Un mes había pasado desde la enfermedad repentina de la Omega principal y nada hacía que se recuperara, al contrario entre más días pasaban peor iba su estado físico, haciéndola tan diferente a como era.
Al poco tiempo los alfas que conformaban el consejo decidieron dar la noticia de que en cualquier momento la Omega fallecería por lo que sin perder el tiempo ellos mismos empezaron a buscar su remplazo.
La belleza era un requisito demasiado importante para cualquier alfa, un Omega que fuera obediente, con un aroma atrayente, cuerpo bien desarrollado del cual poder presumir pero sobre todo que fuera alguien que solo se encargaría de su alfa y cachorros, era la perfección de Omega para cualquier persona. Y para todos ellos su líder tendría que tener al mejor de todos como Omega principal.
—No creo que todo esto sea necesario, puedo agarrar a cualquiera que me agrade— suspiró, mientras los demás alfas lo veían con cara de desaprobación. Al menos quince omegas estaban sobre sus rodillas en la cálida alfombra del enorme lugar, cada uno con la esperanza de ser elegido para tomar un lugar en el cual vivirían con todos los lujos que quisieran sin mencionar que tendrían un alfa guapo y todos en la manada los respetarían por ser el Omega principal.
—¡Ninguno de ellos a sido evaluado para saber quién es el que califica para un puesto tan importante!— reclamó el alfa más grande de todos los presentes.
—No pedí tu opinión Yongjun— exclamó con fastidio al saber que no lo dejarían en paz hasta encontrar a un Omega. Su aroma se intensificó por toda la habitación tensando a los omegas y a algunos de los alfas— Si no escucharán mi opinión no sé para qué me han llamado.
Con esas palabras, salió de la habitación dejando a los alfas para que empezaran sus ''pruebas" con los omegas tanto mujeres como hombres.
Desde que Soojung, su esposa, cayó enferma todos han estado preocupados por la persona que luego ocupará ese lugar lo que a él le da igual. Atravesó los pasillos hasta entrar a la habitación de la mujer, tapándose la nariz al percibir el desagradable olor que desprendía, el aroma a uvas que algún día tuvo desapareció por completo. Sin más observó a la mujer tendida en la cama por algunos minutos y salió para dar el anuncio de que su omega había fallecido.
Por otro lado, Taehyung recibió la terrible noticia del fallecimiento de su progenitora, algo que no le causó mucho sentimiento pues, desde que tuvo cinco años esta misma lo mandó lejos de ella y de su familia para que alguien más lo educara como el omega perfecto que sería.
—Sabes que no tienes que ir sino quieres, no es tu obligación— dijo la omega mayor al ver a su compañero de cuarto con maletas en mano.
— Tengo que ir o alguien vendrá por mí y me llevará y créeme, prefiero ir por cuenta propia— dijo saliendo de la enorme facultad en la que estudiaba. Jennie lo siguió hasta el carro en el que partiría con una sonrisa para despedirlo - ah, y por favor riega mis plantas.
Pidió mientras subía al vehículo y se despedía de su compañera hasta que su silueta delgada desaparecía con el paisaje verdoso del cálido lugar. Suspiró y recostó su mejilla sobre la palma de su mano mientras veía por la ventana los árboles del lugar y algunas casas pequeñas en la que solo vivían betas que trabajaban en el edificio que pocos minutos atrás había dejado.
Sus pensamientos eran inundados con los nervios de llegar al lugar que nunca extrañó y en el qué pensó que nunca más estaría. No quería ir porque desde que estuvo consciente de su situación como omega, cualquier alfa lo podría reclamar con solo tener el aprobamiento del consejo o de sus padres y sabía que no lo llamaron por algo innecesario como organizar el funeral de Soojung.
Su padre, sabía que él no estaba dolido porque nunca estuvo enamorado de Soojung y al ser un alfa dominante no le afectaba muchas cosas como a él mismo, que había salido Omega dominante.
Cayó en un profundo sueño después de una hora de viaje en el cual su lobo estuvo tranquilo después de días sin descansar por lo complicado que era estudiar y vivir en el lugar que estuvo la mayor parte de su vida.
Finalmente despertó cuando el conductor le habló haciéndolo bajar de inmediato del auto, le arrebató su equipaje de las manos y empezó su camino escuchando las quejas del beta que lo llevó hasta allí.
Las miradas de las personas que estaban por allí se dirigieron a él cuando apenas bajó del vehículo, algunos alfas dejando salir un jadeo al ver a un omega tan hermoso. Llevaba un abrigo beige que cubría hasta arriba de sus rodillas que se moldeaba perfectamente con las curvas de su cuerpo, el cinturón del mismo abrigo remarcando su estrecha cintura y el pantalón negro de mezclilla pegándose tan bien a sus esbeltas piernas. El cuello de su camisa de látex combinando con su demás prendas y sus grandes pechos siendo levemente aplastados por el abrigo.
Algunos murmullos por un grupo de omegas hizo que volteara la cabeza tan solo unos centímetros, demostrando sus finos movimientos. Les dió una mirada calmada y siguió con su camino, dejando a unas omegas sonrojadas.
Suspiró con fastidio al sentir que muchos de los hombres que pasaban por su lado le decían cosas tan vulgares en tono bajo para que sus parejas y los demás a sus alrededores no escucharan.
Podía sentir como alguien lo seguía y no estaba seguro si eran solo los dos que no eran para nada discretos o eran muchos más por lo que decidió ir por un lugar más apartado en el cual pocas personas pasaban por la poca claridad que daban los faroles que estaban en las orillas de las calles. Cuando pasó por una banqueta dejó su valija a un lado y se sentó cruzando sus piernas en espera de algo.
