Taehyung tomó la tarjeta que estaba entre las flores de tigre y una que otra flor de calicanto de Carolina, siendo una muestra para dar el mensaje de que ellos juntos siempre serían la combinación perfecta.
La tarjeta tenía el color morado degradado con gris y con unas hermosas letras cursivas que reconocía a la perfección decían: Llámame y dime que yo soy el elegido.
Una conocida sensación recorrió su cuerpo.
Kim se mordió el labio inferior y cayendo con un suspiro a su silla de cuero tomó su celular y marco.
En cada tono su boca se secaba, por eso tuvo que tomar la copa de agua que estaba en su escritorio, el líquido amortiguo el sabor amargo y seco que tenía.
Los tonos de llamada dejaron de sonar, había silencio el cual le indicaba que habían contestado la llamada.
Soltando un suspiro habló.
— ¿Por qué debería de elegirte Jungkook?
Escucho una risa ronca que hizo que su piel se erizara.
— ¿En serio debo decirte los beneficios que ya conoces Taehyung? — hizo la pregunta en un tono divertido — Ven ahora a casa que una polla de veinte centímetros está esperando por ti. Y si te tardas esta polla encontrará a otro que si la quiera — escucho los golpecitos que se había dado en su entrepierna — Es tu turno de decidir cariño. ¿El o yo?
Con eso colgó la llamada. Dejando a Taehyung sin aliento y con un dilema bastante grande. Tan solo pensar en que una decisión incorrecta podía hacerlo infeliz lo aterraba.
Pero era la hora de decidir, Jungkook no lo esperaría más.
Con tan solo recordar como él también le hizo decidir a Jungkook, le hizo pensar que lo que le estaba sucediendo era un mal karma, uno muy vengativo.
Sus encuentros se habían hecho en la universidad del menor.
Taehyung era un famoso empresario que a sus pocos treinta años había logrado fundir su propia empresa y convertirla en una de las que más influían a la economía de su país.
Por eso había sido elegido por una universidad para que, de tutorías sobre la administración y economía de empresas, el había aceptado con gusto pues el arte de enseñar le apasionaba.
Ahí fue donde acabó como tutor de una de las mejores clases de la Universidad de Seúl, su tutoría no iba a ser por un largo tiempo el director simplemente lo quería ahí por un mes para orientar a los mejores y futuros graduados de esa aula.
Fue ahí donde conoció a Jungkook, su ropa, piercings y su actitud, fueron las cosas que llamaron su atención, no esperaba encontrarse con un alumno así en el aula que tenía el máximo rendimiento de esa prestigiosa universidad.
Pero de alguna manera las apariencias engañan, a pesar de que Jungkook pareciera un bully su rendimiento académico era excelente y no lo decepcionó en la primera prueba de entrada que había hecho a los estudiantes para conocer sus dificultades.
No hubo ningún problema con él en la primera semana.
Pero el primer día de la segunda semana sintió la mirada de su alumno mucho más intensa. Cada vez que volteaba para escribir algo en la pizarra el sentía como esa miraba viaja a su trasero y piernas. Y eso realmente le hacía voltear varias veces para volver a sentir su atención.
Sus intencionados toques cuando pasaba por su costado o cuando le entregaba alguna prueba tampoco le fueron fáciles de ignorar, pero el simplemente trataba de comportarse indiferente y eso pareció interesarle mucho más a Jungkook.
De las miradas y toques suaves, paso a palabras, miradas y toques más fuertes.
— Se ve sexy con ese pantalón tutor. — había dicho Jungkook cuando le entregó su prueba terminada.
Este se sentó en su asiento con una sonrisa lasciva en su rostro, dándole un espectáculo de como jugueteaba con el piercing de su labio, eso le hizo temblar ya que una extraña llama de deseo había subido por su cuerpo, dejándolo sin aliento.
La tercera semana el no se pudo resistir más y siguió los coquetos de su alumno, recibiendo sus caricias a escondidas y palabras sucias que lo hacían estremecer.
Jungkook era muy bueno seduciendo como también muy bueno en aplastar su trasero a escondías.
Taehyung casi rogando se acercaba a su costado y se daba la vuelta en su cara para que acariciara su trasero mientras él fingía observar a los demás estudiantes desde el fondo del aula. Pero en su interior estaba gimiendo, queriendo recortarse en uno de los pupitres y abrir sus nalgas para Jungkook.
La tensión estaba ahí, el deseo también lo estaba y las ganas de poseerse el uno a otro eran inevitables.
