E
Ega Chaverrio


Una señora lucha por volver a encontrar su felicidad pero un pueblo corrompido por los rumores hacen lo imposible para dejarla apagada y sin felicidad, pero un hombre ya pasado de edad al igual que ella, logrará crear un acto de heroísmo para devolverle aquella luz que tanto ella anhelo.


Drame Interdit aux moins de 18 ans.

#258 #381 #drama #inspiracional #239 #amor #luna #sol
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LA CASA DE LA LUNA

¿Señora que haz hecho de tu vida? que ahora eliges el dolor y no la libertad, anciana tu vida queda atrás, tu dolor es el que gobierna ahora, por esa pena es que ahora deambular sola por las calles ¿Vieja, qué te ha pasado?


Un pueblo no muy conocido en un lugar desconocido rodeado de montañas y lagos, lleno de pescadores, cazadores y mineros. Gente de buena fe católica, de costumbres con un toque monótono, mujeres devotas a su Dios, amantes de la sagrada familia, hombres trabajadores, honrados y amantes de whisky, ron y cervezas crudas, algunos fumadores otros glotones, en ese pueblo encerrado por tierra, nieve y agua era tranquilo, era gentil y humilde, personas normales como tu y yo, personas racionales, aunque con mentes un poco maleables, susceptibles a cualquier rumor, algunos por la ignorancia, por la falta de investigación y autoeducación, un pueblo chico alejado del mundo por cuestión de conexión, por las montañas y lago alrededor, por todo aquello tan bello.


Una pareja llega por el único punto de entrada a ese pueblo, buscando la aventura, la cultura y la belleza natural de un lugar que pocos conocen, una pareja de recién casados, una mujer rubia, delgada con una complexión un tanto en forma, se notaba a leguas su compromiso con el deporte, ojos verdes como las esmeraldas, tez blanca como la porcelana, de una altura promedio, una mujer que además de amar a su esposo, amaba las aventuras un tanto extremas.


Mientras tanto su esposo un hombre fornido, con la cabeza totalmente rasurada para disimular su calvicie, y una barba tupida, negra como el ébano, un hombre alto de tez morena con ojos del color de la miel, eran como ver el ying y el yang, eran una pareja un tanto controversial para ese pueblo, ya que ellos eran una pareja racialmente incompatibles para algunos pueblerinos. No obstante su carro no llamaba la atención, ya que era el carro más barato que ellos pudieron alquilar para esa expedición, por que ellos necesitaban de un carro para poder llegar hasta ese pueblo.


La pareja conducía por las calles de ese pequeño y apartado pueblo, buscando donde se podrían quedar, buscando un lugar para descansar del viaje, el cual les pareció largo, con un toque enfermizo, por la gran variedad de curvas que se encontraban camino a ese poblado.


Después de buscar tanto, al fin, ellos lograron encontrar una posada, esta posada estaba arriba de un café, que al parecer eran un mismo lugar, buscaron un campo para parquear el auto, y entraron a el café, aquí ellos se sentaron en la barra y pidieron una taza de té para cada uno.


–A mi me da un té verde en agua, por favor – dijo la mujer


– con mucho gusto – mencionó el hombre detrás de la barra


– y a usted, que se le ofrece señor – volteando hacia el esposo


– A mi por favor deme un té negro en leche – mientras tomaba nota el bartender fue interrumpido por el esposo y dijo


–Además que la leche sea de soya, es que tengo problemas digestivos con la de la
vaca– el bar tender lo miró asintiendo


– claro que sí, como guste señor– y se fue a la cocina a preparar té.


El esposo volvió la cara hacia donde estaba la musa de sus ojos


– amor ¿dónde iremos primero? – leyendo el menú del lugar


– no sé…– dirigiendo su mirada de amor a su esposo


–no sé mi amor, este lugar tiene muchos lugares románticos, me gustaría visitar todos– el hombre enfocándose en la manó de ella la cual reposaba en el bar


– pues podemos escoger cual te gusta más– luego de ponerle su mano gentilmente en la mano de ella, como muestra de su amor, y continuó


– este viaje fue planeado especialmente para ti – la mujer respondió a la caricia y agarró la mano del hombre


– ¡Gracias! Eres alguien especial, este pueblo me encanta por su historia de amor–

el bartender colocando las dos tazas de té en sus respectivos lugares mencionó


– a, ya veo, ustedes vienen para conocer la leyenda de la Vieja y sus infortunas…–

mostrando un gesto con las manos señalando un par de comillas en el aire


– “coincidencias”–.


–Bueno les contaré primero que hay dos casas una al extremo Este de este poblado, llamada la Casa de la Luna, y al extremo opuesto se encuentra la Casa del Sol, esto por una historia de amor trascendente que una vez un escritor contempló, hablando de uno de los estados de la luna, pero nosotros sabemos bien qué fue lo que pasó, pero para eso tendrán que visitar primero esas dos casas ya que la verdadera historia se encuentra dentro de ellas– mencionó el bar tender señalando en un mapa del pueblo, el cual estaba colgado justamente en la pared que se encontraba atrás del bar, en un marco de pino y cubierto en vidrio para evitar comprometer a este.