Y en efecto, segundos después dos alfas se sentaron uno a cada lado de él, uno se paró adelante y otro atrás de la banqueta dejándolo rodeado, sinescapatoria.
—Pero veamos, que hermosura a venido por estos lados ¿Qué estás buscando, hmm?— dijo el aparente alfa que estaba frente a él, llevando su mano hasta el rostro perfilado del omega agarrando su mentón— Te estoy hablando así que responde— apretó su agarré en las mejillas sonrojadas por el frío de la noche haciendo que sus labios quedaran un poco abultados.
—No me gusta desperdiciar palabras con un insignificante hombre que se cree alfa— respondió haciendo una leve mueca cuando su rostro fue soltado con brusquedad, mas una pequeña sonrisa adornó sus rojizos labios al ver el semblante enojado del hombre. Había dado justo en el orgullo del alfa.
—Pues este insignificante alfa te enseñará a no meterte con alguien mejor que tú— gruñó con enojo, dándole unas señas a los demás alfas con la cabeza. En pocos segundos sus brazos fueron retenidos tras su espalda por el hombre que estaba a su derecha.
—Hyunbin, enséñale que un inútil omega nunca será mejor que un alfa— alertaron los otros dos hombres.
—Ustedes solo sirven para abrir las piernas, complacernos en la cama y ser nuestros sirvientes— dijo Hyunbin al de cabellos negros mientras desabrochaba el cinturón que adornaba la cintura del Omega— Upss.. — exclamó con burla el alfa al jalar el abrigo hacia lados contrarios, rompiendo los botones que cerraban su abrigo, algunos de ellos cayendo al suelo de la calle por la fuerza en que fueron agarrados, dejando un pequeño eco por lo silencioso que estaba el lugar.
Sus pechos rebotaron un poco por la liberación del abrigo, que en cuestión de segundos se lo quitaron.
—Estás bien dotado..— susurró el alfa con una sonrisa al ver las redondas y grandes protuberancias que aún eran cubiertas por su blusa de mangas de látex.
—Era mi abrigo favorito— murmuró el omega por lo bajo, los cuatro alfas rieron en voz alta por esas palabras.
—¿Crees que es lo único que romperemos esta noche?— susurró el alfa cerca de su rostro mientras intentaba llevar una de sus manos a la teta derecha de él pero antes de que sucediera levantó su rodilla con fuerza y gracias a la cercanía dió con la entrepierna del hombre. Dejándolo caer sobre el pavimento mientras sobaba su entrepierna con alaridos de dolor.
—¡Tu, qué te crees maldito Omega!— exclamó el hombre más alto al ver a su amigo tirado sobre sus rodillas. Un jadeo escapó de los labios de Taehyung al sentir la fuerte bofetada en su mejilla, girando su bello rostro a un lado por el impacto.
Antes de que le dieran otro golpe se soltó del agarre ajeno dándole una patada, agarró su maleta y recogió su abrigo mientras corría lo más rápido posible lejos del grupo de hombres con una risa en su pulcro rostro.
Corrió durante minutos por las calles de Seúl ganándose más miradas de los ciudadanos, y algunos insultos por chocar contra ellos hasta que llegó al lugar en que fue citado. Después de su momento de adrenalina, sonrió y acomodó su abrigo sin abrochar lo pues ya no servía del todo y gracias a que estaba acostumbrado a correr y hacer ejercicio su respiración no estaba tan agitada.
La casa estaba llena de personas entrando y saliendo con evidente ajetreo de un lugar a otro, acomodó su cabello corto y limpio su ropa con la mano mientras entraba a la casa que muy poco o casi nada recordaba. Apenas dió un paso y fue jalado por detrás desde su cabello por el alfa que lo siguió por casi toda la ciudad.
—Aquí estás— dijo con dificultad en su respiración mientras acercaba a Taehyung a su cuerpo— me alegro que estés aquí, irás a prisión por golpear a alguien de mayor rango que tú.
Algunos sirvientes de la casa se asomaron por el escándalo de esos dos, viendo sorprendidos al hermoso Omega de aroma a frutos rojos.
—El que irá a prisión eres tu estúpido— una vez más se soltó y le dió un golpe en la nariz al hombre tirándose al suelo con el mientras tiraba a un lado su maletín.
Muchos jadearon con horror al ver una pelea entre un alfa y un Omega, por lo que llamaron al alfa de la manada, Jeon Jungkook, para que arreglara tales asuntos.
Jeon frunció el ceño al ver como el omega tenía agarrado al alfa del pelo, sentado sobre el estómago del mismo y cuando puso el pequeño tacón de sus botines negros en la cara del hombre decidió actuar agarrando al omega del brazo alejándolo del otro.
Aunque su lobo se retorció por el aroma a frutos rojos y un toque de canela, lo ignoró y observó con enojo al omega sentado en el suelo por su acción.
—Un Omega no debe de tratar a un alfa así— regañó con su voz de mando, Taehyung se levantó del suelo ignorando a su padre y cuando estaba a punto de agarrar sus cosas su mano fue agarrada con fuerza sacándole un jadeo de dolor. Frunció el ceño y aún con el agarre se acercó al alfa agarrándolo de la camisa.
—¿Así tratas a tu hijo?— exclamó con enfado muy cerca del rostro de Jungkook, que aún estaba sorprendido por el hecho de que su voz de mando no lo afectó, casi queda en shock al ver queeseomega era su hijo.
Muchos de los que estaban allí, tanto Omegas como Alfas se sorprendieron al escuchar esas palabras.
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