Por eso no le sorprendió cuando Jungkook se quedó a final de clase y mientras él borraba la pizarra ignorándolo él le dio una nalgada que retumbó en el aula y lo hizo gemir.
Fue empotrado contra la pared y jadeando Jungkook poseyó su boca poniendo uno de sus gruesos muslos entre sus piernas apresando su miembro mientras que con sus manos apretaba sus nalgas, poniendo toda su hombría en uno de sus muslos.
Es grande... fue lo único que pudo pensar para luego gemir entre el beso.
Su mente estaba adormecida, el deseo recorría todo su ser y le impedía pensar, solo le permitía disfrutar de lo que tanto había deseado.
— Me tiene duro tutor — chupo su labio inferior.
Taehyung asintió y volvió a gemir luego de que Jungkook volviera a impulsar su pelvis para que le sintiera su tamaño y dureza contra el.
— Fo-Follame — dijo entrecortado — Aquí, ahora.
Había dejado salir su necesidad en una súplica desvergonzada, con su rostro rojo, sus ojos llorosos y labios hinchados. Se estaba entregando a su alumno.
Jungkook sonrió y besándolo lo volteo adentrando su dedo entre sus nalgas, mientras tanteaba su entrada y jugaba en su exterior.
— Ju-Jungkook... — regaño.
— ¿Desesperado? — rio contra su cuello, metiendo por fin su dedo y moviéndolo en su interior para encontrar su próstata
— Ah Ahh... Ju-Jungkook — gimió tirando su cuello hacia atrás.
— Creo que la encontré — dijo, golpeando repetidamente ese punto suave que palpitaba por su toque.
Jungkook besaba su cuello y le susurraba palabras sucias cerca a su oreja, a veces dejando una que otra lamida en él.
Su entrada se contraía, sus piernas temblaban y el segundo dedo que ingresó a su interior casi le hizo correrse si no fuera porque Jungkook que tomó su base y apretó, dándole un punto perfecto de dolor y placer.
— Aún no — susurro contra su oreja.
Las estocadas se hicieron más intensas pero el deseaba algo mucho más grande que esos largos dedos, quería ese músculo de carne que parecía más grande que los consoladores que tenía en su casa.
Quería la polla grande de Jungkook...
— Jung-
De repente la campana de la siguiente clase sonó y las estocadas en su interior se detuvieron, él gimió en protesta y Jungkook maldijo en un susurro.
Su interior ya no estaba lleno, su pantalón había sido subido y abrochado por Jungkook, como también sus labios fueron besados por última vez antes de salir casi corriendo del aula sin ninguna explicación.
Jungkook lo había dejado ahí, duró, temblando y completamente necesitado, solo porque tenía clases de economía.
Esa no fue la única ocasión que ocurrió eso y fue ahí donde comprendió que Jungkook era un maldito buen estudiante que no soportaba la impuntualidad ni faltar a ni una de sus clases
Todos los días de esa semana se había repetido esa juego previo sin terminar, Taehyung ya no podía más con el deseo y cada vez que quería a Jungkook en su interior este no aceptaba sin una buena preparación, pero esta no llegaba a ser lo suficiente rápida y el sonido de la campana siempre los interrumpía.
Taehyung había llegado a su límite su trasero exigía una buena y dura follaba y esa vez no dejaría a Jungkook escapar.
Los dedos de Jungkook salían y entraban tocando su punto, junto a esos besos en su cuello que hacían dejar su cabeza hacia atrás, sus gemidos llenaban el silencio del aula al igual que esos gemidos roncos de Jungkook.
Pero dejó de gemir cuando la campana sonó y Jungkook como siempre subió su pantalón y lo volteo para besarlo como una despedida.
A diferencia de otras veces no se dejó besar y Jungkook lo miró extrañado.
— ¿Qué pasa?
— ¿Elige Jungkook tus clases o yo?
— Taehyung — dijo entre dientes — Me tengo que ir, no tengo tiempo para eso.
Taehyung negó y se acercó a los labios de Jungkook.
— Estoy abierto — dijo, teniendo una fuerte respiración de Jungkook — Si no eres tú el que quiere llenarme encontraré a otro que si quiera hacerlo. Quizás el profesor de economía a él también le gusta mi trasero.
Jungkook gruñó y lo volteo contra la pizarra y le dio un par de nalgadas que lo dejaron temblando.
— Como te atreves a querer cambiarme Taehyung — dijo bajando de un jalón su pantalón y ropa interior.