La mujer muy emocionada exclamó

– ¡Gracias! De hecho ese era el plan desde un principio, soy una romántica desmedida. Y la historia que salió de este pueblo es una de mis favoritas –


tomando la taza de té y dándole un sorbo para ver si calmaba esas ganas de conocer más a fondo, continuó


– pero no sabía lo de el trasfondo de la historia. Ahora sí quiero ir a estos lugares de una vez por todas pero. ¿A cuál ir primero? – dijo la mujer mientras tomaba una servilleta para limpiarse la boca, el hombre detrás del bar recomendó


– pues yo les recomiendo primero ir a la Casa de la Luna, ya que ahí está la raíz de la historia, una historia tan llena de misticismo y amor puro, les recomiendo hablar con el guía, él se sabe muy bien lo que pasó ahí – el bartender agarro una servilleta y del bolsillo de su delantal sacó un lapicero seguido escribió un número de teléfono y una dirección


– tomen aquí tienen, llamen a este numero y pregunten por Jaime Casas, el es el guía de ese lugar él sabe que historias habitan ese lugar tan místico– dándole a la mujer la servilleta con los apuntes, la mujer exclamó con emoción al bar tender


– ¡Muchas gracias señor, que tenga una buena tarde!–.

Los dos tórtolos se tomaron lo que quedaba en la taza pidieron la cuenta, pagaron y con actos de cortesía para despedirse, se marcharon del local, agarraron sus maletas del carro y subieron por las escaleras las cuales estaban en una entrada justo al lado del local. El hombre con noción de su fuerza ofreció a su mujer si le ayudaba con las maletas, dándole la oportunidad de que nada más abriera la puerta de la habitación la cual ya previamente habían obtenido antes de sentarse en el bar a tomarse su taza de té, ella asintiendo mencionó


– ¡Gracias, mi vida! Yo con mucho gusto te abro la puerta, solo ten cuidado mientras subes–.


El hombre subió consciente del comentario que le había dado su queridísima esposa

– Mi amor, cuando terminemos de acomodar las valijas, nos bañamos descansamos un poco y luego buscamos un lugar donde comer. ¿Te parece bien? –

alzando la voz para cerciorarse de que su mujer lo escuchara


– ¡Claro! –

dijo la mujer.


La esposa entró primero, mientras que, su esposo, él estaba terminando de acomodar el contenido de las maletas en los estantes del pequeño closet de madera comprimida, ubicado a un costado de la ventana, la mujer entre cerro la puerta y abrió la ducha, graduando la temperatura de esta ya que era una noche fría. Tomó uno de los paños que estaban en un estante, agarro un jabón que estaba colocado en el botiquín en frente del lavatorio, junto con uno de los champús en el pequeño frasco de muestra, vio que la ducha, ya estaba en su punto por el vapor que cubría el baño así que, ella se terminó de desvestir y se metió en la ducha, mientras el hombre ya estaba guardando debajo de la cama las maletas de ellos, terminado este él decidió acompañar a su mujer al baño, antes de entrar se quitó la camisa y abrió la puerta, dejando que saliera un poco el vapor de agua, el inmediatamente después de entrar al baño este cerró la puerta y se metió junto a su esposa a la ducha.


Luego de tener un momento íntimo en la ducha, los dos continuaron en la cama entre besos y caricias, su amor expresaron y la conexión cada vez llegaba a su clímax, la mujer sollozaba de euforia mientras su hombre, la hacía de él y, solo de él expresando cada vez su amor con más intensidad, luego la mujer puso su esposo recostado a la cama y ella se subió sobre él, la esposa movía sus caderas gentilmente de un lado a otro para proporcionar placer, mientras el hombre posaba sus manos sobre sus pechos desnudos masajeandolos suavemente hasta que ella llegara a su éxtasis y por fin los dos culminar en una explosión de sentimientos.


Luego de unos minutos, después de haber recuperado el aliento de tan intensa experiencia amorosa, los dos hablaron de sus próximas actividades de la noche


– Mi amor, ¿que iremos a cenar? – preguntó la mujer


– pues... vamos a tener que buscar un lugar donde comer – respondió el hombre


– creo que vi un lugar muy lindo cuando llegamos cerca de aquí, en una distancia en la que podríamos ir caminando – compartió la esposa amorosamente


– esto para poder vivir más de cerca no solo la vida nocturna del lugar, si no para sentir el espíritu místico de este – continuo la jovial mujer, a lo que este ser enamorado respondió


– claro, podríamos empezar nuestra aventura romántica con un gran paseo amoroso, en este místico pueblo – la mujer con amor dio un beso pasional a su querido esposo, dando a conocer que estaba satisfecha con esa decisión que los dos habían concordado.


Luego de un rato de estar jugando amorosa e inocentemente y conversando de lo que esto representaría para su matrimonio. Ellos decidieron salir de la cama y alistarse, para salir a caminar con el fin de experimentar el misticismo que ellos sabían que existía en ese poblado, ya que la noche estaba fría en ese lugar, ellos se prepararon con abrigos y bufandas, ella se puso un abrigo tipo gabardina de algodón color negro y una bufanda con colores en escala de grises, y unos leggins parecidos a los jeans y botas de tela cafés, mientras que el hombre se coloco una sudadera y una chaqueta de vinipiel, su manera de usar estas dejaba una vibra un toque informal ya que dejaba la capucha afuera de la chaqueta, igual este se veía bien, además usaba un pantalón negro y unas zapato deportivo formal. Ya listos recogieron sus cosas y apagaron la luz, primero salió la mujer y detrás el hombre el cual se encargo de cerrar completamente la habitación, y los dos bajaron a la calle y de ahí caminaron hacia el lugar donde ellos tenían planeado cenar.


