The Humans Hunter II Suivre l’histoire

—Barhat ¿Dónde estás? —Exclama en su mente Peck, luego de que ya hayan pasado varias semanas de la desaparición de Barhat.

Se levanta de su silla y comienza a dar vueltas en la habitación mientras acaricia su cuero cabelludo en signo de preocupación y angustia. Luego decide buscar entre los cajones de la mesita de luz, vacía todos los papeles y ciertas carpetas, al no encontrar nada, va a la gran habitación llena de literas donde Barhat usualmente dormía y busca entre más papeles dentro de la cómoda de allí.

Hasta que encuentra un papel y toma su teléfono, marca un número telefónico y contesta el oficial Berharn McLaren.

—Habla el oficial Berharn, distrito 7 de la ciudad de Sogen. ¿En qué le puedo servir?

—Habla Peck.

—Heey muchachón ¿Qué necesitas?

—Barhat está desaparecida.

—¿Qué?

—Ya oíste

—Ya era raro que no apareciera.

—¿Entonces qué? —pregunta Peck.

—¿Qué de qué?

—¿Cómo que qué de qué? Búscala. —exclama Peck enojado.

—Mira, ella ya es adulta, y fuera de eso es una criminal, sabe lo que hace y por dónde se mete. Lo siento niño, hay casos que son más importantes. Prioridades.

—Ahora mismo usted se encuentra tomando un café, hablando conmigo en el pasillo de la estación mirando hacia la pared, sosteniendo el teléfono con la mano derecha.

—Ya entendí. Está bien. La buscaré y no es necesario que me llames. Yo lo haré cuando necesite algún dato, o haya encontrado algo.

—Bien.

Peck cuelga la llamada y se aleja de la computadora por dónde vigilaba al oficial y se recuesta en la cama suspirando mirando hacia el techo con el deseo de encontrar a quien estuvo junto a él cuando estaba a punto de morir y quien lo recogió y protegió una vez.

—Peck, Peck muchacho haragán ven aquí —exclama Burkin luego de haberse escuchado una puerta abrirse, se escucha esa voz quebrada pero con tono dulce poco visible en un veterano de bastante edad.

—¿Qué sucede Burkin? —exclama Peck cansado.

—Mira te traje un poco de budín porque sé que te gusta. Ven aquí siéntate y come.

—Está bien. No debiste molestarte abuelo. ¿Fuiste al mercado sólo?

—Sí, recuerdo en mis épocas había una linda muchacha que vendía manzanas y yo se las compraba casi todos los días, caminar sólo en los mercados me hace recordar eso. —dice el señor Burkin comiendo budín y mirando al vacío.

—Seguro es lindo —dice Peck mientras come el budín pero una mirada de tristeza se aprecia en él.

—¿Y tú no me contarás qué sucede?

—Extraño a Barhat.

—Yo también la extraño ¿Dónde diablos es que se fue?

—Se fue a América.

—¿Y para qué se fue a América?

—No lo sé, no me dijo nada más que eso. —responde incómodo y tratando de ocultarlo al decirle una mentira tan grande sin siquiera saber dónde se encuentra ella o si algún día volverá.