Cada noche a las 12 pm se levanta de su cama para acercarse a la ventana y hablar con la luna, que justo a esa hora se encuentra en su punto más alto, a la mitad del mundo y cuándo tiene su rostro mirando hacia la Tierra. Aquel satélite natural era su única amiga, era la única con lo que podía hablar y ser escuchado. Por su parte, ella prestaba atención a cada palabra que le decía y lo miraba con dulzura, sabía que dentro de él abundaba un sentimiento enorme de tristeza y soledad, emociones que en su mundo era lo normal.
- Luna, hoy he tenido un día más sombrío de lo habitual, fui al colegio y no hice ningún amigo con quien pueda compartir mis lágrimas, todos tienen a alguien con quien llorar y yo por mi parte, estoy solo en mi pequeño rincón – le dijo con los ojos llorosos –
- ¿Sabes una cosa? – le respondió la luna – Yo conozco un mundo muy diferente al tuyo, donde las personas buscan amigos para compartir felicidad.
- ¿Felicidad? – dijo el pequeño confundido –
- Sí, sé que en tu mundo es una palabra desconocida pero las personas en aquel lugar lucen diferentes, tienen expresiones más vivas. Cada vez que paso por ahí se escuchan sonidos vibrantes que salen de su interior, ellos lo llaman “risa”.
- Realmente estoy confundido.
- Lo sé, el asunto es que yo tengo una pequeña amiga en ese mundo y cada vez que llega la hora de encontrarnos me dice que no consigue un amigo con quien compartir su felicidad.
- Creo que en su naturalidad busca lo mismo que yo.
- Ambos me recuerdan al otro, buscando compañía para compartir sus peculiares emociones.
- ¿Aquel mundo de “felicidad” está lejos de aquí? – preguntó curioso –
- Está tan lejos que sería imposible que llegues vivo, pero sabes una cosa, yo te puedo enseñar a ser feliz.
Escenarios grises donde los pensamientos y palabras de cada ser están cubiertas de melancolía. En este universo se refleja la tristeza en matices oscuros, donde las lagrimas caen con normalidad y son parte de lo cotidiano. En savoir plus Umbrío .
Merci pour la lecture!
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