Caminando vieron bastantes lugares donde se mencionaba a la casa de la Luna y la casa del Sol, era casi como el tema de su pueblo, la mujer conociendo un poco la historia se le hacía irónico este tema icónico de este pueblo, las personas pasaban al lado de ellos saludando


– ¡Muy buenas noches! – decía una mujer de edad entre los cuarentas, humildemente entregando su más sincera sonrisa


– ¡Buenas noches a usted! –

respondía la pareja en coro, un viento frío de primavera pasó por donde ellos caminaban y la mujer abrazó el brazo cálido de su esposo, esté sintiendo el abrazo de ella pensando en que eso no solo solucionará el problema de su mujer con ese soplo de viento frío, si no que también le estaba ayudando un poco a su autoestima, ya que se sentía más valiente y orgulloso de tener una mujer bella a su lado, bella no solo en físico, si no que también bella en espíritu, un corazón lleno de humildad y gentileza.


–¡Buenas noches! – pasó un señor mayor justo al lado de ellos, caminando con la ayuda de un bastón de madera elegantemente tallado, ellos le respondieron con una sonrisa gentil


– ¡Buenas noches! – el señor les mostró una sonrisa y se quito el sombrero que andaba, en señal de respeto hacia la pareja, la mujer volteó su cara hacia donde se ubicaba el rostro de su amor, ella seguía abrazando fuertemente el brazo cálido de su esposo y mencionó


– Que gente tan humilde hay en este pueblo, no lo puedo creer– el hombre soltó una pequeña risa y preguntó


– ¿por qué no lo puedes creer? La gente en este tipo de pueblos es humilde– la mujer volviendo a ver hacia al frente respondió


– pues, al yo leer la historia de este pueblo, supe que en sí la leyenda muestra a las personas de aquí un poco llenos de egocentrismo– a lo que el hombre reaccionó


–pues es una leyenda, a veces las leyendas son alteradas para dar un toque de emoción, tal vez el pueblo no fue así, pero para que la leyenda tuviera una mejor trama la gente cambió algunas cosas de esta para crear algo más emocionante ¿No lo crees? – a lo que la mujer un poco más tranquila con sus dudas respondió


– pues tiene un poco de lógica lo que mencionas – y los dos tórtolos siguieron su camino abrazados hasta su lugar de destino.


Al llegar al lugar vieron un lugar plenamente hogareño, con música en vivo instrumental, un hombre tocando una guitarra acústica, otro hombre un poco más joven estaba sentado junto al hombre con la guitarra, tocando unos bongos, los cuales él tocaba con estilo y experiencia dando diferente sonidos, marcando y decorando el sonido de la guitarra, dando en sí una armonía de total tranquilidad para los comensales en el restaurante, todo esto acompaña la voz angelical de una mujer que parecía ser la esposa del guitarrista, es más parecía que este trío era en sí una familia de músicos. Mientras tanto ellos avanzaron a la puerta, el hombre con un gesto caballeroso abrió la puerta para dejar pasar primero a su musa, ella con una sonrisa llena de ternura y amor, entró al local, seguido con un aire de orgullo y con la frente en alto, entró él, se acercaron a donde estaba el pedestal donde se encontraba la anfitriona, una mujer muy elegante vestida con un traje de noche y un chaleco de seda el cual le daba más elegancia, la anfitriona estaba impecable, su pelo estaba recogido en un moño amarrado con dos palillos chinos estos dejando sin un pelo suelto al cabello rubio de la anfitriona, la cual estaba siempre sonriente, lo cual parecía que fuera algo que cansaría sus mejillas, pero aún más parecía que ella ya tenía varios años de práctica y, músculos de su cara estaban ya más que fortalecidos, al acercarse la anfitriona con una voz llena de calidez mencionó


– ¡Bienvenidos a este nuestro restaurante! será un gusto atenderles, si quieren les ofrezco una mesa cerca de la ventana, para que así puedan apreciar la belleza que esconde este hermoso pueblo, ya que en la noche es aún más bello que en el día – Señalando la mesa exclusiva para una pareja de enamorados, ya que en su centro se encontraba unas velas con un arte rústico de piedra la cual tenía entradas en formas elegantes y a la vez románticas, estas por la luz de las velas se formaban también en la mesa,

la anfitriona continuó

– ¿Qué les parece? –


la mujer con un sentimiento de agrado por la mesa respondió

–¡Claro! –


voltio a ver a su esposo y le preguntó – ¿A ti qué te parece mi amor?–


el joven enamorado con una sonrisa de cariño y asintiendo aseguró

– ¡Sí, por ti lo que sea! Es tu viaje y estoy para lo que quieras, en completa disposición tuya– la anfitriona con una mirada llena de ternura comentó


– Que pareja tan linda hacen, síganme por aquí – y caminó hacia la mesa, y la joven pareja de enamorados la siguió.


Ya en la mesa, los dos se sentaron en lados opuestos para poder verse de cara, mientras a un costado se podía ver un pueblo nocturno lleno de vida, lleno de gente tanto ajena al pueblo como a sus locales, además de que la luna brillaba a toda su capacidad. Lo cual alumbraba la copa de los árboles que se ubicaban cruzando la calle, árboles frondosos que, de seguro, brindaba sombra en días con bastante sol, la luz de la luna no solo iluminaba la copa de los árboles sino que también lograba descubrir la belleza del pueblo, los caminos de blocks, los arbustos bien cuidados a la orilla de estos, dividiendo la acera con la calle, lograba mostrar también los carteles que señalaban los nombres de las calles, y por supuesto el lago inmenso que besaba ligeramente al pueblo, en sí un lugar hermoso para pasar una velada romántica, justo lo que ellos querían esa noche.


Cada uno pidió su plato, mas algo para compartir, además de pedir una botella de el mejor vino de el lugar. Mientras esperaban oían la música en vivo, a veces era tango, otras flamenco, pero la mejor parte era cuando el guitarrista y la cantante se quedaban solos interpretando una canción, tan romántica que los mismos intérpretes tenían que dramatizar las escenas, así ellos terminaban interactuando con el público presente, lo cual era mucho más poético de lo que uno se podría imaginar.


