Particularmente me considero una persona paciente.
Sin embargo, hoy perdí todos mis estribos gracias a un infeliz.
He tratado de ser lo suficientemente amable en mi trabajo, siempre he sido cordial con cada uno de mis clientes a pesar de que muchos de ellos no se lo merecían, porque al final de todo, una buena propina lograba borrar mi enfado tras su mal trato.
Pero hoy, hoy alguien se ganó mi odio.
Es por eso que, miré a mi alrededor, fijandome de que nadie se diera cuenta de lo que acababa de hacer.
No podedarme de los brazos cruzados. No cuando ese señor sentado en la mesa número 18, me había humillado delante de todos los comensales, se había burlado de mí y me había rebajado.
La dignidad e integridad era lo más importante que consideraba de mi persona. Y claramente no iba a dejarlo pasar, pero tampoco podía abalanzarme sobre él para golpearlo hasta hacerlo sangrar. En mi mente busque la solución vengativa y discreta que podía cometer para no perder mi trabajo.
Y al final de todo, es por eso que debes tratar con respeto a tu mesero si no quieres que éste escupa en tu comida.
Fue lo que hice.
Así que ahora estoy frente a él, con una enorme sonrisa fingida, dejando su plato en la mesa.
—¿Desean algo más? — Pregunto atentamente, esperando alguna respuesta.
—No. Solo lárgate para que pueda comer tranquilo. — Me responde secamente el molesto tipo, cogiendo sus cubiertos y mirando con apetito el pescado, sin saber que pronto estaría a pronto de degustar mi saliva.
Una mueca casi burlona se escapa de mi boca, la tuve que reprimir y lamiendo mis labios, vuelvo a hablar. —Bien, espero que gusten de su comida. Estoy seguro que les encantará, sobretodo a usted. — Hago una reverencia y antes de poder retirarme de su mesa, otra voz me llama.
—Umh... Disculpe, ¿dónde queda el baño? — Veo hacia mi derecha, y en el otro canto de la mesa, el acompañante del viejo mañoso, me miraba atentamente.
Oh sí, joder. Olvidé mencionar que este joven era una delicia pura. Apenas lo vi entrar, mis ojos no pudieron despejarse de su rostro ni de su curvilíneo cuerpo. En todo el transcurso que lleva acá, él me miró infinitas veces mientras lamía sus labios y me daba pequeñas sonrisas. Y por supuesto que yo se las devolvía. Hasta puedo jurar que cruzó las piernas justo en el momento en el que fui a dejarles la entrada, y él pasó las manos por sus piernas descubiertas, incitándome a querer ver demás. Tuve que trabajar pensando en otra cosa que no sea en ese chico, porque sino mi erección se notaría. Felizmente el infeliz que tenía por acompañante de mesa me había hecho enojar demasiado para evitar el dolor desatendido de mi miembro.
—Por el pasillo de allá, doblando a la izquierda hacia el fondo. — Señalo sonriéndole. Ante todo esto, el otro no estaba ni enterado de que aún seguía aquí, ayudando al bonito pelirrojo que tenía al frente.
—¿Te molestaría llevarme?
Su voz había salido tan grave, que tragué y parpadeé repetidas veces. Un toque sensual había sido la razón del jalón que mi polla sintió. Y junto con una alzada de cejas, apoyó su mentón en su mano esperando una respuesta.
—Para nada.

Taehyung era su nombre.
Lo supe porque cuando llegamos al baño, tiró de mi corbata, cerró la puerta con pestillo y me susurró al oído el nombre que tenía que gruñir cuando me esté chupando el pene.
Y eso es lo que está haciendo ahora.
—Oh mierda, sigue así Taehyung. — Susurro empujando su cabeza más hacia mi regazo. Él pellizcaba mis testículos con sus largas uñas y absorbía totalmente mi miembro. Su saliva chorreando por todo mi falo hasta caer al suelo en cantidad.
—Mojala para que pueda entrar bien en ti. Deja toda tu puta saliva en mi polla, carajo. — Pego mi cabeza a la pared girando los ojos y embistiendo su preciosa boca con labial corrido por los besos que estuvimos compartiendo anteriormente.
Sin embargo, cuando decido dar otra embestida, él se aleja y mirándome desde abajo, me pregunta. —¿Así como tú dejaste tu saliva en el plato de mi padre?
La pregunta por supuesto me deja perplejo, al final alguien sí terminó viéndome. Pero le sonreí burlesco, y acaricié su mejilla.
—Entonces me viste. ¿Me acusarás? Oh nene, perdón por escupir en el plato de tu papi, pero realmente ese estúpido se lo merecía.
Él carcajeó antes de levantarse del suelo, acercándose a mí, colocó una de sus manos en mi cuello y la otra en mi pene, subiéndola de arriba a abajo. —Fue tan caliente. — Dijo dándome un apretón. Lo tomé de la cintura y acerqué su boca con la mía, sin que nuestros labios se toquen.