— Eres tú el que no parece decidiese y poner tu polla en mi.
— Maldita sea Taehyung ¿crees que no quiero follarte y dejarte inconsciente de tantas corridas que vas a tener con mi enorme polla?
Taehyung trató de formar una risa y no dejar escapar un gemido de su ser necesitado, apretando sus dientes dijo: — Parece que no eres lo suficiente hombre como para follarme.
— Soy un hombre suficiente para ti, tengo los huevos y la polla más grande que cualquier otro que te haya follado cariño. Yo soy el que más te merece. — le dio una nalgada a su trasero desnudo y preparándolo fuertemente mantenía palpitante su próstata necesitada de su gran miembro.
— De-Demuéstralo... — fue lo único que logró articular. — Ahh
— Lo haré — de su pantalón sacó su enorme polla y la apego a sus nalgas presionando justo al borde — ¿Preparado para la mejor follada de tu vida?
Jungkook no le permitió responder pues ni bien separó sus labios él entró en una estocada fuerte y desenfrenada, junto a unos movimientos pélvicos que le hacían enloquecer.
— Ju-Jungkook... Jungkook...
Su cadera se movía hacia atrás queriéndolo más profundo en su interior, había deseado tanto eso que tenerlo suave no era lo que deseaba.
— ¿Le quieres más fuerte cariño? — decía burlón.
El simplemente asintió entre gemidos, gritando de éxtasis cuando los movimientos pélvicos fueron más rápidos.
Jungkook si sabía cómo utilizar esos veinte centímetros de polla.
Las estocadas eran tan fuertes que los huevos pesados de Jungkook creaban unos buenos golpes en su trasero teniendo que agarrarse del cuello de Jungkook al sentir como sus piernas ya no podían resistir.
Mientras Jungkook apretaba sus caderas y gemía ronco contra su sensible oído.
El éxtasis de Taehyung estaba cerca, su entrada se cerraba con fuerza y sus gemidos se hicieron más altos, sus labios abiertos que dejaban escurrir su saliva no paraban de soltar sus ruidos de excitación.
Sus pezones maltratados por la pizarra, su pene apretado y su entrada llenada fue lo que lo llevó al primer orgasmo.
Y desde ahí no pudo parar.
Sus orgasmos eran continuos, no sabia cuantas veces que se había corrido su pene no dejaba de esparcir su viscoso líquido en su pecho, como tampoco pudo evitar sentir como un líquido bajaba por sus muslos.
— Se-Seis.
Le recordó Jungkook cuando un nuevo orgasmo atravesó su cuerpo. — Ju-Jungkook ya no pu-puedo más.
— ¿No era esto lo que querías? Que te follara hasta que no sientas tus piernas. — continuó con sus estocadas fuertes y besos en su nuca y orejas.
— ¡Si! — gimió otra vez al tener un séptimo orgasmo — Er-Eres increíble Jungkook, fa-fabuloso, lo más gr-grande que he tenido en mi interior.
Jungkook gimió de satisfacción a esas palabras y dejó caer su último orgasmo en su interior, comenzando con suaves estocadas.
El interior de Taehyung ardía, todo su cuerpo ardía. Dejó descansar su cabeza en el hombro de Jungkook y este lo volteo para abrazarlo y sostenerlo correctamente.
El amaba eso de Jungkook.
— ¿Ahora si está satisfecho tutor? ¿Me dejara ir a mi siguiente clase ahora?
Taehyung negó aun en el hombro de Jungkook, soltando una sonrisa, abrazándolo mucho más fuerte.
— Me vas a tener que dejar en casa, creo que no puedo caminar.
— Tan duro que te folle cariño — río — ¿Tu auto está aquí?
— S-Si.
— Bien vamos — respondió limpiando sus nalgas y subiendo su pantalón.
Cargándolo entre sus brazos, por los pasillos vacíos de la universidad para llegar a su auto. Fue dejado en el asiento del copiloto y Jungkook encendió el auto para comenzar a conducir.
— Sabes que te follare ni bien lleguemos a tu casa.
Taehyung gimió, teniendo esas llamas en su piel otra vez.
— Prepárate, te estaré observando.
Taehyung bajó sus prendas inferiores y metió tres dedos en él fácilmente.
— Se cuidadoso — dijo tomando su mano y solo poner dos dedos en su interior mientras tomaba el líquido que había salido de ahí y se lo metía en su boca — no lastimes la casa de mi polla.
— Er-Eres un sucio.
Jungkook río — Y eso te encanta.
Merci pour la lecture!
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