Mientras apreciaban el concierto hermoso de los intérpretes, ellos disfrutaban del mejor vino que hasta ese momento, llegaron a probar, su cuerpo, su sabor no muy amargo, frutal, una excelente reserva, meditaba el agradecido hombre por tal placer que llegó a sentir en toda su boca. Era un sabor tántrico, que lo llevaba a sentir cosas que nunca había sentido hasta ahora. sentimientos que esperaba que sintiera su amada esposa, ya que esta nueva aventura de sentimientos era algo que él anhelaba sentir junto a ella. su dulce y bella esposa en sí sentía lo mismo, no solo del vino, si no de la música que se estaba tocando en vivo, vida, era lo que cada nota de la guitarra vibraba, vida, era la voz que salía de la mujer, esa artista que cada nota la hacía sentimiento, cada palabra mostraba su verdadero rostro, y juntándose era la historia más hermosa del mundo entero, pero ella sabía que esa historia no estaba a la altura de lo que ella iba experimentar mañana, cuando visitaran la Casa de la Luna.


–¡Se ven deliciosos estos platos!– mencionó el hombre al verlos mientras eran servidos por el mesero


– ¡tienes razón! ¡se ven deliciosos! – menciona la mujer mientras recibe su plato, un plato lleno de colores, verduras hervidas de las cuales su verdor era más intenso que lo normal, una ensalada con tomates tipo cherry, hojuelas de almendras y aceitunas deshuesadas, con lechuga y un aderezo merecedor de la realeza, una pechuga de pollo rellena de queso mozzarela y jamón, guarniciones en partes pequeñas, puré de papa y todo esto en un plato elegantemente decorado. Mientras que el plato de su querido esposo tenía ensalada cesar, verde como el pasto en la mañana, un filete de pescado fresco, recién atrapado por los pescadores del pueblo, al ajillo, con un poco de cerveza para que se viera dorado, arroz blanco teñido de amarillo por la cúrcuma, un ingrediente tradicional de la zona, y un gajo de limón para que le vertiera (si era de su gusto) al filete.


Después de contemplar sus platos, la pareja empezó a degustar su comida, ella le dio un pedazo de su pollo relleno. Él justamente después de probarlo directamente del tenedor de ella, le brindó la oportunidad de probar el pescado


– ¡toma! ¡está delicioso! – dijo el hombre


– Gracias, y... ¿qué te pareció el pollo relleno? – preguntó la mujer


– igual de delicioso, una buena elección, muy buena la recomendación – mencionó el hombre

– de verdad que si, muy buena la recomendación que nos dieron– respondió la mujer con una sonrisa de satisfacción con un poco de amor, un regalo de ella para él, agradeciendo el viaje que tanto ella había esperado, desde la primera vez que había leído esa historia.


Al terminar la cena pidieron el menú de postres, para ver qué delicias ofrecían, esperando que fueran legendarias como lo había sido el plato que cada uno había pedido


–hay un postre que no está en la carta de postres, ya que es la especialidad de la noche, esto por ser luna llena – mencionó el mesero mientras les entregaban a cada uno sus respectivos menús de postres


– y ¿por qué este postre lo hacen por ser noche de luna llena? – preguntó el esposo, el mesero enderezando su cuerpo después de servir un poco de agua fría a los jóvenes esposos, mencionó


– Pues porque como de seguro ya saben, jóvenes tortolitos, este pueblo tiene una atracción para los románticos viajeros, la historia que nos marcó, la que por su propio motivo se crearon las casas más atractivas turísticamente hablando –

La mujer con una sonrisa llena de emoción compartió su conocimiento – ¡Claro que la conozco! Es el motivo de nuestro viaje de Luna de miel, conocer más a fondo la historia de la antigua dueña de la muy popular Casa de la Luna–


el esposo soltó una risa llena de satisfacción –pues si es ese el caso me gustaría probar este postre pero, traiga dos cucharas por favor – el mesero con una sonrisa y asintiendo con la cabeza se volteó y se fue a la cocina.


Cuando volvió a la mesa traía consigo el postre denominado pie de luna. Una pieza de pastel de piña asemejándose a esos pequeños y famosos queques chinos que se consumían más en el festival de la luna. Mientras que su cubierta era dura como una galleta de panadería, espolvoreada con azúcar molida, y una bola de helado de vainilla adornada con una ramita de menta, se veía que se encontraba recién salido del horno, ya que el vapor emanaba justo del relleno de piña.


– Aquí tienen. espero que lo disfruten – mencionó el mesero mientras le entregaba a cada uno sus cucharas


– ¡Muchísimas gracias, se ve delicioso! – mencionó la entusiasmada mujer, el esposo agarró la cuchara y partió un pedazo del pie y lo montó en la cuchara, seguido acto levantó el brazo en son de ofrecerle la primera cucharada de pie a su bella mujer, mencionando