—¿En serio lo crees?
Asintiendo, lame mi labio inferior.
—Desearía que así me escupieras en la boca.
No resistí otro segundo más y pegué mi boca a la suya para empezar un desesperado beso. Taehyung gimió cuando le mordí un belfo, y comenzó a restregarse en mi pierna.
Su vestido rojo se subió hasta sus muslos, dejando una excitante vista. Bajé mis manos hasta sus nalgas y jugué con ellas a mi gusto, sacando largos suspiros que yo mismo me los tragaba.
Levanta más su ceñido vestido, es ahí cuando unas pequeñas bragas negras de encaje me saludan. Tan finitas y fáciles de romper.
—Umg, linda ropa interior.
—¿Te gustan?
—Me encantan. — Contesto entre besos.
—Te las puedes quedar si quieres.
—Eso me haría muy feliz. — Digo antes de meter mi dedo entre el elástico, y repasar por todo su largo. Rompiéndolas de un tirón. Eso le saca un gemido que logra calentarme mucho más.
Inmediatamente hago un camino con mis dedos, llegando a su coño. Paso uno de mis dedos por sus labios vaginales y puedo sentir lo cuán mojado está. Taehyung esconde su rostro en mi cuello y empieza a besarlo y lamerlo mientras conozco su cuerpo.
—Dios, estás tan húmedo.
Me pongo de cuclillas y lo sostengo de sus caderas. Tengo la vista de su depilado coño mojado, de sus piernas canelas tratando de no perder el equilibrio. Él me está mirando cuando empiezo a besar su vientre, mordiendo su exquisita piel sudada.
—Oh... Jungkook. — Suspira sosteniendo mi cabeza.
Bajo mis besos hacia su monte de venus, y con ayuda de mis dedos, nuevamente juego con su vagina. Mis dedos se mojan y puedo sentir el área totalmente caliente. Observo con atención mi trabajo mientras abro esas capas arrugadas que me están volviendo loco. Él contrae su sexo cuando paso el índice por su clítoris.
—Mggh... Jungkook, lá-lámelo. — Gimiendo toca mi boca, mete su pulgar y lo chupo. Alza su mano y lo mete en su boca.
Y tal como me lo pidió, le hice caso. Abrí más sus piernas y agaché mi cabeza para acercar mi nariz a su lindo coñito. Olía demasiado bien, estaba seguro que Taehyung podía sentir mi respiración acelerada justo en esa bolita sensible. Saco mi lengua y doy toda una pasada por su largo.
Le doy una nalgada mientras meto más mi lengua entre sus pliegues, su sabor era exquisito. No puedo dejar de absorber todos los flujos que chorrean por mi boca. Taehyung gime más fuerte y vuelvo a azotar fuertemente su culo por hacer bulla.
Muerdo su piel rosa y me encargo de jugar con su clítoris mientras llevo dos dedos a su agujero y palmeó en él.
—Sabes tan bien, precioso. Eres delicioso. Quiero comerte en lo que queda la noche.
—M-mierda. Estoy muy excitado, Jungkook. Ahg, ahí, ahí chupa. — Jadea y por encima del vestido, pellizca sus pezones erectos de los que pronto me ocuparía.
Mordiendo su delicada piel, meto dos de mis dedos mojados dentro de él, quien suelta un grito inesperado y cierra sus piernas. Me río y muevo mis falanges explorando su apretado alrededor. Con mi pulgar juego con su clítoris y empiezo a meter y sacar, viendo cómo se pierden en su pequeño agujero.
—Estás muy apretado, ¿Eh? Aprietas tan bien mis dedos, joder. ¿Así lo harás con mi polla? — Me levanto sin sacar la mano de ahí abajo, y le doy la vuelta para pegarlo en la pared. Tengo la vista de su buen culo, mordiéndome el labio dejo un beso a mi nombre, mi pre semen manchándolo. —Responde, puta. — Exijo de nuevo aumentando las pequeñas penetraciones.
—Oh...Mgh... Sí, sí. Así voy a apretar t-tu rica polla. Mierda, mierda Jungkook. Estoy cerca. — Dice Taehyung soltando un quejido lloriqueando y recostando su cabeza en mi cuello.
Saco mis dedos de su coño y él gime molesto por mi acción. —No hermoso. Vas a correrte en mi verga. — Gruño dándole la vuelta y sosteniendo una de sus piernas, la cuál Taehyung enrolla en mi cintura. Trato de bajarme los pantalones y mi ropa interior por completo para más facilidad.
La punta de sus tacos me perforan la cadera cuando llevo mi pene a su coño y mi glande hace contacto con su clítoris. Nos hace gemir por placer y siento que ya no puedo resistir más.
—Fóllame.
—¿Quieres eso?
—J-Joder Jungkook. No hagas más bromas y folla mi necesitado coño. — Él mismo escupe en su mano una gran cantidad de saliva, hilos de ella chorreando por su boca, y lleva su mano a mi pene, lubricando toda mi extensión para por fin entrar en él. —Te voy a apretar tan rico como quieres.
