sobre Eve y comenzó a lamerle la cara con mucho amor y con un amor infinito incluso en su mirada.

—Estás hecho todo un animal, amado mío, mi amado Adam. Eres mi amado macho alfa—Dijo Eve enternecida y feliz en gran manera por lo cariñoso que era su amado cánido, el cual estaba sobre ella y movía la cola con mucha energía hacia los dos lados.

Eve se transformó en loba con un aura púrpura emanando de su cuerpo y, siendo ambos lobos albinos de ojos verdes brillantes que ya no tenían un aura emanando de sus cuerpos y eran del mismo tamaño, el cual era el tamaño de un lobo macho primigenio, siendo que los lobos primigenios tenían todos el mismo tamaño sin importar el género, la rubia se levantó con su amado habiéndose apartado de ella justo antes y se echó sobre él para mimarlo como se mimaban los lobos, a base de besos muy tiernos y muy dulces con la lengua. Acto seguido, ambos se pusieron en cuatro patas y se besaron el hocico, siendo Adam el que primero había besado el hocico a su pareja, quien lo había hecho justo después.

Adam e Eve eran primigenios, pero tenían el instinto de un lobo también, exceptuando la parte hormonal. No podían atraer a otros lobos ni ser atraídos por ellos, sino que atraían a personas y eran atraídos por estas, aunque fueran lobos en apariencia.

—[¡Voy a morderte mucho, mi amado Adam!]—Exclamó Eve mirando fijamente los ojos de Adam con los suyos, evidenciando más y más su inmenso entusiasmo con cada reacción que mostraba—[¿Soy bella como loba para ti, Adam. Te parezco hermosa?].

—[¡Sí, mi bella loba! ¡Siempre me parecerás muy hermosa por ser tú, seas lo que seas! Aunque no considere tu aspecto de loba muy bello y quiera hacerte mía estando en esa forma, eres bellísima por dentro para mí y siempre… ¡lo serás, Eve!]—Respondió Adam tan feliz y tan enternecido como siempre con un inmenso entusiasmo creciente.

—[¡Soy tu bella loba, tu bella loba, tu bella loba. Cómeme aquí y ahora, amado mío!]—Exclamó Eve echándose justo al final sobre Adam, dejándolo debajo de ella y con los ojos de ambos conectándose debido a la postura muy fácilmente.

El sonrojo insuperable no se notaba, pero estaba ahí en ambos casos.

—[Eres una hermosa lobita. ¡Te comería entera, hermanita, y en más de un sentido! ¿Tú me consideras bello? ¿Me consideras hermoso? ¿Cuán hermoso y bello me consideras, amor de mi vida eterna y entera? ¡Y también deseo mucho ser comido por ti como tú desees hacerlo, Eve, mi bella Eve!]—Respondió Adam pasando todo a modalidad lupina con tanta ternura, tanto estremecimiento y tanta felicidad como su amada esposa.

Ambos empezaron a darse besos mutuamente y a intercambiar posiciones, incluyendo en el proceso la posibilidad de tirarse el uno sobre el otro y la de jugar como lobos de forma cien por cien creíble. Mordiscos y lametones eran lo más común entre ambos. Siempre uno acababa sobre el otro, y ese uno solía ser Adam.

El rubio mayor estaba a cuatro patas y la rubia menor lo estaba también. Adam estaba justo detrás de Eve.

—[A-Adam, tú… estás acercándote mucho a mi cola. ¿Qué h-Haces?]—Dijo Eve muy sorprendida con Adam justo detrás de su cola y con el hocico recorriéndola mientras el dueño de dicho hocico olfateaba esa cola de loba como si fuera algo interesante que nunca había olfateado en toda su vida.

—[El aroma es el tuyo. Es un aroma atrayente y salvaje]—Respondió Adam olfateando su cola con más calidez en la mirada que antes.

—[Huelo a loba. Olfateas el cuerpo de una loba. Mi aroma es el de una loba. No huelo a mujer, y, aun así, te gusta tanto ese aroma]—Dijo Eve comenzando a estremecerse y enternecerse más y más mientras sentía cómo el hocico de Adam recorría su cola muy de cerca.

—[Aunque olieras a mosca, tu aroma sería maravilloso para mí. Eres mi bella dama, Eve. Seas una loba o un salmón hembra, te olfatearé igualmente]—Respondió Adam felizmente y sin ninguna preocupación mientras acercaba más su hocico a la zona en la que debería estar el ano de ser ambos lobos no primigenios.

Adam olfateaba con mucho amor cada zona de Eve por la parte trasera, causando la sorpresa y el estremecimiento creciente de la albina menor. El lobo mayor comenzó a percibir un aroma diferente, uno intenso y salvaje que se diferenciaba del aroma del pelaje de la “rubia”.

—[A-Adam, no soy una mujer primigenia en este instante. No olfatees eso]—Dijo Eve avergonzándose cada vez más mientras miraba hacia atrás por su lado derecho, percibiendo así a un Adam que dirigía su hocico al orificio reproductivo de su lupina hermana menor con un gran interés y con una mirada de locura creciente.