–toma, haz los honores y dime como está – la mujer voltio hacia la cuchara y con la boca abierta acepto el bocado de pie, empezó a degustarlo y sintió como el relleno dulce de mermelada de piña natural lograba complacer su paladar, el cual era amante de las cosas llenas de dulzura, además de darle ese toque crujiente por parte de la cubierta del pie, el helado ayudaba a dar una sensación única y especial al sentir algo caliente con algo frío, eran dos distintas percepciones que increíblemente se llevaban bien cuando iban juntos, era algo mágico que encantaba al gusto delicado de la mujer, el esposo amaba cada bocado que se metía a la boca, degustando cada parte de la mezcla, un hombre lleno de un gusto impecable por el arte de la cocina, un hombre que podría crear un plato perfecto sin mirar las medidas exactas de los ingredientes en la receta, él un cocinero por excelencia, lograba captar cada ingrediente de este delicioso postre, con cada bocado que daba, saboreaba este dulce manjar, detectando que había en la mezcla tanto del relleno como el de la cubierta crujiente, se percató que el helado era hecho en el mismo lugar, esto, con solo probarlo ya sabía que tipo de helado, ya que a diferencia de un comercial, el artesanal tenía menos sabores artificiales y preservantes, quisieron acompañar ese delicioso postre con una bebida caliente, mientras que la mujer pidió un té de wu long, su queridísimo esposo pidió un café negro descafeinado, para no despabilarse ya que al día siguiente tendrían que madrugar para llegar temprano a su primer aventura.


La mujer tomaba sorbos de su té y se regocijaba por tal sabor. Ese té tenía lo que su paladar denominaba, la oxidación perfecta, además de que la fragancia llenaba sus alrededores, ayudándola a tener una sesión de aromaterapia, relajante aroma acariciaban su rostro mostrándole el camino hacia los brazos de Morfeo. Mientras la música que en ese momento era instrumental, llenaban sus oídos de notas tan gentiles que podrían apaciguar a un hiperactivo individuo o bestia, este té estaba ayudándola a dar un placer aún más grande, lavando el sabor del postre para que cada bocado apreciara su boca como que si fuera el primero y así, nada más darle un potente golpe de sabor extraordinario.


El café del hombre estaba a una temperatura adecuada, ni muy frío pero tampoco hirviendo, ya que el pobre hombre tiene el padecimiento que muchos tenemos conocido popularmente como lengua de gato, ese tipo de persona es aquella la cual no puede ingerir nada a un nivel de temperatura muy alto. Pero si era amante de los cafés amargos, ya que un buen café debe de tener cuerpo, y como sabemos, entre más amargo, más cuerpo tiene el café, pero igual tenía un sabor raro por la falta de el componente clave del café, la cafeína estaba ausente, pues porque ya era tarde y el hombre no quería despabilarse.


Terminaron el postre, cada uno su mitad y su bebida caliente, se quedaron un poco para oír la música en vivo, lograron entender que toda la música que tocaban traía una historia, cada historia era continuación de la anterior, se terminaron de dar cuenta que era sobre la Casa de la Luna, esto por ser coincidentemente una noche de luna llena.


Concluyendo la noche la pareja se levantó de la mesa, retirando así las pertenencias de cada uno, el hombre fue al mostrador del restaurante para pagar, mientras que la mujer se fue a esperarlo en la puerta, al llegar el esposo enamorado, le dio un beso en la frente, le colocó el brazo alrededor de los hombros y salieron por la puerta.


Caminaron un buen rato disfrutando de la noche a la luz de la luna, se veía como dos personajes de una película romántica, agarrados de la mano jugando entre ellos, abrazándose y dándose besos, incluso hasta se hacían cosquillas. La gente alrededor los veían y se contagiaban de la hermosa vibración que emanaba de sus acciones, era algo hermoso, todo era color de rosa, pues por supuesto que era color de rosa para esos tórtolos, los dos acababan de contraer matrimonio y ese viaje era su luna de miel, él le había prometido a ella ese viaje, y que mejor regalo para ella, si lo hacían el mismo momento en que su nueva vida estaba por empezar, el mejor regalo de bodas que su marido le había hecho, un regalo a una romántica mujer.


Cuando llegaron al fin al apartamento, se metieron de nuevo a la tina con agua caliente y una botella de champán bien frío, los dos otra vez volvieron a celebrar su amor consumando como Dios manda, pero primero los dos se metieron en la tina a la luz de las velas llena de sales relajantes y exfoliantes, el hombre recostado a la pared y la mujer recostada en el varonil pecho de su amado esposo, mientras hablaban de cosas mundanas, románticamente mundanas, cosas de un futuro probable e incierto, palabras de dos soñadores compartiendo ideas de lo que podría ser su vida juntos, como hablar de cuántos hijos podrían tener

– una pareja – mencionaba el hombre


– tal vez, pero acuérdate de que tu papá es un gemelo, y eso se escapa una generación, tal vez tengamos gemelos así que… pienso… que pueden ser tres– dijo la mujer, el hombre echó una carcajada


–pues tienes razón, espero que si tenemos gemelos, sean como muy pocas veces sucede…– menciona el hombre


– ¿Como? – reacciona la mujer


– pues que sea una pareja de gemelos ¿qué te parece? – le afirma el hombre


– pues si, suena imposible, pero nada es imposible – consiente la mujer dándole un beso en la boca a su esposo


– ¿pero cómo los llamaremos? – pregunta la joven


– pues… dime… ¿Qué nombre te gustaría? – consulta el hombre


– no se para la niña… yo la llamaría… déjame pensar… – con una reacción levantando el dedo de la mano, justo la altura de la cabeza y, una sonrisa llena de emoción dice


– ¿Qué tal Leila? Siempre he creído que ese nombre es hermoso, es más hasta he investigado sobre el nombre y dice que significa a alguien que nació de la noche algo así como ‘nacida de la noche’ ¿qué tal? – se voltea la mujer de nuevo hacia su esposo


–¿Qué te parece ese nombre? – a lo que el esposo responde


– pues me suena genial, un nombre hermoso con un significado muy bello, creo que si me vería siendo padre de Leila – y le dio un beso en el cabeza, justamente donde lograba su boca llegar, la abrazó fuerte y consultó