Muerdo mi labio con fuerza y posicionando mi punta con su entrada, la meto por completo.
—Oh...Oh, santo cielo. Mmmg... Es grande, muy grande. — Llora adaptándose a mi tamaño.
—Y tu tan estrecho. ¿Acaso nadie le presta atención a este lindo coño que tienes? Eso es bueno para mí, para que no andes tan suelto. Para que ahogues mi verga, ¿Sí bebé?
—S-sí. Sí papi.
Empiezo un vaivén sosteniéndolo de la pierna y de la cintura. Tengo una buena vista de cómo entro y salgo, y también de su hinchada bolita apetecible. Sus gemidos me ponen más duro y sus uñas enterrándose en mi espalda me hacen jadear.
Taehyung busca mi boca y nuestras lenguas empiezan una guerra para dominar. Me encanta la desesperación que tiene cuando muerdo sus labios. Sus bonitos ojos de color miel están cegados de lujuria y placer, con lágrimas de gusto por la increíble follada que le estoy dando.
—Abre bien tu boca. — Le pido sin detener las embestidas.
Lo hace y me acerco nuevamente para luego derramar una cantidad de saliva en su boca tal como quería. Fue tanta que se le escapaba de su boca y resbalaba por su mentón, perdiéndose entre el inicio de sus pechos. Veo como lo traga en su totalidad, y me sonríe rodando los ojos cuando aumento la velocidad.
Bajo los tirantes de su vestido y me encuentro con los pechos más preciosos que he podido ver. Sus pezones marrones gritaban auxilio, así que los atendí dándoles mordiscos y pellizcos. Tae no para de gemir y el volumen de su voz es más fuerte por cada cosa que recibe de mí.
Mi polla efectivamente exige más espacio, pero sus paredes me calientan y me rodean tan bien que es una sensación cálida.
—Jungkook... Oh, justo ahí. Ahí cariño, ahí me gusta.
Empuje más, mucho más hasta tener que taparle la boca para que no gritara. Había encontrado su punto, y mi glande estaba muy contento por jugar con él y destrozarlo. Sus tetas rebotaban por la fuerza en la que lo tomé y yo estaba loco por lo bien que me tomaba. Por lo bien que nuestros cuerpos encajaban.
—Joder, j-joder Kook, estoy muy cerca. Casi.
—Yo también, lindo. Estoy a nada de terminar.
Tras unas embestidas más, Taehyung pierde la estabilidad cuando se corre. Su orgasmo me moja totalmente estando yo aún dentro de él. Y cinco segundos después, tuve que salir para que mi semen termine en su vientre.
Aún sosteniéndose de mí, hace unas caricias en mi cuello antes de mirarme. —Wow, estoy acabado. Fue el mejor sexo que he tenido.
—Pienso lo mismo. — Le respondo ayudándolo a pararse correctamente. Sus jugos resbalan por sus muslos internos y mi semen hace una bajada hasta su monte de venus.
Nos separamos con grandes sonrisas en el rostro y lo ayudo a limpiarse con toallitas y papel que el baño tenía. De la misma forma me limpio yo y nos arreglamos la ropa.
Cuando Taehyung observa sus bragas rotas en el suelo, las levanta y me mira divertido. —¿Tendré que salir sin ropa interior?
Río y tomo su cadera. —Nene, de todas formas me las iba a quedar. Rotas o no, son mías. — Se las quito y las guardo en mi bolsillo del pantalón. El pelirrojo solo carcajea y gime.
—Lo mejor será que le diga a mi padre que me siento mal y debo irme. No es lindo estar recién follado en un restaurante ¿Sabes?
—Tampoco es lindo trabajar en un restaurante cuando acabas de follarte a alguien.
—¿A qué hora acaba tu turno?
Miro mi reloj y con una mueca de satisfacción, le contesto. —Hace diez minutos.
Taehyung vuelve a reír. Se acerca a la puerta no sin antes peinar un poco su cabello desordenado.
—Mañana llegaré a esta hora. Quizás te gustaría, no sé... Tomar algo y luego ir a un motel para continuar esto. — Dice.
Y por supuesto no puedo negarme a su tentativa propuesta.
Cuando ya acordamos todo y estábamos dispuestos a salir. La voz gastada de un hombre resuena desde afuera.
—¿Dónde está mi estúpido hijo? Se fue hace media hora y su comida se enfría, maldito niño.
Taehyung y yo nos miramos y soltamos unas silenciosas risitas esperando que mi más odioso cliente se vaya para poder escapar del baño en donde me folle al chico más sexy que pude conocer.
No me importaría mil veces tener que atender a ese desagradable señor, si su acompañante se trataba de Taehyung. De su lindo hijo pidiéndome que le escupa en la boca así como lo hice en su plato de comida.
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