—[Sigues siendo mi hembra, y huele tan delicioso ahí abajo. Mi olfato amplificado por ser un lobo me muestra que tus niveles de feromonas están elevándose al mismo tiempo que la intensidad de tu aroma de excitación de esa zona. Expulsas más y más. Yo… me estoy controlando para no hacerte mía aquí y ahora, pues quiero hacer el amor con nuestras formas de siempre]—Respondió Adam con deseo romántico y deseo sexual inmensos y crecientes sin perder la calidez y la paz que su amada hermanita le daba con su sola presencia siempre.

—[¿Tienes una e-Erección? Si es así… ¡déjame olfatearte la cola, los cuartos traseros y el miembro. Q-Quiero conocer tu aroma y lo delicioso que es este. Dame la o-Oportunidad. Me estoy mojando por mi amado esposo lobo]—Dijo muy estremecida y muy enternecida, además de muy excitada y muy feliz por ser deseaba incluso entonces, Eve.

—[E-Está bien, my… fair… lady. Tu macho te permitirá lo que sea que desees hacer. Y-Yo… necesito que me olfatees. Sería maravilloso disfrutar un momento como ese]—Respondió Adam felizmente, muy estremecido y muy avergonzado mientras le daba la espalda a la cola de Eve justo al final. Acto seguido, se dispuso a mover la cola felizmente por lo que iba a suceder—[¡V-Vamos, my fair lady, hazlo. Soy tuyo y tú eres mía! ¡Sólo tuyo y tú sólo mía!].

Eve se giró velozmente de inmediato y comenzó a olfatear la cola de Adam, quedando extasiada por lo bien que olía para ella y por el aroma que venía de la zona del ano. Al pasar el hocico por allí, Eve percibió el mismo aroma. Pasó a alternar entre el “ano” y la cola durante un par de minutos y dejó de olfatear mientras permitía que su olfato de loba percibiera todo lo que debía percibir.

—[A-Adam, hueles tan delicioso. Me has v-Vuelto tan loca. Haría contigo el amor por horas y horas si fuéramos lobos buscando sentir tu intenso y atrapante aroma. P-Por cierto, siento un aroma tan… ¡atrayente cerca de mí!]—Dijo Eve muy feliz y muy estremecida con gran vergüenza y gran ternura en su ser.

—[P-Pues percíbelo más de cerca. ¡Mi pene está tan erecto que dolería si pudiera doler! ¡Mi bella Eve, haríamos el amor como lobos por horas y horas y te haría tener muchos cachorros! ¡Te olfatearía entera mientras me muevo en tu interior, mi bella Eve!]—Respondió Adam con la misma actitud que su amada había mostrado siendo olfateada por él, aunque sin sorpresa.

Eve comenzó a contemplar el erecto miembro lupino mientras olfateaba muy de cerca este. Su aroma hacía que ella sintiera inmensos deseos de hacer que su amado explotara en su boca por tanto amor recibido en esa zona.

—[¡Sería maravilloso tener tus cachorros por haber recibido todo tu semen y haber sido olfateada en el proceso de hacerme tuya! ¡No somos lobos, pero, de serlo, sería la más salvaje de las lobas en la intimidad sexual! ¡Huele tan rico ahí abajo! ¡Te adoro tanto, Adam, mi Adam!]—Contestó Eve felizmente y tan excitada como su amado.

—[¡Tendrías cachorros conmigo y podríamos ser muy salvajes juntos! ¡Tendrías cachorros conmigo y podríamos ser muy salvajes juntos! ¡Cuánto te adoro, Eve, mi Eve, my fair lady!]—Respondió Adam sintiendo la felicidad y la excitación que su amada esposa y hermana gemela estaba sintiendo en aquel preciso instante.

—[¡Adam, eres toda mi vida! ¡Te adoro tanto!]—Exclamó felizmente Eve mucho más excitada y mucho más enternecida y estremecida que hacía unos segundos.

La rubia menor se dispuso a echarse sobre su amado, quien se giró velozmente para que ella pudiera abalanzarse sobre este, terminando Adam debajo de Eve mientras recibía muchos lametones en la cara de lobo albino que poseía en aquel preciso instante.

—[¡Eve, tú eres toda mi vida y te adoro hasta lo que jamás de los jamases y nunca de los nuncas podrías llegar a sospechar o a saber!]—Respondió Adam sintiéndose de la misma manera que Eve y dándole algunos lametones en la cara de loba que poseía en el proceso.

No importaba si era como hombres o como lobos. Ambos estarían siempre juntos y se darían siempre mucho cariño. No importaría la apariencia que tuvieran, pues, entre ellos, siempre habría amor romántico eterno e incondicional y un deseo sexual inmenso que sólo juntos podrían saciar. Así era la vida de Adam e Eve en aquel paraíso.

CONTINUARÁ…

5 Mars 2022 23:50 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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