– Y… ¿Para nuestro hijo… ¿el gemelo de Leila? – la mujer sonrió tomó un suspiro prolongado y mencionó


– para él… creo que es mejor que tú lo decidas… ¿Qué te parece?– a lo que el hombre enamorado de sus probabilidades de crear una familia con su amada y recientemente esposa, respondió


– pues tendría que pensar un poco… hay muchos nombres de niños que me gustaría ponerle a mi hijo, a el gemelo de nuestra adorada Leila… ¿Qué tal si le ponemos el nombre de mi papá? – la mujer se puso un poco pensativa, acordándose de él nombre de su suegro, y recordando a la vez su significado, ya que ella siempre le gustaba saber que significa cada nombre


– bueno creo que tengo que pensarlo mejor, ya que no me acuerdo bien del significado del nombre de tu papá – mencionó la mujer


– pues si más no me acuerdo… mi abuela me contó que el nombre de mi papá significaba resplandeciente como el sol – comentó el marido, observando el techo con son de mirar las ideas que pasaban frente a sus ojos, tratando de ver cual agarraba ya que pasaban muy rápido


– si me suena muy bello el nombre Dagoberto, es fuerte, no es sobre-utilizado… creo… que es un buen… bueno la verdad me parece, un excelente nombre, un significado muy bello… muy hermoso – mencionó la mujer.


Luego hablaron de otras cosas más. Mencionan de vez en cuando la historia que los trajo a este poblado. Pero lo demás era sobre el plan a futuro, era algo importante de recordar. es lo que tendrán que hacer el resto de su vida, por eso era importante. así que tomaron la iniciativa de planear con prioridad sus vidas como pareja de recién casados.


Al terminarse la botella de champán los dos tuvieron un encuentro amoroso de nuevo. la mujer desnuda se montó en las caderas de su querido y fornido esposo. Y crearon un momento hermoso, íntimo y perfecto.


Al finalizar, los dos salieron de la bañera, la mujer desnuda busca una bata, mientras que el hombre se pone los calzoncillos tipo bóxer para dormir solo con ellos, la mujer después de colocarse la bata, se seca el pelo con la secadora del hotel, mientras que el hombre toma el cepillo de dientes y la pasta, se pone detrás de su esposa, esto para compartir el espejo, ya que la mujer trataba de observar con detalle donde se tenía que secar, era una noche fría y ella no iba a dormir con el pelo mojado, podría enfermarse. Ella trataba de no enfermarse, porqué no podría ir a disfrutar de su viaje si se enfermara, el hombre después de lavarse los dientes, agarró el enjuague bucal, hizo un par de gárgaras y escupió en el lavatorio.


Luego de hacer todo ese ritual para poder acostarse, salieron del baño, se posaron cada uno en la posición que escogieron dormir y se metieron debajo de las sabana, se dieron un último beso en los labios, apagaron la luz, el hombre abrazó a su mujer por la espalda y los dos se acurrucaron para dormir.


Al día siguiente se levantaron temprano, prácticamente de madrugada, ya que era un lugar que quedaba largo. Claro, estaba a las afueras del pueblo en una colina no muy alta, con un campo verde lleno de árboles, además de ser un camino con muchas curvas, ya que era muy difícil llegar a esa tierra tan alta, los dos se tenían que alistar muy bien. Con ropa hecha para las caminatas de altura, además de que tenían que llevar variedad de cosas, para poder subir el camino bien. Ya que era imposible llegar en carro, era mejor caminar, esto por que desde que se convirtió en un centro turístico, decidieron solo dejar entrar a las personas caminando.


El hombre se metió al baño, se rasuró la barba que ya estaba creciendo, dejando nada más que un candado cerrado. Se puso una de esas cremas de bálsamo para refrescar la piel irritada por las navajas de la prestobarba; además de lavarse los dientes, ya que era una muy buena costumbre, nunca le gustó el sabor amargo después de levantarse en la mañana, pero antes de usar el cepillo para lavarse bien la boca. Agarro un poco de hilo dental y se lo pasó por entre los dientes, cuidadosamente ya que tenía experiencias previas donde él se había roto las encías; y era como ver una película terriblemente violenta, de esas en que la sangre es protagonista principal, justo después de limpiarse los dientes con el poco de hilo dentífrico, se enjuagó la boca y pasó al cepillo, se lavó bien los dientes. cepillando uno por uno; de arriba hacia abajo los dientes superiores, de izquierda a derecha iba cepillando, luego de cepillar los superiores por delante empezó a cepillarlos por atrás. Y así siguió con los inferiores. debían de quedar impecables sin algún rastro de placa bacteriana, lo último que hizo fue usar el enjuague bucal para refrescar el aliento.


Mientras tanto su queridísima esposa estaba haciéndose un tratamiento rápido a su cabello, ya que la noche antes ella se había lavado su hermoso cabello; según su esposo, untándose una crema a base de aguacate, la cual le ayudaría a crear más fuerza para evitar la caída del cabello, y la cual le dejaba tener el pelo largo, un ritual que normalmente duraría una hora pero en realidad, como estaban apresurados hizo algo más rápido de lo normal. Así que dejó la crema actuar mientras ella se peinaba. masajeando así su cuero cabelludo, para estimular el crecimiento del cabello, y que las raíces fueran más fuertes.


Luego de su acomodada rutina de cuidado para su cabello, la mujer se puso a hacer la misma rutina que su marido acababa de hacer para la higiene bucodental: usando hilo dental, cepillando sus dientes y, refrescando el aliento con un sorbo de el enjuague bucal que su amado le había ya cedido a ella.


