El castaño había armado un especie de nido encima de su cama, el "nido", hecho con ropas de Taehyung, para que cuando este tuviera que trabajar como en este momento, el omega se sintiera comodo y protegido en su celo.
Jungkook desprendió feromonas, sintiendo el desespero al no estar con su alfa en un momento tan importante como su celo. La pareja pasaba sus días en completa paz y amor, tanto los normales como los de celo. Si, por supuesto que se peleaban, pero casi nunca lo hacían.
La rutina cuando estaba en celo era siempre la misma; Taehyung se iba a trabajar y Jungkook se quedaba en el "nido" hasta que el otro regresara.
La puerta principal sonó y eso alertó al joven omega de veinte años, el cual bajó corriendo a recibir a su amado, dándole tiernos besos en las mejillas mientras lo abrazaba.
—Bebé, te extrañé mucho. —Confesó el alfa de cabello azabache, abrazando con amor al chiquillo.
—Alfa... —Susurró en cambio el castaño, abrazando más fuerte al otro y desprendiendo su aroma en señal de necesidad por apareamiento.
—Ey, amor... Acabo de llegar, al menos deja que me desvista. —Trató de detener disimuladamente el alfa, sintiendo el deseo de penetrar a su omega a flor de piel.
—Dulce... —Susurró el menor de ambos por dos años, señalando el cuello del azabache.
Taehyung rió avergonzado al entender a lo que se refería su omega. Su olor era tan peculiar para ser un alfa.
—Por favor, cariño, ve a al dormitorio. Prometo que solo voy a tomar agua y ya subo contigo. —Aseguró, recibiendo un "no" con la cabeza por parte del castaño. En su celo, el omega estaba la mayoría del tiempo pidiendo por el alfa. Jungkook no le daba descanso a Taehyung, desde que llegaba de trabajar hasta la hora de dormir, el menor pedía atenciones de todo tipo.
—Ah... —Suspiró el mayor. —Está bien, vamos. —Se rindió al fin. El menor tomó su mano y lo jaló, llevándolo a su dormitorio.
El chiquillo abrió la puerta y entró en la habitación, siendo seguido por el mayor. Jungkook señaló el círculo con prendas de Taehyung que había encima de la cama. El dueño de las prendas asintió nuevamente, comenzando a desnudar su cuerpo y luego acostándose encima del "nido".
El menor sacó su ropa interior y una camiseta que traía puesta, quedando completamente desnudo. Se subió a la cama, quedando arrodillado al costado de su alfa y comenzó a oler el cuello de este. Como si de un perrito saludando a su amo se tratase, restregó su cabeza en el cuello contrario, tratando de impregnar su cuerpo de ese olor tan característico.
—Oye, bebé, ya, me haces cosquillas. —Rió el mayor. Al castaño le gustaba lamerlo ya que este tenía ese peculiar olor y sabor. A diferencia de otros alfas, que olían a café o a cedro, este olía a dulces. No olía a omega, olía a alfa, pero un alfa con olor a miel y caramelo.
El castaño mordió suavemente la mejilla del moreno, haciendo que este soltara una risita.
—Alfa... —Susurró el menor en un gemido al alejarse de la mejilla ágena, subiendose encima de su pareja. Movió su trasero encima del pene contrario, haciendo que crezca una pequeña erección en su pareja.
—Mierda. —Maldijo Taehyung. Amaba cuando su pareja se movía de esa manera.
—Ah, ah... Alfa. —Gimió. A pesar de que todavía no tenía nada dentro, el más mínimo contacto lo ponía a delirar. Su entrada chorreaba lubricante natural. El olor a chocolate con coco más el de miel y caramelo no tardaron en juntarse, creando una mezcla exquisita.
El alfa dió vuelta a su omega, quedando el menor abajo y el contrario encima de este, sin aplastarlo.
—Lo quieres, ¿Cierto, amor? —Preguntó, mirando directamente a los pequeños ojos marrones que lo miraban con tanto deseo. Comenzó a restregar su glande contra la entrada contraria, causando mayor deseo en el castaño. Jungkook tenía sus piernas elevadas hasta su pecho, así, dando mayor comodidad a ambos. Taehyung metió lentamente su pene, tratando de no perderse ninguna expresión de el chico bajo él.
—Ah... Duele, alfa. —Lloriqueó el menor, acumulando en sus ojos lágrimas traicioneras.
—Ya, no llores, cariño. Esperaré a que te acostumbres. —Consoló el azabache, besando con amor las mejillas ágenas.
—Te amo, Tae. —Sinceró el omega, causando gran ternura en el moreno.
—Yo más. —Respondió, oliendo el cuello del castaño, llenando su ser del dulce olor.
Embestidas suaves llegaron a Jungkook, el cual se aferró a la espalda de su amado y se dejó hacer, disfrutando del trato que recibía.
—Ah, ah, Ah... —Desde gemidos cortos a de mayor duración fueron soltados por el castaño. El mayor metía su miembro hasta lo más profundo de su pareja, volviendo la situación aún más placentera.
Tomó firmemente las caderas del omega y marcó un ritmo más fuerte, el cual fue acompañado por jadeos más intensos.
—Ah, ah, ¡Ah! —Lágrimas placenteras caían por el rostro del castaño. Sentía como era abierto deliciosamente por ese hombre al cual tanto amaba.
—Ah... Jungkook. —Suspiró a gusto. —No sabes cómo me gusta ver el desespero en tus ojos... —Dijo con voz suave. Acercó su boca al oído del menor, donde dejó un beso y luego susurró; —Rezando porque te anude de una vez.
El sonido seco de sus pieles chocando entre sí le daba un toque especial a la escena.
—Ah... N-no me ha-hables así p-porque me est-estimula demasiado. —Pidió entre gemidos el castaño.
Embestidas duras hacieron lloriquear al menor, los gemidos agudos por parte de Jungkook eran escuchados a la perfección por el alfa.
—¡Ah, ah! ¡¡Tae!! Márcame... ¡Márcame alfa! —Suplicó el chiquillo, exponiendo su cuello al contrario, tirando su cabeza para atrás. —Tocame, t-tocame.
Taehyung sintió sus dientes picar. Ansiaba morder a su novio. Dirigió una de sus manos a un pezón del omega, apretándolo sin ejercer mucha fuerza. Las embestidas continuaban rápidas. De nuevo, ambas manos estaban en la cintura contraria, solo que ahora, una siguió bajando hasta el pene de su pareja. Lo comenzó a masturbar, cumpliendo con lo que le había pedido, que lo tocara.
Dió golpes certeros en la próstata de Jungkook, haciéndolo eyacular.
—Voy a anudarte otra vez, cariño. —Advirtió, continuando con las penetraciones. El omega asintió, deseoso de que lo anuden por segunda vez en la semana. En ese celo habían decidido que ya era hora de tener cachorros, así que estaban haciendo todo lo posible para que estos nazcan.
—Si... ¡Si! —Respondió entre gemidos. La exitación por el buen sexo y la alegría de poder tener cachorros alegraban de muy buena forma a la pareja.
Un dolor se instaló dentro del omega, el cual, sintió como algo crecía dentro de él. Taehyung detuvo sus embestidas al sentir como el nudo se hacía presente.
Luego de unos segundos, la inflamación bajó, llenando a ese hermoso omega con su semilla. El alfa salió del cálido interior de su pareja, observando como su semen caía de esa estrecha entrada.
Ambos se acostaron uno al lado del otro bajo las suaves y calientes mantas, arropandose. Se abrazaron y cerraron sus ojos, durmiendo con sus futuros cachorros en mente.
Fin.
—Duhl la sorcière—
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