Ya tenían todo listo, todo estaba ordenado, solo faltaba salir del apartamento, para tomar rumbo hacia su primer día de aventura en esta romántica luna de miel. El hombre tomó las llaves del apartamento, que estaban sobre la despensa; dentro de un jarrón de vidrio decorado con flores de colores, le dio paso a su mujer para él salir detrás y así poder cerrar la puerta, además que en realidad lo hizo como un gesto de amor a su dulce esposa, la musa de sus ojos.


“Cuando hay una tormenta, los pajaritos se esconden; pero las águilas vuelan más alto”
-Mahatma Gandhi-


Bajando las escaleras, uno detrás del otro, comentaron sobre la Casa de la Luna un poco, el hombre preguntó


– Cariño ¿cuál es la historia de esta casa? – a lo que la mujer respondió


– bueno yo solo sé sobre la historia que me contó mi madre, una historia hermosa pero, al parecer hay muchas cosas que ella no me mencionó, por eso quiero conocer más de esta conmovedora historia – el hombre ya en la acera esperando a su mujer le mencionó


– debe de ser más bonita contada por gente que vive de esas historias, tal vez nos cuenten cosas que nos sorprendan– la mujer le sonrío y lo abrazó ya que ella estaba llena de emociones lindas, emociones que ella amaba tener y más si era junto a su amado esposo, el cual fue el que le generó esos lindos sentimientos.


Los dos caminaron un rato hasta la estación; donde estaba el bus que los iba a llevar a su primer destino, la famosa y aclamada por los visitantes; la Casa de la Luna. Los dos iban felices ya que el día estaba a su favor: cielo totalmente despejado, una brisa fresca que soplaba desde el lago hasta el pueblo; ni una nube en el cielo azul y un sol radiante, la temperatura perfecta; no hacía frío, tampoco calor. A su alrededor habían muchos colores, vegetación verde, plantas, flores, en sí el pueblo estaba rodeado por un jardín hermoso, lo cual llenaba la aventura de más sentimientos, de romance, alegría entre otras.


Los dos esperaron sentados; la mujer recostada en el hombro de su querido esposo, los dos amantes perdidamente románticos esperando el bus, la mujer llena de emoción abrazaba fuertemente el brazo de su esposo. Este hombre que cumplió no solo con una promesa que le hizo, si no que también con un sueño que ella tenía desde su adolescencia, cuando ella leyó la historia romántica que su madre le había dado, esa historia llena de sentimientos hermosos, ella estaba a punto de lograr una de las grandes hazañas que ella siempre quiso tener, esa era una de sus aventuras enumeradas en la lista de cosas por hacer en su vida, al fin empezaba a crear algo hermoso, una experiencia de vida que le podría contar a sus hijos. Ella y su esposo tenían la dicha de comenzar sus vidas juntos en una aventura llena de historia, además llena de romance, loca enamorada era la mujer, cosa que a su esposo le encantaba, ya que era siempre espontánea, una característica que lo conduciría a una nueva aventura, a lo que él consideraba algo muy entretenido; claro con aventuras así ninguno de los dos iba a crear un estado de aburrimiento extremo.


Luego de ver el bus llegar y abrir sus puertas, ellos se formaron en la línea de entrada al bus, alistando los tiquetes para no atrasar a los demás


– ¡TIQUETE EN MANO! – exclamó el conductor con un tono de volumen alto para que los pasajeros lo pudieran oír. El hombre se posó frente al chofer del bus y extendiendo la mano con los tiquetes comentó


– espero que tengan dos campos vacíos, es que quiero estar al lado de mi recién llamada esposa, no quisiera perderme nada de esto – a lo que el chofer con cara amable y vos tranquila le mencionó


– ¡Claro, ustedes son de los primeros en la fila, pueden encontrar fácilmente dos campos que estén juntos, muy bello que decidieron venir de vacaciones a este hermoso poblado. Espero que lo disfruten! – el hombre le sonrió agradecido y entró detrás de su esposa, y encontraron dos campos precisamente juntos, era una gran suerte, ya que al fin estaban a punto de empezar su aventura y, ¿que sería si no estuvieran uno a la par del otro?


Ya en el bus los dos se acomodaron. Ella en la ventana para que apreciara el paisaje, mientras él quedaría en el pasillo, al esposo no le importaba si iría incomodo ya que mucha gente pasaba de adelante hacia atrás chocando con su brazo, o empujando, lo que importaba era que su dulce y bella esposa fuera tranquila disfrutando del viaje, él tenía bien clara su meta; esta era la de complacer a un cien por ciento a su mujer.


Después de una hora de hermosos paisajes en la ruta, el bus finalmente llegó a su destino, un parqueo lleno: de carros, microbuses y más. El bus en el que venían estaba conduciendo a la entrada común del lugar, una entrada llena: de rosas de todos los colores, árboles con flores blancas; parecidas a la de los cerezos de Japón. Mientras que en el sendero que los llevaba a la casa estaba cubierta de esas flores blancas, simulando nieve, en un día soleado, algo hermoso para recordar, la mujer quiso inmortalizar ese momento con una foto, así que agarró su cámara; le puso un lente y se tomó su tiempo enfocando ese sendero, el cual esperaba crear algo bello. Ya cuando logró presionó el botón y disparó, al ver la foto en la pantalla de su cámara, vio la belleza que había impregnado en esa imagen, siguió a su esposa para mostrársela, ella al ver la imagen hermosa del camino sonrió y, exclamó


– ¡Que hermosa foto haz tomado! espero ver más de este lugar siendo inmortalizado en un álbum de fotos donde mostremos nuestra primera aventura como esposos– a lo que su querida esposa respondió


– ¡Claro!–. Cuando finalmente llegaron a la entrada del lugar, la Casa de la luna estaba llena de colores, tanto fríos como cálidos. Haciendo alusión a la señora luna y los colores de su vestido de noche; el cual viste con lentejuelas.


La pareja entró a su destino, encontrando muchos adornos alusivos a la historia de la dueña del lugar; con notas históricas sobre el propósito de cada uno. Ese lugar era grande para una mujer que vivía completamente sola, la mujer estaba fascinada por tal lugar. Mientras tanto; para que su mujer no se perdiera de nada, el hombre decidió pasar tomando fotos; ya sea solo a los objetos y lugares o, a su mujer feliz, disfrutando al fin de un lugar lleno de romanticismo y liberación de una mujer; la cual necesitaba obtener su independencia.


Los tórtolos abrazados contemplaban de todo lo que había, desde los ingeniosos aunque, un poco extraños artilugios dentro de vitrinas. Las cuales evitaban que el polvo estropeara sus extravagantes diseños tallados en la madera, en sí: fotos, pinturas y más. Todo relacionado con la vida solitaria de la dueña; del monumento a la vieja luna, artilugios extraños y curiosos creados en casa, nada era comprado, lo único adquirido en tiendas eran los materiales que se usaron para crear las magníficas herramientas. Ellos estaban fascinados con tales aparatos, no se podían imaginar la creatividad de la mujer, era algo sumamente ingenioso, aparatos creados para no solo labrar la tierra, también ayudaban a facilitar el trabajo dentro de la casa, quehaceres como: la limpieza del piso, la de la cocina, mecanismos que ayudaban fácilmente a limpiar los utensilios de la cocina; esto conociendo que en esa época no se había inventado el lavavajillas o al menos, no había llegado a ese pequeño lugar. pero ahí estaba el futuro, la anciana que vivía en ese lugar había creado el lavavajillas, nadie supo, y hasta que alguien más llegará con una idea similar, la pareja como buenos Millennials estaban atónitos, atónitos de que algo así pudiera salir de la mente de alguien de la época en que todos eran conservadores, no era tan vieja la historia, pero igual era algo que tuvo su generación, por lo menos no era la generación de los Millennials, tal vez de los baby boomers. Apenas en la época que una generación criaba a otra, los baby boomers y la generación X.


En fin, artilugios que no eran de esta época generacional; según los criterios de cada parte en la relación, la mujer que vivía allí tenía una mente totalmente brillante, pero ¿porqué no haber vendido sus ideas? ¿por qué dejar en secreto tan maravillosos inventos? Pues, nadie sabía lo que en la mente de tal mujer habitaba, eran seguro pensamientos negativos, o, el simple hecho de que no tenía algún interés por ganarse unos milloncitos de más, por decirlo así.


Los dos tórtolos caminaban de derecha a izquierda, de adelante hacia atrás y viceversa, viendo todo a su paso: la estructura en madera, la chimenea que hace tiempo no se encendía; pero igualmente preparada para serlo, aunque fuera un simple decoro para los visitantes; sillones ya viejos aunque bastante cuidados por el personal del gabinete del pueblo, lámparas; algunas eléctricas, otras que necesitaban de una candela, o más. En sí una casa llena de muchas cosas históricamente antiguas, algunas hechas por las manos artistas de la mujer, otras pues, adquiridas en tiendas del pueblo, no porque el mismo gobierno lo había puesto, si no que por el simple hecho de que, la mujer que vivía ahí aunque pareciera; ella no hacía milagros.


Los dos pasaron horas hablando de lo hermoso que era estar en ese lugar. Sentía una vibra aunque un poco oscura; hermosa, la mujer no podía contener su felicidad, mientras que su hombre, ese, el cual la complació; se sentía orgulloso de esta meta que logró. Él estaba completamente satisfecho en ese momento, no solo por haber completado una promesa, si no que sentía y compartía esa vibra que emanaba de esa casa tan llena de historias místicamente románticas.


“El hogar debe ser el refugio sagrado de la vida"
-John Dryden-


Ya en un lugar de ese hogar, los dos encontraron a un personaje un poco peculiar, un viejo lleno de sabiduría en sus ojos, los cuales eran del color del cielo, pelo blanco como el mismo blanco que representa la paz. Hombre de estatura mediana, con una edad física de setenta y ocho años pero de espíritu de veinte y cinco, sus ganas de vivir eran irradiadas por medio de sus ojos, era cuidador del lugar, un hombre que mantenía todo en perfecto estado, un hombre lleno de vitalidad, preparado para el cuidado completo de una casa como esa, jardinero, plomero, guarda, historiador, entre muchos oficios más.


El joven esposo le preguntó directamente al cuidador

– Disculpe – El viejo volteó a ver


– pero… me pregunto… – con ojos comprensivos el señor le pregunta muchacho


– ¿Si? – a lo que el hombre reacciona


– ¿Cuál es su nombre? – a lo que el viejo guarda le responde con una sonrisa cálida


– Me llamo Jaime Casas, soy el cuidador de este aposento histórico – el hombre le extiende la mano y le contesta muy amigablemente


– ¡Mucho gusto! me llamo Arturo y, ella es mi esposa Casandra, yo fui el hombre que lo llamó ayer en la noche a eso de las siete y treinta – El señor reaccionó con una grata risa, respondiendo al gesto de saludo estrechando firmemente su mano


– ¡Mucho gusto! –.


3 Janvier 2022 18:09 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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